miércoles, 29 de abril de 2015

Algunas ideas Teosóficas básicas


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Algunas ideas Teosoficas básicas.

i) Existe una Realidad Absoluta incognoscible, que es la raíz de toda conciencia y materia, la fuente común de todo en el Cosmos. Todo es igualmente sagrado. El mal es simplemente un estado de ignorancia con respecto a lo que es lo Verdadero, y no es algo intrínseco en nada en la naturaleza.

ii) La Divinidad en todo. Cualquiera sea el nombre con que alguien pueda denominar a la Deidad, ésta no es un ser separado sino que está presente en la esencia de toda existencia.

iii) Por lo tanto todo en el universo manifestado consta de materia de diversa sutilidad y de conciencia (o vida) en diversos grados de desenvolvimiento. Nada está muerto o es inerte desde un punto de vista esotérico.

iv) El Cosmos no es sólo lo que percibimos con nuestros sentidos físicos sino que existen dimensiones o realidades en planos de percepción que están más allá de ellos. Típicamente se describe al universo como constando de siete planos, y en todos ellos hay diversas formas de vida y conciencia.

v) El hombre es un microcosmos, es decir, contiene en sí todos los elementos que constituyen al Macrocosmos. El ser humano por lo tanto, tiene una naturaleza divina, una psicológica y una física. Los seres humanos son esencialmente parte de esa Divinidad, pero ésta está en un modo “latente” o “dormido” para la persona no “realizada”. Existen por lo tanto en él muchas capacidades latentes no reconocidas por la ciencia o la psicología occidental.

vi) El universo entero está en un proceso de evolución para expresar lo que está latente, tanto al nivel físico como intelectual y espiritual.

vii) Existe inteligencia y propósito detrás de esta evolución, puesto que el Universo en que vivimos tiene un Orden. En este proceso nada está regido por el azar ni por una caprichosa voluntad, sino por leyes inmutables, entre las cuales la de equilibrio o armonía (y por lo tanto, perfecta justicia) es fundamental. Estas leyes afectan los aspectos físico, moral y espiritual del ser humano. Por lo tanto, ninguna circunstancia es injusta o azarosa. El teósofo vive con aceptación interna ante todas las circunstancias de la vida y confianza en sus procesos.

viii) Siendo la verdadera naturaleza del hombre espiritual, divina, su verdadero ser está más allá del nacimiento y la muerte, de los conflictos y necesidades, y de las limitaciones de la vida física. Por esto el teósofo no ve en las actividades que desarrolla durante su estancia en “el mundo” un medio de complacer su naturaleza psicológica o física (si bien respeta estos aspectos de su ser), sino como un medio de desenvolver esa divinidad latente.

ix) Para esto, el alma debe pasar repetidas veces por la experiencia de la vida humana a través de diversas reencarnaciones por medio de las cuales va desenvolviendo gradualmente sus potencialidades latentes. Vida y muerte son distintas fases de la Existencia del alma humana. No hay por qué apegarse a lo que llamamos “vida” ni temerle a lo que denominamos “muerte”.

x) El estado divino del ser humano puede ser despertado, o realizado por medio de los propios esfuerzos de la persona y no de ninguna ‘gracia’ externa. No se necesitan terceros que medien en la relación entre lo Divino y nosotros, y si bien hay condiciones externas que pueden ayudar o dificultar, nadie puede hacer el trabajo por uno mismo. El ser humano debe tomar responsabilidad por su vida y no generar un estado de dependencia de autoridades, enseñanzas, instituciones o sucesos externos.

xi) Dado que todo deriva de una fuente común, guardamos una relación fraterna con todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, credo o posición social.

xii) La Unidad se expresa en medio de la diversidad. Cada persona en una manifestación particular y única, y debe respetarse su libertad de pensamiento y su propia búsqueda espiritual.

xiii) Ninguna enseñanza ni maestro en particular es el único camino hacia la verdad. Ningún grupo de personas es especial o “elegido”. Ninguna “técnica” es exclusiva en la promoción del despertar espiritual. Cada persona es distinta y encontrará ayuda para su desenvolvimiento en diversas enseñanzas, técnicas, etc.

ix) El egoísmo es la primera manifestación de la ignorancia espiritual y por lo tanto el desarrollo del altruismo va de la mano con el desarrollo espiritual.