Dara Tatray
Este es un intento de investigar
la naturaleza del pensamiento y la clase de esta investigación. Una
consideración de la naturaleza del pensamiento, y del conocimiento, surge de la
naturaleza y la constitución del ser humano, y debe intentarse en el proceso de
toda seria discusión del conocimiento o sabiduría. También surge de la trama de
la vida, y de la historia, en un momento en que nuestra falta de auto-control o
auto-conocimiento, parecen arriesgar el
bienestar de tantas criaturas y culturas.
Es importante que todos los que
participen en una investigación así, ubiquen dentro de si mismos las materias
bajo discusión. Si el escritor está hablando acerca del ‘conocimiento’ y el
lector pone atención solamente a las palabras, entonces este será un movimiento
de palabras vacías. En toda discusión metafísica, es vital ubicar dentro de
nosotros las materias bajo discusión: después de todo, dentro de nosotros es el
único lugar donde el pensamiento, conocimiento, sabiduría, y todas las otras
materias metafísicas se van a encontrar. Los asuntos empíricos se van a encontrar en el mundo externo/empírico: los asuntos metafísicos
están adentro. Las materias principales de investigación metafísica se dice que
es Dios, el alma, y el mundo. Tanto J. Krishnamurti como el sabio del sur de
India Ramana Maharshi, intentaron
aclarar abundantemente que las respuestas siempre residen en los mismos
problemas, en los mismos asuntos. Así es que debemos poner atención a ellos.
Esto es quizás más fácil de lo que la mente complicada lo hace aparecer.
Un visitante preguntó una vez a
Ramana si debería abandonar sus negocios y dedicarse a leer libros sobre la Vedanta. La respuesta de Ramana
fue típicamente al punto:
‘Si los objetos tienen una
existencia independiente, es decir, si existen en todas partes aparte de usted,
entonces puede ser posible liberarse de
ellos. Pero no existen aparte de usted; deben su existencia a usted, a su
pensamiento. Así ¿adónde puede ir, para escapar de ellos? En cuanto a leer
libros sobre Vedanta, puede seguir leyendo un número de ellos. Pueden decirle
solamente, ‘Realice el Yo dentro de usted’. El Yo no puede encontrarse en los
libros. Tiene que descubrirlo usted mismo en usted’.
Esto aclara la necesidad de
ubicar dentro de ustedes, problemas o situaciones que parecen tener una
existencia independiente.
Nuestros lugares de trabajo y
negocios tienen una existencia independiente, en un sentido relativo. Pero son
solamente semi-autónomos, siendo constantemente re-creados o co-creados por
nosotros mismos. Cuando me voy de la oficina, o de mi lugar de trabajo,
permanece detrás. Pero llevo mi experiencia de este lugar conmigo. Mi encanto
en el trabajo, mis problemas (suponiendo que tengo alguno), las relaciones con
los colegas y computadores, todo eso que llevo conmigo dondequiera que voy: y
cuando regreso a la oficina, regresan conmigo. Asimismo, suponga que peleo con
mi marido, puedo dejar el matrimonio y quizás dejar estas peleas atrás. Pero
una gran parte del problema permanecerá conmigo, esperando encontrar otro
ambiente en el cual pueda expresarse. Ninguna de estas cosas tiene una
existencia independiente. Así dentro del complejo cuerpo/mente es donde debemos
mirar si vamos a mirarlos por lo que ellos son.
Por lo tanto, no es bueno hablar
acerca del conocimiento o pensamiento si no colocamos la entidad indicada por
la palabra dentro del cuerpo/mente. Si
miramos el conocimiento, pienso que concordaremos que generalmente consiste en el ‘conocimiento
acerca de las cosas’. Esto incluye no solamente la ciencia y tecnología,
conocimiento acerca de otras culturas, acerca de otros planetas, acerca del
lenguaje y así sucesivamente, sino también
como ir desde Londres a Chennai, como pasar un examen, lo que es bueno
comer y como cocinarlo, y así. Parece que podemos tener conocimiento acerca de
todas las cosas en el cosmos. La palabra ‘ciencia’ de hecho deriva de scientia que significa ‘conocer’, y el
propósito de la ciencia es reducir lo desconocido a proporciones
insignificantes. Surge la pregunta, sin embargo, si podemos, de hecho, tener
conocimiento acerca de todas las cosas, o solamente acerca de cada cosa. La
diferencia en la redacción puede ser escasa, pero las dos frases entregan
significados enormemente diferentes. Algunos preguntarían si podemos tener
conocimiento de los aspectos más sutiles de la vida: y sugiero que en el
sentido más profundo, vida y el significado de la vida siempre permanecerán más
allá del alcance del conocimiento. J. Krishnamurti y David Bohm han sugerido
que el conocimiento, el que es sinónimo de pensamiento, está siempre
condicionado, siempre mecánico; un producto del pasado. En este caso, la vida, que es siempre nueva, puede solo realmente conocerse en algún otro sentido.
La palabra ‘conocimiento’ también
se usa para referirse a un modo enteramente diferente de percepción, o forma de
conocimiento, el que no es ‘acerca de las cosas’.A esto es lo que se refiere
generalmente la palabra gnosis, o en
Sánscrito, jñana, ambas de las cuales
se refieren a la percepción intuitiva directa, que no da información acerca del
mundo, sino que ve directamente. En la tradición de la filosofía perenne esto
es lo que se mira como verdadero conocimiento o conocimiento correcto: aún cuando es mayormente no verbal, no lingüístico. Es una
forma no física de ver lo que Ramana Maharshi llamó ver con los ojos de la
realización. Cuando vemos con el ojo físico, dijo, vemos el mundo. Cuando vemos
con el ojo de la realización, ‘aparecen todas las cosas’. Este ‘todas las
cosas’, la totalidad, está siempre presente, pero generalmente no somos
conscientes de ello: estamos consciente solamente de las cosas.
Muchísimos sabios y
místicos han enseñado que para ver la
vida en su totalidad, para ver las cosas más allá hasta la totalidad de la
vida, debemos mirar hacia adentro. La orden ‘mirar hacia adentro’ puede parecer
ser más bien vaga: parece apuntar en una dirección que nunca se especifica.
Podría ayudar a conocer que desde un punto de vista experimental o práctico,
mirar directamente lo que es, ya sea un árbol o una emoción o un pensamiento,
es lo mismo que mirar hacia adentro. La palabra está siempre afuera, la cosa
está adentro.
Cuando Thoth o Hermes revelaron
primero el arte de la escritura, el Rey de Egipto se dice que se lamentó. En
respuesta, Thoth dice al Rey Thamus que no se preocupe. La lectura dice,
‘volverá a los Egipcios más sabios, y aún aumentará sus poderes de memoria’. A
esto respondió el rey, pensativo:
‘Tú que eres el padre de las
letras…has afirmado lo contrario de lo que las letras pueden efectuar. Porque
estas, a través de la negligencia de la memoria, producirán olvido en el alma
del aprendiz; porque a través de la confianza en las notas escritas externas y
ajenas, no ejercitarán los poderes internos de la evocación…
‘Tú…entregarás a tus discípulos
una opinión de la sabiduría, y no la verdad. Porque como resultado de tener
muchos lectores sin la instrucción de un maestro, la multitud parecerá estar en conocimiento de muchas
cosas de las que al mismo tiempo es ignorante, y se volverán asociados molestos
como resultado de poseer una opinión de la sabiduría en vez de la misma
sabiduría’.
Al Rey de Egipto le preocupaba
que la lectura condujera a una negligencia de la memoria, de la realización, y
a una opinión de la sabiduría más bien que a la sabiduría en si. Al leer las
palabras de los sabios sin serlo nosotros mismos, parecerá que conocemos muchas
cosas de las que en verdad somos ignorantes. Y al leerlas, puede que quedemos
atrapados en las palabras, inconscientes
de que no estamos mirando
efectivamente lo que está escrito. Deslizarse desde mirar las cosas y mirar las
palabras acerca de las cosas, sucede de instante en instante,
imperceptiblemente.
El hecho que la opinión de la
sabiduría no es sabiduría, o que el conocimiento no es percepción directa, no
sería un problema en si mismo si no fuera por la tendencia del conocimiento a
cegarse a sus propias limitaciones. El pensamiento se siente suficiente, lo
mismo que la opinión de la sabiduría siente que ha ganado la sabiduría. Se dice
a menudo que el principio del conocimiento real es saber que realmente no
sabemos. Similarmente, escuché una vez a un experto que describía como alguien
que conoce los peores errores que puede
cometer en su campo de experiencia. Podemos decir, por lo tanto, que en la
medida que el conocimiento sea inconsciente de lo que no sabemos, e
inconsciente de los peores errores que podemos cometer, no puede mirarse como
conocimiento completo o exacto. El peor error que comete el conocimiento es
seguramente substituirse por conciencia. Esta es la trampa o artimaña principal
del conocimiento: ese que reemplaza la percepción en la naturaleza de la
realidad, o percepción directa; desvía
la atención de sus limitaciones.
‘Trascendiendo’ el Pensamiento
El maestro vedantino
Sankaracharya enseñó que ‘el Karma nunca es la causa de la emancipación’.
Ninguna acción puede producir la emancipación o liberación. Ninguna acción
puede no condicionar la mente. ‘Las acciones’, dijo, ‘son para la purificación
del corazón, no para la consecución de la naturaleza real. La naturaleza puede
alcanzarse por el correcto discernimiento, pero no por una cantidad de Karma’.
Esto parece ser contradictorio ¿No es el correcto discernimiento una acción? Si
el corazón es purificado por viveka,
el discernimiento entre lo Real y lo irreal, lo permanente y lo transitorio, lo
condicionado y lo incondicionado, lo parcial y lo total, ¿cuál es el
significado último y cual no lo es: entonces por qué decir que este no produce la Liberación ? Quizás esto
es porque la clase de vigilancia,
atención y conocimiento implicado en la práctica de viveka no es una acción en
el sentido normal de la palabra. No es algo que hacemos, sino una simple acción
de observación, de ver puro. Si hay volición en ella, un deseo, entonces esto
nuevamente se vuelve un proceso material, una acción complicada basada en el
deseo y cargado de consecuencias: y
ninguna de tales acciones, ni el karma, pueden conducir a la liberación.
Sankaracharya parece estar implicando que
viveka no es el resultado de la volición: no podemos tratar de estar
alertas, no podemos tratar rediscernir entre lo Real y lo irreal. En lugar de
esto, lo que parece suceder es que cuando llegamos a estar conscientes de la
irrealidad, o fragmentación, o estado incompleto como tal, entonces surge un
natural escepticismo o duda no verbal. Esto deja espacio para que entre lo
Real.
Cuando pensamos en la
transformación, estamos listos para pensar en términos de algo llegando a ser
algo que no lo s: o al menos tendemos a pensar en términos de llegar a ser.
Quizás pensamos en términos de llegar a ser lo que verdaderamente somos. Pero
sugeriría que transformación y Sabiduría son asuntos del Ser, no del llegar a
ser. Hay una tremenda comodidad y esperanza en llegar a ser: pero también
contiene un elemento de evitación. Sankaracharya y J. Krishnamurti parecen
concordar que en el campo espiritual no hay camino o sendero desde A a B. Sin
embargo, esta no es la condición sin esperanzas que podría primero parecer ser.
Aunque no podemos llegar a ser algo que no somos, podemos llegar a ser
conscientes de lo que somos justo ahora, y esta conciencia es transformativa.
Desgraciadamente, no toma mucho tiempo para la mente traducir esta enseñanza en
una serie de mantras: ‘Soy codicioso’, ‘soy flojo’,’soy interesado en mi
mismo’, ‘soy inconsciente’, etc. Nuevamente, estos pensamientos no son la
observación de lo que es. Lo que necesitamos investigar y observar es lo que efectivamente está allí, presente
dentro de nosotros. Solamente entonces podemos liberarnos del contenido de la
consciencia, que contiene no solamente una gran cantidad de placer, sino
también todo inimaginable sufrimiento.
C.W Leadbeater y Annie Besant
enseñaron a una generación de Teósofos y otros, que los pensamientos son cosas.
Es interesante, por lo tanto, que un número de Teósofos que no tienen problema
con la afirmación de Leadbeater,
retírate del yo – la misma afirmación hecha por J. Krishnamurti y David Bohm
que el pensamiento es un proceso material.. Algunos de nosotros preferimos la
versión endulzada: pero el significado y el desafío es el mismo.
Nuestros pensamientos pueden
hacer mucho. Establecen quienes somos por la producción de ciertas tendencias,
y causan ciertas vibraciones dentro y a nuestro alrededor. El pensamiento es
altamente creativo en una cierta forma acumulativa, lineal. Pero el pensamiento
no puede crear algo nuevo. El pensamiento puede crear rosas negras en lugar de
rojas, el pensamiento puede crear ratas con oídos humanos, el pensamiento puede
mezclar los colores de la paleta en infinitas o al menos, innumerables formas:
pero ¿podría el pensamiento haber creado el mismo color? ¿Podría el pensamiento
haber creado lo que es ser un color? El pensamiento puede solamente trabajar
con lo que está allí. Solamente Dios, o la Verdad , o el Infinito, pueden causar que algo
sea.
Debido a declaraciones tales
como ‘ningún karma conducirá a la emancipación’, y la afirmación de Ramana que
el Yo está siempre Realizado, algunos modernos pseudo-gurús han hecho
posible abusar de la idea que no se
requiere ningún esfuerzo en el sendero. Algunas veces Ramana Maharshi exige
linaje, o se sostiene que Krishnaji enseñó un enfoque ‘sin esfuerzo’. Pero
ambos, Ramana y Krishnaji señalaron en cientos de ocasiones que la vida de Auto-indagación es completamente exigente.
Una vez un visitante preguntó a Ramana acerca de lo que el inquiridor llamó ‘el
método de Krishnamurti de conocimiento sin esfuerzo ni opción’. Como lo
entiendo, Krishnaji nunca trató el conocimiento sin opción como un método, para
él era un hecho: pero el asunto evocó una respuesta interesante no obstante. La
respuesta de Ramana fue esta:
‘El conocimiento sin esfuerzo ni
opción es nuestra naturaleza real. Si podemos alcanzarla o estar en este
estado, está bien. Pero uno no puede alcanzarla sin esfuerzo, el esfuerzo de la
meditación deliberada. Todas las vasanas de siempre llevan la mente hacia fuera
y la vuelven hacia los objetos externos. Todos estos pensamientos tienen que
abandonarse y la mente volverse hacia adentro. Para esto, es necesario el
esfuerzo para la mayoría de las personas’.
Observemos que Ramana dice que
todos los pensamientos que llevan a la mente hacia fuera deberían abandonarse:
no que todos estos pensamientos deberían no existir. Esto es lo que es la
verdadera renunciación: o en el idioma de Krishnaji, morir a lo conocido. No
significa que lo conocido cesa de existir. Lo conocido siempre existirá. Los
pensamientos siempre existirán, pero nuestro apego a ellos debe terminar si
vamos a llegar a ser verdaderamente concientes.
Aunque hay mucho que se
dice en las tradiciones espirituales de
aquietar o silenciar la mente, el camino de la contemplación no es pasivo. Como
el dotado metafísico Ananda Coomaraswamy
dijo una vez: ‘la práctica contemplativa incluye una actividad que es
comúnmente comparada con las llamas de un fuego a una temperatura tan elevada
que no muestran ni oscilaciones ni
humo’. Claramente, entonces está incluido el Recto Esfuerzo, tanto para la
purificación del corazón como para la práctica de la Auto-indagación .
Una vez que surge el deseo el deseo dela liberación, todo lo
que no esel Yo, esto no es Liberación, es desechado sin esfuerzo como
innecesario e inútil. Para esta clase de investigación, el análisis no es
necesario. En su pequeño pero poderoso libro ¿Quién soy yo?, Ramana señaló que alguien que desea sacar la basura
no necesita analizarla y ver lo que es: la basura simplemente necesita
desecharse. Similarmente, quien quiere conocer el Yo necesita solamente descartar todo lo que oculta el Yo. Viveka o
vigilancia entonces llega naturalmente.
The
Theosophist, Julio de 2004
Tradujo: Perla R.