sábado, 7 de marzo de 2015

Desde el Atalaya



 M.P.Singhal

 H. P. Blavatsky (HPB), su visión y su obra.

Si contamos la vida por el número de años vividos, Madame Blavatsky tuvo una vida  comparativamente corta (1831-1891). Sin embargo, si medimos la vida por el trabajo que hizo por el bien de la humanidad, tuvo una vida notable de trabajo de avanzada a favor de la regeneración humana, en el que indicó el camino y los principios de vida, así como las señalizaciones para advertir de los peligros a la humanidad errante. El año 2014 conmemora 125 años de sus dos importantes libros: La Clave de la Teosofía y La Voz del Silencio. En La Clave de la Teosofía, HPB, uno de los fundadores de la Sociedad Teosófica, anticipa cada pregunta posible y la responde directamente, de forma vigorosa y brillante.

La autora dice: “La Teosofía no es ninguna filosofía de sillón sino la guía de acción individual para una vida sana”. Aquí hace una llamada de atención al aspirante para que se haga cargo de su propia vida y no se incline ante ninguna autoridad externa. Ella expresó: “La Teosofía no es nada de otro mundo sino que está totalmente dirigida al aquí y al ahora. No ofrece nada aburrido sino que es un testimonio de gozo, de vida y de ausencia de temor”. En otro punto afirma “Para los que son mentalmente gandules u obtusos, la Teosofía debe seguir siendo un enigma, porque tanto en el mundo mental como en el mundo espiritual cada hombre tiene que progresar por sus propios esfuerzos”.  HPB, nacida en una familia rusa de la realeza, fue psíquica desde su infancia. Su hermana la Sra. Vera Zhelikjhovsky escribe sobre sus correrías y su psiquismo, y menciona que en ella había una naturaleza dual, que hacía pensar que había dos seres en un solo cuerpo; uno travieso, combativo y obstinado, y el otro místico y de inclinación metafísica.

Ningún antiguo académico pudo ser más diligente en el estudio de los libros de alquimia, magia, y ciencia oculta. “Los había leído ya con el mayor interés a la edad de quince años” escribe Madame Blavatsky. Y sigue diciendo “He vivido siempre una doble existencia, misteriosa e incomprensible, incluso para mí misma, hasta que conocí a mi Indio, todavía más misterioso, en Tibet en 1885 y eso cambió el curso de mi vida”. En 1873, fue enviada por el Maestro a América donde conoció al Coronel Olcott,  y este encuentro resultó en la fundación de la Sociedad Teosófica en 1875. Su visión era,  “Tratar de hacer mejores a los hombres y sacrificarse por su regeneración”, y con la colaboración total del Coronel Olcott, dedicó su vida a la Regeneración Humana.

Madame Blavatsky en su Obra Magna La Doctrina Secreta, señala:
1.- La  identidad Fundamental de todas las almas con la super alma universal (Parabrahm), la Unicidad de toda la vida basada en su divinidad.
2.- Todo el orden de la Naturaleza evidencia una marcha progresiva hacia una vida superior. En lo que respecta a la humanidad, es la evolución espiritual del hombre interno inmortal lo que forma el postulado fundamental de la Ciencia Oculta.

Hay una cita muy hermosa e inspiradora, procedente de una antigua escritura, en La Doctrina Secreta: “Levanta la cabeza, oh Lanú, ¿no ves una o incontables luces encima de ti, ardiendo en el oscuro cielo de la medianoche? Siento una llama oh Gurudev. Veo innumerables chispas unidas refulgiendo en ella. Dices bien. Y ahora mira a tu alrededor y dentro de ti mismo; esa luz que arde en tus Hermanos, los hombres. No es nada distinta, aunque su ropaje externo engañe al ignorante y le haga decir “Tu alma y mi alma”. Todo esto nos guía hacia la unicidad y al servicio altruista de los demás. Madame Blavatsky añade: “Por cada flor de amor y caridad que el hombre plante en el jardín de sus vecinos, desaparecerá del suyo una mala hierba odiosa y en ese jardín de los dioses, la Humanidad, florecerá como una rosa.”

La complejidad de La Doctrina Secreta.
En su análisis de La Doctrina Secreta, la Sra. Annie Besant señaló: “Hay que decir rápidamente que la gran mayoría de la gente normal y despreocupada, hará bien en no empezar a leer La Doctrina Secreta. Hay que adquirir cierta posición mental antes de leer nada porque de lo contrario, resultará tedioso e inútil. El futuro lector tiene que sentir un intenso deseo de saber y de saber no solamente las relaciones entre fenómenos sino las causas de los fenómenos; tiene que estar buscando muy seriamente ese puente que existe entre la materia y el pensamiento, entre la vibrante emoción y la excelencia.

Quien es teósofo:
En uno de sus mensajes a los Teósofos americanos reunidos para su convención anual, Madame Blavatsky escribió: “No todos los hombres pueden ser ocultistas, pero pueden ser teósofos. Muchos que no han oído hablar nunca de la Sociedad son Teósofos sin saberlo siquiera, porque la esencia de la Teosofía está en la perfecta armonización de lo divino con lo humano en el hombre, en el ajuste de sus cualidades y aspiraciones divinas y su influencia sobre las pasiones terrenales o animales que hay en él. La amabilidad, la ausencia de todo mal sentimiento o egoísmo, la caridad, y la buena voluntad hacia todos los seres, y la justicia perfecta para los demás así como para uno mismo, son sus principales rasgos. Enseña Teosofía quien predica el evangelio de la buena voluntad, y lo opuesto a esto también es cierto: quien predica el evangelio de la buena voluntad enseña Teosofía.

Madame Blavatsky era extremadamente amable y profundamente compasiva. Nunca alimentaba ningún rencor ni ofensa en el corazón contra nadie, aunque esa persona pudiera haberla dañado gravemente. Cuando alguien le preguntaba por qué dejaba que se le acercasen personas que parecían malas e indeseables, ella replicaba “Amigo mío, el aura oscura y amenazadora de alguien puede llenarme de recelos, pero siempre existe esa chispa divina que yo veo en su interior. Quien soy yo para negarle a nadie la ocasión de aprovechar la verdad que yo enseño… no importa si yo, personalmente, corro el riesgo de sufrir las consecuencias del engaño, del odio, de la venganza, mientras haya esperanza para la redención de otros.

Doctrinas de vida:
HPB dio a conocer al mundo de finales del siglo XIX, de forma muy potente y casi escandalosa, ciertas doctrinas fundamentales que gobiernan la vida, la materia y los hombres. Tuvo el valor de cuestionar teorías, hechos, creencias y convenciones implantadas en la mente de la gente por la religión ortodoxa y la ciencia material de la época. En el proceso, se granjeó una gran impopularidad, antagonismo e incluso hostilidad por parte de quienes, en la religión y la ciencia, estaban atrincherados en la tradición, la creencia, la estrechez intelectual y el consiguiente orgullo… La acusaron de fraude, plagio, engaño, falsedad e incluso de inmoralidad de carácter. Pero HPB tenía la certeza de que estaba comprometida a manifestarse sin miedo y a continuar, y siguió haciéndolo, ignorando totalmente todo el escándalo, y mostrándose inquebrantable ante todas las calumnias dirigidas a ensuciar su imagen en el ojo público. En una carta que escribió a la Sra. Sinnet, decía “Estaba dispuesta a derramar la última gota de mi vida, renunciando a toda esperanza por la última pizca, no diré de felicidad, pero sí de reposo y consuelo en esta vida de tortura, por la causa a la que sirvo.”

Vamos a extraer de La Clave de la Teosofía unas cuantas preguntas y las respuestas que dio Madame Blavatsky y valoraremos su claridad de pensamiento. Alguien señaló que a la Teosofía y a sus doctrinas muchas veces se las denomina una religión de nuevo cuño, y le preguntó “¿Es una religión?” Ella replicó: “No lo es. La Teosofía es el conocimiento o Ciencia Divina”. Añadió que su objetivo era ante todo enseñar ciertas grandes verdades morales a sus discípulos y a todos los que fueran “amantes de la verdad”. De ahí el lema “No hay religión más elevada que la Verdad”. Su principal objetivo era reconciliar todas las religiones, sectas y naciones bajo un sistema común de ética basado en las verdades eternas.

Al responder a la siguiente pregunta: “¿Se puede alcanzar la “Sabiduría Secreta” simplemente estudiando?”, dijo “Creo que no. Los antiguos teósofos afirmaban, igual que lo hacen los modernos, que lo infinito no puede ser conocido por lo finito, pero el yo finito lo siente; sin embargo, esa esencia divina se podría comunicar con el Yo superior espiritual en un estado de éxtasis”. Y continuó diciendo, citando al Dr. J. D. Buck, M.T.S. “Los individuos de cada época han aprendido más o menos claramente las Doctrinas Teosóficas y las han aplicado a la trama de sus vidas. Esas doctrinas no pertenecen exclusivamente a ninguna religión y no están confinadas a ningún estudio ni tiempo. Son derecho natural de toda alma humana”.

Sobre la naturaleza del principio pensante, HPB dijo “…el principio reencarnante, o lo que llamamos el hombre divino, es indestructible durante el ciclo de la vida; indestructible como entidad pensante y como forma etérea…”

Respondiendo otra pregunta sobre la definición de la reencarnación, señaló que “solamente a través de estos nacimientos puede lograrse el perpetuo progreso de los incontables millones de Egos hacia la perfección final y hacia un reposo final, proporcional al período de actividad,… es el karma, la ley universal de la justicia retributiva”. El Karma como doctrina,  dice que nos hemos hecho a nosotros mismos lo que somos, con nuestras acciones pasadas y estamos construyendo nuestro futuro con nuestras acciones presentes. No existe el destino excepto el que nosotros determinamos. Al aclarar el perdón, HPB menciona que los resultados de nuestras malas acciones confirman su existencia, y que si uno le causa a otro un sufrimiento, esa crueldad no se puede borrar.

“Al definir el deber, dijo lo siguiente: el Deber es lo que se le debe a la humanidad, a nuestros semejantes, vecinos, familia y especialmente lo que debemos a todos los que son más pobres y están más indefensos que nosotros. Es una deuda que, si no se paga durante nuestra vida, nos dejará espiritualmente insolventes y moralmente arruinados en nuestra próxima encarnación. La Teosofía es la quintaesencia del deber”. Más adelante, al definir lo que se le debe a la humanidad, dijo “El  reconocimiento total de los mismos derechos y privilegios para todos, sin distinción de raza, color, posición social o nacimiento”.

Respecto a la unidad de la humanidad HPB dijo “Los principios básicos incluyen Unidad y la Causación Universal, Solidaridad Humana, Ley del Karma, Reencarnación. Estos son los cuatro eslabones de la cadena de oro que debería unir a toda la humanidad convirtiéndola en una familia o Fraternidad Universal”.

Sobre el auto-sacrificio dijo que el hecho de dar a los demás más que a sí mismo es auto sacrificio. Este fue el rasgo común y abundante que caracterizó eminentemente a Gautama Buddha y a Jesús de Nazareth. Este rasgo solamente fue suficiente para asegurarles la perpetua reverencia y gratitud de las generaciones de hombres que vinieron después de ellos, y ella lo explicaba mostrándoles que el altruismo es una parte integral del desarrollo de uno mismo.

Sobre la Caridad, HPB decía que aunque se gasten anualmente millones y millones en beneficencia pública y privada, la mitad se queda en las manos por las que pasa antes de llegar a los necesitados, mientras que una buena parte de lo restante se queda en manos de los mendigos profesionales, demasiado gandules para trabajar, y con ello no se hace ningún bien a los que se encuentran realmente en la miseria y sufriendo… La idea teosófica de la caridad significa un esfuerzo personal por los demás; una compasión y afecto personal, un interés personal por el bienestar de quienes sufren; la solidaridad personal, la preocupación y asistencia en sus problemas o necesidades. Propugnamos por una ayuda directa.

El criterio para juzgar el valor de una causa según HPB, era el de ver si estaba dirigida a la unidad y no a la separatividad, a esferas de atención y amor por los demás cada vez más amplias, en vez de intentar promover el limitado interés egocéntrico. De su vida, todos podemos aprender que si estamos convencidos, tras un juicio objetivo basado en la sabiduría, de cuál es el curso de acción útil, deberíamos seguirlo con determinación, por más que haya mucha gente que se oponga. En este sentido, HPB fue una persona heroica. Veamos una de sus afirmaciones sencillas pero populares. Un verdadero teósofo tiene que poner en práctica el más elevado ideal moral, debe esforzarse por realizar su unidad con toda la humanidad y trabajar incesantemente por los demás. “Vivir en beneficio de la humanidad es el primer paso…” Que esta sea nuestra consigna.