domingo, 29 de diciembre de 2013

Soledad y Silencio


Toral Pradhan

 “Es VERDAD que he trepado montañas y caminado por remotos lugares ¿Cómo podría haberte visto, excepto desde grandes alturas o a gran distancia? ¿Cómo se puede estar cerca realmente, a menos que se esté lejos? Esto es lo que Kahlil Gibran decía cuando las personas lo criticaban por vivir en soledad la mayor parte de su vida. Es por ello que aún vive en nuestros pensamientos y palabras.

   La soledad tiene que experimentarse para saber cómo se siente, nunca puede describirse en palabras. Su potencial nunca puede conocerse. Soledad significa reservar algo de tiempo en un retiro de pocos días en un lugar montañoso y tranquilo, a orillas del mar, o sólo estar con nosotros mismos. En este mundo de ritmo vertiginoso y con un estilo de vida agitado, las personas tienen la necesidad de estar solas, necesitan espacio para ellas mismas. Requieren estar con sus propios pensamientos y emociones. La soledad conduce a un estado de introspección, permite un enfoque más desapasionado de la vida. Porque es únicamente cuando una persona está sola que puede ver su perspectiva personal de la vida. La soledad, la voz interior, se hace cargo. Y esta voz nunca falla. Sólo guía y enriquece.

   Desde siempre los hombres se han alejado de las multitudes enloquecidas hacia cuevas, islas, selvas, para descansar de las distracciones cotidianas. Para estar solos, contemplar y reflexionar. Sólo a través de estos retiros ellos sugirieron muchas verdades importantes y filosofías de vida, y sus pensamientos y palabras aún son valiosos en la actualidad.

   Por lo tanto, la necesidad consiste en escapar del ruido, la conmoción, de la gente, no físicamente sino mentalmente. Puede sacarte de la hostilidad y la confusión, puede ayudarte a encontrar respuestas a tus preguntas y a estar en paz.

   Por soledad queremos decir estar solos. Es un factor esencial para el estilo de vida urbano, donde se vuelve complicado para  una persona encontrar un momento para estar en soledad, en compañía del ser. Sólo estos momentos pueden tranquilizar la mente, hacerla pacífica, dado que las distracciones externas y la carga de trabajo sólo llenan el día de tal manera que nos dejan totalmente agotados, exhaustos. La calidad del trabajo sufre y nos deja insatisfechos. No es la actitud personal hacia el trabajo lo que cambia, sino que es el cansancio físico y mental lo que causa letargo y monotonía en el trabajo. En momentos así, unos pocos minutos en silencio y soledad pueden ser de gran ayuda. Proveen a la mente de la soledad deseada al relajarla y rejuvenecerla. Se siente renovada y activa nuevamente. Un exceso de ruido y actividad son la causa raíz de este estado de desequilibrio mental. El hombre debería aprender a bajar el ritmo, a hacer un alto en la lucha por la supervivencia. Como dice el poema:


¿Qué es la vida si llenos de preocupaciones,

no tenemos tiempo para detenernos y mirar?


   Aunque se tengan todos los lujos en la vida y esta pueda parecer un lecho de rosas sin dificultades ni problemas, aún así también la mente se siente aprisionada. Algo falta. Necesita libertad para soltarse, para estar sola, para vagar como quiera dentro de espacios sin límites, en lugares donde pueda encontrar solaz, en fronteras desconocidas y grandiosas alturas. Sólo para ganar fortaleza y eficiencia. Significa estar en soledad. Separar al ser del mundo externo y estar con uno mismo.

   La soledad hace que el espíritu renazca. La soledad y el silencio ayudan a alcanzar un equilibrio emocional, a organizar los pensamientos, a reflexionar y mirar introspectivamente. A sentir la luz y rejuvenecer.

   El silencio da energía. Emily Dickinson ha dicho;


No decir nada a veces es decirlo todo.


   El silencio te conecta al ser. Te lleva más allá del habla y del pensamiento. Es el momento en que se está sin el ego. El silencio deja ir al miedo, la ansiedad y los celos. En los Upanishad-s bien se dice:


Hay algo más allá de la mente que mora en el silencio. Es el supremo misterio más allá de los pensamientos. Deja que la mente y el cuerpo sutil descansen en ello y en ninguna otra cosa.


Hablar es más tolerable porque ofrece una fácil distracción a la confusión interior. Las personas estresadas y angustiadas pueden estar en silencio pero por dentro puede que estén gritando. El lenguaje es el vehículo para la transformación social, mientras que el silencio es el vehículo para la transformación individual. El silencio es tan profundo como la eternidad, y el lenguaje es superficial como el tiempo. El silencio puede obrar maravillas en ciertos momentos cuando las palabras se vuelven vanas.

   La generación más joven está tan acostumbrada a la vida ruidosa y agitada, que para ellos el silencio se vuelve una molestia, una maldición. Necesitan compañía constante. Se sienten perdidos o abandonados cuando están solos. Precisan estar con otras personas o la compañía de aparatos electrónicos les da una felicidad superficial. En su interior tienen un vacío, una desolación que los altera constantemente. No pueden siquiera pensar en vivir solos. Sobreviven únicamente en la superficialidad, en la ilusión. Según ellos, unirse al ser, buscar la paz y la soledad es para los viejos y los ignorantes.  No se dan cuenta que esta soledad y silencio pueden hacer que sus vidas y su mente estén calmos, llenas de energía, y también puede darles satisfacción en cualquier cosa que hagan. Satisfacción que siempre reclaman, que nunca parecen alcanzar, y persiguiéndola hacen en la vida todo tipo de cosas. Van detrás de trabajos, carreras, socios, amigos y relaciones. Pero todo les parece que es una etapa pasajera, como su propio ser que es incapaz de detenerse, de descansar en un lugar, en una relación, en una cierta etapa de la vida. La mente confusa no le permite al ser marcar el ritmo, reflexionar sobre la vida, mirar hacia atrás, porque siempre está en movimiento.

   Esta puede ser la razón por la que muchos jóvenes en la actualidad se vuelven rebeldes, pierden la motivación y las metas en la vida.  Esta puede ser la razón de por qué muchas personas en los países desarrollados han comenzado a cambiar un estilo de vida profesional, agitado, lujoso por modos de vida más simples. Más y más personas por todo el mundo están practicando meditación, yoga, etc., para alcanzar esa paz, ese conocimiento del propio ser antes de tratar de conocer al mundo externo. Esa búsqueda de regocijo, de bienaventuranza eterna no se propone únicamente para la espiritualidad, sino también para la paz del mundo. Esa búsqueda de serenidad que sólo la soledad y el silencio pueden proveer.

   Como muy bien lo explicó la Madre Teresa:


Necesitamos encontrar a Dios, y él no puede encontrarse en el ruido y en la agitación. Dios es amigo del silencio. Observa cómo la naturaleza, los árboles, las flores, la hierba, crece en silencio. Mira cómo se mueven las estrellas, la luna, el sol, en silencio. Necesitamos silencio para poder contactar las almas.


Meditar en él y trascender la conciencia física. De esta manera alcanzarás la unión con el Señor del Universo. Así te identificarás con él que es Uno sin segundo. En él todos tus deseos se cumplirán.

La verdad es que estás siempre unido al Señor. Pero debes saberlo.

Śvetaśvatara Upanishad, I.11-12

martes, 24 de diciembre de 2013

UN SENDERO PROPIO



       
Tran-Thi-Kim-Dieu

                  Cada uno de nosotros ha experimentado la vida hasta cierto punto. Aunque la consciencia puede variar de acuerdo a nuestros ambientes, todos hemos conocido el sufrimiento, disgusto, desesperación, placer, alguna felicidad y quizás, alegría. Como teósofos, cada uno de nosotros tiene algo que hacer en el mundo; aunque hay un sentimiento de que mientras vivamos en el, sin embargo  no pertenecemos enteramente a el. Parece que el brillo del mundo deja de tener el encanto para nosotros que para otras personas que viven completamente en el mundo y pertenecen a el.
               Ser miembros de la Sociedad Teosófica no nos confiere superioridad ni nos da más prerrogativas que al resto de la humanidad, pero sugiere que estamos buscando una vida que tenga un significado, y que una forma significativa de vida nos conduce a cada uno de nosotros más pronto o más tarde hacia el sendero espiritual. La diferencia se halla en el hecho que estamos buscando una forma de vida que sea digna de vivirse.
               En el pequeño libro A los Pies del Maestro, uno puede leer:
                ‘En el mundo, solo hay dos clases de personas – aquellas que conocen y aquellas que no conocen, y este conocimiento es lo único que importa. Qué religión sostenga un hombre, a qué raza pertenezca – estas cosas no son importantes; lo que es realmente importante es el conocimiento del plan de Dios para los hombres. Porque Dios tiene un plan, y este es la evolución’.
               La palabra ‘dios’ no simboliza un dios personal; significa la naturaleza más profunda de lo que existe. Podemos llamarlo lo Divino. La literatura teosófica habla abundantemente acerca del conocimiento del plan Divino de evolución. Es el conocimiento del alma espiritual, el Yo Uno, revelando a la humanidad el futuro del alma humana que es glorioso y sin límites.
              LaVoz del Silencio habla acerca de tres vestíbulos: el Vestíbulo de la Ignorancia, el Vestíbulo de la Instrucción y el Vestíbulo de la Sabiduría. La humanidad está en la presente vida en el primer vestíbulo, el de la ignorancia – siendo la peor ignorancia no saber que uno es ignorante! La mayoría de los seres humanos son ignorantes pero no saben que lo son. Sin embargo, irónicamente hay una certeza inconsciente que uno sabe. Por el reconocimiento de que uno es ignorante, uno puede ir en busca de conocimiento y finalmente lo adquiere.
             Más de una vez, en la Joya Suprema de la Sabiduría (Vivekachudamani), el maestro llama al inquiridor ‘hombre sabio’. Efectivamente, los investigadores espirituales son una especie de individuos sabios; han visto su ignorancia y por lo tanto tratan de remediarla pidiendo instrucciones a los instructores espirituales. El acto de pedir instrucción testifica la buena voluntad de aprender.
                       Ahora, ¿qué debería uno aprender y cómo? Uno puede aprender variadas habilidades, la habilidad técnica de conducir un automóvil, pilotear un avión o usar un computador. Para esto uno puede hacer algún esfuerzo y algún sacrificio en otros campos. Esto es parte del método y los requisitos no pueden ignorarse o descuidarse si uno desea alcanzar la habilidad deseada.  El aprendizaje de habilidades técnicas es interminable, ya que la tecnología se desarrolla y  suministra aparatos más nuevos que aguijonean la curiosidad de la mente humana. Así es con la reunión de información. Vivimos en un mundo de información donde billones de megabytes de información están siendo enviados alrededor del planeta. Como la red de información está creciendo más extensa y más compleja cada día, uno puede ser atrapado en ella si no se da cuenta. Viviendo en el mundo como lo hacemos, no podemos negar todas las habilidades. Pero a menos que uno sea indiferente a la evolución espiritual, uno tiene que limitar  el envolvimiento con el proceso de obtener información y aprender nuevas habilidades. Este es un asunto de discernimiento en el que nuevamente A los Pies del Maestro da valioso consejo:
                   ‘Por muy sabio que ya seas, en este Sendero tienes aún mucho que aprender; tanto, que aquí también debe haber discernimiento, y debes pensar con cuidado si algo vale la pena de ser aprendido. Todo conocimiento es útil, y algún día tendrás todo el conocimiento, pero mientras poseas tan solo una parte, cuida que sea la parte más útil’.
                   ¿Cuál es la parte más útil del conocimieno? Depende de la motivación del aprendiz. La elección delo que es más útil se hace de acuerdo a lo que se define como digno de aprender. Para una persona que pertenece enteramente al mundo y cuya motivación está basada en objetivos materialistas egoistas, el interés estará dirigido a más riqueza y poder. Para una persona que vive en el mundo pero que ya no pertenece a él, la motivación puede ser muy diferente, porque para él hay ‘cosas más grandes quela riqueza y el poder – cosas que son reales y perdurables’.
                      ¿Pero cuáles son estas cosas que son reales y perdurables? ¿Cómo puede uno obtener aún la más ligera idea de ellas si está uno todavía bajo el hechizo de lo que es irreal? La forma de vida, el hábito del pensamiento, la rutina de las acciones, formadas por tendencias mundanas y motivos egoistas, son nubes que velan una visión clara de lo que es real. El mundo en que vivimos es un mundo de apariencias. A menos que uno pueda ver más allá de esas apariencias, uno nunca puede alcanzar la visión de lo real. Uno de los Mahatmas  señaló que una de las mayores dificultades en su tarea de enseñar a los discípulos era hacer que aprendieran a soltar su dependencia sobre las apariencias. Y para hacerlo, los discípulos tienen primero que desaprender.
                       El condicionamiento llega de lo que llamamos el medio, formado de la cultura racial, crianza familiar, educación intelectual y religiosa. Todas estas son como estratos de colores artificiales pintados sobre la madera natural que es la naturaleza fundamental de un individuo. Cuando uno comienza a desaprender el medio, comienza a deshacer el condicionamiento.
                         Al principio uno puede comprender que lo que dio por sentado como real, no lo es. Uno también puede comprender que lo que consideraba importante, no lo es. Todo el proceso es como quitar los estratos de la pintura artificial, uno a uno, para descubrir la madera natural del Yo real. Corresponde al instante en que cambia nuestra visión y adquiere un ángulo más amplio para mirar de nuevo la vida.
                        Cambiar nuestra visión no es solo un asunto de auto-adaptación a las circunstancias. Esto podría ser mera astucia, eludir las dificultades de la vida. Un cambio de visión no significa compromiso tampoco, sino como una consecuencia directa, las escalas de valores caen una tras otra, siendo reemplazadas por unas más valiosas. Esto puede seguir por un largo tiempo, hasta que se encuentra la escala que está basada en virtudes universales, y plenamente aceptada como el  criterio final para nuestro pensamiento, palabra y acción.
                          Lo mismo ocurre con las ideas y conceptos, que son ‘cosas’. Aunque los pensamientos son objetos más sutiles que materiales, son ‘cosas’ no menos en la etapa de manifestación. En el proceso de aprendizaje, los pensamientos son reemplazados por unos más profundos resultantes de mayor comprensión. Esta comprensión, cuando es correcta, no es diferente de la visión interna o percepción.
                         La percepción naturalmente requiere correcta  motivación y finalmente conducirá a su abolición. Es así porque la motivación testifica al yo mientras la acción inegoísta necesariamente es sin motivo. La percepción conducirá al genuino principiante adelante hacia el discernimiento de la naturaleza de la misma acción.
                         Así, cambiar visiones, depurar conceptos, producir recta acción de entre la percepción, son las consecuencias del aprendizaje. A un nivel sutil uno puede decir que este aprendizaje es el aprendizaje espiritual que también es la purificación de la naturaleza humana interna. En otras palabras, este aprendizaje es purificación. Cuando toma la forma de investigación en la naturaleza de lo que existe por medio de la reflexión y la meditación, ayuda al principiante a descubrir el verdadero Yo. Así, el aprendiz se mueve, paso a paso, desde lo irreal hacia lo real.
                       El sendero desde lo irreal a lo real no es un camino  suave, pavimentado donde sombreados refugios están listos para recibir al viajero  cada vez que esté cansado. La jornada desde lo irreal a lo real no es automáticamente una jornada segura tal como a menudo se afirma, se espera, se aguarda. Por el contrario, es una jornada peligrosa a través de la cual el peregrino no puede pasar siempre ileso. Podría al igual, perder su vida antes que la completa porque las trampas son tan numerosas como las debilidades del peregrino; el peor enemigo que él tiene, por lo tanto, es él mismo. Las trampas como enumeradas en Luz en el Sendero son, ambición, deseo por la vida, deseo de comodidad y sensación, sentido de separatividad y hambre de crecimiento. Cada uno de ellos, de acuerdo al consejo, debe ser ‘matado’. En suma, el mejor grillete puede ser identificado como orgullo.
                       El orgullo tiene una amplia gama de formas, desde lo tosco a lo sutil. Hace que una persona sienta que es mejor que otros – si no el mejor de todos. Insidiosamente susurra al orgulloso que todo el mundo debería inclinársele; que debería dársele atención especial. A sus ojos, es contundentemente evidente que las cosas deberían seguir su camino, puesto que sabe más que todos los demás. La ilustración más elocuente puede encontrarse en la personalidad del Sr. Hume a quien uno de los Mahatmas calificó como un ‘monumento al orgullo’. El Sr. Hume les pidió instrucciones pero en el trasfondo de su mente, había constantemente la creencia que sabía más que ellos acerca de cómo enseñar y a quienes. Todos nosotros podemos ser ‘pequeños’ Humes en nuestras vidas diarias, lo que una honesta y aguda auto-observación puede revelar.
                       Entrar al Sendero significa no regresar ya al Vestíbulo de la Ignorancia, sino tratar de moverse hacia una mayor comprensión. Todas las trampas pueden ser consideradas como un paso que dar y conquistar hasta que la última de ellas se pase. Este punto de retorno no es sino un acto de voluntad para decidir no permitir que el alma flote de vida en vida sin dirección. Entrar al Sendero corresponde al momento en que uno toma la vida y destino de uno en nuestras manos, resistiendo las tempestades que se generan debido a nuestra ignorancia o acciones pasadas, que lo arrojan  a uno de aquí para allá en el océano de la ‘existencia’ o samsara. Cuando hay esta decisión de tomar el destino de uno en nuestras propias manos y la perseverancia para mantener esta decisión, solamente entonces comienza el sendero espiritual. No antes.
                      El Sendero es el sendero del aprendizaje y el servicio. Uno deja el Vestíbulo de la Ignorancia y cruza el umbral que conduce al Vestíbulo de la Instrucción. Mientras aprende el discípulo se le previene que discierna el aprendizaje de la cabeza de la sabiduría del alma como se declara en La Voz del Silencio:
                      ‘Antes de dar el primer paso, aprende a discernir lo verdadero de lo falso, lo siempre fugaz de lo sempiterno. Aprende sobre todo a distinguir la Sabiduría de la Cabeza, de la Sabiduría el Alma; la doctrina del “Ojo”, de la del “Corazón”. Verdaderamente, la ignorancia se asemeja a un vaso cerrado y sin aire; el alma es como un pajarillo preso en su interior…Pero aún la ignorancia misma es preferible a la Sabiduría de la Cabeza, si ésta no tiene la Sabiduría del Alma para iluminarla y dirgirla’.
                         La Sabiduría de la Cabeza únicamente es un fertilizante para que crezca el orgullo. Infla el sentido de separatividad e hincha el ego personal. Todos los verdaderos instructores espirituales han prevenido a sus discípulos en contra del flagelo del orgullo. Hasta el último peldaño el orgullo puede ser una causa potencial para nuestra caída. El aprendiz tiene que mantener una constante mirada vuelta hacia adentro para impedir  la nutrición del orgullo, y observar para ‘matar’ tal enfermedad del alma.
                           La advertencia en La Voz del Silencio menciona:
                           ‘En el Vestíbulo de la Instrucción encontrará tu alma las flores de vida, pero debajo de cada flor una serpiente enroscada’.
                           Podría significar que la instrucción contiene la promesa del conocimiento, pero cada vez que el conocimiento alcance un cierto nivel de éxito, detrás se halla el peligro del amor por sí mismo, como una serpiente siempre dispuesta a dar una mordida mortal.
                           La humildad es como un escudo  protector. Por lo tanto, La Voz del Silencio aconseja:
                           ‘Se humilde si quieres alcanzar la Sabiduría. Se más humilde aún, cuando de la Sabiduría seas dueño’.
                           El aprendizaje es infinito. Así es el Sendero. Pero como dije, cuando el proceso es correcto, dará acceso a la percepción como un preludio a la Sabiduría. Esta Sabiduría es la luz interna que ilumina el camino del principiante hacia el descubrimiento del plan divino que es el plan de evolución.
                          Este sendero, como lo veo, es el mismo que el camino descrito por HPB como ‘empinado y espinoso, un camino que conduce al corazón mismo del Universo’. La declaración del vidente contemporáneo, J. Krishnamurti, afirmado que ‘ La verdad es una tierra sin sendero’, no es una negación del camino de HPB, como puede parecer ser a primera mirada. Porque, debiera haber un sendero a la Verdad, este sendero debe necesariamente conducir al corazón del Universo, que es también el corazón del Yo Uno. Pero no puede ser un sendero pre- ideado. De hecho, ¿hay otro sendero por el que ir que este sendero que es el sendero universal, y aunque al mismo tiempo, un sendero propio? Nuevamente aquí La Voz del Silencio  insinúa una respuesta:
                            ‘No puedes recorrer el sendero antes de que te hayas convertido en el sendero mismo’

                                                  The Theosophist, Diciembre de 2004

                                                   

domingo, 15 de diciembre de 2013

Coordinación de la Ciencia y los Valores Humanos




C. A. SHINDE

El Prof. C. A. Shinde es conferencista nacional de la Sección India de la ST, y Bibliotecario de la Biblioteca de Adyar.

 Somos conscientes del hecho de que la ciencia clásica revela leyes que están basadas en el tiempo, y espiritualmente revela leyes eternas que están más allá del tiempo. También sabemos que la Ciencia es objetiva y espiritualmente es subjetiva. El motivo es que la Ciencia puede hacer escavadoras robots y clones humanos, pero no puede entrenar las emociones del operador o del conductor que puede dañar la naturaleza. La espiritualidad, por otra parte puede entrenar las emociones del operador o del conductor de modo que no dañe el ambiente natural existente a su alrededor. La coordinación de ambos trae felicidad a la humanidad.

   La ciencia no está separada del hombre. En realidad, las máquinas son extensiones de sus sentidos y órganos de acción.

-          Los teléfonos y celulares son extensiones de sus oídos.

-          El microscopio y el telescopio son extensiones de sus ojos.

-          El microondas y la lavadora son extensiones de sus miembros.

-          La televisión e Internet son extensiones de su mente.

   En este sentido, necesita saber que en el nivel sensorial no hay lugar para los valores. Proceden de un nivel superior. La búsqueda real es necesaria en ambos campos, el científico y el espiritual.

   En el campo de la espiritualidad el hombre generalmente hace preguntas tales como: ¿Quién soy? ¿Cuál es el propósito o el significado de la vida? ¿Es posible producir orden dentro de nuestra consciencia? ¿Qué es la muerte? Estas son preguntas que hace cuando entra al campo de la espiritualidad. También aprende que hay grandes buscadores que han traído orden dentro de su consciencia, y que ese orden es amor, compasión, humildad, que son valores humanos.

   La investigación científica está perdida cuando la ciencia y el científico quedan atrapados en el materialismo y la tecnología. La mente utilitaria del hombre desarrolla tecnología, pero ignora los valores humanos. La comprensión humana está incompleta a menos que coordinemos la ciencia y los valores humanos. Tanto el campo objetivo como el subjetivo deben ir a la par. De lo contrario, como sabemos, la tecnología se convierte en un arma de doble filo. Si se aplica correctamente, es una gran ayuda para la humanidad, pero la auto-indulgencia lleva a efectos malos como prácticas inmorales y carentes de ética que contaminan la Tierra para complacer los objetivos egoístas del hombre en la ignorancia del hecho de que la Tierra no le pertenece, sino que el hombre pertenece a la Tierra.

 Ciencia y valores

   Actualmente el hombre está atrapado en una psiquis de su propia creación y ha perdido libertad. Parafraseando a T. S. Eliot, podemos decir: ¿Dónde está la Vida? La hemos perdido viviendo mecánicamente. ¿Dónde está la Sabiduría? La hemos perdido en el conocimiento. ¿Dónde está el conocimiento? Lo hemos perdido en la información.

   Por una parte vemos que la ciencia y la tecnología se mueven rápidamente, pero por otra, no existe un avance similar en nuestra economía y en la política, que está llevando al desempleo. Si la humanidad realmente quiere lograr la iluminación, debe tratar de desprenderse de sus apegos mundanales.

   En los últimos cien años o algo más, la población mundial aumentó de un billón a seis billones. La guerra y el capitalismo han dominado el planeta. No somos capaces de desapegarnos de nuestros deseos, ha sucedido lo contrario. Los deseos de todos han aumentado, y por lo tanto muy pocas personas han podido alcanzar la iluminación. La ciencia se está dando cuenta del poder de la mente sobre la materia, pero los seres humanos necesitan saber que la iluminación está más allá de la mente. Espiritualidad significa tener una fe viva en la bondad de todo, y esto sólo se logra si tenemos una fe viva en los valores y aprendemos a armonizarnos con la materia, la energía y la consciencia.

   Para los científicos, es el momento de probar en esa dimensión de la ciencia que lleva al hombre a desarrollarse moral y espiritualmente, a sentirse no sólo feliz sino que lo ayuda a usar del mejor modo posible lo que ha logrado. Una nueva dimensión de la ciencia se abrirá, iniciando la coordinación de la ciencia y los valores humanos, y recordando que la constitución humana no es una casa o un vehículo sino que un hombre reside en su interior. El hombre en nosotros es la consciencia pura, y su constitución es principalmente materia, energía y consciencia. Estos se deben armonizar y es posible por medio de  valores como el amor, la compasión, la humildad, interés por los demás, la búsqueda de la verdad y un espíritu de servicio generoso.

 La ciencia y la comunicación

   El medio por el cual nos comunicamos se ha vuelto importante para el hombre moderno. Porque el mismo mensaje transmitido por varios medios masivos, tiene muchos efectos diferentes, recibimos diversas respuestas. Un mensaje recibido por carta, por email, por televisión y por celular tiene efectos diferentes y podemos observar estas respuestas diferentes.

   Necesitamos recordar que la ciencia y la sociedad están vinculadas y por lo tanto la ciencia no puede operar sin valores. También es difícil y complejo separar en la ciencia los valores de los hechos. La ciencia transformó el cuidado de la salud en muchos países y mejoró el estándar de vida de millones, no podemos negar esto. Pero ha llevado a una destrucción masiva, el deterioro de la capa de ozono, y el envenenamiento de la vida salvaje por el uso de pesticidas y otros químicos. Se dice que la vida de las abejas está en peligro debido a los celulares, porque emiten radiación. Afirman que los humanos tienen sólo cuatro años más de vida después que las abejas desaparezcan: si no hay abejas, no hay polinización, ni plantas o cereales, ni animales, y entonces no habrá más humanos.

   Esta es la trama de la vida. Si los científicos se jactan de mejorar nuestro mundo, entonces deben también estar de acuerdo con su parte de responsabilidad por diferentes tipos de contaminación y por corromper el mundo de formas diversas. ¿Por qué el 65% del dinero a nivel mundial se gasta en investigación y desarrollo militar? ¿No es ahora el momento de producir una coordinación de valores objetivos y subjetivos? ¿Cómo puede cada uno involucrarse en la producción de tecnologías y no medir las consecuencias? ¿Cómo puede la ciencia estar libre de valores cuando está vinculada con la sociedad?

   Nadie puede negar el éxito de la ciencia en los últimos cuatrocientos años. Mejoró la comprensión humana del mundo y de las perspectivas humanas en él. Pero día a día el hombre se está volviendo más materialista que altruista por tal avance. La ciencia, por su naturaleza, nunca fue y nunca podría estar libre de valores porque es llevada a cabo por los científicos, no ocurre sin ellos y como sabemos, los científicos son humanos. Nadie puede evitar comportarse con un sentido de valores más que con hábitos. Una vida basada en los valores es el llamado actual para evitar más deterioro de la capa de ozono que nos protege. El hombre debe actuar de forma amistosa con el ozono. Unos pocos científicos se dieron cuenta de esto cuando llegaron a conocer el fenómeno quántico.

 La ciencia y el fenómeno quántico

   Los científicos estaban tremendamente perplejos cuando llegaron al interior del átomo, y se dieron cuenta del comportamiento de electrones, neutrones y protones, porque se comportaban de modo que desafiaban a la lógica, las matemáticas y la ciencia que habíamos desarrollado hasta ese momento. Se debe a que en el momento en que son observados, los constituyentes de un átomo comienzan a comportarse de modo diferente. Los científicos no podían creer que observarlos podría modificar la materia.

   En segundo lugar, se dieron cuenta de un hecho sorprendente, que un electrón puede dar un salto quántico, cuando un salto ocurre, digamos del lugar A al lugar B no viaja la distancia entre A y B, sino que desaparece en el punto A y de pronto reaparece en el punto B. Qué ocurre en el espacio intermedio es un misterio. Su velocidad es tan rápida que simplemente se desmaterializa en un punto y se materializa nuevamente en otro. El descubrimiento fue muy sorprendente al principio pero lentamente científicos eminentes como Einstein pudieron ver una tremenda posibilidad.

   Este salto quántico abrió un nuevo panorama. Por medio del estudio científico se reveló que todo el sistema nervioso funciona por generación y propagación de impulsos eléctricos. Pero, los científicos no están seguros de cómo se percibe esto exactamente porque diferentes estímulos tienen el mismo impulso eléctrico, y cómo se perciben correctamente es un misterio.

   Además los biólogos están llegando a descubrir un campo subjetivo, invisible pero energético. Tomen por ejemplo la terapia subjetiva en la ciencia médica. Esto muestra, 1) Que la misma medicina tiene diferentes efectos cuando es prescripta por distintos médicos. 2) La misma medicina tiene efectos diferentes en distintos pacientes aunque sea prescripta por el mismo médico. Esto se debe a que el interior del hombre varía de una persona a otra. Esta subjetividad interior de la que proceden los valores humanos es más poderosa que la naturaleza física exterior.

 Ciencia, Industria y Gobierno

   Un aspecto importante que es necesario que consideremos es que gran parte de la ciencia actual está fundada por la industria más que por el gobierno. Respecto al informe de investigación y desarrollo, el 60% lo pagan compañías privadas cuyo propósito fundamental es ganancia y no  humanidad o actuar en armonía con el ambiente. La ciencia está por lo tanto conducida cada vez más por valores corporativos que favorecen a un puñado de inversores, sobre el resto de la humanidad. ¿No está mal por parte de los científicos que eludan sus responsabilidades?

   Y respecto al gobierno, tiene que jugar un rol decisivo, además de implicarse con la conservación, debe percibir los ideales por medio de la práctica. Esto es así especialmente en la exploración del espacio, en el desarrollo de la biotecnología, en la conservación de la biodiversidad y en la preservación de una cultura que promueve la fraternidad y la transmisión de valores humanos. Es sólo aquél que tiene el amor hacia la humanidad en su corazón, el que es capaz de captar totalmente la idea de la regeneración. Entonces él nunca hará mal uso del poder, dice un Maestro de Sabiduría en una carta a A. P. Sinnett.

 Ciencia y Medioambiente

   El calentamiento global es el desafío más alarmante pero a su vez, para algunos, es controvertido, porque la mente científica duda y necesita evidencia de los diferentes hechos. Estos hechos ocurren simultáneamente como la pérdida de la masa de hielo en las dos regiones polares, el incremento en la acidificación del océano y la potencial extensión de los fracasos en los cultivos en muchas regiones ecuatoriales. A pesar de todo esto, el modo en que trabaja la ciencia y la forma en que los científicos comunican las condiciones del clima son todas probabilidades y no certezas. Sin embargo, el corazón humano siente y acepta sin evidencia que mientras se vierta CO2 a la atmósfera con mayor rapidez que la eliminación natural de la Naturaleza, el planeta definitivamente sufrirá; entonces, ¿por qué el hombre hace mal uso de las fuerzas? Los desarrollos en la ciencia y la ingeniería avanzan a un ritmo rápido pero el desarrollo en ética y espiritualidad es muy lento y esa es la razón por la que el hombre usa mal las fuerzas de la Naturaleza. Si la ciencia y la ingeniería son rápidas y la economía, la ética y la espiritualidad son lentas, entonces se producirá la destrucción de alimentos y bienes, llevando a hambrunas en medio de la abundancia. La humanidad necesita darse cuenta ahora que los recursos naturales se agotan cuando se usan. Pero los recursos humanos desaparecen cuando no se usan. La tragedia de la vida no es la muerte final, sino los recursos que mueren dentro de nosotros, tenemos que darnos cuenta de esto.

   En 1881, la India mató 9.000 toneladas de sapos para exportar sus patas que se sirven en ciertos restaurantes que los almacenan en cámaras de frío, y por esa exportación India obtuvo 12 crores de rupias. Pero como consecuencia hubo una explosión de insectos en la población. (Porque el hombre perturbó el control biológico de la población de insectos matando los sapos). Los sapos podrían haber comido 9000 toneladas de insectos cada semana. Por lo tanto, India tuvo que importar insecticidas por doce crores de rupias para matar a los insectos. Los sapos los hubieran matado sin costo alguno. La necesidad de nuestra época es comprender la trama de la vida. Es necesaria la coordinación de la ciencia y los valores humanos, para controlar las energías de la naturaleza por el bien de todas las criaturas vivas. Los científicos son conscientes de la “noche nuclear”. Si hubiere una explosión nuclear, entonces toda la tierra se convertiría en polvo y el sol no se vería, cubierto por este polvo, por incontables años, y la vida sobre la tierra desaparecería.

   La Ciencia es como un pájaro que vuela alto en el vasto espacio del cielo y la Espiritualidad es como un pez que bucea profundamente en las aguas del océano. A la luz de la Teosofía, podemos producir la coordinación de la ciencia y la espiritualidad basándonos en los valores humanos, porque son medios que nos ayudan a volar y bucear en la búsqueda de la verdad. Pero los valores humanos nos enseñan que el sacrificio y el servicio bondadoso son importantes para acelerar la evolución del hombre. Esta es la era, en lo que respecta a la evolución humana, donde la ciencia y la espiritualidad podrían unirse, esto podría ocurrir por la investigación de la ciencia del vivir, que incluye los valores humanos. El hombre podría llegar a saber que visiblemente expresiones diferentes no son más que el fluir de la luz y el amor ocultos que abarcan al hombre y a la naturaleza por igual, como lo invocamos en “Oh Vida Oculta” para producir ese altruismo creativo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Enseñanzas budistas sobre las relaciones



RADHA BURNIER

  El Templo Budista aquí en Adyar se construyó bajo la sugerencia del Mahatma KH quien incluso envió un pequeño bosquejo para indicar qué tipo de santuario debería ser. Todo el proyecto fue el resultado del profundo interés que el Hermano Jinarâjadâsa puso en el mismo. Fue él, quien como Vice-Presidente y como ayudante de la Dra. Besant, hizo hacer el plano, hizo que se levantara la estructura, trajo una rama del árbol Bodhi original de Ceilán (Sri Lanka) y lo plantó allí.

   Se dice que el Buddha dio enseñanzas muy útiles a un agricultor que le dijo: “No puedo comprender las cosas profundas que dices, por favor, enséñame algo simple”. El consejo que le dio sobre las relaciones es sugestivo. Todos podemos meditar y explorar lo esencial de las relaciones. Krishnaji dijo que la vida es relación, porque constantemente estamos conectados.

   Obviamente dijo que la responsabilidad de los padres es ayudar al niño (puede ser un nieto, un niño adoptado), ser virtuosos, dar el ejemplo, y aprovechar las oportunidades para señalar qué está bien y qué está mal. Se debe incluir cómo evitar dificultades morales en la vida, como parte de la educación que los padres deberían darle al niño. Luego, el niño, el hijo o la hija, deben cuidar de sus padres, respetarlos, mantenerlos si fuera necesario, y mantener su memoria. Incluso un padre ignorante ha hecho algo bueno.

   Luego llegamos a los alumnos y los maestros. El alumno debe aprender bien, debe tener la actitud del aprendizaje. Lamentablemente esto está faltando en muchas escuelas, y los maestros tratan de ver qué hacer al respecto, los estudiantes tampoco están listos para seguir el consejo de los maestros. Pero el maestro, como el padre, debe entrenar al estudiante en la rectitud, en lo que es bueno o no, que puede cubrir todo un rango en la vida, desde cuidar el cuerpo físico hasta alimentar el alma. Es la obligación del maestro estimular a los estudiantes en todo lo que hagan que sea bueno, y dejarlos desarrollar sus facultades y sus talentos. No es indispensable que se tomen literalmente las palabras del Buddha, porque tenemos padres biológicos, y porque hay otros que son como padres. Hay personas que nos han ayudado a aprender que no son maestros en el estricto sentido de la palabra. A veces, incluso los niños pequeños nos ayudan a aprender porque ven las cosas de modo inocente.

   Luego llegamos a la relación entre marido y esposa, y algo importante de notar es que el marido debe respetar a su esposa. Tal vez eso faltaba en India en aquél entonces, como sucede actualmente. Un hombre bueno debe respetar a su esposa, valorarla, serle fiel, etc., y cuidar que sea honrada y no despreciada. Cuando otro marido hace comentarios despectivos respecto a su esposa frente a los sirvientes, por ejemplo, él debe hacer lo contrario. Y la esposa debe mantener una casa ordenada, ser ahorrativa como una buena administradora, debe tener una actitud muy hospitalaria con los amigos y familiares, ser siempre un apoyo y, por supuesto, ser casta.

   Ahora llegamos a los otros tres tipos de relaciones a los que Buddha se refirió, por ejemplo la relación entre los amigos y los compañeros más cercanos. Ellos deben actuar como verdaderos amigos, amigos que buscan el bienestar de un compañero. Esto no es sólo bienestar físico, ayudándolo a que invierta su dinero o algo parecido. Si el amigo tiene tal vez nociones falsas, es necesario hacérselo notar, de modo gentil y afectuoso, y no decir “él es un amigo y lo apoyo en todo ya sea correcto o incorrecto”. Esto no significa que actuamos interfiriendo o presumiendo que sólo nosotros sabemos qué es lo correcto. Los consejos se deben dar con sentido común. También significa que es necesario compartir con ellos, en la prosperidad o en la pobreza, ser generosos, hablar y recibir ayuda. Se debe ayudar cortésmente, actuando como uno lo hace de igual a igual. Los amigos deberían estar atentos a lo que le ocurre a los demás, porque una persona puede a veces bajar la guardia, puede ser inconsciente de lo que hace, y debido a esa inatención, actuar tontamente. Un verdadero amigo debe cuidar y ayudar que otro no se meta en problemas. El consejo del Buddha es bueno, extiende bastante nuestras relaciones porque no es solamente a nuestra propia familia, sino a las familias de nuestros amigos cuyo bienestar y prosperidad debemos cuidar.

   Como dijo Annie Besant más de una vez, avanzar en percibir la unidad por medio de actitudes de afecto y responsabilidad comienza en pequeña escala a medida que el individuo se desarrolla. Entonces, para empezar, deberíamos tener los sentimientos correctos, actuar bien en relación con nuestra familia y nuestros amigos. Luego aumenta la capacidad de afecto, de responsabilidad, de cariño. Todo el mundo se convierte en nuestra familia, y todos son amigos. Generalmente esta es una cuestión incluso con problemas que no son personales. Ya que una comunidad puede enfrentar grandes problemas debido a ideas y acciones tontas, vemos que todavía queda mucho para que cada individuo lo tenga en cuenta. El tipo de apatía que existe actualmente, en la que nadie se preocupa por lo que le ocurre a la sociedad como un todo, se debe reducir. Aunque este consejo se le dio a un hombre simple, con palabras sencillas, al meditar en él podemos darnos cuenta que existen implicancias mucho mayores que debemos aprender por nosotros mismos.

   Luego, están las relaciones entre amos y empleados. En la sociedad actual, tan compleja en comparación con el tipo de sociedad que existía hace tiempo, cuando existen muchos países donde no hay sirvientes, no significa que esta categoría de relación no exista. Se puede decir que incluye a quienes se supone que son superiores, y que se relacionan con los así llamados subordinados. A quienes tienen poder sobre otros, poder político o económico, o cualquier otro tipo de poder, a veces incluso algún tipo de dominio psicológico por ser más inteligente que las otras personas, puede ocurrir cualquier cosa. Supongan que estamos en una posición como para tener a alguien en la palma de la mano, por ser más inteligente que otro, ¿qué puede suceder?

   Consideremos entonces, qué es la acción correcta. La mayoría de los líderes teosóficos dieron un ejemplo maravilloso en sus vidas, porque tuvieron una actitud muy diferente a la de la persona mundanal, con gran consideración cuando la otra persona era más débil. El amo debería distribuir la riqueza incluso con el sirviente o el subordinado. Pedirle a un sirviente que haga algo que no puede hacer, y luego culparlo, retarlo o castigarlo, está mal porque las personas tienen sus limitaciones debido a la inherente etapa evolutiva. Existen muchas amas de casa que le gritan a los sirvientes porque éstos actúan con poca inteligencia, sin pensar que si fueran inteligentes, no serían sirvientes. De modo que esto es muy cruel. En muchas relaciones no pensamos, y esperamos que el otro sea lo que tal vez no es, o no puede dar. Mi padre solía decir que la Dra. Besant (él la quiso mucho al igual que muchas personas que la conocieron de cerca) desaprobaba la teoría que la familiaridad produce contento. No todos lo que se le acercaron tuvieron un amor y respeto profundo por ella, aunque fue una persona excepcionalmente noble. Pero ella, creo, solía decir que no debemos exigir de alguien más de lo que esa persona puede hacer. Deben darle a esa persona algún tipo de trabajo que sea adecuado a su nivel de comprensión y capacidad. Si les dan un trabajo equivocado, si ponen una estaca cuadrada en un agujero redondo, y culpan a la otra persona, la falta es realmente de ustedes.

   A veces ven a un hombre delgado, mal alimentado, a quien se le pide que mueva una carga pesada. Se hace lo mismo con los animales, y existe poca consideración por lo que le ocurre a la otra persona o animal, un hombre que trabajó todo el día, que no se alimentó bien, esforzándose al pedalear cuando varias personas están sentadas en el rickshaw, sin considerar jamás el esfuerzo físico al que se lo obliga, o puede ser el trabajador de una fábrica a quien se le exige hasta lo último. A los animales y  a los sirvientes a menudo se los trata de este modo. Pero debemos recordar que desde el punto de vista espiritual está muy mal. Debemos proteger a todos aquellos que son más débiles que nosotros, ¿quién los va a proteger, si no lo hacemos nosotros? Todos tenemos ese tipo de responsabilidad.

   A veces una persona muy pobre, y hay muchas personas pobres en este mundo, toma algo que no le pertenece. Asumimos una posición muy seria al respecto y decimos que debe ser castigado. Pero puede haber personas ricas, que sin ser vistos, hacen cosas mucho peores y se toma a broma, diciendo que así es como actúa esa gente. Entonces, debemos observar nuestras propias actitudes en todas estas relaciones. Den comida y salarios adecuados, dice el Buddha, y también dice que compartamos nuestra amabilidad con ellos; Krishnaji solía decir lo mismo. Supongo que las personas que alcanzan cierto nivel de unidad dicen cosas similares. Krishnaji dijo en más de una ocasión, en presencia de todos nosotros: “Les dais a vuestros sirvientes la misma comida que coméis vosotros?” En muchas casas le dan mucho menos al sirviente y eso indica una actitud general de desigualdad.

   Pero la vida espiritual, que es esencialmente la percepción de la unidad, produce un sentido diferente. El respeto que sentimos por alguien, posiblemente una persona ignorante, se debe a que también es un ser humano en el camino, en el viaje humano, tal vez en otro lugar diferente a nosotros respecto a la meta. También nosotros estamos en algún lugar del camino, y hay personas más adelante que nos miran como nosotros los miramos a ellos. Luz en el Sendero dice: “No imagines que puedes separarte del hombre malvado o del insensato”. Puede haber una diferencia entre ustedes, pero la diferencia entre tú y los Maestros es mucho mayor que la que hay entre ti y el insensato. Entonces, trátenlos con consideración, con respeto. No les hablen de un modo que ni siquiera pensaríamos usar en relaciones de importancia.

   El Buddha menciona esto y dice: deben darles vacaciones. Incluso ahora -excepto para quienes son trabajadores reconocidos- hay muchas personas que trabajan en casas privadas, etc., que nunca tienen vacaciones y si piden algunos días les fruncen el ceño, como si estuvieran abandonándolos. Todos necesitan algún descanso, tienen sus necesidades. Si es un hombre, necesita tiempo para afeitarse, las mujeres necesitan tiempo para hacer algunas tareas en sus propias casas, y no debemos tenerlas trabajando para nosotros todo el tiempo, debemos ser considerados con ellos.

   Una de las cosas que menciona Buddha es trabajar alegremente, contentos. Si la relación es buena, y si el amo es generoso, el sirviente no debería rezongar. Si pensamos respecto a los empleados de algunas compañías, aunque reciban mucho, no están contentos, quieren aún más. Trabajar cuando las condiciones son razonablemente satisfactorias, contentos, alegres, de modo que la sociedad misma funcione pacíficamente, de modo ordenado, es muy importante. Deberíamos hablar bien del amo, y no hablar mal de él a sus espaldas.

   El Hno. Raja cambió un poco las palabras, pero el texto original budista habla sobre las relaciones de la gente común con quien vive la vida religiosa, no quienes aparentan ser religiosos, como muchos que sólo son mendicantes o pillos disfrazados. Pero es posible que fuera costumbre honrar a quienes vivían una vida religiosa, en cualquier nivel, sinceros en tratar de conocer la verdad.

   Nuestra relación con todos ellos debe ser de buena voluntad y afecto en pensamiento, palabra y acto, y siempre deberían ser bienvenidos. Esto era muy común y se hacía tradicionalmente en los países orientales. En el pasado, ser religioso permitía a las personas seguir su sendero sin preocupación.

   Actualmente existen algunas personas que se han vuelto famosas porque bromean y saben cómo entretener a su audiencia. Pero ese no es el verdadero trabajo de la gente religiosa, su trabajo es exponer ciertos pensamientos de modo atractivo, disuadir a las personas de hacer el mal, y guiarlos para ser virtuosos, para ser bondadosos, y mostrar el camino por su propio ejemplo, viviendo con mucha sencillez, sin codiciar las cosas materiales. Al ser gentiles, buenas y generosas, las personas religiosas ofrecen cierto tipo de liderazgo. Existen nuevos problemas en la actualidad, por ejemplo, los medioambientales. Son las relaciones del hombre con los elementos, la tierra, etc.,  pero debemos pensar en todas estas relaciones con profundidad, como algo recíproco, porque no podemos estar aislados, vivimos en una red de relaciones.

   Los budistas dicen, porque ellos creen en la transmigración, que el perro que está en la calle puede ser tu madre. Estas palabras no se deben tomar de modo literal, sino en un sentido simbólico. Todos los animales son nuestros abuelos y tatarabuelos, porque el cuerpo físico que hemos heredado tiene su origen en los comienzos de la evolución, y todos sus componentes derivan de varias fuentes. Por lo tanto le debemos los talentos, las capacidades y las características que tenemos, a casi toda la creación. Estamos relacionados con todo, de modo que podemos pensar en esta relación como universal.

   ¿Cuál es nuestra obligación en esta red de relaciones? ¿Cómo deberíamos vivir nuestra vida diaria en la que nos encontramos con todos estos tipos de personas? Esta simple lección que el Buddha dio, se puede convertir en una relación profunda, y si podemos llegar a la esencia de la relación, hemos llegado a la verdad de la vida misma

domingo, 24 de noviembre de 2013

El Dharma o el Verdadero Trabajo del Hombre




MARY ANDERSON

 Según la Enciclopedia Teosófica, el  Dharma es, en primer lugar, “una teoría social hindú…aquélla que sostiene la sociedad, o sea, lo que occidente consideraría la ley social y moral.”

      Por lo que yo se, en la sociedad india moderna, el dharma estaba asociado al sistema de castas. El dharma del Brahman o casta sacerdotal era estudiar y enseñar. El dharma del Kshatriya o casta gobernante era gobernar, y si era necesario, luchar para defender a los súbditos propios. El dharma del Vaisya o clase de mercaderes era hacer negocios. Y el dharma del Sudra o casta de los siervos era trabajar en la agricultura y como obreros.

      Creo que el establecimiento de estas castas pudo haber sido apropiado si en algún momento, en un pasado lejano, las personas realmente nacieron en la casta que se adecuaba a su etapa de desarrollo. Pero con el transcurso del tiempo, esto no fue así. Muchos brahmanes desatendieron sus obligaciones, brahmanes  jóvenes, educados en el extranjero, a menudo dejaron de ser vegetarianos, etc. y muchos que por nacimiento pertenecían a la casta Sudra, y por lo tanto eran pobres, han podido de todos modos asistir a la universidad, y se han convertido en eruditos eminentes.

      Esto se aplicaría a la historia de India. Pero el artículo de la Enciclopedia Teosófica pasa a destacar la interpretación teosófica de dharma, de la siguiente manera:

Los teósofos tienden a usar el término en su sentido social o moral, aunque a menudo le otorgan una interpretación más extensa: lo que uno debería hacer en cualquier situación específica, según el presente estado de evolución de cada uno y las obligaciones que uno tiene hacia su familia y socios, al igual que hacia la… vecindad, ciudad, estado o nación.

   Antes de dedicarnos al dharma o el verdadero trabajo del hombre, consideremos lo que es el hombre. Este es un tema que nos concierne profundamente. Ya sea que nos demos cuenta o no, estamos muy interesados en nosotros mismos. Esto es natural y está bien, pero no en un sentido egoísta. El oráculo de Delfos ordenaba: “Hombre, conócete a ti mismo.” Pope escribió: “El verdadero estudio de la humanidad es el hombre.”

      Este no es un estudio fácil, puesto que en cierto sentido somos parte de él. El hombre es una parte integral del universo. En consecuencia, es divino. Pero es consciente en un cuerpo físico. Esto es verdad para otros seres también. Pero el hombre es capaz de pensar (aunque  no siempre lo haga). Y es auto-consciente, es decir, es consciente de sí mismo. Por lo tanto, es consciente de su cuerpo en el nivel físico. Es capaz de sentir y pensar. Y en el nivel más profundo de su naturaleza, es un ser divino. Annie Besant afirmó que  donde se encuentran el espíritu más sutil y la materia más grosera, allí surge la mente, y la mente es la marca del hombre. Pero el hombre es contradictorio. Por una parte, puede ser un genio, puede ser capaz de hazañas heroicas, de auto-sacrificio. Por otra parte, puede ser egoísta, brutal, cobarde. A veces estas características aparecen en la misma persona porque el hombre es arrastrado en dos direcciones, por los aspectos  espiritual y material de su naturaleza, y porque en última instancia, es un agente libre.

      La Sra. Blavatsky habla de:

El hombre, la culminación de la deidad sobre la tierra, cuyo cuerpo es la cruz de la carne, sobre la cual, a través de la cual y en la cual él está siempre crucificando y aniquilando al divino Logos de su Ser Superior. (La Doctrina Secreta, 1, pág. 36).

     Así el hombre es un ser contradictorio, un ser insatisfecho y a menudo desdichado. Es incompleto. Según la Sra. Blavatsky, no todas las células de su cerebro están activas. Su consciencia está activa especialmente en los niveles físico, emocional y mental.

    Este es el hombre  tal como se lo conoce en ciencia y psicología. La ciencia trabaja desde el cuerpo hacia adentro  y tiene el problema mente-cuerpo. La visión espiritual o teosófica del hombre va desde lo interno hacia lo externo. ¡La inteligencia llegó primero! El hombre es por encima de todo, un ser espiritual. Pero su naturaleza espiritual no está plenamente desarrollada aún. Citando nuevamente a la Sra.  Blavatsky:

No está en el curso de la ley natural que el hombre debe tornarse un ser espiritual perfecto antes de la Séptima Raza en la Séptima Ronda. Sin embargo, posee todos estos principios latentes en él desde su nacimiento. (Compendio de La Doctrina Secreta, editado por Elizabeth Preston y Christmas Humphreys, p. 190).

   La lucha interna en la humanidad también se explica por el hecho de que el hombre tiene tres elementos  en su naturaleza: el cuerpo, el  espíritu y la mente, la cual es el nexo entre el cuerpo y el espíritu. La Sra. Blavatsky habla de tres corrientes de evolución en el hombre:

En la naturaleza existe un triple esquema evolutivo, o más bien, tres corrientes separadas de evolución que en nuestro sistema  están inextricablemente entrelazadas en todas partes.

Estas son la Evolución Monádica (o espiritual), la Intelectual y la Física. Cada una de ellas tiene sus propias leyes, y se rige y se guía por grupos diferentes de los más elevados Dhyans o Logos. Cada uno está representado en la constitución del hombre, el microcosmos del gran macrocosmos, y es la unión de estas tres corrientes en él lo que lo hace el ser complejo que es ahora. (ídem., p.86).

   Por lo tanto, el hombre es una trinidad, una de las innumerables trinidades de la naturaleza. Él es el escenario de una batalla entre sus necesidades corporales, sus deseos psicológicos y psíquicos, su razonamiento mental, y su voluntad espiritual.

   Para intentar comprender al hombre debemos observar su pasado. En el pasado infinitamente distante, en cadenas anteriores, hace muchos, muchos milenios, el hombre - cada uno de nosotros- evolucionó a través de otros reinos de la naturaleza, y quizá retenemos ciertas habilidades de ese distante pasado. A nuestro paso por el reino mineral debemos las características de nuestro cuerpo físico; de nuestra experiencia en el reino de las plantas heredamos nuestra sensibilidad, nuestros sentimientos. A nuestras vidas en el reino animal le debemos las bases de nuestro proceso de pensamiento.

   El conocimiento de lo que debemos a nuestras vidas en esos reinos de la naturaleza debería darnos comprensión y simpatía hacia los seres que ahora se encuentran en esas etapas a través de las cuales nosotros mismos hemos pasado. Del mismo modo que los padres deberían, y mayormente sienten y expresan simpatía por las generaciones siguientes, sus hijos, que están atravesando el proceso de madurar y como maestros deberían sentir simpatía y comprensión por sus alumnos, y a menudo lo hacen debido a experiencias pasadas.

   Esto es ciertamente parte del Dharma del hombre. ¡Con qué frecuencia, ese dharma, esa obligación hacia nuestros hermanos menores de los otros reinos de la naturaleza es desatendido, o cumplido de forma parcial!. El escultor puede  dar más importancia al material con el que trabaja, pero puede no preocuparse por las plantas, los animales, o los seres humanos. El jardinero puede dar importancia a las plantas y no a los minerales, a los animales, o a los humanos. El amante de los animales puede interesarse por los animales y poco por los minerales, las plantas o los humanos.

      Como teósofos, conscientes de nuestro pasado, aunque mayormente no en forma consciente ni en detalle, deberíamos sentir simpatía por los reinos de la naturaleza a los que hemos pertenecido también, o la vida que somos ahora:

                Morí como mineral

                 Y nací  como planta

                 Morí como planta

                 Y nací como animal

                 Morí como animal

                 Y nací como hombre.

      En cierto sentido debemos nuestros cuerpos físicos a nuestro pasado en el reino mineral, debemos nuestros sentimientos o sensibilidad  a nuestro pasado en el reino vegetal, y debemos los cimientos de nuestro pensamiento a nuestro pasado en el reino animal. Y ahora pertenecemos al reino humano y debemos agregar a nuestra experiencia y a lo que aprendimos en el pasado distante, las lecciones que podemos aprender como seres humanos.

     Tenemos una deuda que pagar, no sólo a la Naturaleza en el sentido de los reinos mineral, vegetal y animal, sino también a nuestros compañeros humanos. Tenemos deudas de gratitud con aquéllos compañeros nuestros con quienes no nos encontramos por primera vez en esta vida, sino que hemos conocido en vidas pasadas. Nuestras relaciones pasadas pueden generar relaciones agradables o desagradables en nosotros y pueden despertar recuerdos felices o desdichados, y alegría o sufrimiento. Debemos estar agradecidos por ambos, ya que la Ley de Karma es infinitamente misericordiosa. Sus efectos pueden ser dolorosos, pero son justos y educativos. El Karma es un juez justo y es, por encima  de todo, un maestro. Parte del Dharma de un hombre es la aceptación de los golpes del destino con el espíritu del aprendiz. El hombre tiene un dharma, o podríamos decir, una obligación para consigo mismo como ser espiritual.

     El Cosmos y el Hombre como humanidad y como ser humano individual, a menudo han sido comparados con una planta de loto. La Sra. Blavatsky escribe (La Doctrina Secreta, I, p. 112):

Una de las figuras simbólicas del Poder Creativo Dual de la Naturaleza….es Padma, el lirio de agua de la India. El loto es producto del calor (fuego) y del agua (vapor o éter); el fuego presente en todo sistema filosófico y religioso como una representación del espíritu de la Deidad, el principio generador, activo, masculino; y el éter, o el alma de la materia, la luz del fuego, es el principio femenino, pasivo, del cual emana todo en este universo. Por lo tanto, el éter o agua es la Madre y el fuego es el Padre. Sir W. Jones (y antes de él, la botánica arcaica) demostró que las semillas del loto contienen —aún antes que germinen— hojas perfectamente formadas, la forma en miniatura de aquello en que un día se convertirá, como plantas perfectas; de esta manera la naturaleza nos da un ejemplo de la pre-formación de sus productos...; las semillas de todas las plantas fanerógamas contienen flores completas que poseen una plántula embrionaria ya formada.

El loto o Padma es además un símil muy antiguo y favorito para el Cosmos mismo y también para el hombre. Las razones populares que se dan son, en primer lugar…. que la semilla del loto contiene en sí misma una miniatura perfecta de la futura planta, lo cual simboliza el hecho de que el prototipo espiritual de todas las cosas existe en el mundo inmaterial antes que esas cosas se materialicen en la tierra. En segundo lugar, el hecho que la planta de loto crece a través del agua, teniendo su raíz en el ilus, el barro, y despliega su flor arriba, en el aire. Así el loto simboliza la vida del hombre, y también la del Cosmos, ya que la Doctrina Secreta enseña que los elementos de ambos son los mismos, y que ambos se están desarrollando en la misma dirección. La raíz del loto hundida en el fango representa la vida material, el tallo que emerge a través del agua tipifica la existencia en el mundo astral, y la flor flotando sobre el agua y abriéndose hacia el cielo es emblema del ser espiritual.

   Para resumir, el loto tiene sus raíces en el barro, simbolizando el cuerpo físico del hombre o el plano físico de la materia. Elevándose dentro de la naturaleza del hombre, sus  emociones, kâma, están simbolizadas por el agua en el estanque del loto, y ascendiendo aún más dentro del hombre, se puede simbolizar su pensamiento, manas, como el aire a través del cual pasa el tallo del loto; y finalmente, la hermosa flor de loto se abre a los rayos del sol, simbolizando la naturaleza espiritual del hombre, Âtma-Buddhi.

   El dharma esencial del hombre, para regresar a su verdadera naturaleza, se expresa en la terminología budista en las palabras: “La gota de rocío se desliza dentro del brillante océano.” Este último dharma puede atemorizarnos. ¿Es este el final, el deshacer, la destrucción de todo lo que hemos construido a través de muchas vidas?  Pero ¿no puede expresarse también en las palabras: “La gota de rocío se convierte en el brillante océano que siempre fue?

Tal como el hijo pródigo que regresa a casa en la historia bíblica cristiana, después de haber deambulado muchos años, haber malgastado su herencia, derrochado su tiempo probablemente jugando por dinero y en fiestas. Súbitamente recuerda a su padre y decide regresar a casa. Su padre al menos lo aceptará como sirviente. De esta manera, en total humildad deja el camino de ida, el Praviti Mârga, y entra al sendero de regreso, el Nivriti Marga. Pero su padre lo ve desde lejos y corre a darle la bienvenida. Él se alegra. Le favorece más que a su otro hijo, que ha permanecido en casa.

   El hijo pródigo representa  la humanidad, y su historia indica la importancia de la humanidad. ¿Y el hijo que ha permanecido en el hogar? Se dice que este hijo representa a los ángeles. Pero el día de su juicio llegará seguramente, o quizá haya llegado en el pasado. Cito nuevamente La Doctrina Secreta (Vol. I, p. 149):

      La Doctrina enseña que para llegar a convertirse en un Dios divino y plenamente consciente,  incluso las más elevadas, las INTELIGENCIAS  espirituales, deben pasar por el estado humano. Y cuando decimos humano, esto no se refiere meramente a nuestra humanidad terrestre, sino a los mortales que habitan cualquier mundo, es decir, a aquellas Inteligencias que han alcanzado el equilibrio adecuado entre la materia y el espíritu, como nosotros ahora, desde que hemos pasado el punto  medio de la Cuarta Raza Raíz de la Cuarta Ronda. Cada entidad debe haber ganado por sí misma el derecho de llegar a ser divina, a través de la propia experiencia. Hegel, el gran pensador alemán, debe haber sabido o percibido intuitivamente esta verdad, al decir, que el Inconsciente desarrolló el Universo solo “con la esperanza de lograr clara autoconciencia” o en otras palabras, de convertirse en HOMBRE… Esto explica también el significado Kabalístico oculto del dicho: “El Aliento se convierte en piedra; la piedra en planta; la planta en animal, el animal en hombre, el hombre en espíritu y el espíritu en dios. “Los ….Rishis, los Constructores, etc., eran todos hombres, cualesquiera hayan sido sus formas y aspectos en otros mundos y en Manvántaras precedentes.

     Más adelante, la Sra. Blavatsky afirma que “todo en la Naturaleza tiende a convertirse en hombre”:

Desde el comienzo de la Ronda, todo en la Naturaleza tiende a convertirse en Hombre. Todos los impulsos de la Fuerza dual, centrípeta y centrífuga, se dirigen hacia un punto, el HOMBRE. El progreso en la sucesión de los seres, dice Agassiz, “consiste en una creciente similitud entre la fauna viva, y sobre todo entre los vertebrados, en la progresiva semejanza con el Hombre. El hombre es el fin hacia el cual ha tendido toda la creación animal, desde la primera  aparición de los primeros peces Paleozoicos”. (La Doctrina Secreta, III, pp. 173).

      Es interesante que, en las antiguas cavernas Postojna, descubiertas y excavadas en Eslovenia, especialmente en los comienzos del siglo diecinueve, hay en el corazón mismo de la montaña una laguna con peces que no se encuentran en ningún  otro lugar de la tierra y que se conocen como “Peces humanos”.

     Considerando la importancia de la humanidad, es esencial que con nuestro conocimiento de Teosofía nos demos cuenta de nuestra responsabilidad, de la importancia de encontrar y cumplir con nuestro Dharma, nuestro verdadero trabajo.

     Ya hemos considerado nuestra responsabilidad hacia los reinos de la naturaleza a los que pertenecimos muchísimo tiempo atrás. También tenemos una responsabilidad hacia nuestros semejantes, los hombres, la Humanidad en general. Se dice que todo aquél que avance en el sendero espiritual hace a éste más fácil para que la humanidad en general también avance.

     De este modo, puede parecer un fin noble y altruista esforzarse por convertirse en discípulo de un genuino Maestro Espiritual, o sea, uno que haya alcanzado la próxima etapa en la evolución, de este modo nosotros mismos podemos avanzar en esa etapa, y podemos creer que, para lograrlo y también cuando ese objetivo del discipulado se alcance, solo tenemos que seguir instrucciones al pie de la letra. Pero en Las Cartas de los Maestros se enfatiza que el ser humano, que es un ser pensante, tiene LIBRE ALBEDRÍO, aún si y cuando, o más bien especialmente si y cuando, se convierte en discípulo de un Maestro verdadero.

      A medida  que el hombre se desarrolla espiritualmente tiene que aprender a usar ese libre albedrío, para escuchar su propia voz interior y no seguir instrucciones ciegamente. Este punto se destaca repetidamente en las Cartas de los Maestros a A. P. Sinnet:

 Hasta la última y suprema iniciación, se deja a cada chela seguir su propio consejo. ….Él es …un agente responsable a quien se deja que realice su tarea a la luz de su propia sagacidad, y nunca recibirá “órdenes” que se contradigan con ese principio (ver Joy Mills, Reflexiones sobre la Sabiduría Antigua, Carta 18, p. 63).

No tenemos derecho a influir en la libre voluntad de los miembros en este o en cualquier otro asunto. Tal interferencia estaría en abierta contradicción con la ley básica del esoterismo, que el crecimiento psíquico personal acompaña paripassu el desarrollo del esfuerzo individual, y es la evidencia del mérito personal adquirido (ídem, Carta 122, p.459).

      Ejercer el libre albedrío y soportar las consecuencias karmitas de nuestras acciones es parte del dharma del hombre. Es a través de las lecciones de tales consecuencias kármicas que el hombre aprende.

     Después de este consejo de precaución, dirijámonos hacia un consejo más general, más positivo.

     En la pequeña joya escrita por Krishnamurti cuando era niño y discípulo de un Maestro, A los Pies del Maestro, se mencionan cuatro cualidades para el sendero espiritual.

   Discernimiento: entre lo real y lo ilusorio, lo recto y lo incorrecto, lo importante y lo que no lo es, lo útil y lo inútil, lo verdadero y lo falso, y lo egoísta y lo altruista.

   Carencia de deseos, por encima de todo, y tampoco deseo de progreso espiritual o de poderes espirituales.

   Ningún deseo de hablar demasiado, o inmiscuirse en los asuntos de los demás.

   Buena conducta: sobre todo, dominio del pensamiento y la acción, tolerancia, alegría, aspiración única, confianza, y finalmente y lo más importante: Amor, evitar herir a otros a través de habladurías, crueldad y supersticiones.

De todas las cualidades, el Amor es la más importante, porque si es lo suficientemente fuerte en el hombre, le obliga a adquirir las restantes, y todas las demás sin él jamás serían suficientes.

   Hay un relato de una mujer que era muy egoísta y que nunca regaló nada. Pero un día le dio una zanahoria a un mendigo. Cuando murió, esa zanahoria la condujo al cielo. Sin embargo, alguien se apegó a ella, para elevarse con ella. Esto la hizo enojar mucho y se quitó a esa persona de encima. Al hacer esto, ella perdió la zanahoria  y no pudo continuar hacia el paraíso.

      Al final de A los Pies del Maestro, las cualidades se enumeran como Voluntad, Sabiduría y Amor, los tres aspectos del Logos. Quizá sea útil un diagrama en forma de cruz. Una cruz señala en tres direcciones: hacia arriba, hacia abajo y hacia afuera. Podemos imaginar la Voluntad como intentando ascender, la Sabiduría como dirigiéndose hacia las profundidades, y el Amor yendo hacia el exterior, alrededor de nosotros, hacia nuestros semejantes los hombres y otras criaturas.

   Se relata que un sacerdote cristiano visitó a Krishnamurti en una oportunidad.  Al irse dijo que Krishnamurti le había mostrado el verdadero significado de la cruz. Es el “yo”, el ego pequeño y egoísta, crucificado. Este sería nuestro dharma esencial como seres humanos.

   En el segundo discurso del Bhagavadgitâ, Arjuna le pregunta al Señor Krishna:

¿Cuál es la marca de aquél cuya mente es estable, firme en la contemplación, oh Kesava? (v. 54)

Y la respuesta es instructiva:

 Oh Pârtha, cuando un hombre abandona todos los deseos del corazón, se satisface en el YO por el YO, entonces se lo llama de mente estable. (v.55)

Aquél cuya mente está libre de ansiedad en medio del dolor, indiferente en medio de los placeres, libre de pasión, temor e ira, a él se le llama sabio de mente estable. (v.56)

Aquél que está libre de apegos por todos lados, que no siente gusto o aversión, posee un entendimiento bien equilibrado (v.57)

Cuando, al igual que una tortuga guarda todas sus extremidades, él retrae sus sentidos de los objetos, entonces su comprensión está bien equilibrada. (v.58)

Los objetos de los sentidos, pero no el placer por ellos, se alejan del templado morador del cuerpo, e incluso el placer se aleja de él después de ver al Supremo. (v.59)

Alcanza la Paz aquél en quien todos los deseos fluyen como los ríos fluyen hacia el océano, que está lleno de agua, pero permanece inmóvil. (v. 70)

Aquél que abandona todos sus deseos, y avanza libre de anhelos y sin egoísmo, marcha hacia la Paz. (v.71)

Este es el estado ETERNO, ¡oh hijo de Parthâ!. Nadie que llegue allí quedará perplejo. Aquél que aún en la hora de su muerte se establece allí, va hacia el Nirvâna del ETERNO. (v.72)

   Este es el último y verdadero Dharma del hombre. La chispa retorna hacia la llama, o se convierte en ella. La gota de rocío regresa al brillante mar, o se convierte en él.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Cómo surge el egocentrismo?




RADHA BURNIER

¿Cómo surge el egocentrismo?

   La tan usada palabra ‘mío’ hace referencia a un centro ficticio hacia el cual la mente atrae todo tipo de experiencia. En realidad no existe. En sánscrito hay una palabra ahamkâra: aham significa ‘yo’, y kâra ‘hacer’. Por lo tanto ahamkâra es la parte de la mente que ‘construye el yo’.  El ‘yo’ está siendo creado constantemente por el proceso de etiquetar. Hay una experiencia, y si la mente no dijera consciente o inconsciente “es mi experiencia”, la experiencia desaparecería.

   Debido a que existe la memoria, se repite; y debido a que tuvo ciertas experiencias crea más categorías. Experimentó el placer, por lo tanto dice “Yo soy el que disfruta”. Ha organizado ciertas cosas, por lo tanto dice “Yo soy el que organiza”. Así habitualmente se apropia de varias cosas y las etiqueta, creando entonces el ‘Yo’.

   El silencio no se puede lograr por medio de otra forma de ambición. No pueden decir, “Quiero que mi mente esté en silencio. Voy a terminar con las fluctuaciones de mi mente”, esa sería una forma más de logro. Siempre que exista el deseo de logro o adquisición, existe esta entidad llamada el ‘yo’, la ficción psicológica que quiere lograr. Por medio de un largo proceso hemos creado la noción de que existe esta entidad que debe llegar a algún lado, y continuamos apoyando esa idea. Es difícil imaginar una vida en la que ese ‘yo’ no está llegando a algún lugar o adquiriendo algo.

   Entonces no podemos lograr el silencio diciendo “yo quiero estar en silencio”, por la simple razón de que el ‘yo’ no tiene la capacidad del silencio. Es la única fuente de todo ruido, perturbación y problemas. Pensamos que los problemas llegan desde afuera, pero aunque puede que haya dificultades afuera de nosotros, el problema yace en el interior. La dificultad puede ser que el cuerpo tiene alguna enfermedad. Si está enfermo, lo tratas. Pero la dificultad puede transformarse en un problema. “Yo estoy enfermo. He tenido una vida buena, entonces, ¿por qué debo sufrir? Cuando estoy enfermo las personas no me dan el tipo de atención que necesito.” Podemos crear innumerables problemas a partir de esa enfermedad. Pero deberíamos ver que no es una dificultad sino un hecho, un hecho difícil tal vez, pero que se puede manejar, eso es todo.

   Es el yo quien crea los problemas. Y el yo nunca puede producir silencio porque está constantemente creando perturbaciones. ¡La perturbación es el yo! Los celos son parte del yo, también lo es el apego, y la intolerancia. El yo está construido de todas estas cosas. Desde ese punto de vista, una frase como ‘la realización del yo’ es engañosa, si existe la realización de la Verdad no puede estar el yo en ella. De modo que donde hay logro o adquisición, allí está el yo, ya sea que estemos conscientes o no. En cuyo caso la mente no está vacía, está llena de yo.



La iluminación procede del interior

   Uno de los Mahatmas nos recuerda que la iluminación debe venir del interior. El medio hacia la iluminación no es sólo la meditación, él habla de la pureza en pensamiento, palabra y acto. Debe haber pureza, control de las pasiones animales, y carencia de egoísmo en la intención. Sin éstos, la meditación no es seria, se vuelve lo que Krishnamurti llamó una actividad de aislamiento.

   Cuando hablamos de la mente, ¿incluye lo consciente y lo inconsciente? ¿Cuál es la diferencia entre los dos?

   La mente es por supuesto lo conciente y también lo inconciente o subconsciente. Existen varias cosas en la mente que no se notan en determinado momento. Eso no significa que no pertenezcan a la mente. En la mente subconsciente puede haber avaricia, por ejemplo, pero puede estar latente porque la oportunidad para manifestarse no se da en ese momento. Cuando se manifiesta se vuelve parte de la mente conciente. De igual modo, dentro de la mente hay muchas tendencias que llevamos de encarnación en encarnación y llegan a la mente conciente según las circunstancias y la oportunidad. Lo mismo ocurre con la memoria. Existen muchos recuerdos de los que la persona no es conciente. Algunas veces se pueden recordar con bastante facilidad, y otras veces sólo en ocasiones especiales.

   Ciertas preguntas fundamentales siempre se tendrán que examinar con cuidado. La que nos interesa principalmente en este momento es: “¿Cuál es la naturaleza del yo?” Hemos visto que esto requiere mucha reflexión y podemos lograrlo sólo por el uso sostenido de energía.

   Hemos llegado a ciertas conclusiones. El yo parece ser yo mismo, el ‘yo’. Este ‘yo’ está formado de impresiones creadas principalmente por el cuerpo porque tenemos cierta imagen de nosotros que está parcialmente conectada con la persona física. Llegamos a comprender que esta persona física tiene poco que ver con el yo real. La confusión entre esto y el Yo es la causa de muchos problemas y éstos se complican más con la identificación con las emociones y los pensamientos.

   Nada de esto se puede comprender en profundidad por medio de un proceso de simple razonamiento, sino solamente por medio de lo que se ha llamado ‘clara visión’. Pero debido a que la ilusión del yo como auto-existente, como que tiene una identidad individual separada, se ha aceptado como una realidad durante muchos años, ciertamente durante muchas encarnaciones, ha asumido la apariencia de realidad. Estamos condicionados por todo a nuestro alrededor y tomamos su existencia como natural. Cuando niños se nos enseñó a fomentar nuestros intereses, a pensar en todas las cosas en relación con esto. Todo esto no puede evitar que ejerza su influencia. Entonces es fácil aceptar la creencia de la existencia del yo, y debemos observar muy cuidadosa e internamente para descubrir la verdad, para descubrir si después de todo es sólo una imposición, una ficción creada por el pensamiento.

   Sería simplemente fácil decir: “Sí, el yo no es real”, o “El sentido de separación es una ilusión”. Pero eso sería sólo proferir palabras. Si realmente viéramos el hecho, cambiaría nuestra vida.

   La meditación es el trabajo que hay que hacer para ver. No es sólo una actividad cerebral, es explorar profundamente para descubrir la verdad con respecto a la naturaleza de ese yo que nos ha estado manejando por innumerables encarnaciones.



Auto-existencia

   La idea de la auto-existencia (existencia-en-sí-misma) está asociada con la existencia de todo lo que conocemos. Debido a que vemos todo separado físicamente, creemos que todo existe en sí mismo y por sí mismo. Y cuando pensamos en términos de conexión, es superficial. De modo que las relaciones se pueden establecer y romper porque la relación, según nuestras ideas, es en sí algo que yace sólo en la superficie de la vida, cuyo logro o ruptura depende sólo de nuestra voluntad. Pero nosotros cuestionamos la afirmación de que ésta sea la realidad, es decir que son objetos separados, desconectados unos de otros. Nos preguntamos si en realidad la existencia, que es el yo de todas las cosas, tiene una naturaleza totalmente diferente.

   Desde un punto de vista intelectual se pueden dar muchas respuestas, y podemos citar autoridades en el tema. Pero todo esto no tiene nada que ver con comprender la Verdad con la que estamos particularmente interesados. “Por sus frutos los conoceréis.” La inutilidad de los ejercicios puramente mentales e intelectuales se pueden ver por sus frutos, o por la ausencia de ellos, porque habiéndolos practicado al máximo nos encontramos en exactamente la misma situación, asediados por las mismas perturbaciones, por los mismos problemas en las relaciones, por la misma falta de comprensión. Descubrimos que el intelecto no tiene respuestas.

   Pero luego descubrimos que existe un tipo diferente de conocimiento que llega por una comprensión más profunda y vemos que da su fruto. Un cambio profundo puede ahora ocurrir porque miramos el problema desde un punto de vista diferente.

   Dirigir la energía de la mente a la investigación del yo o a examinar la naturaleza de la existencia, significa también explorar su significado y propósito. A menos que haya claridad sobre la cuestión de la auto-existencia, la existencia independiente no relacionada entre sí de cada cosa, no seremos capaces de comprender esto.

   Si la mente no ve la naturaleza del Yo, si es incapaz de aprovechar la relación que existe en lo profundo a un nivel sutil, no podrá ver la vida en todo su significado y belleza.

   Podemos ver la relación entre las cosas separadas, entre objetos que permanecen separados pero que todavía existen en algún tipo de relación. También puede haber una percepción en la que la relación no es simplemente la unión de cosas separadas. La unidad es mucho más que esto. Pero sólo puede ser descubierto por una mente que es capaz de ahondar más.



Los árboles, una necesidad

   Un artículo provechoso relacionado con los árboles se publicó recientemente en el Guardian Weekly. Se refiere a los árboles que actualmente están pasando un mal momento, que constantemente están bajo amenaza. En buena medida los árboles son el hogar de la biodiversidad del mundo, pero están siendo destruidos sin misericordia. Han cortado la mitad de los árboles en bosques o selvas, y cada año las áreas forestadas se ven diezmadas. Esto reduce la cantidad de aire puro que nosotros, los humanos, respiramos. Además de esto, está la belleza de los árboles.

   Un gran árbol como el Banyano puede ser una maravillosa ayuda por muchos motivos. Pero especies más pequeñas también son invalorables. No podemos sobrevivir sin ellas, y se requiere una comprensión profunda para percibir este hecho. Muchos árboles viven mucho tiempo y otros producen retoños, de modo que cuando hay un árbol, puede haber muchos más. La atmósfera misma que respiramos se transforma cuando existe un árbol porque absorben el contenido de carbono y otros contaminantes. Cuanto más viejos son, más controlan los contaminantes. Además, donde existen árboles, la temperatura es menor si el clima es cálido.

   Desafortunadamente, un problema mayor que la cantidad de árboles que se han cortado y los bosques y selvas que han desaparecido, es la grave condición del clima. La Organización de las Naciones Unidas que colabora con entidades que ayudan a reducir emisiones de carbono, dice lo siguiente: plantar árboles puede compensar en gran medida las emisiones en la primera mitad del siglo. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de salvar los árboles incluso en las ciudades. El economista indo, P. Sukhdev, es también un líder en el estudio de la biodiversidad, y de la economía de los ecosistemas. Trabaja como Co-Director del Banco Deutsche en Mumbai, India. Él ha calculado el valor económico de la naturaleza y su deterioro, después de una investigación de tres años llevada a cabo por cientos de expertos. Según su opinión, si se redujera la deforestación en un 50% durante unos treinta años, disminuiría el costo del calentamiento global porque la erosión de los bosques, áreas costeras, etc., lleva a enormes pérdidas todos los años. ‘Un árbol es invalorable, y lo que obtenemos de los árboles no tiene precio.’

   Existe un número de personas que disfrutan de Adyar, al que vienen a caminar debido a su belleza, calma y por la preservación del medioambiente natural. No sólo se protegen a los árboles, sino a muchas variedades de plantas y otras formas de vida más pequeñas de otros reinos que también se cuidan en este predio. Todas las ciudades necesitan un espacio donde se respeten y valoren las áreas verdes. La importancia de preservar la atmósfera creada por habitantes de los diferentes reinos nunca se puede elogiar en exceso.

   Al considerar este tema, la contaminación de las fuentes de agua es de suma importancia, porque si no hay agua pura disponible, muchas plantas y árboles no pueden sobrevivir. Necesitan muy poco, pero el agua es una de las pocas cosas que necesitan. Los árboles son ‘ciudadanos modelo, decorativos, calmos, económicos, serenos y valientes’. Sin suficiente cantidad de agua, los espacios verdes no se pueden preservar. Permitirle a los árboles crecer implica asegurarse que tengan agua disponible para ellos y también para los arbustos y plantas pequeñas de todo tipo que crecen a su alrededor.