El Emblema de la Sociedad Teosófica

El Emblema de la Sociedad Teosófica está compuesto de un número de símbolos, todos los cuales han sido usados desde tiempos muy antiguos para expresar conceptos profundamente espirituales y filosóficos acerca del hombre y del universo. Se encuentran en una variedad de formas en las grandes religiones del mundo y su universalidad se muestra además por su aparición en culturas ampliamente separadas. Cada símbolo estudiado separadamente producirá un caudal de comprensión. Tomados en conjunto, como en este emblema, sugieren un vasto esquema evolutivo que abarca la totalidad de la naturaleza, física y espiritual, y su estudio puede conducir al buscador serio a contemplar algunos de los más profundos misterios de la existencia.

En parte debido a su antigüedad y en parte debido a la dificultad de establecer su origen, los símbolos no pueden interpretarse con una estrecha precisión. La interpretación que aquí se ofrece debe tomarse como indicativa de las verdades que buscan transmitir más que una exacta declaración de su significado.

EL LEMA, Rodeando el emblema está el lema de la Sociedad Teosófica, ‘No hay Religión más elevada que la Verdad’. La Verdad es la búsqueda de todo Teósofo, cualquiera que sea su fe, y toda gran religión refleja en alguna medida la luz de la Sabiduría Una eterna y espiritual.

Alrededor de la parte inferior de la serpiente hay un lema que dice: "No hay religión más elevada que la verdad." Es una traducción original al inglés de un lema escrito en sánscrito, una palabra que tiene un significado especial y que aclara el lema entero. La frasa original en sánscrito es: Satyan nasti paro dharmah, la cual también puede traducirse como: "Nada es más grande que la verdad." Las primeras tres palabras pueden traducirse literalmente como: satyan, "que la verdad"; nasti, "no es"; y paro, "más elevado, más grande, más allá." Dharmah es difícil de traducir porque significa muchas cosas. La raíz de esa palabra significa "lo que está establecido o firme." Y de esa raíz dimanan otros significados como "la ley," "la tradición," "el deber," "la moral," "la justicia," "la religión," "las enseñanzas o doctrinas," "las buenas obras," y "la naturaleza esencial."

El lema no es específamente sobre lo que pensamos de la religión. En vez, está diciendo que ninguno de nuestros compromisos o convencionalismos sociales o ideas, puede medirse con la realidad de lo que es la Verdad. La realidad es mayor que cualquiera de sus partes y está más allá de todas nuestras nociones sobre la misma. Con esto, el lema al pie del sello dirige nuestra atención nuevamente hacia la palabra Om arriba. Esa palabra es el símbolo de lo que realmente es, de la Verdad. Y de este modo el emblema completo, como la serpiente, termina donde mismo comenzó: afirmando que es la suprema Verdad la que une todo.

Se da aquí sólo una ligera indicación del gran alcance y profundidad de significado contenido en el emblema de la Sociedad. El estudio de su simbolismo es casi inagotable. Los que deseen proseguir este estudio en mayor detalle pueden hacerlo en El Emblema Teosófico de Arthur M. Coon o en La Doctrina Secreta de H.P. Blavatsky. Algunas enciclopedias también contienen artículos útiles sobre simbolismo en general y sobre símbolos en particular.




El Aum : Por encima del emblema está la palabra sagrada del Hinduismo en caracteres Sánscritos, representando las tres letras la Trinidad. Está también la idea de la Palabra creadora del Logos sonando en todas partes y sosteniendo el universo. ‘En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.’ El emblema como un todo simboliza el Absoluto, Dios, trascendente e inmanente. Dios trascendente ¾esto es, en y más allá de la creación¾ el espíritu y la materia envuelven el símbolo de la inmortalidad (la Cruz Ansata). Dios inmanente, esto es, morador en toda forma creada.

En la parte superior del emblema está la palabra Om escrita en sánscrito, una palabra muy sagrada en la India e utilizada por los hindúes, los budistas, y otros. No se puede traducir al inglés porque su significado es más simbólico que común. Se pronuncia como una sola sílaba, "om," pero se escribe con tres letras en sánscrito: a, u, y m—au es la forma en que se escribe el sonido "o" en sánscrito. Por lo tanto, es la Unidad manifestándose como una triplicidad. Es la trinidad, que se halla no solamente en el Cristianismo, sino también en el Hinduismo, el Budismo, y en otras muchas religiosas del mundo.

Como palabra sagrada, el Om es como el término griego Logos, adoptado por los primeros cristianos para simbolizar el orden divino manifestado en el universo: "En el principio fue el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios." Es la palabra que crea, sostiene y transforma el cosmos por completo: la palabra eternamente hablada por Dios.

Incluso la forma de las letras en sánscrito es interesante desde el punto de vista simbólico. Lo que parece un número "3" está conectado con lo que se asemeja a la letra griega Pi ( ∏), que es la letra a en sánscrito, escrita de este modo en dos dimensiones. La pequeña línea curva encima de la parte de la letra a que se asemeja a la Pi griega es la letra u, que es unidimensional. Y el pequeño punto es la letra m, carece de dimensión alguna. Según las letras de la palabra Om van progresando de una a otra se van reduciendo sus dimensiones, terminando finalmente en el punto primario, la singularidad de la cual todo el universo se expande en el momento del Big Bang.

El Om está en la parte superior del emblema porque simboliza el Absoluto expresándose como Inteligencia Divina o Logos, tres en Uno, de lo cual emana el universo y al cual retorna al final de los tiempos. La gran obra devocional hindú, el Bhagavad Gita, dice que la palabra Om debe antecederlo todo, porque simboliza el origen divino de todas las cosas.




LA CRUZ ESVÁSTICA O GAMADA

La Esvástica es otra de las numerosas formas en las cuales se funda la cruz. Es la Cruz Flameante, con brazos de llama que giran velozmente (en el sentido de las manecillas del reloj) para representar las tremendas energías de la naturaleza creando incesantemente y disolviendo las formas por medio de las cuales el proceso evolutivo tiene lugar.

En las religiones que reconocen tres aspectos de la Deidad, la Esvástica está asociada con el tercer aspecto, la Tercera Persona de la Trinidad, que es el Creador: Brama en el Hinduismo y el Espíritu Santo en el Cristianismo.

Debajo de la palabra Om, hay una cruz esvástica dentro de un círculo. Este es un símbolo muy antiguo conocido en el mundo entero—en la India, en el Asia, entre los indios americanos, y en otras muchas culturas alrededor del mundo. En sánscrito se le llama swastika, que significa "bueno." Proviene de la palabra swasti "bienestar," la cual a su vez se deriva de su, "bien," y asti, "esto es." El uso popular lo considera un signo de buen augurio en la India. En la Europa medieval, los cristianos la utilizaban denominándola gammadion (porque está compuesta de cuatro letras griegas gamma), y en Inglaterra un fylfot porque se utilizaba como diseño para llenar (fyl) el pie (corrido) de las vidrieras.

Los nazis adoptaron este antiguo símbolo (que ellos llamaban Hakenkreuz o "cruz doblada") y pervirtieron su significado, como mismo el Ku Klux Klan en Estados Unidos adoptó la cruz y torció su significado convirtiéndolo en un símbolo de odio e intimidación. Pero la esvástica es aún utilizada como símbolo sagrado en el mundo entero, por ejemplo, por los seguidores del Jainismo, en la India, cuya religión se basa en el principio de no dañar.

Todas las cruces simbolizan algún aspecto de la manifestación. La esvástica o cruz gamada, cuando rota hacia la derecha, en el sentido de las manecillas del reloj o del sol, representa las fuerzas dinámicas de la creación. De este modo, la esvástica evoca el gran proceso de la existencia, que crea el mundo en el cual vivimos. Simboliza lo que los antropósofos llaman la expansión del universo.

Cuando la esvástica se representa rotando en la dirección opuesta (como la Hakenkreuz de los nazi), simboliza las fuerzas de constricción que llevan al fin del mundo cuando éste ha completado su evolución. La esvástica que rota hacia la izquierda no es mala en sí, sino que se trata simplemente de un símbolo que indica que las energías creadoras están recogiéndose o replegándose en sí mismas, y que el proceso de creación y expansión ha llegado a su fin.

El círculo alrededor de la esvástica indica la frontera que no debe traspasarse, es decir, los límites dentro de los cuales se mueve nuestro universo y dentro del cual las fuerzas creadoras constantemente giran creando la vida.

En el centro de la esvástica, sin embargo, no hay movimiento. Cuando estamos en ese punto estamos, como dijera T. S. Eliot en Burnt Norton, "en ese punto de quietud del mundo que gira." Es el punto de la calma y la paz en medio de los constantes cambios del mundo que nos rodea.

La esvástica dentro del círculo simboliza el mundo en el aspecto dinámico del ser, y está justamente debajo del Om, que representa lo eterno y absoluto de lo cual dimana el mundo. Su posición en el emblema tiene, por lo tanto, un significado. Este mundo cambiante depende del Absoluto, que no cambia. Y lo que es más, el resto del emblema, que representa aspectos particulares del mundo en evolución, se expande a partir de la esvástica dentro del círculo. El resto del sello nos da, de cierto modo, una visión más amplia del proceso simbolizado por la cruz gamada, el proceso interno.




EL OUROBOROS
La Serpiente. Además del significado al rodear los triángulos como se mencionó arriba, la serpiente misma siempre ha sido un símbolo de Sabiduría. Los Hindúes llaman a sus hombres sabios ‘Nagas’ (una palabra que significa serpiente). Cristo ordena a sus discípulos ser ‘prudentes como las serpientes’. La que se conoce como Uraeus (o Cobra sagrada) que se ve en la frente de un Faraón de Egipto, denota su iniciación en los ritos sagrados en donde el conocimiento se obtuvo de la sabiduría oculta. La serpiente mordiéndose su cola representa el ‘círculo del universo’, el infinito proceso cíclico de la manifestación.

Inmediatamente conectado a la cruz gamada o esvástica está la serpiente que se muerde la cola. Los antiguos gnósticos griegos y los alquimistas denominaban ouroboros a este símbolo. El círculo que se forma es una réplica del círculo alrededor de la esvástica, que representa las fronteras del universo, y el hecho de que pase a través de la esvástica sugiere que la serpiente, y todo lo que ésta encierra, son parte de la energía creadora de la cruz en movimiento.

La serpiente que se muerde la cola también representa los ciclos de la naturaleza, el mundo que se encamina hacia la eternidad, y el infinito orden de la vida. Una de las ideas que sugiere es la que T. S. Eliot expresó en el poema East Coker: "En mi principio está mi fin," o sea, que la ley y el orden priman en todo el universo y en la vida humana, conque el fin de todo está implícito en su principio.

En Occidente, los símbolos del dragón y la serpiente se interpretan con frecuencia como símbolos del mal o de la tentación, pero en Oriente se consideran símbolos de sabiduría, longevidad y alegría. En China, el dragón o la serpiente alada es un símbolo favorable. En la tradición hindú, así como en el budismo tibetano, los nagas o serpientes eran los guardianes o custodios del bien, y a los hombres santos les llaman "nagas." Hasta en Occidente la serpiente se asocia con la sabiduría. El mismo Jesús aconsejaba a sus seguidores que fuesen "sabios como serpientes y mansos como palomas."

La serpiente es también un símbolo de sanación, de plenitud. Moisés curaba a los enfermos entre los hijos de Israel en el desierto, haciendo que éstos contemplaran una serpiente llameante sobre un asta. Los padres de la Iglesia cristiana interpretaron la serpiente como un símbolo que tipificaba o anticipaba al Cristo en la cruz. Y una o dos serpientes entrelazadas en el asta es aún actualmente el símbolo de las profesiones médicas y la curación. El hecho de que la serpiente cambie de piel anualmente la convierte en un emblema de los procesos cíclicos del mundo y de la renovación de la vida, es decir, de la resurrección. Y de esa forma la serpiente es análoga a Cristo y a los procesos transformativos por los cuales todos atravesaremos.




LOS DOS TRIÁNGULOS 
Los Triángulos Entrelazados (a menudo llamados el Doble Triángulo, y conocidos en la religión Hebrea como el Sello de Salomón o la Estrella de David) están rodeados por una serpiente. La combinación de los triángulos y la serpiente que los rodea simboliza el universo creado en donde la creación está limitada en el tiempo y en el espacio.

Los Triángulos, vistos separadamente, simbolizan las tres facetas de la manifestación que se conocen como la Trinidad en varias religiones y personalizadas en el Cristianismo como Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, y en el Hinduismo como Shiva, Vishnú y Brama. El más oscuro de los dos triángulos que señala hacia abajo, y el triángulo más claro que señala hacia arriba, simbolizan respectivamente el descenso de la vida de Dios dentro de la materia y el ascenso de esa vida desde la materia hacia el espíritu, la perpetua oposición entre las fuerzas de la luz y de la oscuridad en la naturaleza y en el hombre.

El área dentro de la serpiente representa el universo y todo lo que existe dentro de él. En las versiones a color del emblema, éste es usualmente azul, pasando de un color azul claro en la parte superior a un azul oscuro en la parte inferior. El azul representa el cielo cósmico, no simplemente el cielo que vemos en el mundo físico, sino el rango completo de sustancia o materia del universo, desde la que se encuentra en estado gaseoso, la materia sutil representada en la parte "superior" del universo, hasta la materia densa de la parte "inferior." Este fondo azul en realidad no constituye una parte del emblema, pero le confiere un significado adicional al símbolo, como los demás colores utilizados en algunas versiones del sello.

Sobre ese fondo del universo hay dos triángulos entrelazados, otro símbolo mundialmente conocido. El hexagrama o la estrella de seis puntas que ambos triángulos forman tiene muchos significados. Se le conoce en el Judaísmo como el Sello de Salomón o el Escudo de David (magen david), pero éste símbolo también se encuentra en la India, entre los gnósticos y los alquimistas, y en otras partes del mundo

El triángulo que apunta hacia arriba, que es de color claro, simboliza el espíritu o la conciencia. El triángulo que apunta hacia abajo, de color oscuro, simboliza la materia o sustancia. El hecho de que los dos triángulos estén entrelazados indica la interdependencia del espíritu y la materia. Es un concepto teosófico básico que cada partícula de materia tiene conciencia en sí, y que cada chispa de consciencia funciona a través de una forma material. El espíritu y la materia son mutuamente interdependientes. Ninguno puede existir sin el otro.

La idea de que la materia y el espíritu son las dos caras de una moneda se refleja también en la tradicional teología cristiana, la cual sostiene que al final de los tiempos habrá una "resurrección general," todos los muertos resucitarán, y se reunirán con las almas de las que fueron separados en el momento de la muerte. Así, en la eternidad—sostiene la teología cristiana—nuestras almas y cuerpos nuevamente estarán juntos como ahora. El significado interno de la doctrina cristiana sobre la resurrección final, es el mismo que el de las enseñanzas teosóficas de la mutua coexistencia de materia y espíritu. La realidad es un Todo, una unidad que se expresa como materia y espíritu, mientras sigue siendo esencialmente Una. Ese hecho se observa en los triángulos entrelazados, los cuales, aunque son dos, forman un todo interrelacionado como el espíritu y la materia, la conciencia y la sustancia.

Es significativo el hecho de que sean triángulos, y no otras formas geométricas, los utilizados para simbolizar la materia y el espíritu. Ambos son de naturaleza triple. El espíritu o la conciencia tiene tres aspectos: la realidad del ser, el conocimiento, y la actividad. En el Hinduismo, dichos principios se denominan sat (ser), chit (conciencia), y ananda (beatitud o gozo), y son tres términos que con frecuencia se presentan unidos como sachchidananda, para simbolizar la unidad de estos tres aspectos. En la filosofía platónica se les llama Verdad, Bondad y Belleza. En Masonería se les denomina Fuerza, Belleza y Sabiduría. En el Cristianismo corresponden a las tres divinas Personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Y a las tres virtudes teologales, Fé, Esperanza, y Caridad.

De igual modo, la materia tiene tres aspectos: estabilidad, actividad, y regularidad. En el Hinduismo se les denomina las tres gunas o tendencias de la materia: tamas o inercia, rajas o actividad, y sattva o armonía. Corresponden también a los tres elementos alquímicos de sal, mercurio y azufre, y están representados por los colores negro, rojo y blanco (oscuridad, claridad, y luz), que son los colores básicos en el mundo.

Por lo tanto, no es accidental que los triángulos se utilicen para representar la materia y el espíritu. Los tres lados y los tres puntos de los ángulos de ambos triángulos hacen un total de doce: el número de los signos del Zodiaco; de las Tribus de Israel; de los Apóstoles de Cristo; de los trabajos de Hércules, y de otras muchas tradiciones y mitologías. Todos ellos se refieren a las experiencias por las cuales tenemos que atravesar en este mundo.




LA CRUZ ANSATA O ANKH

La Cruz Egipcia en el centro de dos triángulos entrelazados es la que conoce como la Cruz Ansata. Ésta está compuesta de un círculo sobre la Cruz Tau (el tipo de cruz que tiene la forma de la letra ‘T’). La Cruz Ansata es un símbolo Egipcio de gran antigüedad y representa la resurrección del espíritu al salir de su encierro de materia: De otra forma expresa el triunfo de la vida sobre la muerte, del espíritu sobre la materia, del bien sobre el mal. Este concepto de la ‘Resurrección’ se encuentra en todas las grandes religiones.

En el centro de la estrella de seis puntas, que simboliza la unión del espíritu y la materia, se encuentra la cruz egipcia, cruz ansata, o ankh, símbolo de vida. Los seis puntos de los triángulos y el ankh en el centro representan los siete principios del universo. O, si pensamos en el hexagrama como teniendo doce lados o doce puntas (seis hacia afuera y seis hacia adentro), el centro es el décimotercer elemento, correspondiente a Jesús entre los Apóstoles; Hércules en sus trabajos, y demás.

El ankh también representa la idea de que la vida resulta de la interacción del espíritu o la conciencia (el triángulo que apunta hacia arriba) y la materia o sustancia (el triángulo que apunta hacia abajo).

El ankh también representa la idea de que la vida resulta de la interacción del espíritu o la conciencia (el triángulo que apunta hacia arriba) y la materia o sustancia (el triángulo que apunta hacia abajo). Al ankh también se le llama cruz "ansata," o "cruz con asa." En el arte egipcio, las figuras humanas o divinas con frecuencia se representaban sosteniendo el ankh por el asa. Cuando nosotros funcionamos de una forma enteramente humana, con el espíritu y la materia en equilibrio, tenemos la vida bien conducida en nuestras manos.

Debido a que el ankh está formado por la cruz o tau (T) con un círculo encima, encierra también el significado del compás y la escuadra de la Masonería. La escuadra es un instrumento usado por los arquitectos y diseñadores para trazar líneas paralelas (simbólicamente, para reconocer las analogías y paralelismos), y como un apoyo para trazar los ángulos de los triángulos (simbólicamente, sirve de base a todas las triplicidades de espíritu y materia). Como todas las formas cuadradas, también representa la materia. El círculo representa el espíritu. La escuadra y el círculo combinados constituyen otra forma de representar la interacción del espíritu y la materia para crear la vida.

Así, el ankh repite en una escala inferior el simbolismo anteriormente expresado de los triángulos entrelazados, la serpiente, y la esvástica dentro del círculo. Todos esos elementos hablan de las mutuas conexiones entre el espíritu y la materia como expresiones de la fuente divina, simbolizadas por el Om que lo corona. Esta repetición, con variación en los detalles, del mismo simbolismo mediante distintos elementos, establece las correspondencias que existen en todo el universo. El mundo finalmente es uno solo en su totalidad, y es coherente, es significativo en todas sus partes. Eso es lo que revela el emblema en su totalidad.