sábado, 30 de enero de 2016

La Perfección Del Karma




(Charla de la Convención Adyar, 28 de Diciembre 2006)

Colin Price

 (El Sr. Colin Price es Secretario General  de la Sociedad Teosófica en Inglaterra)
  

       A fin de sostener ‘una mirada siempre fija en la perfección humana’, necesitamos mantener una constante vigilancia en las consecuencias kármicas de nuestros pensamientos y acciones, porque la perfección es una ciencia exacta.

El Karma se ha descrito como la Ley Universal fundamental. Una comprensión de la verdadera naturaleza de esta ley revelará su perfección. La palabra ‘ley’ se utiliza de diversas maneras. Se usa para describir las reglas por las que las sociedades civilizadas regulan el comportamiento por el bien común de la sociedad, la ley civil. Similarmente, se usa para describir las reglas de conducta entre los individuos, la ley moral. Ambas varían en algún grado de una sociedad a otra, dependiendo de factores religiosos y culturales.

De modo inverso, las leyes científicas son muy diferentes. Son inmutables.  La percepción que el hombre tiene de ellas puede cambiar cuando las estudia e intenta explicarlas, pero son invariables. La Ley del Karma está en esta categoría, y comprender esto nos da una vislumbre de su perfección. En física, biología y química, la totalidad de la ciencia moderna e ingeniería están basadas en la inmutabilidad y reiteración de las leyes de la Naturaleza

Es este concepto de la inmutabilidad de las leyes de la Naturaleza que es tan importante respecto de la Ley Universal tal como lo entendemos en la Teosofía. Esta ley contiene muchos aspectos. Uno de ellos es la Ley de Causa y Efecto, la que generalmente se conoce como Karma. Sus consecuencias son extremadamente trascendentes, y su existencia domina todas las áreas de nuestra vida.

En particular se aplica a los siete principios del hombre. Así, podemos observar su acción a nivel físico en las ciencias físicas, donde su fiabilidad, universalidad e inmutabilidad, virtualmente se dan por sentadas. También deberíamos entender cuán confiables y predecibles son a nivel emocional, cuánto la mente confía en ellas y cuán profundamente interfieren con nosotros en nuestra individualidad en el nivel búddhico.

En La Clave de la Teosofía, Sección XI, HPB dice:

“La consideramos como la ley Fundamental del Universo, la fuente y el origen de todas las demás leyes que existen en la naturaleza. Karma es la ley infalible que ajusta el efecto a la causa, en los planos físico, mental y espiritual del ser. Como ninguna causa deja de producir su debido efecto, desde la más grande, hasta la más pequeña, desde la perturbación cósmica hasta el movimiento de nuestras manos y como lo semejante produce lo semejante, Karma es aquella ley invisible y desconocida, que ajusta sabia, inteligente y equitativamente cada efecto a su causa, rastreándola hasta su origen. Aunque incognoscible en sí misma, su acción es perceptible”.

 Surge de muchas formas en la vida y en la Naturaleza, y por lo tanto tiene muchos nombres o definiciones, tales como la ley de alternancia (segunda proposición fundamental), de causación (todo efecto tiene su causa), de equilibrio y armonía, de evolución, de inteligencia innata. También ha sido descrita como la ley de la entrada en existencia, del movimiento, del cambio ordenado, de la unidad esencial, etc. Las implicaciones en la religión y en la política, son inmensas.

¡Así, repentinamente la gran preocupación de varias religiones mundiales con el castigo y el juicio se ha vuelto un proceso automático! El hombre efectivamente se castiga a sí mismo ignorando las leyes naturales de la compasión y el altruismo. Más que temer a un dios vengativo, iracundo, necesita temerse a sí mismo. Quizás a esto se debe que el Maestro KH se refiere a “esta ley terrible” en Las Cartas de los Mahatmas (ML).

Es difícil apreciar el efecto profundo que esto puede producir en la auto-estima de una persona o entender cuán profundamente penetra esta ley en el corazón mismo de la realización de nuestros deseos al determinar el curso de nuestras acciones y así, crear sus inevitables consecuencias. KH explica este aspecto de la ley del Karma cuando declara ‘el motivo es todo’, y HPB ilustra la principal idea de la perfección en La Voz del Silencio: ‘La inacción en una obra de caridad, viene a ser acción en un pecado mortal’.

Mientras es verdad que todo lo que nos  sucede tiene una causa, no todas las cosas que nos suceden son el resultado de nuestros pensamientos y acciones individuales, esto, como dice HPB sería  fatalista. Sin embargo, el Karma actúa en niveles muy diferentes: el personal, el familiar, donde lo que hace un miembro afecta a todos; en el de la comunidad local, como cuando ocurre una tragedia a una familia y toda la comunidad reacciona para apoyarla. Este sentimiento de Karma colectivo está presente nacionalmente en nuestros grupos sociales y de trabajo, y aún a nivel mundial, el calentamiento global y la subida de los niveles del mar, para dar un ejemplo. Todo el mundo tiene su Karma  colectivo. Es en este sentido que el Karma opera a través de una estructura jerárquica.

En La Clave de la Teosofía, HPB dice: ‘Es la Ley de ajuste, que siempre tiende a restablecer el equilibrio en el mundo físico, y la armonía alterada en el mundo moral’. Aquí hemos comenzado a considerar la acción de Karma en el nivel subjetivo: en la alterada armonía, dice ella, en el mundo moral. En el Dhammapada leemos: ‘Si un hombre habla o actúa con un mal pensamiento, el dolor lo seguirá como la rueda sigue el pie del buey que tira el carruaje’. Jesús dijo (Mateo, 7:2): ‘Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, se os medirá’. San Pablo dice (Gal., 6:7): ‘No os engañéis, Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará’. W. Q. Judge escribió en su revista The Path: ‘El Karma actúa en todas las cosas y seres, desde el átomo más diminuto concebible hasta Brahma. Yendo a los tres mundos de hombres, dioses y seres elementales, ningún sitio en el universo manifestado está exento de su dominio’. KH habla acerca de los elementales (ML, 14/66): ‘Entonces, el Karma los alcanza y tendrán que apurar hasta la última gota de la amarga copa de la retribución’.

No se puede poner de relieve en mayor grado la naturaleza inmutable, inflexible y rigurosa del Karma. Es tan firme, confiable y segura como todas las leyes que descubrimos en nuestras ciencias naturales. Porque creemos que la ley natural es inmutable y confiable, no esperamos entrar en el laboratorio de química un día y encontrar que el experimento que hicimos el día anterior no puede repetirse. No puede ser una ley para lunes, martes y viernes, y no para los otros días de la semana. Es para todos los días, para cada mes del año. HPB nos habla una y otra vez, con el apoyo de KH en Las Cartas de los Mahatmas, acerca de esta confiabilidad de la Ley del Karma. No podemos escapar de ella encontrando una excusa. KH la llama la Ley de Compensación (ML, 43/42): “Desde el principio se nos enseña que cada hombre es personalmente responsable ante la Ley de Compensación de cada palabra que pronuncia voluntariamente”.

 La Ley y la Evidencia

 Y no hay controversia posible acerca de la evidencia. Una y otra vez en la ley civil, hay discusiones respecto a las evidencias. ¿Cuántas personas eluden el castigo por los crímenes que han cometido a causa de evidencia no confiable?  ¿Cuántos van a prisión cuando no lo merecen, a causa de que la ley ha sido burlada con evidencia falsa? Pero con el Karma no hay nada de esto. Leemos en La Doctrina Secreta (DS, I, pp. 103-4) que los Lipikas registran todo con perfecto detalle en la Luz Astral. El Karma también ha sido explicado por HPB como la Ley de Retribución. ¿Cómo trabaja? Ella escribe:

  

“Los ‘Lipikas’, de la palabra lipi, ‘escrito’, significan literalmente los ‘Escribas’. Místicamente estos Seres Divinos se hallan relacionados con Karma, la Ley de Retribución, pues son los Registradores o Cronistas que imprimen en las tablillas invisibles (para nosotros) de la Luz Astral, ‘la gran galería de pinturas de la eternidad’, un registro fiel de cada acción, e incluso de cada pensamiento del hombre; de todo cuanto fue, es o por siempre será, en el Universo fenomenal. Como se dice en Isis sin Velo (I, 343) este lienzo divino e invisible es el LIBRO DE LA VIDA.

“Sin embargo, los Lipikas no son deidades relacionadas con la Muerte, sino con la Vida Eterna. (Ibid., p. 105)

“Relacionados como se hallan los Lipikas con el destino de cada hombre, con el nacimiento de cada niño, cuya vida se halla ya trazada en la Luz Astral, no de un modo fatalista sino porque el Futuro, lo mismo que el Pasado, permanecen siempre vivos en el Presente”. (Ibid).

El presente está determinado por nuestro Karma del pasado, y nuestro Karma ahora determina el futuro.

Y así la Ley actúa automáticamente: es inmutable, invariable, actúa lo mismo que lo hacen las leyes naturales. Si uno establece las condiciones correctas, obtiene el mismo resultado cada vez, y no se puede enfatizar con mayor énfasis que el Karma trabaja de esta manera. Está basado en evidencia totalmente confiable, la evidencia registrada en la Luz Astral.

Jesús dice en Juan, 12:47-8: ‘Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo…La palabra que he pronunciado, le juzgará en el día postrero’. El resultado es completamente predecible y repetible. En Mateo, 12:33-7, Jesús dice:

“O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol”.

“¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

“El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca cosas buenas, y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”.

“Mas yo os digo que toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”.

“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.



En el Bhagavadgitâ (XVII.11-17) vemos que la Perfección llega a través de la armonía y la gran importancia del motivo:



(11) Es puro el sacrificio ofrecido en armonía con la LEY sagrada, por hombres sin deseo del fruto, y con el corazón diciendo ´es mi deber´.

(12) El sacrificio ofrecido con el fruto como propósito y asimismo para auto-glorificación, es un sacrificio impuro de Rajas.

(13) El sacrificio contrario a la gran ley, sin fe ni palabras sagradas, sin distribuir comida, y sin dádivas, dícese que pertenece a la oscuridad.

(14) El culto tributado a los dioses de la luz, a los dos veces nacidos, a los Maestros, y a los sabios, a la pureza, la rectitud, la continencia y la mansedumbre: es la armonía del cuerpo.

(15) Las palabras que otorgan paz, que son veraces, agradables y benéficas, así como la práctica de la lectura de las Escrituras: es la armonía de la palabra.

(16) La paz mental, el silencio, el auto-control, el amor y un corazón puro: es la armonía de la mente.

(17)  Esta triple armonía es considerada pura cuando se la practica son fe suprema, sin deseos de recompensa y desde el alma.



 En la increíble biografía de Sylvia Cranston – HPB,  La Extraordinaria Vida e Influencia de Helena Blavatsky- está la narración de uno de sus amigos del pasado, Solovyov. Era uno de esos amigos que se alteran cuando está disgustado, y quien pensaba que podía mandar a una mujer sólo porque él era hombre. Podemos imaginar las explosiones que se producían cuando trataba de mandar agresivamente a HPB. Cuando comprendió que no podía hacer lo que quería, en palabras de Sylvia:



“Solovyov entonces trató de crearle problemas a HPB en su propia familia. Comenzó a infundir en Vera (hermana de HPB) la idea de que la Teosofía era antagónica al Cristianismo. HPB informó a Sinnett que Vera le había escrito  ‘una carta de censura llamándome una renegada, una sacrílega, Julián el Apóstata, y una “Judas” para Cristo’. Blavatsky respondió: ‘Es evidente que Solovyov está muy furioso porque no tuvo éxito en obtener de mí lo que esperaba, y ha inventado la excusa del anti-Cristianismo… En cuanto a mi anti-Cristianismo tú sabes cuál es; soy enemiga de los excesos eclesiásticos de Protestantes y Católicos; la idea de Cristo crucificado resplandece en mí cada día más clara y más pura”.



Cuando leí estas palabras vi a HPB completamente bajo una nueva luz. Vi algo de la motivación de toda su abnegación y sacrificio por el bien de las enseñanzas. No extraña que dijera que la Teosofía es puro altruismo.

Ningún estudio de Karma puede posiblemente estar completo sin considerar el significado de la crucifixión de Jesús. ¿Por qué, deliberadamente permite que sus oponentes lo arresten, lo enjuicien, lo entreguen a malhechores sádicos para ser  torturado y  asesinado? ¡NO para aplacar a un dios enojado que se deleitaba  con el dulce sabor del sacrificio y el derramamiento de sangre! ¡NO para asumir el castigo por las fechorías que pertenecían a  otros! ¿Por qué, entonces? Christmas Humphreys nos da una pista en La Búsqueda Interna, donde se refiere a ‘la tela’:



“Imagine constantemente el Universo como un organismo vivo dominando una sola sustancia y una sola alma, y observe cómo todas las cosas reaccionan en sólo un sentido mundial; todas actúan por un solo impulso, y todas cooperan hacia todo lo que ocurre, y caracterizan la contextura (una multitud de cosas entretejidas) y la concatenación (unión por medio de lazos) de la tela”.



 Así, aquí obtenemos la primera vislumbre del concepto de la Vida Una y de la Fraternidad.

A causa de esta interrelación de la vida toda, la acción de cualquier vida afecta la totalidad. Cuanto más violenta o poderosa sea la acción es más posible que toda la tela de la vida se vea afectada, distorsionada, o mejorada. Podemos pensar en muchos ejemplos: el tremendo impacto de la vida de Hitler en el siglo veinte y la Segunda Guerra Mundial, y acercándonos a nuestro tiempo presente, la explosión del Monte Santa Helena en los EEUU, llenando el cielo de polvo de modo que tuvimos un clima enteramente anormal por uno o dos años posteriores a la explosión. Algunas personas piensan que el mal verano que tuvimos en 1997 fue causado por las explosiones atómicas en India. Esto se observó antes cuando

las explosiones atómicas causaron que la atmósfera superior se nublara. El terrorismo en los EEUU afectó el Mercado de Valores en todo el mundo.

Así, esta interrelación de toda la vida sucede en el nivel físico. Pero también el Karma actúa a nivel subjetivo, y así también con la perspectiva del Karma a nivel de la vida individual.

¿Cuál es este ideal del Cristo crucificado que HPB dice que resplandece para ella cada día más claro y más puro?



·         ¿El desafío de encontrar una mejor forma de relacionarse con la vida en todos sus aspectos?

·         ¿El valor de combatir la injusticia y el mal, de enfrentar el pensamiento erróneo y las enseñanzas que esclavizan y encadenan a hombres y naciones?

·         ¿Mostrar el camino de la fraternidad y el amor?



Creo que la mejor forma de seguir nuestros pensamientos en este punto es volver a La Doctrina Secreta:



        ‘El Padre-Madre teje una tela, cuyo extremo superior está unido al Espíritu (Purusha), la Luz de la Oscuridad única, y el inferior a la Materia (Prakriti), la extremidad de sombras del Espíritu. Esta Tela es el Universo, tejido con las Dos Substancias hechas en Uno, que es Svabhavat’.(DS, I, p.83).



Para explicar esta parte de la Estancia HPB se refiere al Mundaka Upanishad:



 “Se afirma ‘Así como una araña extiende y recoge su tela, así como brotan las hierbas en el terreno… del mismo modo se deriva el Universo de aquel que no decae’, (I, 1.7). Brahmâ, como el ‘Germen de las Tinieblas desconocidas’, es el material del cual todo se desenvuelve y se desarrolla ‘como la tela de la araña, como la espuma del agua’, etc. Esto es tan solo gráfico y real, si Brahma, el ‘Creador’, se… para aumentarse o expandirse. Brahmâ ‘se extiende’ y se convierte en el Universo tejido de su propia substancia”.



La misma idea ha sido hermosamente expresada por Goethe, que dijo:



    “Así al crujiente telar del Tiempo me someto,

    Y tejo para Dios la vestidura con que he de verle”.



Una vez más es aplicable el axioma hermético –así como es arriba es abajo.

        La tela de araña es una bella analogía para todo el universo, pero es todavía más significativa cuando se aplica a la Vida Una. Representa para nosotros la interrelación de toda vida. A nivel humano nos enseña que ‘ningún hombre es una isla’, todos somos parte de la tela única. Estoy seguro de que todos han visto la tela de una araña enrollada y deformada. Al igual que toda la tela se deforma si se rompe un solo hilo, así la perfecta simetría y armonía de la vida humana se desfigura e incluso se destruye por los descuidos del hombre. Se

dice que la tela de araña es más fuerte que una tela hecha de hilos de acero del  mismo diámetro, pero la fuerza de la tela de la interrelación humana deriva de su unión con el amor y la compasión.

        Como afirmé anteriormente, la interrelación de toda la vida, la Vida Una, sugiere que un Hitler puede destruir o dañar el diseño, y similarmente, alguien puede venir y restaurar este diseño, porque la acción del Karma es jerárquica, no trabaja sólo en un nivel. Por esto, uno puede ver cómo un gran profeta -Buda o Jesús- puede corregir el diseño de la tela, y por lo tanto, devolverla a la perfección.

        Todos estos diseños en la Luz Astral son sólo un reflejo, una emanación, de la Ley Una que describe todas las cosas y que es responsable de toda existencia, de la expresión que procede del Uno.

Dentro de la jerarquía de seres espirituales, San Pablo ve glorioso nuestro destino espiritual, dentro de una tela de amor puro y fraternal. Todos los grandes líderes y reformadores espirituales tales como el Coronel Olcott, Florence Nightingale, William Wilberforce, Annie Besant y la Madre Teresa, han sido motivados por esta tremenda percepción de la verdadera naturaleza de la existencia real, que tan claramente deriva del concepto de la Vida Una y está tan profundamente enraizada en el Primer Objetivo de nuestra Sociedad.

Una comprensión de todas las consecuencias de la Ley del Karma nos provee de un fuerte incentivo y motivo para esforzarnos hacia la perfección en la forma en que vivimos nuestras vidas, mostrando lo que San Pablo llama los siete “frutos del espíritu” en su carta a los Gálatas. Ellos son: amor, alegría, paz, paciencia, bondad, benevolencia y control de si mismo, contra estos (dice) no hay ley. Estos reflejan las siete pâramitâs: caridad, armonía, paciencia, desapego, energía para la verdad, meditación y sabiduría.

Este núcleo de fraternidad universal sin discriminación de ninguna clase puede existir solamente cuando se obedece este aspecto supremo de la Ley. Nuestra escapatoria de la rueda de nacimientos y renacimientos depende de nuestra armonización o resonancia con el diseño perfecto de la tela que existe en la Luz Astral. Siempre que el hombre sea genuinamente altruista, emergerá algo del glorioso esplendor de este diseño. Mientras que en nuestros propios peregrinajes individuales estemos en afinidad con este diseño, fundaremos los cimientos de nuestra propia inmortalidad, no  basada en algún juicio futuro en un terrible día del juicio, sino basada en la Ley inevitable, indiscutible, inmutable, que yace en el corazón mismo del Uno del que deriva toda existencia.

De todos los poderes latentes en el hombre, este poder de generar buen o mal karma a través de la jerarquía de vidas, es el más imponente y el más vital. El destino del hombre en la Vida Una, como individuo y colectivamente, está determinado por esta Ley Fundamental del Universo. Tan sólo un hombre con suficiente valor y convicción puede cambiar el destino de una nación, como así también el de toda la humanidad.



Tal es la ley que dirige hacia la rectitud,

Que nadie finalmente puede desviar o posponer,

Su corazón es el amor, su fin

Es Paz y dulce Consumación. ¡Obedécela!



(Sir Edwin Arnold, La Luz de Asia)


El Karma doloroso se puede enfrentar bien con un corazón alegre, como algo para hacer y concluir; es mejor tenerlo detrás que ante nosotros, y cada deuda pagada nos deja con menos a pagar. Sería que el mundo supo y pudo sentir la fuerza que proviene de confiar en la Ley … Sólo nuestros propios hechos pueden limitarnos; sólo nuestra propia voluntad puede encadenarnos. Cuando el hombre reconoce esta verdad, la hora de su liberación ha sonado. La naturaleza no puede esclavizar al Alma que ha ganado el Poder por la Sabiduría, y los usa a ambos con Amor.

                                                               A. Besant