domingo, 29 de marzo de 2015

Auto-realización y una vida significativa


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M. P. SINGHAL
Vicepresidente Internacional de la Sociedad Teosófica

Radha Burnier dijo “Vivan significativamente a la luz de la unidad  y del carácter sagrado de la vida en todos los aspectos y en todos sus niveles. En consecuencia, no se ajustan a esta idea los prejuicios, gustos y aversiones, medir y juzgar, basados en una escala artificial. La Fraternidad Universal, primer objetivo de la Sociedad Teosófica, implica dejar fuera de la mente todo rastro de egoísmo, barreras, ambiciones, etc., manteniéndola  abierta y libre para comulgar a nivel profundo con la vida toda. Imperfecta, como la mayoría de la gente es, tal estado de incondicional inocencia interna es difícil de encontrar…”

Vivir con integridad de pensamiento, palabra y acción da satisfacción en la vida. El auto conocimiento tanto como una atención plena llega automáticamente para tales personas. Como un ejemplo, tres escultores estaban trabajando con piedras. Un transeúnte le preguntó a uno de ellos qué estaba haciendo. Éste secamente respondió: “¿No lo  ves? Estoy rompiendo piedras”.  El segundo escultor,  a la misma pregunta, contestó con una calma característica: “Mi amigo, estoy trabajando para ganarme la vida”. Y el tercer escultor, que estaba disfrutando su trabajo respondió: “Estoy construyendo un Taj Mahal, el monumento más hermoso de la tierra”. De hecho cualquier trabajo que disfrutemos hacer, de algún modo llena nuestra vida de significado. Estas personas viven una vida auténtica y siempre están contentos. Tratan de dar lo mejor con mucha alegría.

Una vida significativa en acción: Podría definirse también como una vida que cumple su propósito, y por lo tanto se vuelve significativa. Pero esto sucede muy raramente. Un cortesano real de Persia describió al destino humano del modo siguiente: “El ser humano nace, sufre, se siente miserable y muere”. Esto es cierto, con algunas pocas excepciones: Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela (junior), la Madre Teresa, Abraham Lincoln, Buddha, Cristo, Mahoma, el Gurú Govinda Singh Sri Krishna,  Einstein y Shakespeare son algunos ejemplos. Pueden haber unos pocos más en esta lista, pero el punto es que todos ellos se esforzaron y trabajaron altruistamente para beneficiar a la humanidad y al mundo en general.

Aquellos que están realizados nunca piden nada porque son sabios y libres de deseos, dan sin recibir de los demás y siempre se relacionan con otros. Poseen un espíritu sensible. Incluso en sueños, caminan con fe, se sienten libres y sin miedo. Siempre están rodeados de silencio, paz, armonía, amor y compasión, verdad y sabiduría. Son sobre todo humildes. En nuestra época, la ruta al éxito requiere  un  camino a través del mundo de la acción que exige paciencia, tolerancia y aceptar lo que es, con alegría. Una persona frustrada busca opiniones favorables de los demás, y es celoso de la posibilidad de que sus colegas puedan llegar a ser más famosos. Por lo tanto, mantienen las buenas ideas para sí mismos. Una persona realizada comprende a través del silencio, actúa en forma silenciosa, y conquista en silencio. Para él todo lo que hace o pueda hacer tiene un significado, no un precio. Es meramente una lente para el haz de luz. Recibe, da y traspasa la luz como lo hace una  lente.

Tienen fe, se sienten libres, practican la integridad. Son auto disciplinados y auto motivados y comprenden que toda vida es una y divina. Respetan la igualdad y trabajan con ecuanimidad, tienen el más profundo equilibrio mental en toda circunstancia. No tienen ninguna ansia por vivir, y lo hacen sin deseos, sin ira, sin avaricia, y sin ego. Son el emblema de la verdad, la belleza y la bondad.

La necesidad de liberarse: Sin libertad no existe la vida significativa. La naturaleza de las ataduras de una persona es tal que la persona atada no tiene conocimiento de esto. No se da cuenta de cómo y cuándo las adquirió. Tiene miedo de hablar de ello, por temor a perder su propia identidad. Es incapaz de dejarlas ir. Las ataduras ocurren cuando nos identificamos con el complejo cuerpo-mente y sus atributos. Nuestra mente es un instrumento para experimentar el mundo, pero esa percepción es parcial porque los colores y sonidos que refleja son basados en experiencias pasadas. La realidad externa incluye numerosas construcciones mentales y nos identificamos con ellas experimentando dolor o placer, cargando con el equipaje a través de nuestras vidas. Al buscar la realización estamos tratando de obtener nuestra libertad. El cambio de esclavizado a liberado es posible con el recto conocimiento de las cadenas, para conocer la luz, uno debe primero conocer la oscuridad. Aquel que emprende una vida significativa, entiende el valor de la luz y la libertad. La percepción es una experiencia instantánea de integridad. La libertad, no sentir miedo, la frescura, amistad y coraje son signos de una vida significativa. Este tipo de vida está conectada eternamente con la fuente de nuestro ser. Cuando hacemos algo a la perfección, con un propósito definido y una acción deliberada, es vivir con significado.

Auto realización y realización: Tal vez, por desesperación, es posible que preguntemos… ¿hay algún lugar donde pueda encontrarse la paz? Sí lo hay.  Pero no es ningún lugar geográfico. Debemos buscarlo en las regiones de nuestro espacio interior. Tal como el océano tiene su quietud en lo profundo, impávido ante las turbulencias de la superficie, así el ser humano en sus profundidades tiene el centro y fuente de todo lo que somos. Allí es donde permanecemos en calma, paz y armonía. Una vida realizada es la llegada a un estado pacífico, un estado de silencio con la posibilidad de escuchar la voz del silencio. Unos pocos están dispuestos a ayudar.

A los Pies del Maestro, tiene un verso en sánscrito “Asatoma Sadgamaya”, de la mortalidad a la inmortalidad. Contiene una útil enseñanza oculta. Estamos continuamente tratando de  llenarnos de realidad, luz y existencia eterna. Cuanto  más vivos estemos para ello, más realización experimentaremos. Así se humaniza el hombre y hay perfecta mezcla psíquica y espiritual de naturaleza humana. La copa de la vida se llena gota a gota y debemos prevenir cualquier derrame. Cada rasgo negativo del carácter es un agujero en la copa de la vida. Trata de vaciarlo de su vitalidad. De modo que el llenarla con buenas acciones es importante, así como la prevención de fugas de él.

Buscando a la voz interna: Cada momento de nuestras vidas, enfrentamos el desafío de rechazar lo incorrecto y hacer lo correcto. Y qué es incorrecto y qué es correcto, sólo la Voz Interna nos lo puede decir. Para escucharla debemos estar absolutamente silenciosos y alertas, para que nuestras tendencias no se interpongan en el camino. Si el pensamiento que recibimos es coherente con la absoluta honestidad, pureza y altruismo, entonces es el adecuado, podemos estar seguros.

Cuando reverenciamos a aquellos que son más nobles, superiores y sabios, entonces nos elevamos. Esto también realiza nuestra vida. Cada enseñanza universal bien vivida ayuda a la realización. Lao Tse estableció la única ley de la Paz. Dijo: “Con verdad conoceré al falso, también con verdad conoceré al verdadero. Con liberalidad conoceré al libre, también con liberalidad conoceré al intolerante. Con fe conoceré al fiel, también con fe al infiel. Curaré la miseria con generosidad. Curaré al mentiroso con la verdad”. Un acto gentil y genuino nos abruma a todos. Nos dicen que estudiemos  y reflexionemos. Para lograrlo en la vida tenemos que practicar repetidamente hasta que esto se vuelva parte de nuestro ser.  'La vida misma es el deseo más profundo del  “yo”. Cuando vivimos la vida en su plenitud realizamos aquel deseo más profundo del yo'. Sólo quienes viven una vida realizada pueden devolver bien por  mal.

La ley del amor para la paz eterna: Para vivir una vida significativa, tenemos que sufrir  una transformación, un cambio fundamental interno, que  ama todo, libre de odio y perdona a quien actúa mal. Hay una transformación en la psiquis.  Entonces ésta se convierte en la fuente de otros cambios en el mundo externo.

Un cambio positivo en la perspectiva de la vida hace a  la vida mucho más rica, con la posibilidad de descubrir su propia unidad. El hombre es responsable de la esclavitud interna, y su realización es el inicio de la transformación para lo cual la preparación interna es esencial. Además de un intelecto despierto necesitamos una mente reflexiva, una que investigue. Una mente que esté dispuesta a explorar y aprender. El espacio interno es creado por la ausencia de prejuicios y condicionamientos.  Arquímedes descubrió que la ley de pérdida de peso de un cuerpo es igual al fluido desplazado mientras se bañaba en una tina,  al reflexionar sobre la pregunta constantemente. El estudio y la meditación ayudan a entender nuestros sentimientos y pensamientos, los que a través de un proceso de refinamiento forman nuestra manera de pensar. Mahatma Gandhi fue influenciado por el libro de John Ruskin “Hasta que esto dure”. La revolución Rusa fue iniciada por Karl Marx. Gandhi inspiró a su vez a Martin Luther King Jr.  Fueron sus ideas,  y no su presencia las que los inspiraron a través del poder del pensamiento y la visión.

Cuidado del cuerpo, control de la mente y control de la acción: Los aspirantes a la auto-transformación normalmente olvidan cuidar el cuerpo físico que es la base de todos los otros cuerpos superiores. Por lo tanto, es un deber que nos incumbe a todos, que las leyes de salud se vuelvan parte de la ley divina y que no sean imprudentemente ignoradas. Una persona que está enferma no puede atender apropiadamente los deberes familiares y sociales, y  esto  añade  peso a la carga de la vida en lugar de iluminarla. También sabemos que una mente sana vive en un cuerpo sano. A los Pies del Maestro dice acerca del cuerpo físico: “A él no debes sobrecargarlo, debes alimentarlo apropiadamente con comida y bebidas puras y mantenerlo estrictamente limpio siempre, incluso del más mínimo aspecto de suciedad, pues sin un cuerpo perfectamente limpio y sano no puedes aguantar el cansancio incesante. Pero siempre debes ser tú quien lo controle, no dejar que él te controle a ti.” De modo similar necesitamos purificar, reforzar y sensibilizar nuestra mente y los otros vehículos para que estén gradualmente bajo control de la mente que es el Raja de los sentidos. Al hacer esto podemos evitar las sacudidas del carruaje de la vida que pueden dañar a otros y a nosotros mismos.

Servicio humano para la salvación: La acción más simple para llenar nuestras vidas de significado es olvidarse de uno mismo y ayudar a otros conscientemente  y con  alegría. “Que la vida puede ser noblemente inspirada y correctamente vivida si la enfrentas con valor y gallardía, como una espléndida aventura hacia tierras desconocidas, donde perderás y ganarás muchas batallas y encontrarás camaradas y muchas alegrías”, dijo Annie Besant. También en el Parlamento de las Religiones del Mundo, en 1893, dijo: “Solo por el servicio la totalidad de la vida se hace posible, todo el universo se une al servicio del hombre, e intentaré esta noche poner en unas pocas palabras para ustedes algo de los elementos  de este servicio, algo de su importancia en la vida diaria, al igual que algo de las alturas donde la práctica diaria puede conducir con el tiempo al alma humana; pues de hecho, pobre es aquella religión que no enseña a los hombres y mujeres del mundo el deber de la vida diaria, y no les brinda inspiración para ayudarlos a ascender hacia la luz.”

Esta inspiración puede venir si nos damos cuenta que la vida es un flujo continuo sin restricciones para la vida Una presente. La idea de que la vida presente sea la única vida, es una concepción estrecha de la vida humana. Necesitamos creer que el hombre es un ser inmortal y su vida física solo es un capítulo de su largo viaje en los planos supra físicos. El Dr. I. K. Taimni dijo en “La Renovación de Sí Mismo”: “Un desarrollo interno es posible porque los Adeptos del ocultismo poseen no solo un conocimiento comprensivo de todos los secretos de la Naturaleza, sino también de la Ciencia práctica de la renovación de sí mismo”…  Además añade:  “Los elementos de esta ciencia de la Renovación de Sí Mismo se han dado a conocer al mundo en general, con el fin de darle a cada persona la oportunidad de hollar la senda de la Auto-Realización”. Así, el  sendero de la Auto-Realización está disponible para aquellos de decidida Voluntad, que están dispuestos a descubrir y recorrer el sendero  para que su vida se vuelva significativa.

Theo. – “Ningún teósofo debe colocar  su vanidad o sentimientos personales por sobre los de su Sociedad como un cuerpo. Aquel que sacrifica la reputación de esta última, o la de otras personas en aras de su vanidad, provecho u orgullo, no se le debería consentir que continúe siendo miembro.  Un miembro cancerígeno enferma al cuerpo entero.”
                        La Clave de la Teosofía, H. P. Blavatsky

miércoles, 25 de marzo de 2015

Karma


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(Luz en el Sendero).
Imaginen junto conmigo que la existencia individual es una cuerda que
se extiende desde el infinito hasta el infinito, sin principio ni fin, y que
tampoco puede romperse. Esta cuerda está formada por innumerables
hilos muy tenues que, al estar apretados, le confieren grosor. Estos hilos
son incoloros, rectos, fuertes y lisos, pero dicha cuerda, según va pasando
por todos los sitios, sufre extraños accidentes. A cada rato un hilo se
engancha y se queda atrapado, o quizás lo halan violentamente,
desviándolo de su alineamiento. Entonces, durante un largo tiempo, el hilo
permanece desordenado y desordena al resto del conjunto. Algunas
veces, uno de los hilos se ensucia o se mancha, y esta mancha no sólo
afecta el punto de contacto, sino también a otros hilos. Y recuerden que
los hilos son entes vivos, como cables eléctricos, o más aún, como nervios
pulsantes. ¡Cuán lejos puede extenderse esa mancha y hasta dónde puede
llegar esa torcedura!

Pero, eventualmente, los largos hilos, los hilos vivientes que en su
continuidad ininterrumpida forman al individuo, pasan de las sombras a la
luz., y entonces dejan de ser incoloros, se tornan dorados y, una vez más,
yacen unidos y al mismo nivel. Una vez más reina la armonía entre ellos,
y dentro de esa armonía interna se percibe una aún mayor.

Este ejemplo es sólo una pequeña parte, un solo lado de la verdad, es
menos que un fragmento. Sin embargo, préstale atención, porque con su
ayuda podrás percibir aún más. Lo que hay que comprender primero es
que el futuro no está formado arbitrariamente por actos separados del
presente, sino que el futuro es una continuidad ininterrumpida con el
presente, como mismo el presente lo es con el pasado. En un plano,
desde un punto de vista, el ejemplo de la cuerda es correcto. Se dice que
prestarle un poco de atención al ocultismo produce grandes resultados en
el karma.. Esto se debe a que es imposible prestar atención alguna al
ocultismo, sin escoger en forma definitoria entre lo que comúnmente
llamamos el bien y el mal. El primer paso en ocultismo acerca al
estudiante al árbol del conocimiento. Debe arrancar el fruto y comerlo;
debe elegir. Ya no puede continuar bajo la indecisión de la ignorancia.
Tiene que avanzar, ya sea por la senda del bien o la del mal, y cualquier
paso que dé en cualquier de estas direcciones, produce grandes
resultados en el karma.

La masa humana camina de manera indecisa y de una forma incierta,
sin conocer la meta hacia la cual avanza, y su línea en la vida es, en
consecuencia, indefinida, conque su karma opera de una manera confusa.
Pero cuando se llega al umbral del conocimiento, la confusión comienza a
disminuir y, consecuentemente, los resultados aumentan el karma
considerablemente, porque todo opera en una misma dirección en los
distintos planos, pues el ocultista no puede hacer las cosas a medias ni
retroceder luego de traspasar el umbral. Esto es tan imposible como un
adulto volverse niño. La individualidad se ha acercado al estado de
responsabilidad en virtud de que ha crecido, y no puede retroceder.
Aquel que quiera escapar de las ataduras del karma debe elevar su
individualidad saliendo de las sombras y acercándose a la luz; debe elevar
su existencia de forma tal, que esos hilos no puedan entrar en contacto
con suciedad alguna, ni engancharse.

 Simplemente, debe elevarse por sobre la región donde opera el karma.
No abandonará, sin embargo, laexistencia que está viviendo. El terreno
puede ser áspero y sucio, o puede estar lleno de flores cuyo polen mancha,
y de dulces sustancias quese adhieren y se convierten en apegos, pero por
sobre ello siempre estaráel límpido cielo. Aquel que desea estar libre de karma,
debe buscar hogar en el aire y después en el éter. Aquel que desea crear buen karma se
encontrará con muchas confusiones, y en el esfuerzo por sembrar una
buena semilla para su propia cosecha, puede plantar miles de malas
hierbas, y entre éstas, la peor de ellas. No desees plantar semillas para tu
propia cosecha; desea solamente sembrar aquella semilla cuyo fruto
puede alimentar al mundo. Tú eres parte del mundo, conque al proveerle
de alimento, te estarás alimentando a ti mismo.

Sin embargo, hasta en este pensamiento merodea un gran peligro, al
cual tiene que enfrentarse el discípulo que durante largo tiempo pensó
que trabajaba para el bien, mientras que en el íntimo recinto del alma sólo
percibía el mal; es decir, pensaba que tenía la intención de beneficiar al
mundo en gran manera, mientras que todo el tiempo inconscientemente
albergaba un pensamiento de karma, y el gran beneficio para el cual
trabajaba era para sí mismo. El individuo puede rehusarse a pensar en
una retribución, pero en ese mismo rehusarse se aprecia el hecho de que
se desea una recompensa. Y es inútil que el discípulo quiera aprender por
medio de verificarse a sí mismo. El alma debe estar libre de ataduras y
deseos. Pero hasta que los deseos no estén fijos solamente en ese estado
en el que no hay recompensa ni castigo, bien ni mal, es en vano que siga
esforzándose. Puede parecer que el individuo esté haciendo un gran
progreso, pero algún día se encontrará frente a frente con su propia alma,
y reconocerá que cuando llegó al árbol del conocimiento, escogió la fruta
La Sociedad Teosófica en América amarga y no la dulce, y entonces el
velo caerá por completo, y cederá su libertad para convertirse en esclavo del deseo.
Por lo tanto, te lo advertimos a ti, que estás apenas inclinándote hacia
la vida oculta, aprende ahora que no hay cura para el deseo; que no
existe cura contra el amor a la recompensa, ni tampoco contra la miseria
del anhelo, salvo fijando la vista y el oído en aquello que es invisible e
inaudible. Comienza desde ahora a practicarlo y alejarás así miles de
serpientes de tu sendero. Vive en lo eterno.

La forma de operar de las leyes del karma no deben estudiarse hasta
que el discípulo no haya llegado al punto en el que ya no se vea afectado
por ellas. El iniciado tiene derecho a exigir los secretos de la naturaleza y
a conocer las leyes que gobiernan la vida humana. Obtiene este derecho
al trascender las limitaciones de su naturaleza y liberarse de las reglas
que gobiernan la vida humana. Se ha convertido en una parte reconocida
del elemento divino y ya no le afecta cuanto es temporal. Es entonces
cuando obtiene el conocimiento de las leyes que rigen las condiciones
temporales. Por lo tanto, tú que deseas comprender las leyes del karma,
intenta primero liberarte de ellas, y esto sólo puede hacerse fijando tu
atención en aquello que no se ve afectado por dichas leyes.
__________
Traducido directamente de la versión original, en inglés, publicada por The Theosophical
Publishing House, 15a. impresión, 1970, Adyar, India. Traducido por: Dolores Gago, The
Theosophical Society, Adyar, India.

viernes, 20 de marzo de 2015

La práctica de la Teosofía: saber y ser


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S. SUNDARAM

Secretario General de la Sección Inda de la ST. Charla dada en el Congreso Indo-Pacífico, en Bali, noviembre 2013

 La Sociedad Teosófica, por medio de la comprensión de su Lema, y los tres Objetivos declarados, ha intentado liberar al mundo de sus divisiones y desacuerdos, y ha estimulado a sus miembros a desarrollar una visión y un enfoque positivos hacia la vida. Lo que más importa en este intento es el esfuerzo sincero y la dirección en la que el conocimiento y la energía se canalizan. Como sabemos, con el pasar del tiempo se da cada vez más importancia a los valores materialistas en la sociedad en general. Los intereses individuales, principalmente económicos pero también locales, a diario están separando a las personas. Lo individual se pierde en la multitud privada de su sentido de pertenencia. Por lo tanto, han aumentado las responsabilidades de los miembros de la ST para llevar a cabo el trabajo. La gente comprometida en la liberación espiritual debe estar igualmente interesada en la ética social, así como en las responsabilidades sociales. Cuando la vida se armoniza con un sentido de tal obligación moral, entonces la transformación del individuo y un cambio en la estructura social pueden hacerse presentes de modo simultáneo. Pero esto requiere de un tremendo auto-sacrificio y servicio social, integridad personal y una fuerte consciencia social.

 Recuerdo unas palabras expresadas por Acharya Vinoba Bhave. Él manifestó que no estaba preocupado respecto al pensamiento de Gandhi, porque eso es una filosofía viva, y siempre permanecerá como una fuente constante de inspiración, “es universal y siempre relevante”. Estaba seriamente preocupado respecto a la conducta ”gandhiana” que se va debilitando a diario. Y todos sabemos que mientras haya una brecha entre el pensamiento y la conducta, una división entre el conocimiento y la acción, no seremos capaces de encontrar una solución, ni para sí mismo ni para los demás, para salir de una situación difícil y complicada. Sea cual sea el conocimiento que obtengamos o lo que estudiemos, debe estar imbuido e internalizado como una experiencia en nuestra consciencia. Porque la Teosofía “continúa siendo significativa hoy y permanecerá así en el futuro”.

 ¿Qué estructura mental humana producirá ese entorno ético? Esto continúa siendo un desafío. Más que un desafío, es una gran responsabilidad para todos los miembros y no sólo para los miembros sino para toda la humanidad.

 Tagore, en una de sus conferencias, señala la diferencia entre “perfección en hacer” y “perfección en ser”. Una persona con un talento y entrenamiento inherente en un campo específico, puede ser capaz de desempeñar su trabajo o presentar su arte muy sistemática, metódica y eficientemente. Un profesor de Religión y Filosofía puede ser muy bueno para explicar las enseñanzas del Gita, Buddha, Gandhi y J. Krishnamurti, pero afuera del aula puede no ser veraz en sus asuntos diarios y en su relación con los demás. Entonces es esencial que seamos veraces de corazón en la conducta. Es sumamente necesario tener y desarrollar ciertas características básicas, humanas y benevolentes para avanzar en el sendero, de lo contrario, todo lo que estudiemos y escuchemos permanecerá solamente en un nivel académico. Como dijo Gandhi, “Satyagraha no es algo para practicar en las cuevas de los Himalayas. Se debe manifestar en la acción de nuestra vida diaria”. Sólo una transformación esencial en nuestro ser interno puede ayudar a producir un cambio en el mundo externo. La transformación interna es la fuente del cambio externo, de la revolución externa. Transformar las características personales en valores sociales es la revolución. Sólo un cambio interno puede producir un cambio en nuestra actitud y en el mundo externo. Que una persona sea genuina y profundamente conocedora, o no, se puede saber al ver si es más humilde, compasivo, sensible, paciente y con un sentimiento de amor y fraternidad hacia todos los seres vivos.

 “El principal propósito de la ST es la regeneración de la consciencia humana por medio del Amor Universal”. Si uno desea comprender, examinar y juzgar la Sociedad Teosófica, entonces puede hacerlo no por conocer el número de miembros sino por el modo en que ellos viven y las cualidades que se manifiestan en su comportamiento. Tendremos que buscar y ubicar nuestra fortaleza y vitalidad en las cualidades de los miembros porque en la formación de un nuevo sistema de civilización humana estas cualidades supremas tendrán el rol principal, el más prominente.

 La Sociedad Teosófica pone gran énfasis en la búsqueda de la verdad, en un compromiso con la verdad, y en poner todo nuestro esfuerzo y energía para vivir esa verdad. Este compromiso con la verdad despierta la sensibilidad, un sentido de percepción y un sentido de urgencia por una causa. Cuando existe un compromiso intenso y completo a la verdad, entonces el Agraha personal, las consideraciones personales, desaparecen automáticamente, pero la intensidad se canaliza en una forma creativa, constructiva y  positiva.

 La Historia está repleta de ejemplos de que quienquiera que haya tratado de comprender y descubrir la verdad, de seguir la verdad, manifiesta que una persona amante de la verdad es siempre inquisitiva, tiene una mente investigadora y trata de conocer, comprender y percibir la verdad en su verdadera perspectiva, en su totalidad. Quiere profundizar en el significado inherente, en el motivo y en el mensaje de la verdad. La Teosofía incentiva el espíritu de búsqueda, ayuda a explorar modos de contestar las preguntas fundamentales de la vida, y provee claridad a nuestro pensamiento. Un hombre con ese estado o nivel mental, permanece veraz a sí mismo, veraz a su sociedad y a la naturaleza. En otras palabras, permanece veraz hacia todo el mundo. El descubrimiento, estudio, meditación y reflexión sobre la verdad es posible sólo cuando uno lleva una vida simple, limpia y pura, comprometida con elevados ideales. Es una recompensa para la cual tendremos que esforzarnos con gran sinceridad, y nuestras creencias deben ser el resultado de nuestro propio estudio, observación y conocimiento interno. La Teosofía presenta una filosofía en su totalidad, que puede hacernos comprender la vida y practicar el arte de vivir. La verdad siempre se manifiesta por medio del bienestar, la justicia y la buena conducta. Por lo tanto, es necesario que tengamos un compromiso total con la verdad, y que también intentemos generar sinceramente este sentido de compromiso en los demás.

 Por nosotros mismos debemos ver, comprender y juzgar el progreso, la profundidad interna, la evolución y la transformación, según nuestra propia forma de pensar y de vivir. Estos se deben reflejar en nuestras actividades e interacciones. ¿Cuánto somos capaces de insistir en la verdad bajo situaciones adversas y desafiantes? ¿Cuál fue nuestra contribución en la promoción de la causa del movimiento Teosófico? El criterio de juzgar la integridad de alguien, es si es honesto consigo mismo. Su honestidad no es por los principios, sino porque es simplemente honesto. Entonces, sus acciones también se manifiestan en consecuencia. Mejorará la intensidad de su compromiso y participación y también expandirá su área de actividades teosóficas.

 Los Pacificadores han enfatizado el discernimiento. El hombre tiene la habilidad de distinguir y decidir qué está bien y qué está mal, qué es justo y qué no lo es, qué es adecuado o no. Pero en vez de tener la capacidad de discernir entre lo recto y lo incorrecto, vemos que muchas personas son incapaces de practicarlo en la vida real, y les resulta difícil actuar en consonancia. Porque tener sólo el poder de discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo recto y lo incorrecto, no nos lleva a ningún lado. Viveka, si está sola, es defectuosa, y entonces es necesario comprender y darnos cuenta de la fuerza de Vairagya y Tyaga (templanza saludable y sacrificio) junto con la capacidad de discernir. No es huir de la vida, sino estar en medio de la vida, sin estar apegados a ella. En otras palabras, elevarse sobre esos límites que esclavizan al hombre y le impiden avanzar en su viaje hacia lo espiritual.

 Alguien podría decir que es muy difícil vivir y sobrevivir con tales nociones ideales. No es posible practicarlas en los asuntos de la vida diaria. Entonces surge la pregunta, ¿para qué vivimos? ¿Por qué no somos capaces de cambiar la visión de otros hacia la vida por medio de nuestro propio modo de pensar y vivir? Como lo expresó Tagore, “Una lámpara nunca puede iluminar otra lámpara a menos que continúe ardiendo su propia llama… La Verdad no sólo debe informar sino también inspirar”. En otras palabras, “si la inspiración desaparece, y sólo se acumula la información, entonces la verdad pierde su frescura y vitalidad. La vida es un proceso de síntesis continua, y no de adiciones.”

 La vida no iluminada que estamos viviendo no tiene un verdadero significado y verdad. Debemos tratar de concentrarnos en pensamientos y acciones que puedan ayudar a alguien a moverse de una consideración personal “hacia un yo moral y espiritual”. Proponerse no hacer ningún daño a nadie, es una idea muy buena. Pero un paso más positivo sería ver de qué manera puedo hacer el bien a los demás. Debemos trabajar y cultivar la tierra dentro de nosotros para que se vuelva fértil, receptiva y vulnerable para recibir y nutrir las semillas internas de transformación que florecerán y trascenderán volviéndose un ser que tiene Unidad de visión, pensamiento y acción.

 Ahora la pregunta es: ¿Qué es lo que obstaculiza, impide y aparece en el camino del viaje de ascenso? Para una transformación en nuestra psique, para un cambio en nuestro ser total, la preparación interna es indispensable.

 Como expresó HPB de modo categórico, la Teosofía es “el verdadero ocultismo” y “altruismo”. Necesita de una “gran renunciación al yo”. Cuando estamos comprometidos en una noble misión, entonces, el trabajo de la misión es importante y no la glorificación personal. A menos que nos liberemos de los pensamientos y acciones que fortalecen nuestro ego, las consecuencias indefectiblemente serán lo que hoy presenciemos en varios lugares del mundo. El verdadero espíritu religioso es “vivir y ser consciente” del sentido de responsabilidad que tenemos hacia metas más elevadas, hacia nuestra organización y hacia la sociedad en general. Además, es un ejemplo de cómo uno debe responder a tales situaciones si existe un fuerte deseo de conducirlas de modo teosófico.

La clave del desarrollo es la transformación, el cambio completo. Ciertas experiencias e incidentes producen un gran cambio en la vida del individuo. Todos sabemos cómo Gandhi fue arrojado del compartimento de un tren en Sudáfrica. Antes de este incidente, e incluso después de él, a varios pasajeros de piel oscura le deben haber prohibido entrar a los compartimentos del tren o a otros lugares debido a la discriminación racial prevaleciente en ese momento, pero sólo ha existido un Gandhi en la historia. Hay muchos otros ejemplos similares que muestran que para una mente crítica, observadora, investigadora, el espíritu de búsqueda es necesario para comprender nuestro yo real, para comprender los misterios de esta maravillosa tierra, la verdad cósmica, y principalmente la unidad de todo el fenómeno de percibir que la  consciencia Una, que es la energía suprema, impregna cada partícula en cada ser de este cosmos. Este cambio no se produce sin dolor e incomodidad. Cuanto mayor sea la intensidad del cambio, mayor será el dolor. Sin embargo, el ser que emerge después de padecer ese dolor y sufrimiento intenso es un ser iluminado, que tiene la claridad de la percepción y el resplandor de la sabiduría. La vida del Señor Buddha revela que después de ver un anciano, un enfermo, una mujer que lloraba, etc., experimentó el dolor y el sufrimiento y luego tuvo que luchar con fuerza para descubrir la Verdad.

 En el caso de la Dra. Annie Besant, encontramos que el sufrimiento personal en etapas cruciales de su vida, hizo que ella comprendiera el sufrimiento humano en general. El sufrimiento de su hijo, su sufrimiento por el niño, resultó en el despertar de la compasión por la humanidad. ¿No fue un momento revolucionario? Las acuciantes preguntas y dudas sobre la existencia misma de Dios, con la profundidad de la Sabiduría, se convirtieron en una fe inmensa, inconmensurable, en el Poder Divino y en la humanidad. De modo que su dolor, el sufrimiento, tristeza, conflictos, dudas y preguntas, finalmente resultaron en que su personalidad se volviera un manantial de amor ilimitado, compasión y profundo interés por todo el mundo.

 Me gustaría mencionar un incidente para tratar otro tema. El mecanógrafo en la biblioteca del Instituto de Investigación donde yo trabajaba estaba muy interesado en escuchar relatos religiosos y con moral, en saber sobre el contenido de las charlas dadas en nuestra Rama Teosófica en la Sección Inda de la Sede Internacional, o en charlas dadas durante la Convención Internacional. Cuando le mencioné sobre la afirmación dada en A los Pies del Maestro:

 Es bueno hablar poco, mejor aún no decir nada, a menos que uno esté seguro de que lo que va a decir es verdadero, amable y útil… piensa cuidadosamente si lo que vas a decir tiene estas tres cualidades.

 A la mañana siguiente cuando llegué al Instituto, me dijo que durante las últimas dieciséis horas sólo pudo decir tres oraciones. Luego, pensé que él había estado experimentado con lo sugerido en el libro. Debe haber ahorrado mucha energía al no permitirse decir chismes, o hablar sin necesidad. Ahora lo único que debe hacer es utilizar esa energía en la dirección correcta. Porque lo que más importa en esta tarea es el esfuerzo sincero y la dirección en la cual se canalizan el conocimiento y la energía. Lo más importante es la dirección en la que nos dirigimos. La pregunta es, ¿cuántos lectores que leyeron ese párrafo, realmente experimentaron con él?

 Cuanto más uno practica o desarrolla el hábito de pensar correctamente, y de actuar correctamente, mayor será la posibilidad de comprender y descubrir los valores correctos de la vida. Después de todo, el hombre tiene cierta moral y capacidades espirituales que pueden mantenerlo bajo un control razonable. Por lo tanto, la comprensión y el conocimiento para discernir entre la vida que evita causas, y la vida que promueve fuerzas, es esencial. Y esto es posible sólo cuando uno está preparado para escuchar a su voz interna y está listo a ser guiado por la voz de su consciencia. Como lo expresó el Prof. Rege durante la Convención Teosófica Internacional en 1990:

 La práctica de los valores humanos, la purificación de la mente individual y la búsqueda del conocimiento espiritual van a la par. Uno es el soporte necesario del otro. No pueden buscar la liberación espiritual, estando separados de la ética y las responsabilidades sociales.

 La vida y trabajo de la Dra. Annie Besant nos dan la lección de que todo ciudadano respetuoso de la ley debe aceptar la obligación moral de controlarse en todos aquellos pensamientos y acciones que crean obstáculos en el camino hacia la unidad, la integración y la fraternidad. Ella nos inspira a trabajar por toda la humanidad.

 Tendremos que preguntarnos, ¿qué es lo que obstaculiza, impide y aparece en medio del camino del viaje de ascenso? ¿De qué forma somos diferentes a otros? ¿Cuáles son los cambios que han tenido lugar en nuestras vidas después de ingresar a la Sociedad Teosófica? ¿Estamos aquí en la ST sólo “para generar información” o “para generar comprensión”? Cada uno de nosotros tendrá que dialogar consigo mismo para descubrir cuánta Teosofía se ha vuelto realmente parte de nosotros. ¿Cómo enfocamos un problema? ¿Cuán diferente a otros es nuestra forma de abordar un tema? ¿Cómo creó un impacto positivo sobre la gente común nuestra forma de tratar una situación? Éstas, y muchas otras preguntas pueden ayudarnos a comprender dónde realmente estamos, y qué más es necesario hacer. La Teosofía ayuda a ampliar nuestro horizonte mental. Su comprensión genuina conduce a la unión de la mente y el corazón. Nos fortalece desde el interior. Cuanto más profundamente indagamos, mayores son las posibilidades de transformación. Cuanto más tratemos de ponerlo en práctica, mayor será la posibilidad de vivir una vida basada en la armonía, la cooperación, la compasión, la fraternidad y el amor. Sin embargo, no esperemos pasivamente a que la inspiración nos sea servida. Trabajemos arduamente y hagamos nuestros mejores esfuerzos para transformarnos. Como lo expresó HPB:

 Sin demora pon en práctica tus buenas intenciones, no dejes que ni siquiera una permanezca sólo como intención.

 Entonces, la armonía, la sabiduría y la verdad innatas, por sí mismas se desarrollarán en nosotros. Para hacer una contribución positiva, debemos ser fuertes. Si estamos determinados a hacer de la Teosofía una fuerza viva en nuestra vida, no hay razón para que no haya un efecto multiplicador. Así, tal vez, no habrá necesidad de explicar la importancia de la Teosofía porque la presencia misma de un teósofo reflejará la Teosofía en su sentido más profundo y total.

 Me gustaría finalizar con unas pocas líneas de Hazrat Inayat Khan:

 Existen dos cosas: saber y ser. Es fácil conocer la verdad, pero es muy difícil ser verídico. No es por conocer la verdad que se logra el propósito de la vida. El propósito de la vida se logra al ser verídico.

martes, 17 de marzo de 2015

Una vida inspirada: base para la comprensión



Tim Boyd.

 En los últimos años he viajado mucho. Debido a que mis viajes han sido principalmente por la ST, me ha dado la oportunidad de conocer personas que están atraídas hacia un proceso de desarrollo conciente y compartirlo con ellas. La cuestión no ha sido cerrar un trato, vender algo, o persuadir a alguien a pensar o actuar de cierta manera. Ha sido explorar cosas significativas y considerar algunos de los problemas de la vida.

Una percepción fascinante para mí ha sido comprender que los problemas de aquellos que están involucrados en un camino espiritual, y los de aquellos que no tienen ningún concepto o idea sobre la espiritualidad, son los mismos. Todos están tratando de encontrar modos relacionados con el tema básico del alimento y la vivienda; todos están  preocupados con los innumerables cambios que enfrentan cada día, el clima o las finanzas, y los cambios del cuerpo que llegan con el crecimiento y la vejez. En algún momento todo el mundo tiene que hacer frente a la muerte y el morir; y todos buscan amor, recibirlo, ofrecerlo, y entenderlo.

¿Qué es diferente para el buscador espiritual? La diferencia no está en los problemas mismos, sino en la actitud de la mente al abordarlos. En la vida normal tratamos de solucionar problemas o superarlos. En cierto sentido nos comportamos como si fueran nuestros adversarios. Para aquellos en quienes está naciendo algún sentido de una más profunda posibilidad, el objetivo no es conquistar, sino comprender, alcanzar esa profundidad de visión que ve el patrón que abarca todo en una vida mayor.

Existe un aforismo en la sabiduría convencional que nos dice “el conocimiento es poder”. Es esta una afirmación que tiene cierto atractivo, pues parece estar de acuerdo con nuestra experiencia diaria y el sentido común. Siempre que aprendemos una nueva habilidad, o aplicamos alguna nueva información, influenciamos nuestro entorno para bien o para mal. Si tu carro se rompe, puedes leer un manual y arreglarlo. Si tu cuerpo tiene problemas, puedes leer, o hablar con un médico y aprender sobre medicación y ejercicios. Si tu mente está inquieta, puedes adquirir algún conocimiento sobre técnicas de respiración o relajación. En estos niveles el conocimiento ordinario es efectivo. Cuando comenzamos a hacer preguntas más profundas tales como, “¿Cómo puedo experimentar la Unidad, o la paz, o incluso la felicidad?” se necesita algo más. Al dirigirse nuestro interés a niveles más profundos del ser, el conocimiento convencional no es efectivo.

En el lenguaje común el término conocimiento puede significar varias cosas, puede ser la dirección del supermercado del barrio, los datos de un experimento físico, o una descripción del cuerpo astral. Aunque diferentes en contenido y calidad, el proceso para obtener conocimiento es el mismo. Los órganos de sensación transmiten impresiones al hombre interno. Según la ciencia contemporánea, el sistema nervioso informa al cerebro. En la tradición de la sabiduría perenne, la cual reconoce la primacía de la conciencia, el proceso tiene un rango mayor. Los Jnanendriyas (órganos de conocimiento) transfieren nuestras percepciones a capas siempre mayores de nuestro ser. Lo que comienza como una impresión psíquica se transforma en una sensación, después en un sentimiento, y luego se combina con el pensamiento. La característica distintiva de la información es que sin importar el tema, la información no se transforma. Es, en el mejor de los casos, un fenómeno mental.

Para aquellos que están conscientemente comprometidos en un proceso de autotransformación existe una jerarquía de percepción en la cual el conocimiento normal es el primer paso. El desenvolvimiento de la conciencia se mueve desde el conocimiento, al entendimiento, a la sabiduría. El conocimiento es el artífice. Provee la estructura y es una función de la mente. La comprensión da sentido a las estructuras que la mente construye y es una función de buddhi, la intuición espiritual. La sabiduría es como el espacio, que contiene a todas las cosas, define todas las cosas, pero no puede ser identificado con cualquiera o ninguna de ellas. Es la naturaleza de la realidad. En palabras de Krishna, “Habiendo penetrado este universo con fragmentos de mí mismo, Yo permanezco”. Experimentamos la sabiduría como la percepción de la realidad.  La plegaria de muchos es “De lo irreal condúceme a lo Real”.

Para la mayoría de nosotros, la necesidad actual es movernos más allá de las tendencias de la mente de reunir información y dirigirnos a las funciones más profundas de una mente iluminada por buddhi.  Solo esta mente refleja la amplitud, creatividad, comprensión, libertad y compasión que caracterizan una vida inspirada. La información ofrece la estructura y es un proceso mental. La  comprensión es una función de la intuición espiritual, buddhi.

En el mundo de la música clásica occidental, el violín Stradivarius se lo considera como un nombre que prevalece sobre los demás. ¿Qué hace tan especial a este instrumento? Un análisis cuidadoso ha mostrado que los materiales usados para fabricar el violín fueron de la más alta calidad. La combinación maestra de aquellos materiales por la familia Stradivarius creó un instrumento que produce los sonidos más finos. Sin embargo, incluso un Stradivarius no puede hacer música a menos que esté cuidadosamente afinado. Una vez afinado es todavía inútil hasta que se coloca en las manos de un músico genuino. El desenvolvimiento, afinación, y uso superior de nuestros vehículos, en especial nuestra mente, es similar. Los materiales son como el conocimiento; para poder crear un instrumento utilizable estos deben ser de calidad superior, pero los materiales (información) solos no son suficientes. Deben ser combinados en estructuras capaces de producir un sonido puro. Las estructuras  conceptuales de las enseñanzas teosóficas cumplen esta función. Sin embargo, incluso esto no es suficiente. El instrumento debe ser afinado y después colocado en las manos del músico. Las disciplinas de estudio profundo y meditación son las vías por las que nuestra mente se afina, pero es solo entonces que la intuición espiritual puede manifestar su presencia. La fabricación y la afinación son un proceso mental. El tocar es la función de Buddhi. Al realizar el trabajo disciplinado de preparar la mente, hemos hecho todo lo que nos es personalmente posible. El próximo, y a veces el paso más difícil, es renunciar a nuestro esfuerzo personal y permitir al Ser Superior jugar a través de nosotros. Este es el trabajo de toda una vida.

Parte del propósito de las muchas disciplinas espirituales del mundo es propiciar la experiencia de este descenso del Ser Superior. Según la tradición, a esta experiencia se le da un nombre diferente. La estrecha asociación de esta experiencia con las enseñanzas y prácticas de las diferentes religiones y tradiciones espirituales dan la impresión de que es algo disponible solamente al devoto profundo o profesional espiritual. El hecho es que todo el mundo, sin excepción, tiene alguna familiaridad con este estado de existencia. ¿Quién no ha tenido la experiencia de contemplar el atardecer, un día en particular y sentirse abrumado por un sentido de belleza, serenidad y poder? O la experiencia de perder toda conciencia de uno mismo al contemplar la alegría espontánea de los niños que juegan, o los pájaros que vuelan. En estas ocasiones, nuestro proceso normal de análisis y observación está momentáneamente suspendido. Después del hecho, nos encontramos a nosotros mismos describiendo estos momentos como situaciones en que fuimos felices, pacíficos, alegres, o estábamos contentos, pero estos son pensamientos posteriores. El factor precipitante de esta experiencia es que, por un momento, nos encontramos liberados de nuestras habituales preocupaciones con nosotros mismos. Estamos temporalmente aliviados de la fascinación interminable con nuestros problemas, nuestros numerosos deseos. Nuestros gustos y aversiones. En ese momento la luz de Buddhi tiene una oportunidad de brillar sobre una mente que brevemente se ha transformado en un lago tranquilo, no alterado por las constantes olas del pensamiento auto enfocado. Aunque la experiencia es fugaz, en ese breve momento comprendemos. Comprendemos lo que es paz y lo que significa ser genuinamente feliz. Sentimos la presencia de un amor que todo lo abarca  y es omnipresente. Algo similar le ocurre a todos en algún momento de la vida. A menudo el deseo de reproducir esta experiencia es la razón para involucrarse en el camino espiritual.

Para muchos, el deseo de repetir esta experiencia momentánea de ausencia del yo, se vuelve un interés impulsor. Las tradiciones espirituales de todo el mundo piden a sus devotos hacer peregrinaciones que duplican los viajes de sus fundadores. Se anima a los devotos a usar ciertas vestiduras, realizar rituales, ir a lugares especiales, decir ciertas palabras con la esperanza y la intención de que al hacerlas experimentarán lo que experimentó el gran maestro. Incluso fuera de las tradiciones religiosas nos comportamos de manera similar. El problema para nosotros es que estas experiencias no son el resultado de ninguna condición exterior, y no se pueden inducir siguiendo una fórmula.

En cierta ocasión una mujer me contó una historia de una visión que ella tuvo del infierno y del cielo. En la visión del infierno se le mostró una mesa llena de comida. Todo manjar imaginable estaba sobre aquella mesa, solo los más deliciosos alimentos. Había personas sentadas alrededor de la mesa. El rasgo extraño de las personas era que tenían brazos muy largos que estaban rígidos. Cuando tomaban la comida no la podían llevar a sus bocas. Sin un codo que doblar, por más que trataban no podían alimentarse a sí mismos. De esta manera, en el infierno, incluso ante la presencia de las más exquisitas y nutrientes comidas, la gente se moría de hambre, iracunda y desesperada.

Después se le mostró una visión del cielo. En el cielo vio exactamente la misma mesa con la misma abundancia de alimentos. Alrededor de la mesa había personas sentadas con los mismos rasgos de la gente del infierno, brazos largos y rígidos. La diferencia en el cielo era que, en lugar de la fútil lucha para alimentarse a sí mismos, la gente utilizaba los brazos para alimentarse los unos a los otros.

En las ocasiones en que he compartido este relato se me ha dicho a veces que es una hermosa historia, pero que en el “mundo real” no es práctico. En este “mundo real” donde cada quien está cuidando de sus propios intereses, son los egoístas los que son alimentados mientras que los bondadosos mueren de hambre. Este punto de vista, tanto como un hecho como una base para la acción, no es exacto. Como una cuestión práctica, los actos de bondad, compasión, amor, honestidad, generosidad son como el alimento que cada persona anhela. En su presencia florecemos. En su ausencia desarrollamos el gusto por sustitutos de baja calidad, comida chatarra, como el conflicto, la excitación constante, las adicciones a sustancias o relaciones. Estas ingestiones de baja calidad tienen el efecto de adormecernos o de llevarnos a un estado de amnesia. La profundidad de nuestra necesidad de conectarnos con otros como una expresión natural de nuestra naturaleza interna está enmascarada y temporalmente olvidada. En presencia de alguien, o de algún lugar de la naturaleza que nos permita encontrar esta experiencia de amor, compasión, etc., nos emocionamos y recordamos.

A veces nos tropezamos con el término “círculo vicioso”. Es un término que frecuentemente se encuentra en el campo de la economía, pero es también la base para innumerables historietas y dibujos animados. Así, por ejemplo, un hombre regresa a casa. Está enojado por algo relacionado con su trabajo. Su perro viene a recibirlo a la puerta. En su ira patea al perro. El perro escapa del hombre y persigue al gato. El gato escapa del perro, y corriendo golpea un candelero. El candelero prende fuego a la casa. El hombre se pone más furioso. El  círculo vicioso describe una situación en la cual la solución aparente de un problema crea uno nuevo e incrementa la dificultad de resolver el original. Un ejemplo más profundo de este lazo de retroalimentación negativo se encuentra en la enseñanza budista de los Doce Nidanas, también llamados los doce eslabones originales interdependientes. Se ilustra visualmente en La Rueda de la Vida, o Bhavachakra. En esta compresión del círculo vicioso, el primer eslabón, la ignorancia, lleva inexorablemente a todos los otros, los cuales incluyen básicamente el nacimiento, la  enfermedad, la vejez, la muerte y el renacimiento en la repetición del ciclo. Es una descripción del mecanismo de Samsara.

Así como existe un circulo vicioso, también existe un “círculo virtuoso”, una condición en la cual una circunstancia favorable da origen a otra que subsecuentemente respalda la primera. Así, por ejemplo, conocemos a  alguien que vive una vida inspirada, alguien que es amable, amoroso, paciente y generoso. En su presencia somos conscientes de cuán profundamente respondemos a estas cualidades. Lo sentimos como una necesidad. Esta conciencia nos despierta a la presencia de estas mismas cualidades en nuestro interior. Entendemos más profundamente nuestra propia naturaleza. Esto conduce a una capacidad creciente por la amabilidad, el amor y la compasión de nuestra parte, la cual a su vez conduce a una comprensión mayor que nos lleva a vivir de forma inspirada, una espiral creciente de inspiración, comprensión y creciente capacidad para servir.

Existe el potencial para una nueva mente dentro de nosotros, una mente abierta a la comprensión que viene de una forma de vivir inspirada. No es la mente de cualquier individuo sino aquella mente mayor interna dentro de la cual todos “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”. Justo detrás de los muros de la auto absorción que forman los límites de nuestro mundo normal, yace algo más grande, un nuevo mundo cuya extensión y hospitalidad abarca a todos los seres. Es nuestro trabajo derribar estas barreras.

sábado, 7 de marzo de 2015

Desde el Atalaya



 M.P.Singhal

 H. P. Blavatsky (HPB), su visión y su obra.

Si contamos la vida por el número de años vividos, Madame Blavatsky tuvo una vida  comparativamente corta (1831-1891). Sin embargo, si medimos la vida por el trabajo que hizo por el bien de la humanidad, tuvo una vida notable de trabajo de avanzada a favor de la regeneración humana, en el que indicó el camino y los principios de vida, así como las señalizaciones para advertir de los peligros a la humanidad errante. El año 2014 conmemora 125 años de sus dos importantes libros: La Clave de la Teosofía y La Voz del Silencio. En La Clave de la Teosofía, HPB, uno de los fundadores de la Sociedad Teosófica, anticipa cada pregunta posible y la responde directamente, de forma vigorosa y brillante.

La autora dice: “La Teosofía no es ninguna filosofía de sillón sino la guía de acción individual para una vida sana”. Aquí hace una llamada de atención al aspirante para que se haga cargo de su propia vida y no se incline ante ninguna autoridad externa. Ella expresó: “La Teosofía no es nada de otro mundo sino que está totalmente dirigida al aquí y al ahora. No ofrece nada aburrido sino que es un testimonio de gozo, de vida y de ausencia de temor”. En otro punto afirma “Para los que son mentalmente gandules u obtusos, la Teosofía debe seguir siendo un enigma, porque tanto en el mundo mental como en el mundo espiritual cada hombre tiene que progresar por sus propios esfuerzos”.  HPB, nacida en una familia rusa de la realeza, fue psíquica desde su infancia. Su hermana la Sra. Vera Zhelikjhovsky escribe sobre sus correrías y su psiquismo, y menciona que en ella había una naturaleza dual, que hacía pensar que había dos seres en un solo cuerpo; uno travieso, combativo y obstinado, y el otro místico y de inclinación metafísica.

Ningún antiguo académico pudo ser más diligente en el estudio de los libros de alquimia, magia, y ciencia oculta. “Los había leído ya con el mayor interés a la edad de quince años” escribe Madame Blavatsky. Y sigue diciendo “He vivido siempre una doble existencia, misteriosa e incomprensible, incluso para mí misma, hasta que conocí a mi Indio, todavía más misterioso, en Tibet en 1885 y eso cambió el curso de mi vida”. En 1873, fue enviada por el Maestro a América donde conoció al Coronel Olcott,  y este encuentro resultó en la fundación de la Sociedad Teosófica en 1875. Su visión era,  “Tratar de hacer mejores a los hombres y sacrificarse por su regeneración”, y con la colaboración total del Coronel Olcott, dedicó su vida a la Regeneración Humana.

Madame Blavatsky en su Obra Magna La Doctrina Secreta, señala:
1.- La  identidad Fundamental de todas las almas con la super alma universal (Parabrahm), la Unicidad de toda la vida basada en su divinidad.
2.- Todo el orden de la Naturaleza evidencia una marcha progresiva hacia una vida superior. En lo que respecta a la humanidad, es la evolución espiritual del hombre interno inmortal lo que forma el postulado fundamental de la Ciencia Oculta.

Hay una cita muy hermosa e inspiradora, procedente de una antigua escritura, en La Doctrina Secreta: “Levanta la cabeza, oh Lanú, ¿no ves una o incontables luces encima de ti, ardiendo en el oscuro cielo de la medianoche? Siento una llama oh Gurudev. Veo innumerables chispas unidas refulgiendo en ella. Dices bien. Y ahora mira a tu alrededor y dentro de ti mismo; esa luz que arde en tus Hermanos, los hombres. No es nada distinta, aunque su ropaje externo engañe al ignorante y le haga decir “Tu alma y mi alma”. Todo esto nos guía hacia la unicidad y al servicio altruista de los demás. Madame Blavatsky añade: “Por cada flor de amor y caridad que el hombre plante en el jardín de sus vecinos, desaparecerá del suyo una mala hierba odiosa y en ese jardín de los dioses, la Humanidad, florecerá como una rosa.”

La complejidad de La Doctrina Secreta.
En su análisis de La Doctrina Secreta, la Sra. Annie Besant señaló: “Hay que decir rápidamente que la gran mayoría de la gente normal y despreocupada, hará bien en no empezar a leer La Doctrina Secreta. Hay que adquirir cierta posición mental antes de leer nada porque de lo contrario, resultará tedioso e inútil. El futuro lector tiene que sentir un intenso deseo de saber y de saber no solamente las relaciones entre fenómenos sino las causas de los fenómenos; tiene que estar buscando muy seriamente ese puente que existe entre la materia y el pensamiento, entre la vibrante emoción y la excelencia.

Quien es teósofo:
En uno de sus mensajes a los Teósofos americanos reunidos para su convención anual, Madame Blavatsky escribió: “No todos los hombres pueden ser ocultistas, pero pueden ser teósofos. Muchos que no han oído hablar nunca de la Sociedad son Teósofos sin saberlo siquiera, porque la esencia de la Teosofía está en la perfecta armonización de lo divino con lo humano en el hombre, en el ajuste de sus cualidades y aspiraciones divinas y su influencia sobre las pasiones terrenales o animales que hay en él. La amabilidad, la ausencia de todo mal sentimiento o egoísmo, la caridad, y la buena voluntad hacia todos los seres, y la justicia perfecta para los demás así como para uno mismo, son sus principales rasgos. Enseña Teosofía quien predica el evangelio de la buena voluntad, y lo opuesto a esto también es cierto: quien predica el evangelio de la buena voluntad enseña Teosofía.

Madame Blavatsky era extremadamente amable y profundamente compasiva. Nunca alimentaba ningún rencor ni ofensa en el corazón contra nadie, aunque esa persona pudiera haberla dañado gravemente. Cuando alguien le preguntaba por qué dejaba que se le acercasen personas que parecían malas e indeseables, ella replicaba “Amigo mío, el aura oscura y amenazadora de alguien puede llenarme de recelos, pero siempre existe esa chispa divina que yo veo en su interior. Quien soy yo para negarle a nadie la ocasión de aprovechar la verdad que yo enseño… no importa si yo, personalmente, corro el riesgo de sufrir las consecuencias del engaño, del odio, de la venganza, mientras haya esperanza para la redención de otros.

Doctrinas de vida:
HPB dio a conocer al mundo de finales del siglo XIX, de forma muy potente y casi escandalosa, ciertas doctrinas fundamentales que gobiernan la vida, la materia y los hombres. Tuvo el valor de cuestionar teorías, hechos, creencias y convenciones implantadas en la mente de la gente por la religión ortodoxa y la ciencia material de la época. En el proceso, se granjeó una gran impopularidad, antagonismo e incluso hostilidad por parte de quienes, en la religión y la ciencia, estaban atrincherados en la tradición, la creencia, la estrechez intelectual y el consiguiente orgullo… La acusaron de fraude, plagio, engaño, falsedad e incluso de inmoralidad de carácter. Pero HPB tenía la certeza de que estaba comprometida a manifestarse sin miedo y a continuar, y siguió haciéndolo, ignorando totalmente todo el escándalo, y mostrándose inquebrantable ante todas las calumnias dirigidas a ensuciar su imagen en el ojo público. En una carta que escribió a la Sra. Sinnet, decía “Estaba dispuesta a derramar la última gota de mi vida, renunciando a toda esperanza por la última pizca, no diré de felicidad, pero sí de reposo y consuelo en esta vida de tortura, por la causa a la que sirvo.”

Vamos a extraer de La Clave de la Teosofía unas cuantas preguntas y las respuestas que dio Madame Blavatsky y valoraremos su claridad de pensamiento. Alguien señaló que a la Teosofía y a sus doctrinas muchas veces se las denomina una religión de nuevo cuño, y le preguntó “¿Es una religión?” Ella replicó: “No lo es. La Teosofía es el conocimiento o Ciencia Divina”. Añadió que su objetivo era ante todo enseñar ciertas grandes verdades morales a sus discípulos y a todos los que fueran “amantes de la verdad”. De ahí el lema “No hay religión más elevada que la Verdad”. Su principal objetivo era reconciliar todas las religiones, sectas y naciones bajo un sistema común de ética basado en las verdades eternas.

Al responder a la siguiente pregunta: “¿Se puede alcanzar la “Sabiduría Secreta” simplemente estudiando?”, dijo “Creo que no. Los antiguos teósofos afirmaban, igual que lo hacen los modernos, que lo infinito no puede ser conocido por lo finito, pero el yo finito lo siente; sin embargo, esa esencia divina se podría comunicar con el Yo superior espiritual en un estado de éxtasis”. Y continuó diciendo, citando al Dr. J. D. Buck, M.T.S. “Los individuos de cada época han aprendido más o menos claramente las Doctrinas Teosóficas y las han aplicado a la trama de sus vidas. Esas doctrinas no pertenecen exclusivamente a ninguna religión y no están confinadas a ningún estudio ni tiempo. Son derecho natural de toda alma humana”.

Sobre la naturaleza del principio pensante, HPB dijo “…el principio reencarnante, o lo que llamamos el hombre divino, es indestructible durante el ciclo de la vida; indestructible como entidad pensante y como forma etérea…”

Respondiendo otra pregunta sobre la definición de la reencarnación, señaló que “solamente a través de estos nacimientos puede lograrse el perpetuo progreso de los incontables millones de Egos hacia la perfección final y hacia un reposo final, proporcional al período de actividad,… es el karma, la ley universal de la justicia retributiva”. El Karma como doctrina,  dice que nos hemos hecho a nosotros mismos lo que somos, con nuestras acciones pasadas y estamos construyendo nuestro futuro con nuestras acciones presentes. No existe el destino excepto el que nosotros determinamos. Al aclarar el perdón, HPB menciona que los resultados de nuestras malas acciones confirman su existencia, y que si uno le causa a otro un sufrimiento, esa crueldad no se puede borrar.

“Al definir el deber, dijo lo siguiente: el Deber es lo que se le debe a la humanidad, a nuestros semejantes, vecinos, familia y especialmente lo que debemos a todos los que son más pobres y están más indefensos que nosotros. Es una deuda que, si no se paga durante nuestra vida, nos dejará espiritualmente insolventes y moralmente arruinados en nuestra próxima encarnación. La Teosofía es la quintaesencia del deber”. Más adelante, al definir lo que se le debe a la humanidad, dijo “El  reconocimiento total de los mismos derechos y privilegios para todos, sin distinción de raza, color, posición social o nacimiento”.

Respecto a la unidad de la humanidad HPB dijo “Los principios básicos incluyen Unidad y la Causación Universal, Solidaridad Humana, Ley del Karma, Reencarnación. Estos son los cuatro eslabones de la cadena de oro que debería unir a toda la humanidad convirtiéndola en una familia o Fraternidad Universal”.

Sobre el auto-sacrificio dijo que el hecho de dar a los demás más que a sí mismo es auto sacrificio. Este fue el rasgo común y abundante que caracterizó eminentemente a Gautama Buddha y a Jesús de Nazareth. Este rasgo solamente fue suficiente para asegurarles la perpetua reverencia y gratitud de las generaciones de hombres que vinieron después de ellos, y ella lo explicaba mostrándoles que el altruismo es una parte integral del desarrollo de uno mismo.

Sobre la Caridad, HPB decía que aunque se gasten anualmente millones y millones en beneficencia pública y privada, la mitad se queda en las manos por las que pasa antes de llegar a los necesitados, mientras que una buena parte de lo restante se queda en manos de los mendigos profesionales, demasiado gandules para trabajar, y con ello no se hace ningún bien a los que se encuentran realmente en la miseria y sufriendo… La idea teosófica de la caridad significa un esfuerzo personal por los demás; una compasión y afecto personal, un interés personal por el bienestar de quienes sufren; la solidaridad personal, la preocupación y asistencia en sus problemas o necesidades. Propugnamos por una ayuda directa.

El criterio para juzgar el valor de una causa según HPB, era el de ver si estaba dirigida a la unidad y no a la separatividad, a esferas de atención y amor por los demás cada vez más amplias, en vez de intentar promover el limitado interés egocéntrico. De su vida, todos podemos aprender que si estamos convencidos, tras un juicio objetivo basado en la sabiduría, de cuál es el curso de acción útil, deberíamos seguirlo con determinación, por más que haya mucha gente que se oponga. En este sentido, HPB fue una persona heroica. Veamos una de sus afirmaciones sencillas pero populares. Un verdadero teósofo tiene que poner en práctica el más elevado ideal moral, debe esforzarse por realizar su unidad con toda la humanidad y trabajar incesantemente por los demás. “Vivir en beneficio de la humanidad es el primer paso…” Que esta sea nuestra consigna.

domingo, 1 de marzo de 2015

LA NATURALEZA DE LA SABIDURÍA




N. Sri Ram

¿Qué es Sabiduría? ¿Qué es la Sabiduría? Sabiduría es una cualidad del sujeto
puro y yace en el modo en que éste ve y responde. Ésta cambia constantemente, no
en su propia naturaleza que es potencialidad pura, sino en su acción debido a su
infinita flexibilidad e inagotable iniciativa. La Sabiduría, como el artículo lo indica, es
definitiva, como una verdad ya existente; es objetiva en el sentido de que está allí,
esperando a ser percibida y comprendida. Podríamos decir que es la sabiduría de
Dios; Dios como el sujeto último desconocido más allá de toda idea, porque cada
idea es una creación y, por lo tanto, un objeto.

 Podríamos denominarla también la
sabiduría o conocimiento del Yo Uno que yace en él, o la sabiduría o conocimiento
perteneciente a ese Yo, que puede ser alcanzada. La sabiduría de Dios está en Su
naturaleza, y caracteriza sus métodos o acción. La naturaleza del Yo uno y de cada
Yo –teniendo ambos la misma cualidad, son en esencia lo mismo– es una naturaleza
distinta de cuanto puede ser objeto de pensamiento. La palabra Yo tiene la
connotación de una identidad, pero se refiere a una naturaleza en la cual no hay
identificación con nada que se presente como un objeto o un registro del pasado. Es
un centro de acción y conocimiento, no involucrado con lo pasado.

Sabiduría y conocimiento no son lo mismo, pero conocerse a sí mismo tal como
uno es, es ser sabio. En un tiempo, todo conocimiento era dividido en para (superior
o supremo) y apara (inferior). El conocimiento de todos los objetos, artes y ciencias es
el inferior. El conocimiento de aquello por lo cual todo lo demás es conocido, es el
superior; es el conocimiento de la naturaleza del sujeto, de Dios, o el Yo uno como se
presenta en el individuo, siendo ambos idénticos en esencia. El conocimiento del Yo
es sabiduría, ya que el Yo contiene la esencia de todo lo conocido o por conocer.
Conocemos todo lo que conocemos siempre dentro de nosotros, porque el
conocimiento es un fenómeno subjetivo. En lo más profundo de nuestro ser somos
uno, indivisos. En nosotros está el conocimiento de todo aquello con lo que nos
hemos puesto en contacto, pero la esencia de ese conocimiento que sólo es asimilable
por la más profunda naturaleza del Yo, se fusiona en su unidad. Lo que está fundido
en la unidad es la verdad reducida a un punto. Todas las expresiones de esa verdad
están en armonía, unas con otras. Por lo tanto, si los más bellos y verdaderos
pensamientos presentes en todas las mentes se reunieran en cualquier momento,
formarían una perfecta y maravillosa unidad.

El Yo en su pureza puede considerarse como un punto sin dimensión. porque
tiene una naturaleza separada de cuanto existe. Pero en su aspecto conciencia es una
extensión, un círculo sin circunferencia que todo lo abarca. Dado que esta conciencia
es sensibilidad en sí misma, la más sensible de todas las cosas sensibles, puede
contener un registro de cuanto abarca. Cualquier rayo (o emanación de luz) que

haga impacto sobre ésta le trae su propio mensaje, el cual queda grabado en su cinta
imborrable. Y, posiblemente, emanando de cada cosa hay rayos que atraviesan el
cosmos; no todos a un nivel perceptible. La posibilidad de todo conocimiento está
presente en el Yo, porque éste puede despertar el conocimiento del alma, la
naturaleza más profunda de cada cosa y de todo.
La sabiduría de Dios se expresa en todo, sea grande o pequeño. Él o Aquello está
presente en todo: su naturaleza todo lo penetra; su propósito e inteligencia todo lo
gobierna.

La Teosofía puede ser definida como la Sabiduría que está en todas las cosas,
individual y colectivamente. Podemos no ser capaces de percibirla, pero está ahí.
Estamos abiertos a esa sabiduría sólo cuando nuestro corazón es puro. La palabra
corazón generalmente se usa para denotar la naturaleza de nuestros sentimientos.
Cuándo éste es puro, es decir, cuando ha recobrado su naturaleza original y es capaz
de funcionar con ella, el corazón responde con gran belleza y profundidad. Ve y ama
aquella belleza que constituye el alma de cada cosa.

Todas las cosas están evolucionando en este universo en evolución. En cada uno
existe un diseño que va saliendo a la luz, que está creciendo, desde nuestro punto de
vista. Pero también existe todo un andamiaje que confunde el plan; no en la mente
del Arquitecto, sino en la nuestra, que vemos el edificio desde afuera. Sin embargo,
en algunas cosas, la construcción ha alcanzado cierto estado de perfección. Cosas
como, por ejemplo, un loto, una rosa, o cualquier forma viviente bella nos ofrece una
apertura hacia la mente del Diseñador. Desde el punto de vista teosófico, todas las
cosas están vivas, aunque existen diferentes grados de vida y acción.

Sabiduría no es conocimiento, ya que nuestro conocimiento es sólo de las
formas. Sabiduría es el conocimiento de aquello que es contenido por la forma y que
existe para expresarse. Tendemos a juzgar el significado de toda forma o cosa, según
la utilidad que tenga para nosotros. Pero esa es una visión extremadamente limitada,
antropocéntrica e individualista. Cada cosa en la naturaleza tiene un significado en sí
misma, contenido en su propia existencia y funcionamiento. De ahí, el mandamiento
de no matar, tanto como sea posible. En cada cosa existe una cualidad innata que
está en proceso de manifestación, buscando expresarse a sí misma.

Esa cualidad o naturaleza innata de las cosas está en su vida o alma, que la
sostiene, no en el material del cual se compone, sino en la vida interna de la forma
que la integra y la utiliza. Vemos la diferencia en el caso del cuerpo humano, aunque
aquí a esa vida interna la llamaríamos el alma. La palabra vida nos transmite una
impresión de energía, salud, acción, expansión, belleza de forma y movimiento; la
palabra alma tiene una connotación más sutil, de amor, de respuesta profunda,
percepción, belleza en el corazón y en la naturaleza. Pero la vida y el alma no están
separadas. Son equivalentes a la energía del violinista y la melodía que él produce.
La forma, podemos suponer, se corresponde aproximadamente con el alma. La

forma es lo que es, o lo que está en vías de convertirse en lo que será (es decir, en
proceso evolutivo) debido a la naturaleza de su alma.
La sabiduría de Dios, cuya naturaleza está en el alma, fluye hacia la forma a
través de la vida que ésta manifiesta; el diseño de la forma, sus procesos, toda su
naturaleza, e incluso lo que ella simboliza, expresan algo de la naturaleza de esa
sabiduría. Podríamos incluir la sugerencia simbólica porque cada fenómeno natural
es un símbolo o signo en la Naturaleza, que refleja una idea interna o arquetípica.
El propósito de la existencia de una cosa puede ser, por supuesto, el servicio que
ésta ofrece, su parte en el proceso evolutivo, su acción sobre todas las otras cosas. Ya
que todo lo que existe representa cierto flujo de fuerzas, se supone que cada cosa
ayude a todas las demás, directa o indirectamente. Esto se desprende de la verdad
de que todas las cosas están relacionadas.

Pero cada cosa individual existe también por sí misma como una expresión de la
vida del Dios dentro de sí, llevando a cabo en su misma existencia parte del diseño
universal. El fin más elevado es siempre una finalidad en sí misma. La existencia
tiene su finalidad en la eternidad, si no es en el tiempo.

Vemos esta verdad ilustrada en un objeto de belleza. Éste existe como una
revelación de su belleza, completa en sí misma. El más elevado fin para cuanto existe
es ser lo que se supone que sea; no necesita ninguna otra justificación para su
existencia. La belleza última de algo incluye el modo en que ésta actúa sobre todo lo
demás; en un ser humano, es la acción que ayuda al bien último de todo ser. En la
expresión más elevada de la belleza, es decir, cuando la revelación es perfecta, yace
la más elevada trascendencia, desde todo punto de vista.

Sin duda, la Sabiduría supone el conocimiento del significado de las cosas; el
significado a un nivel de existencia que incluye la cosa y su significado inherente. El
verdadero significado de algo se encuentra en la manifestación de su finalidad
ultérrima. El más profundo y verdadero propósito es aquel que está presente de
principio a fin, y que sólo al final se revela por completo.
Existe un propósito en cada cosa, un propósito en la totalidad y en el proceso
universal. Todos los propósitos secundarios aparecen desde el propósito original, el
cual puede ser descrito como la realización de la Voluntad una o la Vida una
presente en todo. Cuando se comprende que este propósito es el propio, ya que es
innato tanto en uno como en los demás, entonces hay sabiduría. La realización yace
siempre en la acción; la acción, sea correcta o errónea, conforme o no a esa voluntad,
es una revelación de la naturaleza actuante. Un conocimiento de esta naturaleza es el
auto-conocimiento.Llegamos a conocernos a nosotros mismos sólo cuando somos
conscientes de cómo pensamos, sentimos, y actuamos.

Naturaleza y acción son correlativas a cada etapa, y en última instancia, cuando
hay una condición de unidad en uno mismo, son sinónimas. La acción es siempre un
fluir de energía. Si éste no existe o si la acción toma una dirección errónea, significa

que la naturaleza que rodea al Yo no es su verdadera naturaleza; su expansión; es
una naturaleza tomada de aquello con lo que está en contacto. El Yo, en su estado
absoluto, es un centro de energía cuya naturaleza puede ser conocida sólo a través
de su acción, y este conocimiento es posible sólo para un rayo de su propia
Inteligencia. Por lo tanto, auto-conocimiento es, en última instancia, auto-realización.
La Sabiduría no es una cuestión de estudio, sino de vida y acción. Hablamos de
la Sabiduría pero ésta es de poco valor en nuestras vidas, excepto en la medida en
que su cualidad sea evocada en nosotros. La Sabiduría no es conocimiento, pero yace
en el uso que hacemos del conocimiento. Ésta aparece cuando el conocimiento es
guiado por el amor. Porque amar es una forma de conocimiento; el amante tiene un
conocimiento de su amada, divino en esencia, el cual es un estado de plenitud, una
finalidad en sí misma. Estar enamorado de una persona es reaccionar completa y
directamente a él o ella, sin el efecto oscurecedor de un yo que interpone una
barrera. Usar el conocimiento con bondad es hacerlo brillar con un valor atemporal,
reflejando una cualidad de Eternidad en el tiempo.

Todos pensamos que sabemos cuando en realidad no es así, o cuando
conocemos pero parcialmente. El primer paso para zafarnos de las cadenas de esta
ignorancia primaria es tornarnos consciente de ella. Mientras más sabemos, más nos
damos cuenta de lo poco que sabemos. Mientras más amplia es la circunferencia de
lo conocido, más puntos de contacto existen con lo no conocido. Quien es sabio es
humilde. No es posible que alguno de nosotros posea todo el conocimiento; siempre
habrá en nuestro conocimiento lagunas que pueden presentar una dificultad para el
pensamiento. Uno puede llevar encima una vasta carga de conocimiento y, sin
embargo, ser básicamente un tonto. Por otro lado, es posible ser muy sabio aun con
poco conocimiento.

Un alma profundamente madura en sabiduría que toma el
cuerpo de un niño al nacer, puede ser sabia incluso en su adolescencia. Ella obtendrá
sabiduría de cada indicio, de cada pequeño fenómeno y situación. Todo lo que venga
a su conocimiento tendrá la cualidad de un conocimiento previo en esencia.
La Sabiduría yace menos en lo que aprendemos y más en nuestras reacciones a
ese aprendizaje; menos en la cantidad y más en la calidad de nuestro conocimiento;
menos en la acumulación de hechos y nomenclatura y más en el conocimiento de los
principios; menos en la posesión de ideas y más en el correcto empleo de ellas; en
una palabra, menos en todo lo que reunimos y que debe ser desechado, y más en lo
que asimilamos en la textura de ese Ser que es un reflejo inmortal del Espíritu
universal.

La Sabiduría de Dios, el Espíritu universal, es un atributo de Su naturaleza. Éste
es el principio de la Sabiduría en su más elevado sentido, o la Sabiduría en abstracto,
con una potencialidad infinita de manifestarse en toda forma posible y en cada nivel.
La naturaleza del no-Yo, cuando se reordena con Sabiduría, se asimila al Yo. El
orden es la primera ley de los cielos, un orden divino que, cuando es traído a la
existencia, reúne el cielo y la tierra.

Cuando pensamos en la sabiduría que encontramos manifiesta en la Naturaleza,
pensamos en un activo principio creador u ordenador. Este principio es femenino
cuando se refleja en la madre o en el aspecto forma, y construye o modela un orden
que será apropiado para la cualidad en manifestación. Cada forma que tiene un
sentido posee un cierto orden de partes o elementos, y un orden en su
funcionamiento, en el tiempo y el espacio. Tal orden en su belleza puede
representarse como una curva perfecta, una curva que difiere de otra, siguiendo su
propia ley. Ley y orden están, por lo tanto, eternamente conectados. La ley del Ser
Divino que se manifiesta en sus expresiones genera el Orden Divino, de un modo tal,
que en el pensamiento Budista, la Ley toma el lugar del Ser. Nosotros pensamos en
el Ser como una Individualidad. Cuando la Individualidad es perfecta, la lógica de
su formación es completa y es la manifestación de una Ley. Descubrir la ley de
nuestro propio ser, y vivir de acuerdo con ella, es verdadera sabiduría.
Como ocurre con Dios, así mismo ocurre con el hombre. A medida que el
hombre crea a semejanza de aquél Ser que él es en la eternidad (siendo la creación
posible sólo a través de una energía que es parte de su ser), desenvuelve su
sabiduría. Hay belleza en la ley, y esta belleza se ve cuando la ley se manifiesta a sí
misma.

La sabiduría yace en la integridad del pensamiento, cuando ésta es una
integración natural. Es el florecimiento de la cualidad de la esencia de Vida que
subyace, revelando Su profundo significado. Es la unidad y belleza del todo
reflejada en la parte. Es un movimiento de vida que la muestra en su
excepcionalidad y gracia innata. Es una cualidad de pensamiento libre de toda
mancha terrenal, formada por una entonación directa desde el cielo. Es un rayo
divino que penetra el corazón y la mente, y los unifica. Es el aliento de Dios, cuyo
calor es vida, y su luz es amor y belleza. Es una expresión del Yo en el cual no existe
fuerza opuesta.

En el mundo, a menudo se cree que la sabiduría yace en la precaución. Esta
noción surge del instinto de conservación. Puede que la sabiduría también se
encuentre en no tomar en cuenta la prudencia. En realidad, ésta yace en la acción
segura que se eleva por sobre los opuestos. Es sabio aquél que por un perfecto vivir
ha hallado ese instinto de rectitud que lo guiará tanto en el pensamiento como en la
acción; ese centro de equilibrio que está siempre por encima de su punto de contacto
con las circunstancias. Él es un hombre en quien la Naturaleza derrama la riqueza de
todos sus instintos.

Publicado por The Theosophical Publishing House, Adyar, India, 1954.