SAMPOORAN
SINGH
El Dr.
S. Singh fue un científico de Chandigarh, India, y escribió numerosos
artículos
sobre
la integración de la espiritualidad y la ciencia.
Introducción
El hombre es un anfibio
que vive simultáneamente en dos dimensiones, a) lo conocido, las
matrices tiempo-espacio-causalidad, lo finito, transitorio, efímero; y b) lo
Desconocido, lo Atemporal, Infinito, Eterno, Inmortal. Lo conocido
construye caos, conflicto, dualidad, y conduce a la tensión nerviosa y a la
presión química. Lo conocido también conduce a la auto-destrucción o
aniquilamiento de si mismo. Si lo conocido se observa, o se escucha, o en
palabras de Albert Einstein, la exploración se lleva a cabo “observando y
comprendiendo objetivamente” existe un salto cuántico desde el tiempo a la
eternidad, desde la actividad a la inacción; desde el movimiento al
no-movimiento y desde la palabra al silencio verbal.
La mente personal es una
energía condicionada que funciona a través del cuerpo, es monitoreada por el
cerebro y opera a través de los sentidos. El cerebro siempre está
condicionado por nuestra respuesta, experiencia y conocimiento
(información). Es el centro de todas las acciones, de todo pensamiento; así,
pensar y el pensamiento conducen al condicionamiento. Es la conciencia lo
que produce una transformación radical dentro de nosotros. La mente, en el
sentido universal, es no-dual, un campo más allá del tiempo y del espacio
donde solamente existen frecuencias. La Consciencia Universal se expresa a
si misma en la Mente como un salto cuántico, desde la experiencia
fragmentaria a la percepción de la Totalidad, la Unidad.
Las limitaciones de la
investigación objetiva
Maurice H. Wilkins,
Premio Nobel de Medicina en 1962 escribió:
“La ciencia progresa
mayormente por la combinación de dos aspectos: apertura de la mente y el
seguimiento de conceptos abstractos. La abstracción incluye exclusión y
restricción, que es exactamente lo opuesto a la apertura de mente. La
ciencia siempre pone gran énfasis en esta abstracción y restricción, en
procedimientos analíticos y en el rol del intelecto como distinto a la
intuición y los sentimientos… La lógica y la razón son elementos muy
importantes en la ciencia…La ciencia tal como es hoy día no nos dice mucho
acerca de la naturaleza real de los seres humanos…La ciencia es una
actividad humana…No se la puede separar de todas las virtudes y valores”.[1]
La ciencia persigue el
materialismo para el bienestar humano. Él agregó: “Todo el asunto de la
dimensión moral, espiritual y otras, son normalmente promovidas por la
ciencia”.
Las aplicaciones
científicas han elevado las condiciones de vida de millones, más allá de lo
esperado. Ha habido un crecimiento fantástico, exponencial, en el
conocimiento. Pero la búsqueda de armas de guerra también ha llevado al
hombre a una fase extremadamente peligrosa de la vida. El antiguo abismo
entre conocimiento y sabiduría se ha ensanchado peligrosamente. El
conocimiento crece pero la sabiduría se atrofia; o el conocimiento
prolifera, pero la sabiduría languidece.
Recientes
descubrimientos de neurofisiólogos y neurocirujanos
Karl Pribram, un
eminente neurocientífico, escribió: “La ciencia del cerebro debe tratar con
el darse cuenta de la consciencia. Ya no puede permitirse excluir esa parte
del mundo que llamamos subjetiva.[2]
Roger Sperry, Premio Nobel de Fisiología y Medicina, 1981, habló de la
importancia de un área descuidada de la ciencia, es decir, el estudio de la
experiencia humana subjetiva, y observó un profundo desarrollo:
“Los conceptos actuales
de la relación mente-cerebro incluyen un quiebre directo con la doctrina
materialista y conductista establecida desde hace tiempo, que ha dominado la
neurociencia por muchas décadas. En lugar de renunciar o ignorar la
consciencia, la nueva interpretación da pleno reconocimiento a la primacía
del darse cuenta consciente e interno como una realidad causal”.[3]
Sperry también escribió:
“Cuando el cerebro está integrado, la consciencia unificada de los
hemisferios izquierdo y derecho suman más que las propiedades individuales
de los hemisferios separados”. Así estos estudios plantearon el tema de la
consciencia de una nueva manera. Él agrega: “Cuando las partes se juntan en
un todo nuevo, este nuevo total muestra características, propiedades
nacientes, que no pueden pronosticarse como una nueva regla de las partes, y
no puede explicarse completamente en términos de las partes”.[4]
Otro Premio Nobel, el neurofisiólogo inglés, John Eccles, también acentúa la
necesidad de tratar científicamente con el área descuidada del darse cuenta
consciente interno. Eccles penetra la ilusión sensorial con una afirmación
sorprendente pero irrebatible: “Quiero que se den cuenta que no hay color ni
sonido en el mundo natural, nada de esto; ni textura, ni patrones, ni
belleza, ni aromas…[5]
Resumiendo, ninguno de los hechos objetivos sobre los cuales generalmente
basamos nuestra realidad, son fundamentalmente válidos.
Wilder Penfield, un
neurocirujano canadiense, concluyó: ‘Nuestras mentes y nuestros cerebros no
son de ninguna manera lo mismo… Es la mente la que experimenta y es el
cerebro quien registra la experiencia”.[6]
La mente es independiente y sinérgica del cerebro. Penfield escribió:
“Suponer que la consciencia o la mente tienen una ubicación es un error para
comprender la neurofisiología”. La mente existe en todas partes.
La humanidad entera está
atrapada en una crisis sin precedentes. Esto significa que uno tiene que
observar muy cuidadosamente; debemos volvernos conscientes de nosotros
mismos porque somos la historia de la humanidad. J. Krishnamurti agregó:
“Si no sabemos cómo leer este libro, vamos a destruirnos a nosotros
mismos”.[7]
El orden del universo
puede que sea el orden de nuestras propias mentes. Todo lo que
experimentamos como realidad material nace de la mente condicionada, la que
a su vez es la expresión de un campo invisible más allá de tiempo y espacio,
un campo descubierto por la ciencia como ese de la más alta frecuencia de
energía e información. La fuente invisible de todo lo que existe no es un
vacío sin sentido sino la matriz de la creación misma (Inteligencia
Suprema).
Descubrimiento o
Intuición
La Naturaleza, en su
bendición, ha incorporado un potencial oculto en la psiquis humana para
comprender la vida directamente, en lugar de los términos abstractos,
lineales, del pensamiento figurativo. La percepción indirecta es llamada
conocimiento simbólico, o figurativo, deducido o dualístico; mientras que la
percepción directa es descubrimiento, o intuición, o comprensión profunda de
la verdad. No es un proceso gradual sino que sucede cuando hay un salto
cuántico desde un marco simbólico a uno no-dual de referencia de la Mente
Continua. Un pensamiento no-dual es sinérgico para el pensamiento dualista;
para descubrir en cualquier campo necesitamos un potencial de energía
cuántica superior de percepción o consciencia. El descubrimiento sucede en
el campo infinito. La intuición está más allá de nuestras observaciones,
percepciones y lógica. La intuición es percepción directa en el cerebro sin
la mediación del sistema sensorio.
La naturaleza responde a
la interrogación o diálogo experimental, así uno explora cada pensamiento
con la “observación y comprensión objetivas”. Nosotros observamos cada
pensamiento y nunca dejamos que se escape un solo pensamiento sin observar
su naturaleza. Esta observación y comprensión le permite al pensamiento
quedar en suspenso y la mente se vuelve silenciosa. El descubrimiento o
intuición nace en una mente silenciosa, así se expresa como Eternidad, esto
también se llama percepción interna. Sólo la percepción puede eliminar los
condicionamientos del cerebro. Esto permite el florecimiento del cerebro.
Esto confiere una completa relación con la Mente.
Una nueva
perspectiva sobre la Realidad
D. S. Kothari, un físico
eminente, escribió:
“Los nuevos teoremas, a
no ser que sean insignificantes, son por supuesto, “descubiertos” primero y
luego comprobados. El descubrimiento es un inspirado destello de percepción.
No es un proceso gradual. La descripción racional de un descubrimiento, la
prueba, se da después, no precede al descubrimiento”.[8]
Él escribió nuevamente:
“Descubrimientos fundamentales que ahondan en la naturaleza de las cosas,
son el resultado de intuición y fe excepcionales, no de la fría lógica”[9].
Sigue a esto que “todos
los grandes descubrimientos han resultado del campo de lo eterno, así la
investigación científica no es una actividad cerebral y una recolección de
información sino una búsqueda de lo Eterno, la Divinidad, el Campo de la
Vida. Una devoción desinteresada, constante hacia la verdad y el uso del
conocimiento para la elevación del hombre, expresión jerárquica superior de
la Consciencia, son la única profesión de un científico”. Maurice H. Wilkins
escribió: “La mente abierta inquisitiva del científico no es algo peculiar
de la ciencia misma sino que es característica de la buena manera de vivir
de los seres humanos en general”[10].
Wills W. Harman
escribió: “El campo de la ciencia convencional trata con el mundo de la
experiencia externa y ha descuidado el mundo entero de la experiencia humana
interna, de donde proviene todo nuestro sentido de los valores,
significados, metas, etc.”[11]
Prigogine afirmó que “el
comportamiento de una realidad, no (está) relacionado con nuestras
creencias, nuestras ambiciones, o nuestras esperanzas”.[12]
Erwin Schrödinger afirmó, “un retrato moderadamente satisfactorio del mundo
solamente se alcanza al elevado precio de sacarnos del retrato, y
retrocediendo al papel de un observador no-relacionado”.[13]
E. F. Schumacher dijo: “Nuestra tarea es mirar el mundo y luego verlo como
un todo”. David Bohm concluyó que “observar la naturaleza con cierta clase
de objetividad podría llamarse el germen de la actitud científica”[14],
o carácter científico. También exploramos la ciencia con creatividad.[15]
Cuando uno se da cuenta del hecho, la “verdad objetiva” y la ignorancia
del “mundo subjetivo (interno)”, la mente se compromete con la “invención”.
Si uno es simultáneamente consciente del mundo subjetivo (interno) y del
mundo objetivo (externo), entonces la mente está comprometida con el
descubrimiento. Los descubrimientos llegan como destellos intuitivos.15
Esto sugiere
que la ciencia objetiva, la que invariablemente no es consciente del
conocedor (sujeto) pero es consciente de lo conocido (objeto)
puede regenerar la mente para que sea creativa. La ciencia objetiva es una
actividad del materialismo. Sigue una parte, así que es limitada. Si se
continúa con esta observación durante un tiempo cronológico largo, la
ciencia objetiva da un salto cuántico hacia la ciencia subjetiva donde ésta
acoge en su seno a la intuición, lo infinito, la Totalidad, la Unidad, y el
marco de referencia no dual y no conceptual de la Mente Continua. La
dimensión de la investigación subjetiva es Ciencia-Educación-Ética-Salud.
El hecho de ver o
escuchar, oler o respirar, es un movimiento en el campo de la no-dualidad, o
de percepción directa. Cada actividad en la naturaleza es percepción
directa. Pero la actividad hecha por el hombre es percepción indirecta, de
modo que está en el campo dualista. La ética implica incluir en su ambiente
a los mundos sensuales. Un vivir en el presente, el ahora, nos sana,
y vivir en el pasado y en la dualidad suprime la sensibilidad
perceptiva del hombre e incrementa la enfermedad.
La ciencia objetiva se
mueve de hecho en hecho. Si se observa un hecho por un largo periodo de
tiempo, aumenta el potencial de energía cuántica del objeto y esto hace que
dé un salto cuántico a través del “horizonte de eventos”.[16]
Los físicos llaman al límite “el horizonte de eventos”, que divide
claramente todo lo que permanece dentro de la velocidad de la luz y todo lo
que la excede. En otras palabras, divide el campo del tiempo y el campo
infinito. La velocidad de la luz es absoluta, es como una muralla que ningún
objeto puede derrumbar. Cuando nos aproximamos a la muralla, el tiempo se
lentifica, la masa aumenta, y el espacio se vuelve curvo.16
Esto implica que se da un salto cuántico desde el campo externo al interno;
cuando entra en el área del campo interno, se destruye o entra en suspensión
y se percibe la verdad subjetiva. La Consciencia Cósmica se observa por Sí
Misma. El sujeto alcanza la totalidad de la vida.
Ilya Prigogine escribió:
“Es la física la que presupone un observador (Consciencia Universal) dentro
del mundo observado (dimensión subjetiva). Nuestro diálogo tendrá éxito
solamente si se sostiene desde la naturaleza interna”.[17]
Así tanto la Consciencia Universal como la dimensión Subjetiva son la
“naturaleza interna”. No hay nada objetivo que percibir, sino que la
Consciencia Universal se da cuenta de la “Subjetividad Absoluta”, o del
“Mundo Subjetivo”. La energía cuántica potencial de la Consciencia es la
misma tanto en la Consciencia Universal como en el campo subjetivo.
Fred Alan Wolf escribió:
“Estamos comenzando una nueva era de consciencia, la era de la consciencia
cuántica, la era del átomo consciente. Mirando dentro de nosotros mismos,
podemos solucionar los problemas enfrentándonos a nosotros mismos en la
frontera final, la frontera del espíritu humano”.[18]
Parece que explorar el salto cuántico desde el intelecto a la Inteligencia,
o la ‘Simbiosis de Ciencia y Espiritualidad’ puede resolver todos nuestros
problemas.
Relación
Este es un desafío y una
respuesta interconectados entre dos personas, entre “tú y yo”. Relación
significa comunión sin temor, libertad para comprendernos mutuamente, para
comunicarnos directamente. Hay amor, y no responsabilidad o deber.[19]
En el modo psicológico o
modo simbólico-dualista hay un recuerdo de memorias pasadas o futuras
proyecciones, y uno nunca está en el presente. Hay un constante aislamiento.
El modo científico trata con el materialismo y no es consciente del sujeto
de conocimiento, entonces, trata con las partes y nunca alcanza la relación.
La ciencia subjetiva trata con la Totalidad o Unidad de la Vida, de modo que
cada relación es santa y sagrada.
Solamente puede haber
verdadera relación cuando hay amor y compasión. El amor existe solamente
cuando hay olvido de sí mismo, cuando hay completa comunión, no entre uno o
dos, sino comunión con lo más elevado. La relación existe cuando uno se
deleita en la investigación subjetiva.
Las
Dimensiones Ocultas del Hombre
La vida es un constante
desafío (objeto) y respuesta (sujeto, memoria recordada). El desafío es
siempre nuevo y la respuesta es siempre antigua.19
Lo antiguo (pensador) absorbe lo nuevo (pensamiento) y lo modifica. Hay
superposiciones coherentes de diferentes redes o, en otras palabras, lo
antiguo se vincula con lo nuevo. Tanto el pensador como el pensamiento
tienen la misma energía cuántica potencial y son uno.
Albert Einstein escribió
que tenemos que explorar los desequilibrios psicológicos (complejo
pensador-pensamiento) mediante la ‘Observación y Comprensión Objetivas’, que
son un potencial de energía cuántica superior a la del modo psicológico.
Observemos un pensamiento hasta su fin, el cual fluirá hasta la eternidad.
El final del pensamiento significa el final del tiempo. Finalizando los
desequilibrios psicológicos hay renovación, renacimiento, novedad, frescura,
dicha. Esta renovación está en el campo infinito, que es la dimensión oculta
del hombre.
Muchos físicos notables
son conscientes del aspecto intuitivo del descubrimiento científico. Fritjof
Capra afirmó que “Einstein experimentó la teoría de la relatividad antes de
formularla. Bohr experimentó la mecánica cuántica antes que la formulara.
Feynman experimentó la teoría del campo cuántico y Chew experimentó la
teoría de la matriz S antes de su formulación. “…Feynman tenía la física en
sus huesos”.[20]
Ken Wilber declaró que la intuición sucede en un campo infinito donde “no
hay espacio, ni tiempo, solamente sucesos (o frecuencias)”.[21]
Galileo nos enseñó que una “mera aceptación del estímulo que proviene del
medio ambiente y que resulta en la acumulación de memoria en el cerebro es
insuficiente para nuestro propósito. Nos enseñó mediante sus propios logros
que los experimentos ideados intencionalmente son de vital importancia para
descubrir la verdad oculta en la naturaleza. Hizo preguntas dirigidas a la
naturaleza y tuvo éxito en recibir respuestas directamente de la naturaleza.
Al hacerlo así, solamente necesitó aparatos más bien simples”.[22]
Hideki Yukawa escribió: “Siempre se dio por sentado el poder de la
intuición, con la que tanto los genios griegos como chinos de la antigüedad
estaban ricamente dotados. El punto importante parecería ser el equilibrio o
cooperación entre la intuición y la abstracción”. La dimensión oculta del
hombre es la intuición y no la fría lógica del intelecto.
La quietud de la mente
sucede solamente cuando no hay proceso de aislamiento a través de la
acumulación sino una completa comprensión del proceso entero de la relación.
Cuando la mente está serena, equilibrada, contrapesada, está en el campo de
lo infinito. En la quietud no hay proyección de pensamientos, o ideales, o
conceptos, o adquisiciones, así hay eternidad.
El amor no es diferente
de la verdad. El amor es ese estado en el cual el proceso del pensamiento,
como el tiempo, cesa completamente. Cuando termina el tiempo aparece la
eternidad. Donde hay amor, hay revolución, porque el amor es transformación
de instante en instante. Así, la dimensión oculta del hombre es la
eternidad, la Realidad, la Ciencia Subjetiva.
Para comprender el
movimiento completo de la Vida o Realidad, uno requiere de la
Inteligencia Suprema, no la inteligencia del pensamiento, o libros, o
conocimiento, sino la Inteligencia del Amor y la Compasión con su
sensibilidad.
Lo Eterno, o lo
Infinito, o la Realidad, está aquí y ahora, y el ahora no
puede comprenderlo un hombre que está atrapado en la red del
tiempo. Es la Verdad la que libera, no su esfuerzo por liberarse. La Verdad
no es acumulativa, es de instante en instante.[23]
Comentario Final
El principio de
objetivación en el caso de la “ciencia objetiva” es que el sujeto de
conocimiento está en el campo interno mientras que la “verdad
objetiva” está en el campo externo. El principio de objetivación en el caso
de la “ciencia subjetiva” es ambos, el sujeto de conocimiento (Consciencia
Universal) y el objeto (mundo subjetivo) están en el campo interno y por
ello, ambos son al mismo tiempo un potencial de energía cuántica de la
Consciencia Universal, lo Absoluto, el Campo de Vida. La ciencia
subjetiva es independiente y sinérgica para la ciencia objetiva.
Resumiendo, cuando el potencial de energía cuántica del hecho o de la verdad
objetiva da un salto cuántico hacia el campo interno (un nivel superior de
consciencia), la verdad objetiva (hecho) entra en suspensión, y la “ciencia
subjetiva” se expresa a sí misma. Así, la ciencia subjetiva debe fluir a
través de la ciencia objetiva. Esta es la base de la “Simbiosis de Ciencia y
Espiritualidad” última, por la que la humanidad ha esperado por incontables
eones.
Existe evidencia
irrebatible, tanto experimental como teórica, de que la ciencia subjetiva es
independiente y sinérgica a la ciencia objetiva. La investigación subjetiva
es la nueva perspectiva de la Realidad. Está incorporada en la dimensión
eterna del hombre. Concede orden, armonía, no-violencia y paz.
Tenemos que emprender un
viaje interno de auto-descubrimiento desde la observación de sí mismo, a
través del auto-conocimiento hacia el Silencio. Queremos una revolución,
una revolución psicológica, en la cual toda la raza humana participe y cada
hombre sea un compañero igual. Esta revolución regenerará o rejuvenecerá la
Mente humana de modo que perciba la nueva dimensión de una Consciencia
subjetiva integral y global, que pueda garantizar la supervivencia humana
junto a esa de la fauna y flora de la tierra.
La supervivencia humana
está incorporada en la manifestación de un potencial de energía cuántica
superior de la Consciencia a través a) de la razón a la intuición, y b) de
la ciencia objetiva a la ciencia subjetiva. La ciencia subjetiva trata con
la Totalidad o la Unidad de la Vida.
Referencias
[1]
Wilkins, Maurice H., Synthesis of Science and Religion,
Bhaktivedanta Institute, Mumbai, 1988.
[2]
Pribram, Karl, en Ken Wilber, The Holographic Paradigm and Other
Paradoxes, Shambhala, 1982.
[3]
Sperry, Roger, en Synthesis of Science and Religion, op. Cit. P.
199.
[4]
Ibid., Bulletin of the Theosophy-Science Study Group, India, Febrero
y Abril 1988, p. 23; Junio y Agosto 1988, p.27.
[5]
Eccles, John, en Deepak Chopra, Ageless Body, Timeless Mind, Three
River Press, New York, 1994.
[6]
Chopra, Deepak, How to Know God, Rider, London, 2000, pp.215, 217.
[7]
Krishnamurti, J. KFI, Boletín 2, 1983.
[8]
Kothari, D. S., The Perception of Truth in Science and Philosophy,
en The Odyssey of Science, Culture and Consciousness, National
Publication House, New Delhi, 1983.
[9]
The Evolution of Consciousness, National Publication House, New
Delhi, 1983.
[10]
Wilkins, Maurice, en Synthesis of Science and
Religion, op.cit.p.29
[11]
Harman, Wills W., en Synthesis of Science and
Religion, op.cit.p.,212
[12]
Prigogine, Ilya, y Isabelle Stengers, Order Out
of Chaos, Bantam Books, New York, 1984, p.5
[13]
Schrodinger, Erwin, What is life? And Mind and
Matter, Cambridge University Press, ed.1967, p.128.
[14] Bohm, David,
New Scientist, 11 de Noviembre de 1982, p.364
[15] Kaur, Dr K., P.
Singh y S. Singh, Vedanta, Ramakrishna Vedanta Centre,
Noviembre-Diciembre 2000, pp.256-7
[16]
Chopra, Deepak, How to Know God, op.cit.,
p.271.
[17]
Prigogine, Ilya, y Isabelle Stengers, Order
Out of Chaos, op.cit., p.218.
[18]
Wolf, Fred Alan, Taking the Quantum Leap,
Harper and Row, 1981,p.248
[19]
Krishnamurti, J. The First and Last Freedom,
Victor Gollancz Ltd., London, 1977, pp.177-81.
[20]
Capra, Fritjof, en Ken Wilber, ed., The
Holographic Paradigm and Other Paradoxes, Shambhala, London,
1982,pp.220,221.
[21]
Wilber, Ken, en ibid. P. 253
[22]
Yukawa, Hideki, Creativity and Intuition,
Kodansha International Ltd. Tokyo, 1973, pp.111, 101.102.
[23]
Krishnamurti, J. Op cit., pp. 246, 248, 286,
288.