domingo, 22 de febrero de 2015

Sabiduría Regeneradora




KRISHNAPHANI

Antiguo miembro de la Federación Rayalaseema.

Charla dada en la Convención Internacional, Adyar, diciembre 2013.



La palabra Sabiduría ha producido una larga lista de significados tales como inteligencia, comprensión, percepción, intuición, conciencia, discernimiento, criterio, previsión, sentido común, sapiencia, visión clara, acuidad, erudición, sagacidad, iluminación, virtud, profundidad, y también el uso de algunas palabras mundanas tales como astucia, viveza, perspicacia, prudencia, cautela, picardía, ser razonable, etc. Mientras la lista parece ser un tanto intimidante nos da un sentido de la profundidad y la amplitud del significado que simboliza la palabra Sabiduría. La  palabra Sabiduría también se explica como la suma del saber a través de las edades.



La otra palabra “regeneradora” es un adjetivo, y “regenerar” es el verbo. Como verbo transitivo significa reformar espiritual o moralmente, dar nueva vida o energía, revitalizar; como verbo intransitivo significa experimentar una conversión espiritual o renacimiento; la forma adjetivada significa espiritual o moralmente reformado, reconstruido a un estado mejor. Puede observarse que en todos estos tres casos se pone el énfasis en la renovación espiritual y moral. Para el propósito de mi presentación de hoy, uso el término regeneradora como un adjetivo para la palabra Sabiduría, queriendo significar una continua sabiduría renovadora.



Un factor muy interesante y revelador con el que me encuentro en la búsqueda por el origen de la palabra Sabiduría, es que deriva de la raíz ‘weid’ de la lengua Proto-Indo-Europea, que significa ver, encontrar, conocer (la palabra inglesa ‘wit’ –saber- también tiene su origen en esta raíz!). Los equivalentes sánscritos de la raíz ‘weid’ son Vindati, Vetti, Vedate, Vidati y Veda, que significan: encontrar, obtener, procurar, buscar, mirar, encontrar, asir, compartir la experiencia, descubrir, ser consciente de.



La razón de extendernos detalladamente sobre el significado y origen del tema del simposio es acentuar el hecho de que la palabra Sabiduría no significa algo concreto o tangible, sino que implica un estado dinámico de consciencia a experimentarse aquí. No tiene que tratarse como un sustantivo abstracto sino como un verbo activo que sugiere un movimiento en nuestro ser interno.



“El ignorante sin tener experiencia directa procura en vano conocer lo Ultimo Como quien se deleita en saborear el reflejo de un fruto que cuelga de la punta de una rama”.

                                                               Maitreyopanishad –II -23



Nuestra comprensión está severamente limitada  y considerablemente disminuida por nuestro lenguaje, y los procesos asociados del pensamiento que dependen de él, proyectan una imagen deformada incluso de la realidad objetiva, inhiben nuestro  pensamiento y la interpretación de la experiencia.

Edward Sapir, un lingüista-antropólogo americano afirma muy acertadamente, “Los seres humanos no viven sólo en el mundo objetivo, ni solamente en el mundo de la actividad social como se entiende comúnmente, sino que están mucho más a merced del lenguaje particular que ha llegado a ser el medio de expresión para su sociedad. Es enteramente una ilusión imaginar que uno se amolda a la realidad esencialmente sin el uso del lenguaje y que el lenguaje es meramente un medio fortuito de solucionar problemas específicos de comunicación o reflexión. La verdad es que el “mundo real” es en gran medida inconscientemente construido por los hábitos del lenguaje del grupo. …Nosotros vemos y escuchamos y experimentamos tan ampliamente como lo hacemos, a causa de los hábitos del  lenguaje de nuestra comunidad que predisponen a ciertas opciones de interpretación”.



Todo nuestro esfuerzo debería dirigirse, por lo tanto, a usar y aferrarnos a las palabras y a nuestros procesos del pensamiento muy moderadamente. Usarlas únicamente con el propósito de trascenderlas, y experimentar directamente este estado dinámico de consciencia más allá de la estructura espacio-temporal de la mente, lo que simbolizan las palabras Sabiduría Regenadora.



Deseo presentar este tema desde dos puntos de vista:



En primer lugar, desde nuestra comprensión de las fuentes de las escrituras teosóficas y antiguas de India. En segundo lugar, del pensamiento moderno emergente y de la literatura, en los campos del comercio, la filosofía política y la psicología de la organización, el estudio de la dinámica de los lugares de trabajo.



Cuatro Facetas de la Sabiduría:

La Compasión o el Amor es la primera y más notable faceta de la Sabiduría. La Sabiduría se expresa como un flujo de compasión o Amor. En el libro ‘Pensamientos para Aspirantes’ que es una recopilación de las notas de  los escritos de nuestro anterior Presidente N. Sri Ram, hay una bella cita que expresa:



“No hay sabiduría sin amor. El corazón del Amor, incrustado en el conocimiento, se transforma en sabiduría”[i].



Dos palabras que vienen a la mente en este contexto son Buddhi y Prajña.



La literatura teosófica nos dice que hay dos experiencias únicas al alcanzar la consciencia búddhica, la Percepción Directa de la verdad de algo en su campo de consciencia sin la necesidad de mediación de los sentidos, memoria y análisis, todas las funciones de la mente, aparokshanubhuti está bellamente expresado por la máxima oculta ‘Conocer llegando a ser’. Segundo, es la percepción de la Unidad de toda vida, Abhedabhava, cuando uno experimenta directamente la unidad uno llega a la Compasión que es la esencia de la totalidad de la vida[ii]. JK llama compasión a ese sentimiento de bondad, ese sentimiento de lo sagrado de la vida (El Libro de la Vida). Nada impuro puede alcanzar la compasión y el amor, ellos son puros e inmaculados.



Prajña se refiere a la Sabiduría Verdadera y Trascendental y es una de las Paramitas, virtudes trascendentes que conducen a la otra orilla, también implica alcanzar la fuente de todo conocimiento.



La observancia es la segunda faceta de la Sabiduría. La observancia tiene muchos matices de significados tales como obediencia, vigilancia, atención plena, cumplir la ley, tener cuidado, estar despierto, etc. Guiarse por las leyes espirituales y naturales ayuda al desenvolvimiento y florecimiento de la Sabiduría. La vigilancia constante y estar en un estado de consciencia sin opción (usando una frase de JK) abre en nosotros la facultad de buddhi y entramos en contacto con prajna, la sabiduría trascendental.



Descubrir la ley de nuestro propio ser y vivirla, es sabiduría.



El discernimiento es la tercera faceta. Sadasad-vivechana o un sentimiento infalible de lo real y lo irreal, lo eterno y lo transitorio, lo imperecedero y lo pasajero, y la capacidad de ver todas las cosas en su adecuada perspectiva y en su esencia es discernimiento.



La Sabiduría no es cuestión de estudio, sino una cuestión de vida, y de certera acción que se alza por encima  de los opuestos!.



La serenidad es la cuarta faceta. Un estado de ser inalterado, sin ser perturbado por algo que pueda suceder externamente es el sine qua non  de la Sabiduría. El Bhagavadgitâ da una larga lista de las cualidades de quien está firmemente establecido en la Sabiduría, un Sthita-prajna.



Ser sabio es vivir en una armonía interna que finalmente supera todas las discordancias  externas, Pensamientos para Aspirantes.



Acceso a la Sabiduría

Tiene que entenderse que la Sabiduría no puede ser impartida ni cultivada. Uno tiene que llegar a ella por sí mismo. Uno solamente puede proporcionar las condiciones correctas, preparar el suelo, por así decir, para que la sabiduría eche raíces y florezca. Es importante tener una mente que aprende, sensible y receptiva. Por una mente que aprende no quiero significar conocer más datos, sino una mente con disposición a recibir lo nuevo, y que es libre de lo conocido (JK!). Una mente que aprende es también una mente humilde, en un contexto diferente pero relacionado, se dice que el más sabio es el más humilde. Sabiduría y humildad son los dos lados de la misma moneda. Son sahaja, nacidas juntas literalmente y por lo tanto de manera natural.



La sabiduría es un principio-raíz en el hombre, que tiene que florecer en el recto pensar, la recta acción y el recto vivir desde todos los puntos de vista!.



Es la unidad y pureza en pensamiento, palabra y acción – trikarana suddhi.



I. K.Taimni en su libro Auto-Realización a la Luz del Ocultismo en el capítulo sobre El Desenvolvimiento de Buddhi dice:



"Una intensidad de propósito, impulsado por motivos rectos...,  una  determinación para buscar la meta sin desfallecer, sin temer al fracaso, y sin engreírse por triunfos temporales o superficiales, es el primer requisito para hollar este Sendero"[iii]



Él enfatiza tres cualidades: fortaleza, altruismo y pureza de un orden elevado. La fuerza de carácter, probada en la vida diaria por las ordalías y tentaciones, pruebas y tribulaciones conducen al desarrollo de este requisito de modo que el sadhaka pueda soportar tremendas tensiones sin quebrarse.



El altruismo debe ser mejor comprendido como la liberación de la clase de egoísmo más ubicuo y común que se conoce como egocentrismo. La constante preocupación en nuestros propios pequeños intereses personales, como nuestro trabajo profesional, nuestra familia, nuestros pasatiempos, nuestras diversiones, etc., absorben prácticamente todo nuestro tiempo y pensamiento. Soltar este apego de nuestro pequeño yo, aunque parezca un tanto paradójico, puede ser una forma efectiva. Un sentimiento de desapego y la observación impersonal de uno mismo ayudaría a liberarse de este apego.



La tercer cualidad es la pureza, pureza de cuerpo, mente y emociones. La principal obstrucción para el descenso de la consciencia superior es la impureza de los vehículos inferiores. El fracaso en hacer un definido progreso en el sendero espiritual se atribuye a este aspecto. Tiene también que comprenderse que no hay objetivo o meta fuera de nosotros, al hollar el sendero espiritual estamos experimentando con nosotros mismos. Este hecho está muy bien expresado en Luz en el Sendero:



“Cada hombre es absolutamente para sí mismo el sendero, la verdad y la vida”.



Se dice que Buddhi es dual en su carácter y combina dentro de sí la esencia del intelecto y las emociones. Reunir todas nuestras energías mentales dispersas y concentrarlas en los problemas de la vida y el vivir, ayudaría a cambiar el centro de la consciencia desde la mente inferior a la superior y a desarrollar simultáneamente un amor y devoción intensos, alcanzando la fusión de la consciencia de la persona y el objeto de devoción, lo que conduciría al desenvolvimiento de la sabiduría.



Un progresivo despertar a ese estado de consciencia que tiene en ella la cualidad de la novedad y de descubrir mayores y más profundas dimensiones de la verdad, es sabiduría regeneradora. Todo lo que podemos hacer es prepararnos constante y continuamente para admitir este estado de consciencia en nuestro ser. En este estado el ‘yo’ ya no es nunca más el centro de nuestro ser, es esta sabiduría regeneradora que opera y lo hace desde un centro desde el cual uno no puede  equivocarse. Lo que se libera no es el individuo sino el principio de vida encarnado en el individuo. Lo que está dentro y fuera de nosotros es lo mismo.



Está lleno adentro y lleno afuera como un recipiente totalmente sumergido en el océano.

Está vacío adentro y vacío afuera como un recipiente suspendido en el espacio abierto.

                                                   Maitreyopanishad – II – 28



Ahora deseo atraer su atención a los modernos pensamientos y literatura emergentes en los campos del comercio, filosofía política y psicología de la organización, el estudio de la dinámica del lugar de trabajo. Usted observará que estas ideas y proposiciones son impresionantemente similares a lo que se supone que se encuentra en la literatura tradicional sobre temas espirituales. Uno ve en estos la evolución y fusión de la percepción y pensamiento de la persona mundana y del buscador del espíritu, hasta aquí sostenido como el exclusivo dominio del último.



Primero

El libro The Go-Giver – A Little Story about a Powerful Business Idea de Bob Burg y John David Mann[iv], está inserto en el ambiente de la historia de Joe, un joven y ambicioso vendedor que anhela el éxito. Joe es un verdadero buscavidas, aunque algunas veces siente como si mientras más duro y rápido trabaja, más distantes parecen estar sus metas. Y así, un día, desesperado por conseguir una venta fundamental al final de un mal trimestre, busca el consejo del enigmático personaje llamado Pindar, un legendario consultor referido por sus muchos devotos simplemente como el Presidente.



A la semana siguiente, Pindar presenta a Joe una serie de personas que dan generosamente sin esperar retribución: cinco de ellos en total. Estas personas comparten con Joe las Cinco Leyes de los Éxitos Estratosféricos y le enseñan cómo abrirse al poder de dar.



Joe aprende que cambiando su centro, de obtener a  dar, poniendo los intereses de otros primero y agregando continuamente valor a sus vidas, conduce finalmente a inesperadas ganancias.



Las Cinco Leyes del Éxito Estratosférico son[v]:



1. La Ley del Valor: Tu verdadero mérito lo determina cuanto más das en valor que lo que tomas en pago.

2. La Ley de Compensación: Tu ganancia está determinada por cuánta gente sirves y cuán bien los sirves.

3. La Ley de Influencia: Tu influencia está determinada por cuán abundantemente colocas primero los intereses de otras personas.

4. La Ley de Autenticidad: El don más valioso que tienes para ofrecer es tú mismo (Khalil Gibran)

5. La Ley de Receptividad: La clave para un dar efectivo es  permanecer abierto a recibir.



¿No encontramos nosotros en lo enunciado precedentemente un verdadero eco de las leyes espirituales debatidas anteriormente? Lo bello es que el libro no menciona nada acerca de filosofía, espiritualidad o teosofía, pero argumenta a favor de ser una persona altruista, ¡para alcanzar éxitos estratosféricos en el mundo del comercio!



Segundo

El libro recientemente publicado, Political Emotions- Why Love  Matters for Justice (Emociones políticas. Por qué el Amor importa para la Justicia) de Martha C. Nussbaum –Ernst Freund Profesor de Ley y Ética con Distinguidos Servicios en la Universidad de Chicago, plantea una pregunta: ¿Cómo podemos lograr y mantener una sociedad liberal ‘decente’, una que aspire a la justicia e igual oportunidad para todos e inspire a los individuos a sacrificarse por el bien común?



En este libro, una ambiciosa contribución a la filosofía política, y que es una continuación de sus exploraciones de las emociones y la naturaleza de la justicia social, el autor argumenta a favor del amor. En medio de temores, resentimientos e intereses competitivos que son endémicos aún en las sociedades buenas, las emociones públicas se fundamentan en el amor, en los intensos apegos a las cosas fuera de nuestro control, podemos alentar compromisos con metas compartidas y mantener acorraladas las fuerzas de la aversión y la envidia[vi].



Ella hace algunas declaraciones enérgicas que hacen pensar, en la introducción a su libro titulado A Problem in the History of Liberalism (Un problema en la Historia del Liberalismo) que son dignas de citar aquí para trazar un paralelo con nuestro tema de Sabiduría Regeneradora. Ella dice:



Todas las sociedades, entonces, necesitan pensar sobre la compasión por la pérdida, ira por la injusticia, limitación de la envidia, y disgusto a favor de la simpatía inclusiva”[vii]7.



Ella continúa enfatizando:

(…la necesidad de)…una educación que cultive la capacidad de ver una humanidad total e igual en otra persona, es quizás uno de los logros más difíciles y frágiles de la humanidad[viii]



En apoyo a su tesis ofrece dos puntos importantes y dice:



El amor, argumentaré, es lo que da respeto por la vida de la humanidad, volviéndola más que una cáscara…es lo que se necesita con más urgencia en las sociedades reales, imperfectas, que aspiran a la justicia[ix].



Sostengo que necesitamos investigar y apreciar cualquier cosa que nos ayude a ver el desigual y a menudo desagradable destino de los seres humanos en el mundo, con humor, ternura y deleite más que con una furia absolutista por una forma imposible de perfección[x].



Tercero

Recientemente leí la crítica literaria de un libro publicado en la revista, el New York Times, escrito por Susan Dominus. El título del libro es Give and Take (Da y toma) de Adam Grant. Adam Grant, de treinta y un años es el profesor en ejercicio más joven y de rango más elevado en Wharton. Es también uno de los académicos más prolíficos en su campo, psicología de la organización, el estudio de la dinámica del lugar de trabajo.



Presento abajo algunas de las citas y observaciones del crítico sobre Adam Grant y su libro.



El espíritu de servicio es el credo de Grant. Para él, ayudar, no es el enemigo de la productividad, una distracción que debilita con el tiempo el verdadero trabajo a realizar; es la veta madre, el motivador que incentiva la productividad y la creatividad en aumento. Él siempre ayudó, siempre fue  productivo.



Él considera que la mayor fuente de motivación no aprovechada, es un sentido de servicio a otros, concentrarse en la contribución de nuestro trabajo a las vidas de otras personas tiene el potencial de hacernos más productivos que pensar acerca de ayudarnos a nosotros mismos.



A través de los años, Grant ha continuado su estudio con otros experimentos que prueban sus teorías acerca de la motivación pro-social, el deseo de ayudar a los demás, independiente de un fácilmente predecible pago de vuelta.



El libro de Grant, al incorporar varias décadas de investigación en la ciencia social sobre la reciprocidad, divide al mundo en tres categorías: quienes dan, quienes dan y toman, y quienes toman. Los primeros dan sin esperar una ganancia inmediata, nunca parecen estar demasiado ocupados para ayudar, comparten el crédito activamente y aconsejan generosamente. Los segundos van a través de la vida con una lista triunfadora en mente, y dan cuando pueden ver que obtendrán algo de igual valor de vuelta, y también lo hacen con las personas que piensan que pueden ayudarlos. Y los terceros buscan salir adelante en cada intercambio; controlan y  defienden su pista.



El sendero hacia el éxito está lleno de personas que ayudan a limpiar el camino.



‘El Calor y el Frío de la Consciencia de la Muerte en acción: Señales de la Mortalidad, Vejez y Motivaciones Pro-Sociales y Auto-Protectoras’. El estudio lleva al lector a través del fascinante campo de la consciencia de la muerte, que mide cómo responde la gente a los recordatorios de la muerte, como un torbellino de noticias sobre un choque mortal. Cuándo y cómo,  pregunta,  el panorama de la muerte se vuelve relevante para los empleados, mientras trabajan? Grant expresa que cuando las reacciones de la gente a los recordatorios de la muerte son ‘ardientes’, ansiosos y de pánico, esos trabajadores tienden a apartarse. Pero cuando son ‘fríos’, más reflexivos en respuesta a recordatorios crónicos, por ejemplo, la clase de desafíos de los bomberos, esos trabajadores lo más probable es que ‘reflexionen sobre el significado de la vida y sus contribuciones potenciales’.



El contenido y el tema recurrente de estos tres libros, el tema principal, ¿no repiten las verdades guardadas en la Religión-Sabiduría? Las ideas presentadas en estos libros contribuyen substancialmente al tema de nuestra conferencia Sabiduría Regeneradora. ¡También deberíamos volvernos más humildes y felices con la comprensión de que hay muchos allí afuera trabajando y difundiendo el mensaje de la teosofía junto con nosotros en la Sociedad Teosófica!



[i]  Pensamientos para Aspirantes, Primera Serie, Recopilados de Notas y Escritos de N. Sri Ram, Theosophical Publishing House (TPH), Adyar, Chennai, India – 1977
[ii]  Jiddu Krishnamurti, Cartas a las Escuelas, Vol. I, p.90.
[iii]  Auto-Realización a la Luz del Ocultismo, I.K.Taimni, TPH, India – 1980.
[iv]  The Go-Giver – Una Pequeña Historia Acerca de una Poderosa Idea de Negocios, Bob Burg y John David Mann, publicada por el Grupo Penguin, 2007 – Contenido de la Tapa
[v]  Idem, p.129
[vi]  Emociones Políticas – Por qué el Amor importa en la Justicia, Martha C. Nussbaum, The Bellknap Press de la Imprenta de la Universidad de Harvard, 2013 – Contenido de la Tapa
[vii]  Idem, p.2
[viii] Idem, p.3
[ix] Idem, p.15
[x] Idem, p.16

domingo, 8 de febrero de 2015

Sabiduría Regenerativa




FEMMIE  LIEZENGA

La Sra. Femmie Liezenga trabaja en el Centro Teosófico Internacional en Naarden. La disertación  tuvo lugar en la Convención Internacional, Adyar, diciembre  en de 2013.



N. SRI. RAM dice en Un Acceso a la Realidad


La sabiduría es una cualidad del sujeto puro y está relacionada con su forma de ver y responder. Cambia constantemente, no en su propia naturaleza –la cual es potencialidad pura–  sino en su acción, debido a su maleabilidad ilimitada e inagotable iniciativa. También podríamos llamarla la sabiduría o conocimiento del Yo Superior.


Hablemos acerca de vivir la Sabiduría, acerca de  la armonía interna, no acerca de un conjunto de teorías. Debe existir una conexión entre las enseñanzas que estudiamos en la ST y la vida que vivimos.

¿Cómo vivimos nuestra vida? ¿Cómo son nuestras relaciones? Todo en la vida está relacionado y ver esto realmente parece ser lo más difícil  para la mayoría de nosotros. En el momento en que conocemos al prójimo, ¡toda nuestra enseñanza puede resultar muy superficial! ¡Quizás la conexión entre nuestro conocimiento y nuestra vida diaria no se encuentra para nada allí!  ¿Somos conscientes de eso? 

¿Tiene sentido para nosotros lo que dijo el Iniciado San Pablo: “¿No sabes que eres un Templo y que el Espíritu divino mora en ti?”

No es en las grandes acciones que se vive una vida sabia y verdadera. Una persona sencilla, que realiza la tarea que se le presenta en su vida cotidiana con un corazón pleno de amor, realiza más acciones de bien que todo el trabajo realizado por una persona talentosa sin un verdadero corazón por los demás. Todo depende del motivo que tengamos. En nuestras relaciones diarias la sabiduría pude ser un poder o verdad vitales, regeneradores: una persona sencilla, sabia, puede tratar a cada individuo por igual, aunque no de la misma manera. Parece que Nelson Mandela se convirtió en dicha persona.

Una persona así se interesa por aquéllos que conoce, también en el pequeño niño. A todos presta su oído y ve en cada persona una simiente o capullo que  espera convertirse en una flor hermosa, maravillosa.

 ¿Somos conscientes de cómo nos relacionamos? ¿Nos relacionamos realmente? ¿O existe siempre un sentimiento de separación, siempre el “yo” y el “tú”? ¿Cuál es la naturaleza de un verdadero encuentro, de la verdadera comunicación? ¡Obviamente no se da un verdadero encuentro cuando se interpone el “yo”! ¿Es posible olvidarse del “yo” por el bien de un verdadero relacionamiento? En teoría podemos poseer abundante conocimiento, pero en la vida cotidiana, en la práctica cotidiana, podemos ser muy pobres y carecer de comprensión, no actuando con sabiduría en absoluto. ¿Puede tener lugar un cambio en el mundo? ¿Por dónde debemos comenzar? ¿No es aquí mismo, donde nos encontramos? 

Podríamos investigar: ¿Cuál es mi motivo? ¿Soy ambicioso? ¿Miro con desdén a quienes son, según mi opinión, menos talentosos que yo? ¿O me siento inferior a una persona que ocupa un cargo de importancia; estoy quizás, celoso? 

No se puede brindar una respuesta inmediata a todas estas preguntas, pero éstas mostrarán su respuesta en la vida diaria cuando observamos con atención lo que ocurre en nuestra Mente, sin realizar ninguna elección, sin justificar o condenar lo que en nosotros vemos.

Un correcto relacionamiento es aquél, principalmente, que no posee imágenes ni conclusiones acerca de los demás, de uno mismo o del futuro. ¿No es algo bastante difícil para todos nosotros? ¿No tener imágenes, es verdad para mí, o tan sólo una idea? Tener una imagen acerca de mí, de otros, o de una nueva situación, obstaculiza la energía. En ese momento no tiene lugar un proceso vital, en ese momento no estoy relacionado en absoluto. ¡Es algo muerto y no tiene lugar ninguna relación! Significa que hay falta de sabiduría. 

Nosotros, los seres humanos, pensamos que somos inteligentes porque somos capaces de ir a la luna, incluso existe la idea de llevar gente a Marte de por vida, y hemos enviado una nave que ha cruzado el llamado límite del llamado Universo conocido.

 Pero en la vida cotidiana actuamos tan tontamente. Nos conquistamos mutuamente como países; vamos a la guerra; nos matamos con máquinas de última generación. 

Supongo que los miembros de la ST no poseen armas, pero quizás suceda que nos matemos con palabras, con pensamientos, con nuestro comportamiento o indiferencia. Superficialmente aparentamos ser muy civilizados, quizás nos comportamos con amabilidad, inclusive hasta con humildad, pero ¿seguimos siéndolo cuando nadie nos ve?

Todo parece tonto e infantil. ¿Podremos alguna vez parar con eso? Comencemos con aquello que está justo frente a nuestras propias narices: seamos conscientes de la manera en que hablamos, las palabras que utilizamos, el tono de nuestra voz, nuestros gestos, y la forma de encarar las tareas cotidianas. 

La vida está en permanente cambio, y se nos dice que vivamos en el aquí y ahora, nunca jamás con una imagen. Luz en el Sendero incluso va más allá y agrega: no vivas ni en el presente ni en el futuro, sino en lo eterno. ¿Acaso eso no significa ser abierto, receptivo y vulnerable a todos y a todo, sin sentir temor,  confiando en la VIDA?

Si vivimos de esa manera, todos nuestros sentidos, nuestro ser interno y externo permanecen alerta, abiertos, receptivos, y  nuestra mente abandona su incesante parloteo y permanece en silencio. Significa sentir, percibir, escuchar totalmente. 

Quizás J. Krishnamurti quiso decir esto al decir que El Arte de Escuchar es la mayor de todas las artes.

Podríamos preguntarnos: ¿escucho realmente? ¿Confío en Eso grande y misterioso llamado VIDA? ¿O me encuentro encerrado en mi pequeña caja, sin siquiera estar consciente de que estoy encerrado?

Podemos decir cosas tan bellas como “abarcando todo en la UNIDAD” - “toda vida es UNA”, pero, ¿es eso verdad para nosotros, o tan sólo la repetición de bellas palabras?

Comenzamos allí donde nos encontramos: ser conscientes de si soy una verdadera madre, un verdadero padre; ser conscientes de si soy agradable no sólo en mi trabajo o con mi jefe, sino también en casa con mi marido, esposa e hijos; observar si descuido a mis hijos o si los malcrío. ¿Tengo una relación correcta con ellos? ¿Me doy cuenta de que mi pareja, mi jefe, mi vecino, mi pequeño hijo son interiormente un milagro? ¿Me doy cuenta de que todos tenemos un tesoro guardado profundamente en nuestro interior? Quizás por primera vez me doy cuenta de que este tesoro está esperando ¡florecer desde el interior, inmensurablemente…en el proceso de la VIDA, de muchas vidas! Si yo, aunque sea por un breve instante, soy consciente de ese misterio oculto en cada uno de nosotros, ¿esa consciencia no modifica totalmente mi actitud? ¿Y esto acaso no trae un cambio en el mundo?

A cada instante tenemos la oportunidad de observar con profundo interés eso que está oculto profundamente en cada uno de nosotros, y que posee un enorme potencial y se despliega y florece con toda su gloria cuando quitamos las barreras. Estar en armonía interna con este misterio podría abrir la puerta a otras dimensiones, por sobre el conocimiento intelectual; podría abrir la puerta a la inteligencia. Quizás estemos comenzando a ser conscientes. Pero  en el campo humano, los grandes Seres que llamamos Maestros, están todo el tiempo conscientes de que el Hombre es parte de una gran creación, un todo indiviso. 

Al ser conscientes de un misterio podríamos sentir como si nuestra consciencia se expandiese. Y entonces, eso nos colmaría de una gran dicha dándonos un sentimiento de algo muy maravilloso que no podemos comprender con la mente, pero que trae consigo una gran promesa. Comenzaríamos a preguntarnos acerca del Universo externo, acerca de su dimensión, su grandeza y su infinitud. Luego acerca de nuestro universo interior, el universo del cual aún no somos totalmente conscientes. Al hacerlo, nos preguntaríamos si el Universo exterior se asemeja a nuestro universo interior. Quizás nos demos cuenta de que somos parte de una gran creación, un todo indiviso. Esto nos llenaría de un profundo asombro y gran reverencia. Sentiríamos como si estuviésemos en contacto con algo que no podemos tocar o comprender. En La Doctrina Secreta se dice que inclusive los DhyanChohans se inclinan en profunda reverencia ante Eso. Quizás deseemos darle un nombre a Eso y llamarlo Dios, Parabrahman, pero ninguna de estas palabras alcanzan a cubrir ESO que no se puede nombrar, ni alcanzar con la mente…
Si ha de existir hermandad en acción, debemos antes que nada tener un sentimiento de fraternidad, debemos expresarlo en nuestros pensamientos, sentimientos y juicios sobre los demás, en todo nuestro comportamiento, incluyendo cada acción.

domingo, 1 de febrero de 2015

Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida




Tran-Thi-Kim-Dieu

Presidenta de la Federación Teosófica Europea.

Da conferencias y escribe extensamente sobre Teosofía.





Identidad de la perfección humana con la divinidad

Al examinar la historia de la humanidad, uno puede decir que se equipara con las conquistas políticas y las guerras. Pero verlo de esta manera indica que se está viendo sólo a un nivel superficial. Otra manera de ver la misma historia puede sugerir que la humanidad se parece a un enorme fenómeno, en el cual este conjunto de seres llamados “humanos” evoluciona colectivamente hacia la perfección. Dado que la perfección es una característica de lo Divino, uno puede asumir que la humanidad está evolucionando como un todo hacia lo Divino.



Además, esta potencialidad, que es perfectibilidad, proviene de lo Divino. Debido a que lo Divino se manifiesta a Sí Mismo en el mundo es que poseemos una perfectibilidad inherente.  Lo Divino hace evolucionar al mundo,  siendo el mundo la manifestación de lo Divino. Esta manera de ver, señala el hecho de que el mundo entero, o la manifestación, es sólo una apariencia Divina, o maya. Entonces maya ya no puede seguir definiéndose simplificadamente como “ilusión”. Puede ser considerado sólo como la Divina apariencia que depende completamente de lo Divino Mismo. Realmente maya es la última ilusión a trascender.



Toda la historia de la humanidad, vista desde el lado interno y a través de sus procesos, puede ser consecuentemente comparada con el inquirir espiritual y con el esfuerzo hacia el progreso espiritual para alcanzar ese nivel de realidad donde la ilusión última debe conquistarse. El proceso completo requiere “una mirada constante hacia la perfección humana”, mientras que la identidad final de la perfección humana con la Divinidad forma su cúspide. El proceso entero se establece a sí mismo como la búsqueda de la conciencia en miras a una mejor manera de expresarse ella misma modelando formas, refinándose en sensibilidad, y fortaleciendo la percepción, de tal manera que el “último paso” pueda lograrse.



La humanidad en este sentido cesa de ser tan sólo otro fenómeno o una entidad colectiva, y más bien representa un paso fundamental de la evolución. Como tal, actúa como la conexión esencial entre lo Divino y el mundo, entre el Espíritu y la materia. Esto permite al Espíritu manifestarse completamente dentro de la materia mientras que la perfecciona al dotarla de la brillante cualidad de la luz espiritual. Esta acción de unión se consigue por la acción individual, pero tiene resultados colectivos. La evolución colectiva de la conciencia humana se debe al esfuerzo de cada individuo por abandonar “el fango terrestre” trazando un camino propio hacia la Verdad, el estado final de lo Que Es, y hacia la Vida, la Vida eterna que hace a todas las cosas vivientes, la Vida escondida, pero vibrante en cada átomo.



La Vida eterna que vibra en cada átomo

Cada uno de nosotros tiene que vivir su propia vida en la tierra. Cada vida, entretejida con varios sucesos parece diferente una de otra. Sin embargo, fundamentalmente todas las vidas son similares en sus procesos. Mientras el alma humana no ha logrado aún la suficiente madurez, vive como si estuviera en un modo “evasivo”, escapando de observar cada estado de conciencia, inventando, imaginando cosas con más o menos fantasía. Este proceso se debe a los dos poderes principales de la mente: la proyección de ilusiones y el ocultamiento de los hechos. Estos dos poderes son la causa de que las percepciones irreales tengan cabida en el interior de la mente misma. Ellos son responsables de que tomemos por error una soga por una serpiente en el nivel físico, así también como la mala interpretación de conceptos en los niveles más sutiles. Consecuentemente, ellos conducen a la superstición.



Pero cuando el alma ha madurado lo suficiente, la vida se vuelve algo muy diferente. Los eventos cotidianos pierden su importancia, a menudo exagerados por emociones indebidas y por los dos poderes de la mente mencionados anteriormente. Un alma madura enfrenta todos los sucesos en su valor real, rol y consecuencias, con la atención requerida, pero no más de lo necesario. Entonces, la energía, que es un fenómeno interno, puede reservarse y usarse para tareas más esenciales. Entre éstas, y quizás la más esencial de todas, puede ser la tarea de observar la vida en su proceso completo. Sri Ram describe esto claramente:



El proceso de la vida, que es un proceso en expansión e inexorable, no permitirá que nadie se aísle a sí mismo de su corriente. Nadie puede escapar de su propio proceso interno, el cual es parte de la totalidad de la vida o evolución.



La vida, en sus niveles más profundos, permite la observación y la apreciación de las cosas más sutiles. También revela sus secretos, no sólo uno puede ver cosas espléndidas, sino también su “alma”, que es “el esplendor de lo espléndido”. La ley de semejanza indica que la belleza repite belleza, por consiguiente el esplendor de lo espléndido puede ser sólo “experimentado” por el esplendor del alma humana. La vida es entonces una continua revelación en su proceso “en expansión e inexorable”. En una palabra, es la evolución misma. Es también conciencia en el sentido más amplio del término.



Ciertamente, vida y conciencia parecen estar siempre unidas: ellas son dos funciones diferentes de un todo. Para usar las palabras de Pierre Teilhard de Chardin, el muy conocido filósofo jesuita: “Conciencia es la substancia y el corazón de la vida en el proceso de evolución”. Su visión aquí es similar a la antigua doctrina hindú de sakti. Esta doctrina proclama que lo Manifestado es el teatro cósmico de la evolución, y la evolución es sólo el ascenso hacia el Ser y Conciencia más elevado, lo Divino.



En un nivel más profundo y oculto, la vida (o conciencia) puede no ser diferente de la energía universal, omniabarcante, que hace que todas las cosas estén vivas, desde los átomos a las estrellas, desde las piedras y las lombrices a los humanos y los ángeles. Todos los reinos se benefician de esta energía para crecer y evolucionar. Shiva-sakti, el poder Divino de la creación, permite que todas las cosas existan, vivan y evolucionen dentro de la matriz, la única fábrica del Universo. Es “La vida oculta que vibra en cada átomo” en nuestra invocación universal.



La vida puede ser más aún. . .



Cuando Luz en el Sendero exhorta: “No vivas ni en el presente ni en el futuro, sino en lo eterno”, la vida representa la conciencia de lo que es sin tiempo. No puede haber un “segundo” ser conciente de lo eterno. La Vida es la Vida-Una, también llamada Unidad, o lo Divino detrás, o más bien que impregna desde dentro lo manifestado.



La vida es entonces conciencia como substancia, evolución como proceso, energía inherente al proceso para sus propios propósitos, y el eterno sin tiempo.



El estado del todo como conciencia, evolución, energía y el sin tiempo, puede ser equiparado con la Verdad o Lo Que es.



La Verdad, lo que Es, es una “tierra sin senderos”

Como pasa con muchos conceptos, a la “verdad” se la define de formas diferentes a distintos niveles. En muchas otras ocasiones hemos examinado dos clases de verdad: la verdad relativa (samvritisatya) y la verdad absoluta (paramārthasatya). La verdad relativa está mezclada con las falsas concepciones y la verdad absoluta es auto-conciencia en realidad. (TG)



Cada uno de nosotros ha experimentado la verdad en alguna medida, y por consiguiente nuestras verdades son todas relativas, lo que quiere decir que estamos viviendo todavía en la ilusión. La ilusión más grande es la de la separatividad (sakkaya-ditthi). En realidad, la diferencia en evolución yace en la realización de la verdad y el mérito espiritual varía de acuerdo al esfuerzo que ponemos hacia esa realización. En su estado de evolución actual, la humanidad no ha realizado aún la verdad absoluta. No puede ver aún el estado de “Lo Que Es” como el completo proceso dinámico de evolución, incorporar la energía inherente y vivir en el sin tiempo. Sin embargo, una de las características del alma espiritual es el impulso de buscar, de inquirir, de empujar los límites de los misterios cada vez más allá. Si toma “más de un año hacer que la cola del yak crezca” le llevará décadas, siglos o milenios, al alma humana para comprender su propia divinidad.



Para comprender la divinidad en su propia naturaleza, la humanidad tiene que comprender la verdad que los Upanishads llaman “la verdad de verdades”, es decir, la fraternidad. Lo mismo ha sido calificado por los Mahatmas como que “no es una palabra ociosa”. La comprensión ha de ser hecha por los individuos, como dije anteriormente, pero los resultados de las acciones individuales benefician a toda la raza humana. Esto es también lo que Sri Ram señaló:



Nuestro dharma es expresar la Verdad, la que es fundamentalmente la verdad de la Unidad, en las formas que podamos y así ayudaremos a aquéllos con quienes nuestro destino está ligado, a ver un poco más claramente el verdadero significado de las cosas. De esto depende la vida, su pureza y su fluidez, más que en algún intento auto-centrado de avanzar y lograr algo para uno mismo.





Por tanto, la búsqueda de la verdad no es, ni puede ser tan sólo un asunto de interés personal, aunque este interés puede abarcar las más elevadas doctrinas sobre la tierra. Nuestra búsqueda, en esta etapa de evolución, debe incluir un interés real por la humanidad, no un interés filosófico, ni una curiosidad científica, ni un asunto político o social, sino un interés real en el sentido de un verdadero sentimiento por nuestros hermanos. Este interés, si es verdadero, no permanece como un simple conocimiento teórico de la doctrina, o como una acción ocasional superficial a favor de una solidaridad particular.



Jiddu Krishnamurti, mientras disolvía la Orden de la Estrella de Oriente, la organización establecida como un receptáculo de acción para el Instructor Mundial, pronunció la muy conocida sentencia “la Verdad es un camino sin senderos”, y al pronunciarla, provocó una reacción en muchos buscadores. Algunos de ellos abandonaron la Sociedad Teosófica para seguir a Krishnamurti. Sin embargo, parece que se perdió una apreciación: el significado del término “sin sendero”. ¿Quiere esto decir que “no existe un sendero”? Sí, significa que no existe un sendero ya hecho. Pero ¿significa que uno no debería transitar un sendero hecho por uno mismo? Por lo tanto, el único sendero debe ser un sendero propio.



Un sendero propio

Cada uno tiene que transitar su propio sendero. Nadie puede seguir el sendero de otro. Debido a nuestra unicidad, el sendero de otro no servirá. Sin embargo, a pesar de las diferencias, todos los senderos echan sus cimientos en los principios y requisitos universales. Las diferencias yacen en el nivel de sinceridad mientras caminamos el sendero. Cuando la pasión por toda la humanidad impregna todas las acciones y se vuelve su principal motivo, el buscador está en su camino a ser un bodhisattva, quien vive y actúa por compasión, uno que está dotado con el principio buddhi, también llamado  Cristo.



Todos los senderos comienzan con bases éticas. Todas las grandes enseñanzas religiosas incluyen la abstención de hacer el mal y la resuelta voluntad a realizar buenas obras. Por lo tanto, el Raja Yoga del Hinduismo comienza con Yama y Niyama antes de continuar con asanas, prânâyâma y pratyâhâra; samyana corona toda la práctica con dharana, dhyana, y samâdhi. El budismo proclama pancha-sila (los cinco preceptos) junto con las paramitas. Vivir éticamente es el único camino para regenerar la mente humana y para preservarla de la tendencia a perder interés en los valores morales.



Transitar nuestro propio sendero y aprender a discernir nos previene de repetir errores similares. Abstenerse de la auto-identificación es equivalente al desapego, la manera más segura de ir hacia la libertad. La sinceridad se requiere para un desarrollo continuo y firme. Ciertamente, la falta de compromiso es un gran grillete en el sendero espiritual. Hace a los humanos superficiales, sin rumbo, fácilmente manipulables y mentalmente abusados. La constancia y la fe genuinas son dos baluartes en el viaje espiritual.



El desapego es un punto delicado. Un hombre rico le preguntó a Cristo cómo seguirlo, y Jesús, en ese entonces dotado con el principio búdico o crístico totalmente realizado, respondió: “deja tus posesiones y sígueme”. El hombre rico prefirió sus posesiones. ¿En cuantas ocasiones cada uno de nosotros prefiere lo no esencial a lo esencial y tenemos que comenzar de nuevo a aprender la misma lección? …



La constancia en el fervor y el esfuerzo es necesaria para todas las empresas, y transitar el sendero es una empresa seria. En A los Pies del Maestro, la constancia se considera como aspiración única. Si un viajero quiere llegar a un lugar debe poner su energía en esa empresa, manteniéndola en mente en su camino, sin parar en cualquier cruce o cambiando su ruta hacia algún destino más entretenido. Sin embargo, la sinceridad no implica falta de humor y el esfuerzo no implica ambición. Esto es así porque en el sendero, la alegría es un compañero útil, particularmente cuando uno “trabaja como aquéllos que son ambiciosos” mientras uno debe “matar la ambición”. El esfuerzo siempre es valorado, como se recita en el Yajur Veda:



“Bendito seas esfuerzo, bendito extenuante esfuerzo;

Bendito seas esfuerzo colectivo,

Bendito esfuerzo individual, bendita seas iniciativa”.



Sin embargo, el esfuerzo correcto es sin esfuerzo, es decir, esforzarse sin la promoción del ego. El esfuerzo debe mantenerse con suavidad y libertad, como Sri Ram puntualizó:



Estar obsesionado con nuestra alma, como algunos religiosos lo están, es la misma negación de esa libertad que es esencial para el bienestar y la felicidad. Nada que te obsesione o se posesione de ti puede ser esa Verdad que te dará libertad, paz y felicidad.



¿Qué es lo que hace que un hombre aprenda este “esfuerzo sin esfuerzo”, qué motiva a un hombre a moverse hacia el fin del ego?



La Fe (shradda) y el amor.



Tener fe no significa tomar cada palabra por hecho. La fe privada de la razón conduce a la superstición y al fanatismo. La fe es una creencia basada en la razón y la deducción. Cuando la razón ha alcanzado su límite, cuando todos los argumentos y las justificaciones terminan, la fe se para allí como la alternativa al nihilismo. Es el verdadero cimiento de la religiosidad. Da confianza en la Vida, se une en simpatía con todo lo que existe como seres vivientes, sensibles y compasivos. Suena obvio que la fe y el amor están íntimamente conectados: la fe ciega no puede producir verdadero amor.



La fe en cierto nivel avanzado se vuelve el poder de la auto-entrega hacia lo Divino (Ishvarapranidhana). En su aspecto activo es el poder de redención, a través del Amor-compasión (Karuna), que corresponde al más profundo nivel de la conciencia universal, cuya esencia es bondad. Esa esencia permanecerá manvantara tras manvantara como el germen del futuro.



Cada individuo que descubre y comprende, en el sendero que él mismo ha transitado, la verdad de que él mismo es el sendero y que él mismo es el objeto de su búsqueda, encuentra una verdad más grande: él se disuelve como ego. Hay ahora una identificación del buscador con la conciencia universal, con la vida eterna. En este momento, como Jesús identificado con el principio Crístico, puede decir: “Yo soy el camino y la verdad y la vida”. El camino es el sendero, individualmente trazado por cada uno. Se vuelve universal cuando se comprende la verdad. La verdad de Lo Que Es es que todo es una única conciencia dentro del proceso de evolución, dentro de lo Eterno, para comprender el sin tiempo.



Tal individuo, en su camino hacia un crecimiento sin límites, lleva colectivamente a la humanidad en el ascenso hacia lo Divino. Él puede entonces decir como Jesús-Cristo: Nadie puede ir al Padre salvo a través Mío. Este individuo puedes ser tú o yo, porque cada uno que esté conciente que en todos lados, adentro y afuera, existe sólo conciencia evolucionando hacia el Ser más elevado, puede recibir la exhortación:



“Tú eres la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su salinidad, ¿cómo puede ser salada nuevamente?

Tú eres la luz del mundo … Que tu luz brille sobre los hombres”.



(Mateo 5, las Beatitudes – 5:22)





Bibliografía



Yajur Veda

La Ciencia de la Yoga – I.K. Taimni

Vivekachudamani – Sankaracharya

Glosario Teosófico de HPB

Cartas de los Mahatmas

Luz en el Sendero – Mabel Collins

Jiddu Krishnamurti – varios

Sri Ram – varios

El Fenómeno del hombre – Pierre Teilhard de Chardin

Los Evangelios – San Juan, San Mateo.