viernes, 30 de octubre de 2015

Fragmentos de la Sabiduría Antigua


Resultado de imagen para naturaleza


La manifestación espontánea del amor es el más notable de los atributos divinos, el amor que lo da todo, que nada pide.

El amor puro trae al universo a la existencia, el amor puro lo conserva, el amor puro lo impulsa hacia la perfección, hacia la felicidad.

Y toda vez que el hombre derrama amor sobre todos quienes lo necesitan, sin hacer diferencias, sin buscar recompensas, desde un puro goce espontáneo en su manifestación, el hombre desarrolla el aspecto de beatitud de la Deidad dentro de él, y prepara aquel cuerpo de belleza y alegría inefables en que el Pensador se elevará, liberándose de las limitaciones de la separatividad, para reconocerse como individualidad, y aún uno con todo lo que vive.

Esta es “la morada no construida con manos, la morada eterna en los cielos” sobre la que escribió San Pablo, el gran Iniciado Cristiano; y él elevaba la caridad, el amor puro por encima de toda otra virtud, porque solamente por medio de ella puede el hombre contribuir en la tierra a edificar esa gloriosa morada.

Por análoga razón la separatividad es llamada “la gran herejía” por los Budistas, mientras que “la unión” es el fin que se proponen los hindues.

La liberación es el escape de las limitaciones que nos mantienen separados, y el egoísmo es la raíz del mal, cuya destrucción es la extinción de todo sufrimiento.

 La Sabiduría Antigua