domingo, 8 de diciembre de 2013

Enseñanzas budistas sobre las relaciones



RADHA BURNIER

  El Templo Budista aquí en Adyar se construyó bajo la sugerencia del Mahatma KH quien incluso envió un pequeño bosquejo para indicar qué tipo de santuario debería ser. Todo el proyecto fue el resultado del profundo interés que el Hermano Jinarâjadâsa puso en el mismo. Fue él, quien como Vice-Presidente y como ayudante de la Dra. Besant, hizo hacer el plano, hizo que se levantara la estructura, trajo una rama del árbol Bodhi original de Ceilán (Sri Lanka) y lo plantó allí.

   Se dice que el Buddha dio enseñanzas muy útiles a un agricultor que le dijo: “No puedo comprender las cosas profundas que dices, por favor, enséñame algo simple”. El consejo que le dio sobre las relaciones es sugestivo. Todos podemos meditar y explorar lo esencial de las relaciones. Krishnaji dijo que la vida es relación, porque constantemente estamos conectados.

   Obviamente dijo que la responsabilidad de los padres es ayudar al niño (puede ser un nieto, un niño adoptado), ser virtuosos, dar el ejemplo, y aprovechar las oportunidades para señalar qué está bien y qué está mal. Se debe incluir cómo evitar dificultades morales en la vida, como parte de la educación que los padres deberían darle al niño. Luego, el niño, el hijo o la hija, deben cuidar de sus padres, respetarlos, mantenerlos si fuera necesario, y mantener su memoria. Incluso un padre ignorante ha hecho algo bueno.

   Luego llegamos a los alumnos y los maestros. El alumno debe aprender bien, debe tener la actitud del aprendizaje. Lamentablemente esto está faltando en muchas escuelas, y los maestros tratan de ver qué hacer al respecto, los estudiantes tampoco están listos para seguir el consejo de los maestros. Pero el maestro, como el padre, debe entrenar al estudiante en la rectitud, en lo que es bueno o no, que puede cubrir todo un rango en la vida, desde cuidar el cuerpo físico hasta alimentar el alma. Es la obligación del maestro estimular a los estudiantes en todo lo que hagan que sea bueno, y dejarlos desarrollar sus facultades y sus talentos. No es indispensable que se tomen literalmente las palabras del Buddha, porque tenemos padres biológicos, y porque hay otros que son como padres. Hay personas que nos han ayudado a aprender que no son maestros en el estricto sentido de la palabra. A veces, incluso los niños pequeños nos ayudan a aprender porque ven las cosas de modo inocente.

   Luego llegamos a la relación entre marido y esposa, y algo importante de notar es que el marido debe respetar a su esposa. Tal vez eso faltaba en India en aquél entonces, como sucede actualmente. Un hombre bueno debe respetar a su esposa, valorarla, serle fiel, etc., y cuidar que sea honrada y no despreciada. Cuando otro marido hace comentarios despectivos respecto a su esposa frente a los sirvientes, por ejemplo, él debe hacer lo contrario. Y la esposa debe mantener una casa ordenada, ser ahorrativa como una buena administradora, debe tener una actitud muy hospitalaria con los amigos y familiares, ser siempre un apoyo y, por supuesto, ser casta.

   Ahora llegamos a los otros tres tipos de relaciones a los que Buddha se refirió, por ejemplo la relación entre los amigos y los compañeros más cercanos. Ellos deben actuar como verdaderos amigos, amigos que buscan el bienestar de un compañero. Esto no es sólo bienestar físico, ayudándolo a que invierta su dinero o algo parecido. Si el amigo tiene tal vez nociones falsas, es necesario hacérselo notar, de modo gentil y afectuoso, y no decir “él es un amigo y lo apoyo en todo ya sea correcto o incorrecto”. Esto no significa que actuamos interfiriendo o presumiendo que sólo nosotros sabemos qué es lo correcto. Los consejos se deben dar con sentido común. También significa que es necesario compartir con ellos, en la prosperidad o en la pobreza, ser generosos, hablar y recibir ayuda. Se debe ayudar cortésmente, actuando como uno lo hace de igual a igual. Los amigos deberían estar atentos a lo que le ocurre a los demás, porque una persona puede a veces bajar la guardia, puede ser inconsciente de lo que hace, y debido a esa inatención, actuar tontamente. Un verdadero amigo debe cuidar y ayudar que otro no se meta en problemas. El consejo del Buddha es bueno, extiende bastante nuestras relaciones porque no es solamente a nuestra propia familia, sino a las familias de nuestros amigos cuyo bienestar y prosperidad debemos cuidar.

   Como dijo Annie Besant más de una vez, avanzar en percibir la unidad por medio de actitudes de afecto y responsabilidad comienza en pequeña escala a medida que el individuo se desarrolla. Entonces, para empezar, deberíamos tener los sentimientos correctos, actuar bien en relación con nuestra familia y nuestros amigos. Luego aumenta la capacidad de afecto, de responsabilidad, de cariño. Todo el mundo se convierte en nuestra familia, y todos son amigos. Generalmente esta es una cuestión incluso con problemas que no son personales. Ya que una comunidad puede enfrentar grandes problemas debido a ideas y acciones tontas, vemos que todavía queda mucho para que cada individuo lo tenga en cuenta. El tipo de apatía que existe actualmente, en la que nadie se preocupa por lo que le ocurre a la sociedad como un todo, se debe reducir. Aunque este consejo se le dio a un hombre simple, con palabras sencillas, al meditar en él podemos darnos cuenta que existen implicancias mucho mayores que debemos aprender por nosotros mismos.

   Luego, están las relaciones entre amos y empleados. En la sociedad actual, tan compleja en comparación con el tipo de sociedad que existía hace tiempo, cuando existen muchos países donde no hay sirvientes, no significa que esta categoría de relación no exista. Se puede decir que incluye a quienes se supone que son superiores, y que se relacionan con los así llamados subordinados. A quienes tienen poder sobre otros, poder político o económico, o cualquier otro tipo de poder, a veces incluso algún tipo de dominio psicológico por ser más inteligente que las otras personas, puede ocurrir cualquier cosa. Supongan que estamos en una posición como para tener a alguien en la palma de la mano, por ser más inteligente que otro, ¿qué puede suceder?

   Consideremos entonces, qué es la acción correcta. La mayoría de los líderes teosóficos dieron un ejemplo maravilloso en sus vidas, porque tuvieron una actitud muy diferente a la de la persona mundanal, con gran consideración cuando la otra persona era más débil. El amo debería distribuir la riqueza incluso con el sirviente o el subordinado. Pedirle a un sirviente que haga algo que no puede hacer, y luego culparlo, retarlo o castigarlo, está mal porque las personas tienen sus limitaciones debido a la inherente etapa evolutiva. Existen muchas amas de casa que le gritan a los sirvientes porque éstos actúan con poca inteligencia, sin pensar que si fueran inteligentes, no serían sirvientes. De modo que esto es muy cruel. En muchas relaciones no pensamos, y esperamos que el otro sea lo que tal vez no es, o no puede dar. Mi padre solía decir que la Dra. Besant (él la quiso mucho al igual que muchas personas que la conocieron de cerca) desaprobaba la teoría que la familiaridad produce contento. No todos lo que se le acercaron tuvieron un amor y respeto profundo por ella, aunque fue una persona excepcionalmente noble. Pero ella, creo, solía decir que no debemos exigir de alguien más de lo que esa persona puede hacer. Deben darle a esa persona algún tipo de trabajo que sea adecuado a su nivel de comprensión y capacidad. Si les dan un trabajo equivocado, si ponen una estaca cuadrada en un agujero redondo, y culpan a la otra persona, la falta es realmente de ustedes.

   A veces ven a un hombre delgado, mal alimentado, a quien se le pide que mueva una carga pesada. Se hace lo mismo con los animales, y existe poca consideración por lo que le ocurre a la otra persona o animal, un hombre que trabajó todo el día, que no se alimentó bien, esforzándose al pedalear cuando varias personas están sentadas en el rickshaw, sin considerar jamás el esfuerzo físico al que se lo obliga, o puede ser el trabajador de una fábrica a quien se le exige hasta lo último. A los animales y  a los sirvientes a menudo se los trata de este modo. Pero debemos recordar que desde el punto de vista espiritual está muy mal. Debemos proteger a todos aquellos que son más débiles que nosotros, ¿quién los va a proteger, si no lo hacemos nosotros? Todos tenemos ese tipo de responsabilidad.

   A veces una persona muy pobre, y hay muchas personas pobres en este mundo, toma algo que no le pertenece. Asumimos una posición muy seria al respecto y decimos que debe ser castigado. Pero puede haber personas ricas, que sin ser vistos, hacen cosas mucho peores y se toma a broma, diciendo que así es como actúa esa gente. Entonces, debemos observar nuestras propias actitudes en todas estas relaciones. Den comida y salarios adecuados, dice el Buddha, y también dice que compartamos nuestra amabilidad con ellos; Krishnaji solía decir lo mismo. Supongo que las personas que alcanzan cierto nivel de unidad dicen cosas similares. Krishnaji dijo en más de una ocasión, en presencia de todos nosotros: “Les dais a vuestros sirvientes la misma comida que coméis vosotros?” En muchas casas le dan mucho menos al sirviente y eso indica una actitud general de desigualdad.

   Pero la vida espiritual, que es esencialmente la percepción de la unidad, produce un sentido diferente. El respeto que sentimos por alguien, posiblemente una persona ignorante, se debe a que también es un ser humano en el camino, en el viaje humano, tal vez en otro lugar diferente a nosotros respecto a la meta. También nosotros estamos en algún lugar del camino, y hay personas más adelante que nos miran como nosotros los miramos a ellos. Luz en el Sendero dice: “No imagines que puedes separarte del hombre malvado o del insensato”. Puede haber una diferencia entre ustedes, pero la diferencia entre tú y los Maestros es mucho mayor que la que hay entre ti y el insensato. Entonces, trátenlos con consideración, con respeto. No les hablen de un modo que ni siquiera pensaríamos usar en relaciones de importancia.

   El Buddha menciona esto y dice: deben darles vacaciones. Incluso ahora -excepto para quienes son trabajadores reconocidos- hay muchas personas que trabajan en casas privadas, etc., que nunca tienen vacaciones y si piden algunos días les fruncen el ceño, como si estuvieran abandonándolos. Todos necesitan algún descanso, tienen sus necesidades. Si es un hombre, necesita tiempo para afeitarse, las mujeres necesitan tiempo para hacer algunas tareas en sus propias casas, y no debemos tenerlas trabajando para nosotros todo el tiempo, debemos ser considerados con ellos.

   Una de las cosas que menciona Buddha es trabajar alegremente, contentos. Si la relación es buena, y si el amo es generoso, el sirviente no debería rezongar. Si pensamos respecto a los empleados de algunas compañías, aunque reciban mucho, no están contentos, quieren aún más. Trabajar cuando las condiciones son razonablemente satisfactorias, contentos, alegres, de modo que la sociedad misma funcione pacíficamente, de modo ordenado, es muy importante. Deberíamos hablar bien del amo, y no hablar mal de él a sus espaldas.

   El Hno. Raja cambió un poco las palabras, pero el texto original budista habla sobre las relaciones de la gente común con quien vive la vida religiosa, no quienes aparentan ser religiosos, como muchos que sólo son mendicantes o pillos disfrazados. Pero es posible que fuera costumbre honrar a quienes vivían una vida religiosa, en cualquier nivel, sinceros en tratar de conocer la verdad.

   Nuestra relación con todos ellos debe ser de buena voluntad y afecto en pensamiento, palabra y acto, y siempre deberían ser bienvenidos. Esto era muy común y se hacía tradicionalmente en los países orientales. En el pasado, ser religioso permitía a las personas seguir su sendero sin preocupación.

   Actualmente existen algunas personas que se han vuelto famosas porque bromean y saben cómo entretener a su audiencia. Pero ese no es el verdadero trabajo de la gente religiosa, su trabajo es exponer ciertos pensamientos de modo atractivo, disuadir a las personas de hacer el mal, y guiarlos para ser virtuosos, para ser bondadosos, y mostrar el camino por su propio ejemplo, viviendo con mucha sencillez, sin codiciar las cosas materiales. Al ser gentiles, buenas y generosas, las personas religiosas ofrecen cierto tipo de liderazgo. Existen nuevos problemas en la actualidad, por ejemplo, los medioambientales. Son las relaciones del hombre con los elementos, la tierra, etc.,  pero debemos pensar en todas estas relaciones con profundidad, como algo recíproco, porque no podemos estar aislados, vivimos en una red de relaciones.

   Los budistas dicen, porque ellos creen en la transmigración, que el perro que está en la calle puede ser tu madre. Estas palabras no se deben tomar de modo literal, sino en un sentido simbólico. Todos los animales son nuestros abuelos y tatarabuelos, porque el cuerpo físico que hemos heredado tiene su origen en los comienzos de la evolución, y todos sus componentes derivan de varias fuentes. Por lo tanto le debemos los talentos, las capacidades y las características que tenemos, a casi toda la creación. Estamos relacionados con todo, de modo que podemos pensar en esta relación como universal.

   ¿Cuál es nuestra obligación en esta red de relaciones? ¿Cómo deberíamos vivir nuestra vida diaria en la que nos encontramos con todos estos tipos de personas? Esta simple lección que el Buddha dio, se puede convertir en una relación profunda, y si podemos llegar a la esencia de la relación, hemos llegado a la verdad de la vida misma