domingo, 2 de diciembre de 2012

Preparándose para la Meditación





DESDE EL ATALAYA
Radha Burnier

Preparándose para la Meditación

 Existen ciertas palabras, como por ejemplo la palabra ‘Dios’, que significan diferentes cosas para diferentes personas, y el significado que le dan puede ser superficial o profundo.  Por lo tanto, la palabra ‘meditación’ puede tener connotaciones serias o superficiales, dependiendo de quién la usa.  Pero en toda escuela que toma la meditación de modo serio, hay un periodo de preparación preliminar, seguido de una práctica adecuada y supervisada.  La meditación puede comenzar sin riesgos sólo cuando se está realizando este trabajo preparatorio.

 Aprender a meditar no es cuestión de pasar quince minutos o media hora cada día. Esto puede ser importante y útil, pero se nos pide que trabajemos de modo sostenido  en relación con todas las actividades que llevamos a cabo, con todas las actitudes que existen dentro de la mente, y con los logros en los que la mente se enfoca, los que pueden distorsionar las relaciones e impedir totalmente una percepción real. En la tradición Vedânta se afirma que una persona no puede encontrar un maestro ni aprender las enseñanzas secretas respecto  al auto-desarrollo, hasta que esté debidamente preparado.  Este trabajo preliminar se describe en A los Pies del Maestro, donde se incluye la práctica del discernimiento y del desapego o carencia de deseos.

 Un Maestro de Sabiduría, aunque apreciaba a Alfred P. Sinnett como para mantener una larga correspondencia con él, no lo aceptó como discípulo, y nunca le dio un rango mayor que el de chela laico.  Incluso cuando al candidato se le permitía convertirse en discípulo, se lo sometía a un largo periodo de entrenamiento durante el cual era probado en diferentes niveles y de diferentes modos. En esta etapa, el aspirante enfrenta todo tipo de tentación, no sólo debe soportar pruebas procedentes del exterior, sino también tentaciones sutiles que surgen del interior de su misma mente, cada lugar y rincón es sometido al más completo examen. En este sentido, enfrentarse con la tentación significa enfrentarse consigo mismo.

 ¿Existe algún objetivo en la meditación? Quien medita puede por supuesto tener un propósito, y si es así, entonces está en la misma condición de quien nunca piensa al respecto. Quiere alcanzar, quiere adquirir algo, quiere algo para agregárselo a sí mismo.   El deseo de “llegar a ser” es, como veremos, todo el problema.

 Puede ser que no podemos decir cuál es el objetivo de la meditación. Tal vez podemos decir que el propósito de la meditación es la iluminación, la unidad, la armonía, la “paz que sobrepasa el entendimiento”, la conciencia o la realización de la inmortalidad.

 La meditación, o el propósito de meditar, puede volverse una actividad auto-centrada, una nueva forma de ambición desconectada del resto de la vida.  Por lo tanto una persona que es indiferente a la vida, a su significado,  y a su valor, y que simplemente dice “Quiero llegar a algún lugar por medio de la meditación, quiero alcanzar la iluminación”, meramente se encierra a sí mismo en un estado de estrecho aislamiento.  Porque la meditación es el despertar al total significado de la vida; es un movimiento progresivo por medio de diferentes niveles de significados.

 Muchos tienen otras ideas respecto a la meditación.  A veces nos gustaría algún modo rápido y fácil, algún método mecánico, alguien que nos de instrucciones detalladas, “primero haz esto, luego haz aquello”, porque después podríamos vivir sin ser molestados en nuestra vida ilusoria.  Podemos permanecer en nuestra cómoda oscuridad y aún así sentir que avanzamos hacia la luz.  Si esto es lo que quieren, entonces háganlo, no hay nada contra ello, pero no si quieren tomarlo más seriamente.

 Cierta cantidad de ayudas para la meditación han sido recomendadas por diferentes maestros - el uso del sonido, de una imagen o forma, del color o de la luz, del control de la respiración -  y los aspirantes las han usado durante años y no han llegado a ningún lugar porque los medios se convirtieron en el fin.

 Esta es la razón por la que es tan importante comprender qué es la meditación.  La meditación se puede decir que es un despertar de lo que consideramos como realidad a un nuevo nivel o dimensión de la realidad.  Mme. Blavatsky dice que el progreso se produce por una serie de despertares.  Pero en cada etapa existe la posibilidad de albergar la ilusión de que ahora por fin hemos alcanzado la realidad, que lo que hemos experimentado es sinónimo de lo que es.  Un pequeño despertar produce una satisfacción tremenda, puede también aumentar el ego.  Las personas han tenido momentos de exaltación en ocasiones en que sintieron que se elevaban sobre su existencia común, y luego continuaron viviendo con el recuerdo de lo ocurrido. “Tuve esta experiencia.  ¡Fue tan maravillosa! Mi Kundalini debe haberse elevado”.  Puede que ellos incluso sientan que están listos para enseñarle a todos los demás debido a su avanzado conocimiento.  La mente continúa viviendo en esa experiencia pasada porque en ese momento fue bastante inspiradora, transmitió un sentido de libertad. Y da la ilusión de que por fin hemos llegado.

 De modo que no debemos caer en la ilusión de que lo que experimentamos es sinónimo de la Verdad.  El despertar debe avanzar a niveles cada vez más profundos de comprensión y significado.

 Existe el relato de un asceta que solía meditar en un cuarto pequeño.  Había muchas ratas moviéndose a su alrededor y molestándolo, por lo que consiguió un gato y lo ató a la pata de su cama, lo que le brindó la calma que necesitaba.  Meditó y vivió allí durante muchos años y adquirió fama por su santidad.  Luego, sus seguidores establecieron como regla de su maestro, que si quieres meditar exitosamente, lo primero que debes hacer es ... ¡atar un gato a la pata de tu cama! Esto es lo que ocurre a menudo, algo que fue de ayuda durante algún tiempo, se vuelve el aspecto más importante en la mente de los inexpertos.  Los medios se transforman en el fin.

 La tradición yoga detalla el trabajo a realizar como preparación para la meditación: Âsana y Prânâyâma (ciertos tipos de ejercicios corporales y respiratorios), Yama, Niyama y Pratyâhâra, (los tres tienen el efecto de establecer un estado de claridad y calma en la mente que, a su vez, conducen a la eliminación de la ambición, de la avaricia, del deseo del placer, y de los apegos y emociones relacionados con ellos). Sólo entonces estamos en condiciones de comenzar a meditar adecuadamente, que dicen que consiste en Dhâranâ y Dhyâna.

 La palabra ‘dhâranâ’ tiene un significa mayor que simplemente concentración.  Literalmente significa ‘sostener’; tal vez sostener la energía ya que durante su práctica no hay pérdidas de energía debido a todo tipo de pensamientos extraños.  Como nuestros deseos se debilitan hay menos pérdida de esta energía, y se hace posible enfocar la mente.

 La meditación no es, en el sentido en que la hemos estado considerando, algo que se puede enseñar a otro.  La humanidad no puede progresar por medios mágicos o por medio de salvadores iluminados que hagan el trabajo por ella.  No existe algo así como “Meditación en diez lecciones fáciles”.  Debemos usar nuestra energía y descubrir por nosotros mismos, y en este ‘trabajo’ no hay lugar para el anhelo del yo; el trabajo no es una búsqueda o ambición más a conseguir. Debemos estar preparados a reflexionar sobre estas preguntas en profundidad si vamos a descubrir qué yace bajo la superficie.  Por lo tanto cuando es necesario la mente reúne su energía y la retiene, y con ella, puede buscar y hallar una luz mayor.

 ¿Ser pioneros de qué?

 En sus orígenes hubo muchos en la Sociedad Teosófica que creían que los miembros de la S.T. tenían una función como pioneros.  Algunos sabían que esto no era cuestión de permanecer donde uno está, o de hacer lo que todos los demás hacen; tampoco era cuestión de usar ropa que otra gente no usa, o de vivir un tipo de vida especial.  Estamos hablando de la actitud de los miembros de la S.T., que son muy serios respecto a sus vidas, que deben avanzar y no permanecer en el surco en el que la mayor parte de la gente cae.

 A menos que la gente comience a pensar de un modo nuevo, la humanidad se deteriora a medida que progresa.  Una tendencia a perder la disposición y el impulso humanitario que comenzó con grandes ideas, puede desaparecer.  Ser pioneros significa avanzar para ser lo que el hombre aún no ha conocido. Esta era una idea poderosa en la Sociedad Teosófica, y no existe límite para esto, porque la gente puede unirse a quienes están en la delantera, siempre y cuando piensen en términos de lo que la humanidad puede ser, y se encuentren a sí mismos listos para avanzar en esa dirección.

 Algunas de las cosas en las que ahora pensamos están bien hasta cierto punto, pero nuestra relación con la Naturaleza y con el resto de la creación no lo está.  Actualmente casi no tenemos relación con otras criaturas; pensamos que el hombre está separado y es superior, y que todo lo demás existe para que él lo use.  Esto está mal desde un punto de vista más amplio, porque todas las cosas están relacionadas, unidas.  Las bacterias que pensamos que tienen muy poco valor, están tan estrechamente unidas a nosotros, como lo están los grandes seres que han avanzado más allá de nosotros.  Tener esto en el trasfondo de nuestra consciencia es ser un teósofo, de lo contrario no lo somos.  Este estado es muy necesario para ser pioneros: ser uno con la Naturaleza, ser conscientes de la maravillosa variedad que ésta produce.  Podemos destruir todo lo que existe sobre la tierra a un ritmo acelerado, y exterminar sus vastos procesos.  Por el contrario, podemos tratar todo con respeto, incluso la criatura más pequeña, al igual que los grandes seres que han avanzado más allá de lo que nosotros lo hemos hecho.

En la religión Sikh una de las cosas que se enseñan es el estado de admiración.  ¿Podemos preguntarnos si algunas veces lo sentimos, o si nos acostumbramos tanto a todo, (incluso a la maravilla que le permite a todas las criaturas adquirir nuevas tendencias y nuevas posibilidades a nuestro alrededor), que no hay deseo de actuar?  Cada uno de ellos es un modelo, aunque no parezca serlo.  Tomemos por ejemplo un insecto, que parece solo en esta tierra.  Quienes examinan su vida y su constitución están en un estado de admiración, como A. O. Wilson, que ha escrito sobre las hormigas.  La hormiga puede parecer como una no-entidad para nosotros.  Las matamos con insecticidas y no pensamos nada al respecto.  Pero la hormiga es una criatura maravillosa, y la Naturaleza hace cosas maravillosas con los pequeños objetos.

 ¿Cuál es nuestra relación con la Naturaleza, si es que tenemos alguna?  Si pensamos que la Naturaleza debe ser avasallada o estimulada según nuestras fantasías, ¡puede que no tengamos ninguna relación con ella!  Pero si esperamos y nos maravillamos, veremos por todas partes a nuestros alrededor algo así como un milagro;  la tierra, el cielo, las estrellas, el movimiento de los grandes seres planetarios, todo es un milagro.  Existen pocos que estudian esto, pero si no podemos estudiar más, ¿podemos mirar y maravillarnos con las grandes cosas que la Naturaleza lleva a cabo?

 Luego podemos mirarnos a nosotros mismos. ¿Qué es lo individual en la creación?  Todo es individual, el insecto tanto como el ser humano.  Cada uno se transformará en algo bello, maravilloso y glorioso, como afirma el Bhagavadgitâ. Todo lo que ha sido creado es bello y maravilloso cuando se lo comprende, y el individuo debe crecer en esa dirección, no crecer en competencia, dinero o fama.  Existe dentro nuestro la posibilidad de conocer lo que somos, porque espiritualmente podemos convertirnos en un ser que no hemos sido antes.

 Una de las cosas importantes en la vida espiritual es abandonar el concepto de yoidad.  Esto es muy difícil.  Se basa en primer lugar en el cuerpo físico.  Pero esto no tiene importancia, dado que es un ser temporal.  Pero ¿qué soy yo realmente?  Descubrir esto es parte de nuestro trabajo como miembros de la Sociedad Teosófica.

 De modo que hemos hablado respecto a dos cosas, a conocer el universo con el corazón, no sólo intelectualmente, como leyendo en una enciclopedia respecto a cuántas clases de arañas existen;  y a pensar que comprendemos más del universo y de la Naturaleza.  Pero si podemos sentir que hay algo creado por un poder que no podemos realmente comprender ahora, y lo miramos con admiración, sin ningún otro sentimiento presente en la mente, el espíritu de admiración elimina los otros pensamientos.  Entonces, podemos maravillarnos incluso de las cosas simples, como una planta que surge de la tierra, y demás.

 El futuro es algo que no podemos imaginar pero podemos ampliar nuestras mentes para pensar acerca del futuro, no sólo respecto a nosotros mismos, sino a toda la vida.  Quizás había algo gracioso, pero también algo muy valioso en el interés teosófico que existía respecto a la futura civilización y respecto al lugar del hombre en él.  Por ejemplo, en esa civilización casi no se pasaba ningún período de tiempo cocinando.  Piensen en la actualidad, estamos absorbidos en gran medida por la comida: en cocinar, ir a restaurantes, encontrar diferentes cosas para comer, etc.  Pero el nuevo individuo no está interesado en eso, está interesado sólo en mantener el cuerpo en buenas condiciones.

 La consecuencia de eso es qué podría hacer el ser humano si estuviera realmente libre de esta actividad en la vida diaria.  Tendría mucho más tiempo para pensar, para complacerse en el vasto escenario de la Naturaleza, para permitirle a su propia consciencia florecer.  En las civilizaciones futuras que Leadbeater describe –y no necesitamos preocuparnos cuán reales son- este elemento es importante, y la gente tendrá mucha más libertad, física e internamente; y cuando tengamos ese tipo de libertad, ¿qué estaremos haciendo?  Es difícil pensar acerca de esto ahora porque demasiado tiempo de nuestra vida está dedicado a cosas físicas, a cosas que tienen muy poca importancia.  Pensamos que cada pequeña cosa es importante, pero en realidad, si hacemos algo no es tan importante; la capacidad de hacer lo correcto en el modo correcto es lo importante.

 Muchas personas pensaron acerca de una civilización futura muy personalmente y por lo tanto se volvió un tema gracioso.  Pero todos somos ciudadanos de una civilización futura.  Incluirá diferentes tipos, porque tienen ciertas características comunes.  La gente será mucho más consciente de la ausencia del tiempo, como una flor que se abre.

 ¿Podemos decir que una flor es mejor cuando es un pimpollo, cuando está creciendo, cuando está abriendo, o cuando está completamente abierta?  Esto es lo que significa estar despierto al hecho de que estamos viviendo en un mundo que es bello, glorioso y maravilloso, despierto al crecimiento hacia una gran belleza, en cualidades que pertenecen a lo espiritual más que al aspecto material.

 Al leer Las Cartas de los Mahatmas no podemos evitar reconocer que para Ellos el tiempo no significa lo mismo que para nosotros en modo alguno.  El tiempo es realmente una ilusión.  Existe un vasto campo más allá del que conocemos, y podemos verlo aquí y ahora en el mundo físico.  La mente del ser humano es capaz de romper tales límites.  Eso es a lo que la Teosofía realmente nos conduce. Es una visión de las cosas, que lleva a la persona más allá de lo que conoce, hacia un estado diferente, y esto es parte de la tarea de ser pioneros que se espera que los teósofos asuman, toda nuestra actitud hacia la vida, como la de las personas que se están abriendo como un capullo para convertirse en una flor plena.