sábado, 24 de septiembre de 2016

Los miembros de la Sociedad Teosófica


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PEDRO OLIVEIRA

 El Sr. Pedro Oliveira fue Secretario internacional.

    La estadística del número de miembros en los últimos años revela un patrón de disminución en la Sociedad Teosófica. En la Memoria Anual de la S. T. del 2004, por ejemplo, el total de miembros es 31.920. Disminuye a 30.171 en 2005 y a 29.287 en 2006. La disminución continúa a 29.014 en 2007 y alcanza 28.607 a finales de 2008. Como los números referidos son el registro del número de miembros que manda cada Sección Nacional, Asociación Regional, Agencia Presidencial y Ramas directamente vinculadas a Adyar, se vuelve claro que el patrón de pérdida de miembros se distribuye por muchas áreas del mundo teosófico.

   Existen diferentes enfoques a la cuestión de la disminución de miembros. Uno de ellos es tratar de hacer el mensaje de la Sociedad más ‘popular’ usando estrategias para volverlo más atractivo para el público. A veces esto resulta en planificar charlas públicas con títulos que suenen al estilo de la ‘nueva era’, invitando a oradores que pueden ser populares en su propio campo, pero que no necesariamente transmiten el espíritu de las Enseñanzas de la Sabiduría, o en hacer los sitios en Internet más atractivos e informativos. Sin embargo, las estadísticas de los países en particular, muestran que a pesar de tales estrategias, la disminución de los miembros continúa igual por varios años. Un caso es el de la Sección Brasileña, que a pesar de la pérdida de miembros, es todavía la Sección más grande en América Latina. Se informa que aunque un número de charlas teosóficas se transmitieron en programas televisivos regularmente en ese país, con una audiencia estimada de aproximadamente tres millones de personas, no resultó en un aumento de miembros en la Sección.

   Otro enfoque justifica la pérdida de miembros, atribuyéndolo a ‘competidores’, es decir, organizaciones que pueden ser similares a la S.T. en sus propósitos, pero que han experimentado un aumento en popularidad debido a sus promesas de rápido desarrollo espiritual, una relación segura con los Maestros, métodos de meditación denominados de resultado orientado, etc. Un número de tales organizaciones afirman, a veces abiertamente, que la ST fue importante cuando se fundó pero que ahora no es nada, excepto una institución vieja e irrelevante que está destinada al olvido. ¡A veces escuchamos incluso a los miembros de la ST decir lo mismo!

   La cuestión del número de miembros es importante porque la ST, desde su inicio tuvo la intención de ser una organización con miembros. Los Fundadores de la Sociedad, tanto los internos como los externos, al igual que todos sus líderes sucesivos aclararon que el verdadero crecimiento de la Sociedad Teosófica está directamente conectado a la percepción de su profundo propósito, por parte de sus miembros. Como afirmó en cierta oportunidad el Hno. Sri Ram, si se realizara una campaña para aumentar miembros, y como resultado de la misma, un millón de personas egoístas se hicieran miembros de la Sociedad, ¿le ayudaría en su trabajo? La ST está abierta para todos aquellos que están buscando ponerse en contacto con la Teosofía, la Enseñanza de la Sabiduría, pero su trabajo, su futuro y su utilidad dependen de esos miembros que comprenden la naturaleza de su propósito esencial.

   Por líderes de la Sociedad no quiero decir sólo sus Presidentes. Personas como Clara Codd y Ianthe Hoskins, por ejemplo, nunca desempeñaron ese cargo, pero su contribución a la ST como un todo fue destacada. Ambas dieron conferencias extensamente durante varias décadas y ayudaron a innumerables estudiantes y simpatizantes a comprender algunos de los principios fundamentales de la Teosofía. Quienes las conocieron, pudieron ver cómo el propósito de la ST estaba vivo en ellas y cómo esa profunda comprensión y compromiso encendió el entusiasmo por la causa teosófica en quienes las escucharon y las contactaron.

   En una carta al Sr. Sinnett, el Mahatma M. expuso, con su habitual fortaleza y vigor, su opinión sobre el problema central que afligía a la ST de esa época. Lo que escribió en ese momento parece ser tan relevante hoy como lo fue en 1882:



Por otra parte, nosotros sostenemos saber más de la causa secreta de los acontecimientos que lo que ustedes, hombres mundanos, saben. Y digo entonces que es la difamación y el abuso que se hace de los Fundadores, el general concepto erróneo que se tiene de la finalidad y propósitos de la Sociedad, lo que paraliza su progreso, nada más. No faltaría una definición clara y exacta en estos propósitos, con sólo que fueran debidamente explicados. Los miembros tendrían de sobra qué hacer si persiguieran la realidad con la mitad del fervor con que persiguen espejismos. Lamento verle comparar la Teosofía con una casa pintada en el telón, por cuanto, en las manos de filántropos y teósofos verdaderos, puede ser algo tan fuerte como una inexpugnable fortaleza. La situación es esta: los hombres que ingresan a la Sociedad con el solo objeto egoísta de alcanzar poderes, haciendo de la Ciencia Oculta su única o principal aspiración, es mejor que no ingresen; están destinados a dolorosa decepción tanto como aquellos que cometen el error de dejarles creer que la Sociedad no tiene otro propósito. Y fracasan precisamente porque predican demasiado acerca de ‘los Hermanos’ y muy poco, si es que algo, acerca de la Fraternidad. ¿Cuántas veces habremos de repetir que quien ingresa a la Sociedad con el sólo objeto de ponerse en contacto con nosotros, y si no de adquirir, al menos de asegurarse de la realidad de tales poderes y de nuestra existencia objetiva, está persiguiendo un espejismo? Lo digo de nuevo. Sólo quien alberga en su corazón amor a la humanidad, que es capaz de sentir íntimamente la idea de una práctica y regeneradora Fraternidad, es el que tiene derecho a la posesión de nuestros secretos. Sólo un hombre así, sólo ese hombre nunca hará mal uso de sus poderes y no habrá temor de que los utilice para fines egoístas. El hombre que no coloca el bien de la humanidad sobre su propio bien, no es digno de ser nuestro chela, no es digno de alcanzar más elevado conocimiento que su vecino. (Carta 33, orden cronológico, y 38 CM)



   Examinemos algunas de las opiniones presentadas por Él. Una de las causas de la parálisis en el progreso de la ST se menciona como “el general concepto erróneo de la finalidad y propósitos de la Sociedad”. Él agrega: “No faltaría una definición clara y exacta en estos propósitos, con sólo que fueran debidamente explicados.” Por lo tanto una comprensión clara de nuestros tres Objetivos es muy importante en nuestro trabajo, ya sea dirigido al público o a nuestros propios miembros. Cuando el Sr. Sinnett y el Sr. Hume estaban presionando a los Fundadores para que la ST se concentrara más en fenómenos psíquicos, se les dijo de modo certero, que el Objetivo básico de la Sociedad es la Fraternidad Universal, no los fenómenos, porque es sólo sobre ese fundamento que una exploración significativa de los misterios de la vida, puede suceder.

   Nuestros tres Objetivos permanecen vitalmente válidos. El mundo y sus condiciones en deterioro muestran que la Fraternidad Universal sin distinción es el único y verdadero elixir que puede producir una nueva humanidad; una exploración objetiva de la religión, la filosofía y la ciencia puede entrenar la mente a dejar de lado opiniones absolutistas y por lo tanto acercarse a la Verdad en una condición de apertura y humildad; y una comprensión más profunda de las dimensiones ocultas de la Naturaleza pueden conducir al despertar de esas facultades en nosotros que contribuirán al progreso humano en el verdadero sentido del término.

   El Mahatma también dijo: “Los miembros tendrían de sobra qué hacer si persiguieran la realidad con la mitad del fervor con que persiguen espejismos.” Una de las definiciones de la palabra ‘espejismo’ es ‘una esperanza o deseo irreal que no puede ser’. La literatura teosófica cubre un vasto campo de búsqueda tanto como descripciones de procesos universales. También contiene niveles de exposición metafísica que a veces desafía la comprensión. Es demasiado fácil perderse en un laberinto de terminologías, clasificaciones, y perder de vista lo que es esencial. El otro peligro, también referido por los Fundadores a sus Maestros, es el de considerar el trabajo de la ST como una plataforma para la auto-afirmación individual de tipo agresivo. Estamos en la Sociedad para servir a sus profundos objetivos, no para crear campos de influencia para nuestros propios intereses personales.

   En otro pasaje persuasivo de Su afirmación mencionada anteriormente, el Maestro agrega:



 La situación es esta: los hombres que ingresan a la Sociedad con el solo objeto egoísta de alcanzar poderes, haciendo de la Ciencia Oculta su única o principal aspiración, es mejor que no ingresen; están destinados a dolorosa decepción tanto como aquellos que cometen el error de dejarles creer que la Sociedad no tiene otro propósito. Y fracasan precisamente porque predican demasiado acerca de ‘los Hermanos’ y muy poco, si es que algo, acerca de la Fraternidad, que fallan.



   La ST existe para ayudar a la humanidad en un nivel fundamental, y hacer que la conciencia humana emerja de su capullo de auto-interés y ceguera espiritual. Es responsabilidad de los miembros que han comprendido de qué se trata la ST, aclararle a los recién llegados y a quienes expresan interés en hacerse miembros, los significados más profundos del trabajo de la Sociedad. Durante muchas generaciones de miembros, en muchos países, la ST actuó como un portal hacia un nuevo mundo de descubrimiento, exploración, cooperación e inspiración permanente. Estas cualidades no pueden estar presenten cuando se le permite al egoísmo echar raíces.

   El Maestro continúa afirmando cuál es la condición sine qua non para que un miembro realmente ayude a la ST en su trabajo en un nivel más profundo: “Sólo quien alberga en su corazón amor a la humanidad, que es capaz de sentir íntimamente la idea de una práctica y regeneradora Fraternidad, es el que tiene derecho a la posesión de nuestros secretos.” Aunque afiliarse a la ST está abierto para quienes se sienten en afinidad con sus Objetivos y pagan la cuota correspondiente, su verdadero significado sólo puede ser apreciado por quienes comprenden sus importantes fundamentos filantrópicos. La inspiración para formar la Sociedad Teosófica provino de esas Grandes Almas que no viven para sí mismos. Como Ellos mismos lo han expresado, viven para la humanidad. Esa fue la nota clave al comienzo mismo de la Sociedad y permanece hasta hoy como su fuerza sustentadora. El énfasis de los Adeptos respecto a la Fraternidad no fue el de un mero cuerpo social filantrópico, ajustado a vicisitudes mundanales. Fue una ‘Hermandad práctica regeneradora’, un cuerpo unido en el que hay renovación constante por medio de la firme y constante eliminación de toda intención y actitud egoísta. Tal cuerpo de personas, verdaderamente unidos, se vuelve el vehículo para algo mucho más grande que él mismo, ‘un cuerpo sobre cuyo rostro se mueve el Espíritu allende la Gran Cordillera’.

   El mundo en el 2010 es muy diferente al de 1882, cuando el Mahatma M. escribió su carta al Sr. Sinnett. Se produjo una revolución tecnológica que ayudó a conectar el mundo electrónicamente, particularmente por medio de Internet. También hubo vastos avances en muchas áreas de la ciencia que han beneficiado la vida de millones de personas. Pero, ¡ay! la naturaleza humana en general no ha cambiado. Los seres humanos todavía son llevados por impulsos egoístas, por crueldad e indiferencia hacia otros seres humanos y hacia los animales, al igual que hacia la Naturaleza.

   Para difundir el mensaje y los valores de la ST, el uso de la tecnología moderna no sólo es aconsejable, es necesario. Un número de Secciones y otras unidades de la Sociedad en diferentes partes del mundo ahora tienen sitios en la Web, por medio de los cuales los buscadores pueden conocer sus programas, actividades y material educativo. Sin embargo, tal progreso tecnológico, per se, no puede favorecer el propósito esencial de nuestra Sociedad. Sólo pueden lograrlo los miembros verdaderamente comprometidos, aprendiendo a trabajar juntos en un espíritu de cooperación, buena voluntad y humilde dedicación. El hermano Râjâ, en una carta a un miembro nuevo, describió bellamente la profundidad y cualidad transformadora de tal dedicación:



Nuestra vida está compuesta de reacciones hacia los demás cada minuto del día. Algunas de estas reacciones están llenas de belleza y felicidad, como aquellas que tenemos con quienes amamos y admiramos; pero otras nos causan muchos problemas y miseria. Siempre que tengas que reaccionar hacia alguien que te ha causado dificultades, o que es tu enemigo, entonces, antes que comience tu reacción, expresa para ti mismo: “Él es mi hermano.” Entonces verás que tu reacción hacia él será más justa y caritativa. De modo similar, trata de no hacer de los hombres y mujeres que están cerca de ti, el mero número que son ahora. Cuando te sientas en el ómnibus o el tranvía, piensa en el que está a tu lado, como tu hermano. Poco a poco, al enfatizar este pensamiento, serás capaz de descubrir por ti mismo muchas verdades de la Teosofía que te inspirarán, conduciéndote a una conducta y a un vivir mejor.