domingo, 19 de abril de 2015

Apertura del Centro de Springbrook: sobre la Sabiduría



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RADHA BURNIER
Reimpreso de marzo 2014, Teosofía en Australia.


Hermanos y hermanas, estoy encantada de estar presente en esta auspiciosa ocasión en la que se inaugurará este Centro, para educación y comprensión espiritual. No podría haber un marco mejor para tal propósito.

Todo nuestro trabajo teosófico es educativo, educación hacia un estado de Sabiduría. “Teosofía”, por supuesto, es una palabra que representa la Sabiduría Eterna, la Sabiduría Divina. Aquí habrá una Escuela de Teosofía, lo que significa una escuela que nos ayudará a nosotros o a quienes vengan aquí a acercarse a la Sabiduría. En Adyar, existe la Escuela de la Sabiduría, pero una Escuela de Teosofía sólo puede ser una Escuela de Sabiduría. Y ¿dónde más puede uno tener la oportunidad de contemplar la Sabiduría que en un lugar que nos hace más conscientes de todo lo que pertenece a la Naturaleza?

Es la tragedia del ser humano vivir en un estado de no sólo aislamiento externo, sino de alienación interna de lo que es natural. Ser natural es difícil para la mente humana, que se ha educado en lo artificial. Se debe reeducar a sí misma en aquello para lo que está predestinada. Por lo tanto, la Sabiduría a veces se la ha descripto como la recuperación de la Naturaleza dentro de uno mismo. Recuperar nuestro estado natural del ser es Sabiduría y en ese estado no existe ninguna barrera entre la vida interna y la externa. La mente crea las barreras, y mientras existan esas barreras, creamos muchos tipos de problemas. Sin embargo, cuando esa barrera se rompe, hay una experiencia de totalidad, que puede ser una experiencia que todos tenemos de vez en cuando, en algún grado. Luego, hay una fuente diferente a partir de la cual la acción tiene lugar y las relaciones se logran.

Cuando hablamos sobre Fraternidad Universal, esto implica derribar la división entre esta vida que imaginamos como separada, y la consciencia o vida que está en todas partes, en la hierba, en los árboles, en los animales, en lo desconocido, en las formas invisibles de la vida que existe. En un lugar de belleza natural como este, existen muchas influencias invisibles y es por esto que lugares así tienen una atmósfera que no podemos encontrar donde se reúnen muchas personas y llenar su entorno inmediato con la ilusión de la separación. Entonces, el trabajo principal de los teósofos es hallar la Sabiduría, destruir estas barreras internas creadas por nuestro modo de pensar. No existe diferencia, estimo, entre alcanzar la Sabiduría y lograr la Fraternidad Universal.

Muy a menudo le damos un significado muy superficial a los Objetivos de la Sociedad, porque no examinamos cuidadosa y pacientemente todas las implicancias de tales Objetivos. A veces, se afirma que la Fraternidad Universal es un Objetivo que pertenece al pasado, que es obsoleto. Tienen que escuchar las noticias todos los días para saber que está lejos de ser obsoleto. Existen luchas por todas partes, una crueldad atroz, odio, falta de comprensión. Incluso desde un punto de vista superficial, es totalmente injustificable decir que la Fraternidad Universal ya no necesita ser reconocida y alcanzada. Desde un punto de vista más profundo hay un nivel de comprensión que está abierto a todos y que puede alterar completamente el estado de la existencia humana.

Pero si vamos a aprender esta universalidad Sagrada, entonces debemos mantener a nuestras mentes de modo libre. Esto es lo que significa ser un estudiante de la Sabiduría, no llegar a ninguna conclusión basándose en percepciones superficiales, sino ir más profundamente en el significado y naturaleza de todo lo que nos rodea.

Universalidad Sagrada

En un libro sobre Taoísmo, el autor usa la frase “Universalidad Sagrada”, porque cuando las divisiones dentro de la mente colapsan, incluso de forma temporal, o algo superficialmente, nos volvemos conscientes de la naturaleza Sagrada de todo lo que existe. Un nuevo sentido de armonía, de paz, entra en la consciencia. Estoy seguro que todos han experimentado esto en cierto grado. Comenzamos entonces a darnos cuenta que la vida es preciosa no sólo en ciertas formas particulares, los seres humanos en particular por quienes tenemos una preferencia, o formas de vida en particular que nuestros pobres ojos pueden apreciar sólo en un momento. La vida es valiosa en todas partes. Según la Teosofía, todo vive. Sólo un profundo sentido de reverencia por todo es un signo de Sabiduría.

La Sabiduría es por supuesto diferente al conocimiento, porque el conocimiento no le ayuda a nadie a comportarse de modo diferente, a relacionar de modo diferente. Sin embargo, la Sabiduría se expresa espontáneamente como conducta e influye en todo lo que hacemos, no sólo físicamente, sino en nuestras palabras, pensamientos etc.  Por lo tanto, nuestro trabajo y deber como teósofos es llegar a este estado de Sabiduría. Suena egoísta, pero no lo es, porque si la Sabiduría existe en una persona, se vuelve un benefactor de la humanidad, de todo aquello que contacta.

En su pequeño ensayo sobre Ocultismo Práctico, HPB expresa que es fácil ser un teósofo, pero es más difícil ser un ocultista práctico. Tal vez era fácil volverse un teósofo desde su punto de vista. Ciertamente es fácil volverse miembro de la Sociedad Teosófica, pero todo miembro sólo está comenzando y debe aprender a convertirse en un teósofo, es decir, volverse un estudiante de la Sabiduría, hollar el sendero de la Sabiduría, impregnarse con la Sabiduría y volverse un benefactor de la humanidad. Para hacer esto, tenemos que examinar pacientemente las verdades que pueden ser demasiado familiares para nosotros, de modo tal que no las consideremos para comprender todas sus implicancias.

¿Qué es la universalidad, ese estado en el que no hay preferencia dentro de la mente, ese estado sin prejuicios? Nuestras mentes están llenas de prejuicios. Incluso cuando no nos conocemos unos a otros, al mirarnos, surgen inmediatamente gustos y aversiones. Las enemistades pueden aparecer cuando nos conocemos, si nuestras opiniones discrepan, o si nuestros hábitos son diferentes. Sin embargo, en el estado de universalidad no puede haber tales prejuicios. En Las Cartas de los Mahatmas, se menciona que la humanidad ha permanecido igual durante milenios. Una de las razones que señalan es el prejuicio con la mente humana. Estamos tan dispuestos a formular opiniones sobre otros, clasificarlos, ponerlos en categorías de aprobados o no aprobados, y luego continuar basándonos en las opiniones que hemos formado. Pero si vamos a aprender esta Universalidad Sagrada, entonces tenemos que mantener nuestras mentes libres. Esto es lo que significa ser un estudiante de la Sabiduría, no llegar a conclusiones basadas en percepciones superficiales, sino a profundizar en el significado y naturaleza de todo lo que nos rodea.

¿Cuáles son las implicancias de estar en tal estado libre de prejuicios y abierto? ¿Puede uno sentirse solo si uno experimenta esta universalidad? Muchas personas sufren de soledad, tal vez todos nosotros en algún momento la experimentamos. No cuestionamos si el dolor se basa en alguna percepción errónea de nosotros mismos, inmediatamente la atribuimos a circunstancias externas. Decimos que la gente no es amistosa, que fulano de tal no me presta la suficiente atención, etc., pero el verdadero problema está dentro de nosotros. Si el corazón y la mente están abiertos, no puede haber soledad, porque somos uno todo lo que estamos.

Problemas

Prácticamente todos los problemas se pueden tratar, disipar, si vamos a las implicancias de los principios importantes de la Teosofía. No es importante si aprendemos los detalles o no. Indagar cuidadosamente en sus implicancias más profundas es lo importante.

¿La muerte nos separa realmente? Parece separar. En todas partes cuando hay separación, aparece el dolor nuevamente. Esta es una experiencia humana muy común. Pero, aunque tengamos una percepción muy limitada de la verdad de que sólo hay un todo, una existencia dentro de la cual puede haber muchos movimientos y formas, entonces, ¿cómo puede haber un sentido de separación, causado por la muerte del cuerpo o de alguna otra cosa? No podemos desaparecer en ningún lado, nadie puede hacerlo. Desaparece la forma, las cosas familiares puede que no existan más, pero todos están todavía allí como parte de la universalidad. Pero debido a que no meditamos sobre esto, la verdad que hay en esto no se vuelve parte de nuestra consciencia. Aunque hablamos sobre estas cosas y leemos libros de la vida después de la muerte del cuerpo físico, seguimos sufriendo del mismo modo. Luchamos y nos apenamos, pero ¿no debería nuestro estudio, en el sentido más amplio del término cambiar todas nuestras respuestas a las innumerables situaciones de la vida?

¿Por qué continuamos sintiendo miedo, si somos teósofos? Un teósofo no puede tener miedo. ¿Miedo a qué? Todos estos problemas, soledad, el dolor de la separación, miedo, ausencia de paz, todos estos son síntomas de falta de comprensión. De modo que educarnos a nosotros mismos en la Sabiduría es tal vez el trabajo más importante del teósofo, y esta educación no se detiene. Si decimos que somos teósofos o que queremos ser teósofos, significa que hemos comenzado a intentar llegar a esta Sabiduría. Si estamos interesados en esto, también podemos comunicar a otros la importancia de la Sabiduría en la vida, especialmente en un mundo donde la gente cree que puede hacer esfuerzos para producir la paz y solucionar los numerosos problemas de la vida sin cambiar nada en su propia conciencia.

Cambiar desde el interior: de falta de Sabiduría a Sabiduría

Es importante comunicar la necesidad para este cambio interior: de falta de Sabiduría a Sabiduría. Este otro tipo de Conocimiento, que es Sabiduría, puede de modo natural y fácilmente hacernos a todos amigos, darnos a todos una nueva percepción de la valiosa naturaleza de la vida, y hacer que todo lo que hagamos tenga un toque curativo. No podemos decirle a la gente qué es la Sabiduría, porque no hemos llegado a ese estado y las palabras no contienen a la Sabiduría. Las palabras sólo indican algo.

Por lo tanto no es nuestro deber decirle a la gente qué pensar, qué decir o qué hacer. Una de las características más atractivas de la Sociedad Teosófica es que deja a todos libres de descubrir por sí mismos, de inquirir, descubrir. Sólo indica ciertas cosas importantes, que pueden actuar como reglas generales. Por lo tanto, no nos corresponde a nosotros decirles a las personas qué deberían hacer o ser. Pero ciertamente podemos compartir con otros nuestra pasión por llegar a un logro diferente que resultará naturalmente como paz, y en soluciones a problemas que todos quieren.

Nuestras realidades actualmente son sombras de realidades. Le asignamos realidad a cosas que son completamente irreales, y este es el motivo por el que se dice que quien encuentre la Sabiduría debe aprender a conocer lo irreal. ¿Están nuestras percepciones de acuerdo con la verdad de las cosas? Cuando decimos que tal persona es de determinada manera, es sólo mi percepción del momento, sin embargo, creo que tal percepción es real y actúo según esa falsa realidad. En primer lugar, debemos darnos cuenta de la falsedad de las realidades falsas en las que vivimos. Luego, tal vez, podemos llegar a percibir la Verdad de las cosas; la Verdad es lo que todo es en sí mismo, no como lo vemos, sino lo que realmente es.

Como se mencionó al comienzo, la esencia de la Sabiduría es la percepción de la unidad de toda la existencia, de la naturaleza Sagrada de todas las formas de vida. Por lo tanto, todo nuestro trabajo debe hacerse en cooperación, en armonía. No podemos comenzar con tensiones y divisiones y hacer este viaje hacia la Sabiduría. En el comienzo nuestra cooperación se puede basar en una comprensión más vaga, pero luego esa vaguedad desaparecerá y seremos intensa y totalmente conscientes de nuestra relación con todo lo demás, como partes del todo. Entonces, no podemos sino asociar la Fraternidad Universal con la Sabiduría.

Por lo tanto, en este Centro, cuyo propósito es ser un centro educativo y de retiro espiritual, espero que muchas personas puedan desenvolver la naturaleza de la Sabiduría dentro de ellos; y esta educación, que no es sólo las conferencias y clases en este lugar, sino meramente estar con toda la bella vida circundante y asimilar algo de su armonía natural, será todo de ayuda para el mundo. Poca educación se obtiene por medio de palabras. Las palabras pueden ayudar, pero hay un proceso educativo que llega por percepciones meditativas, por el silencio, por el examen interior, lanzándose a las profundidades. Este es un lugar ideal para todo eso.

En los asuntos de nuestra existencia diaria en el entorno urbano, con la presión de actuar y de estar siempre haciendo algo, perdemos de vista lo esencial. Es bueno alejarse, para poder mirar a las cosas con una perspectiva diferente, con un estado de mente diferente, tal vez con compañía diferente. Por esto espero que este sea un Centro de florecimiento espiritual maravilloso, que fortalezca el trabajo de la Sociedad Teosófica, que no es nada más que crear un mundo más bello, produciendo una percepción de la vida en un nivel diferente.