lunes, 29 de junio de 2009

Meditaciones


  • Lo que más cuenta para ayudar a otros, es la radiación y espíritu de amor en uno mismo. Sri Ram










  • Solo conocemos realmente una cosa o individuo cuando respondemos a lo que es bueno y bello en ellos. Sri Ram





  • Cualquier verdad de profunda importancia tiene que experimentarse con la totalidad de uno mismo. Sri Ram
















  • Es solamente cuando ponemos atención a nuestros pensamientos, sentimientos y actos, que realmente obtenemos sabiduría. No podemos tomarla prestada de fuentes externas a nosotros mismos. Sri Ram



  • Hay aspectos de la Verdad que sólo pueden descubrirse dentro de uno mismo, y de ninguna otra manera; y éstos son la parte más valiosa de la vida. Sri Ram




  • Debemos aprender a caminar a la luz interna de nosotros mismos, aunque al presente esa luz pueda ser débil y apagada. Sri Ram





  •       Debemos ser cuidadosos a cada paso para ver cómo procedemos en el camino de la Verdad, que también es el camino del amor. Sri Ram                                      

miércoles, 10 de junio de 2009

¿Que significa la palabra Teosófia?

Comentario: En el primer capitulo de su libro "La Clave de la Teosofía", libro de caracter introductorio a las enseñanzas Teosóficas HELENA PETROVNA BLAVATSKY responde a la pregunta del origen de la palabra Teosofía. A continuación un fragmento de dicho capitulo.


"Frag cap I" TEOSOFÍA Y SOCIEDAD TEOSÓFICA

SIGNIFICACIÓN DEL NOMBRE “TEOSOFÍA”

PREGUNTA. Suelen a menudo considerarse la Teosofía y sus doctrinas como una nueva religión. ¿Es una religión?

TEÓSOFO. No lo es. La Teosofía es la Ciencia o Sabiduría divina.

PREG. ¿Cuál es el verdadero significado del término?

TEÓS. “Saber Divino”, Qeohofia (Theosophia) es Sabiduría de los dioses, como Qeogonia (theogonía), genealogía de los dioses. La palabra Qeoa, en griego significa un dios, uno de los seres divinos, y de ningún modo “Dios” en el sentido que damos hoy día al término.

No es, por lo tanto, la “Sabiduría de Dios”, según traducen algunos, sino Sabiduría Divina, la poseída por los dioses. El vocablo cuenta con miles de años de existencia.

PREG. ¿Cuál es el origen de este nombre?

TEÓS. Nos ha sido transmitido por los filósofos alejandrinos llamados amantes de la verdad, Filaleteos, palabra compuesta de fil (phil) “amante” y de alhqeia (aletheia) “verdad”. Data el nombre Teosofía del siglo tercero de nuestra era, y los primeros que lo emplearon fueron Ammonio Saccas y sus discípulos1, que fundaron el sistema Teosófico Ecléctico.

1 Llamados también analogistas. Según el profesor Alejandro Wilder, M.S.T., en su “Neoplatonismo y Alquimia”, se los llamaba de este modo a causa de su método para interpretar todas las leyendas sagradas y narraciones, así como los mitos y misterios, por medio de una regla o principio de Analogía y correspondencia; de modo que acontecimientos referidos como habiendo tenido lugar en el mundo externo, eran considerados como expresando operaciones y experiencias del alma humana. También se los designaba por el nombre de Neoplatónicos.

Aunque se atribuye generalmente la Teosofía o sistema Ecléctico Teosófico al tercer siglo, si hemos de prestar crédito a Diógenes Laercio, es mucho más antiguo su origen, puesto que atribuía el sistema a un sacerdote egipcio, Pot–Amun, que vivía en los primeros tiempos de la dinastía Ptolemaica. El mismo autor nos dice que el nombre es Copto, significa “el que está consagrado a Amun, Dios de la Sabiduría.”

La Teosofía es el equivalente de Brahm–Vidya, el conocimiento divino.

PREG. ¿Cuál era el objeto de este sistema?

TEÓS. Inculcar ante todo ciertas grandes verdades morales en los discípulos y en todos aquellos que eran “amantes de la verdad”. De ahí viene la divisa adoptada por la Sociedad Teosófica:

“No hay religión más elevada que la verdad.”2

2 La Teosofía Ecléctica comprendía tres partes : 1ª, La creencia en una deidad absoluta, incomprensible y suprema, o esencia infinita, que es la raíz de la naturaleza entera y de todo cuanto existe, visible e invisible. 2ª, La creencia en la naturaleza eterna, inmortal del hombre, porque siendo éste una radiación del alma universal, es de idéntica esencia que la última. 3ª, La Teurgia, u “obra divina” o el acto de producir una obra de los dioses; de Theoi, “dioses” y ergein, “obrar.” El término es muy antiguo, pero como forma parte del vocabulario de los Misterios, no era de uso popular. Era creencia mística que purificándose uno mismo, tanto como los seres incorpóreos, es decir, volviendo a adquirir la propia pureza original de la naturaleza, podía el hombre conseguir que los dioses le comunicasen misterios Divinos y hasta moverlos a hacerse visibles en ciertas ocasiones, sea subjetiva u objetivamente. Esto era prácticamente probado por los adeptos iniciados y los sacerdotes. Era el aspecto trascendental de lo que se llama ahora Espiritismo; pero, habiendo sido éste profanado y mal interpretado por el populacho, llegó a ser considerado como nigromancia por algunos, y fue prohibido de una manera general. Aún se conserva una parodia de la teurgia de Jámblico en la magia ceremonial de algunos cabalistas modernos. La Teosofía moderna evita y rechaza esas clases de magia y de “nigromancia”, por ser muy peligrosas. La teurgia verdadera, divina, requiere una pureza y santidad de vida casi sobrehumanas, pues degenera de otro modo en mediumnismo o magia negra. Los discípulos inmediatos de Ammonio Saccas, al que llamaban Theodidaktos (“enseñado por Dios”), como Plotino y su discípulo Porfirio, rechazaron al principio la teurgia, pero se reconciliaron al fin con ella por medio de

Jámblico, quien escribió una obra con ese objeto, titulada “De Misteriis”, bajo el nombre de su propio maestro, un famoso sacerdote egipcio llamado Abammon. Ammonio Saccas era hijo de padres cristianos; disgustado del Cristianismo dogmático espiritual desde su infancia, se convirtió en Neoplatónico, y como a J.Boëhme y otros célebres videntes y místicos, se les atribuye la sabiduría divina revelada en sus sueños y visiones. Éste fue el motivo por el cual se lo llamó Theodidaktos. Decidió reconciliar a todos los sistemas religiosos, y demostrando su identidad de origen, establecer un Credo universal basado en la ética. Tan pura era su vida, tan profundo y vasto su saber, que varios Padres de la Iglesia eran secretos discípulos suyos. Clemente de Alejandría habla muy alto en su favor. Plotino, el “San Juan” de Ammonio, también era un hombre universalmente respetado y estimado, cuya instrucción e integridad eran grandísimas. Cuando contaba treinta nueve años de edad, acompañó al emperador romano Gordiano y su ejército a Oriente, a fin de ser instruido por los sabios de la Bactriana y de la India. Tuvo una Escuela de Filosofía en Roma. Su discípulo Porfirio, cuyo verdadero nombre era Malek (judío helenizado), reunió todos los escritos de su maestro. Porfirio mismo fue un gran autor, y dio una interpretación alegórica a algunos trozos de los escritos de Homero. El sistema de meditación empleado por los Filaleteianos conducía al éxtasis; sistema parecido a la práctica india del yoga. Lo que se sabe acerca de la Escuela

Ecléctica es debido a Orígenes, Longino y Plotino, discípulos inmediatos de Ammonio. (Véase: Neoplatonismo y Alquimia, por A. Wilder).

El principal objeto que se proponían los fundadores de la Escuela Ecléctica Teosófica era uno de los tres objetos de su sucesora moderna, la Sociedad Teosófica, o sea el de reconciliar bajo un sistema de ética común, basado en verdades eternas, a todas las religiones, sectas y naciones.

PREG. ¿Cómo podéis demostrarme que no es esto un sueño imposible, y que todas las religiones del mundo están basadas en una misma y única verdad?

TEÓS. Su estudio y análisis comparados lo demuestran.”La religión de la Sabiduría” era una en la antigüedad, y la identidad de la filosofía religiosa primitiva nos la prueban las idénticas doctrinas enseñadas a los Iniciados durante los MISTERIOS, institución universalmente difundida en otros tiempos: “Todos los cultos antiguos demuestran la existencia de una sola Teosofía anterior a los mismos. La clave que ha de explicar uno de ellos ha de explicarlos todos; de otro modo no podría ser la verdadera”. (A. Wilder,

obra citada.)