domingo, 29 de julio de 2012

El Papel de la Auto-Observación en el Sendero de Retorno


                                                         Dara Tratay

¿Cuál es el papel de la auto-observación en el Sendero de Retorno? La auto-observación no significa plantearse interminables cuestiones verbales o intelectuales sobre lo que estamos haciendo y el porqué, o decirnos a nosotros mismos “yo no soy esto, yo no soy aquello”. Significa una reflexión tranquila, una mirada a nosotros mismos sin juicios, tanto con contento como con duda. Podemos dudar del contenido de la conciencia, pero al mismo tiempo tener fe, y contento, en el crecimiento seguro y final de la madurez que es parte integrante del destino humano, o si se prefiere, del Plan Divino.

Parece que hay mucho más que una conexión accidental entre el Sendero de Retorno, Nivrtti Marga, y las técnicas centrales del sistema de Yoga diseñado por Patañjali (como en chitta-vrtti-nirodha, yoga es la cesación de las modificaciones de la mente). Nirodha puede ser definido, de acuerdo al contexto, como “confinamiento, prisión, restricción, destrucción, aversión”[1]. El significado de chitta-vrtti-nirodha es, por lo tanto, la cesación (nirodha) de las modificaciones mentales, chitta-vrtti. Nivrtti significa vuelta o regreso, también, “cesar, suspensión, desaparición…, dejar, abstenerse, o desistir de… escapar de…cesar de realizar actos mundanos, inactividad, descanso [y] reposo”[2]; es un retorno a la Fuente. El Sendero de Retorno, por lo tanto, es un sendero de cesación, desaparición (de lo que previamente fue traído a la manifestación), abstención, desistir, inactividad (especialmente a lo que se refiere a actos mundanos), descanso y por sobre todas las cosas reflexión.

La idea de la cesación de las modificaciones se aplica tanto a nivel humano como cósmico. Todo lo que vemos alrededor nuestro, el universo entero, es una modificación de La Conciencia Pura, el Uno, o Brahman. Así es como el pensamiento Platónico, el pensamiento Hindú, y muchos sistemas de metafísica tradicional han visto al mundo. Al final de un ciclo de manifestación, un manvantara, todo es reabsorbido dentro del Uno. Similarmente, en el nivel humano, cada pensamiento es una modificación de la conciencia, o percepción. Retornamos a la Fuente cuando esas modificaciones llegan a su final (incluido todo lo que deseamos, todo a lo que estamos apegados). Y hasta cierto punto, nos mantenemos en esa Fuente cuando suspendemos el pensamiento y simplemente reflejamos lo que es.

¿Qué es la reflexión? No es pensar sobre algo retrospectivamente. Es más bien mirar sin juzgar, sin ningún movimiento que nos aparte de lo que esta ahí. Dicha percepción refleja con exactitud “lo que es” como lo hace un espejo pulido libre de polvo o un lago tranquilo en la montaña. Obviamente, cualquier movimiento sobre la superficie reflectiva de la conciencia distorsionará la imagen. Está en cada uno de nosotros el descubrir qué es el proceso de distorsión y qué es lo que significa reflejar claramente lo que es. Podemos hacerlo solos, y por extensión podemos hacerlo juntos, aquí es cuando las actividades tales como el diálogo se vuelven significativas. En un diálogo, los juicios son suspendidos, y todos los participantes prestan atención a lo que está delante y dentro de ellos. La reflexión puede revelar algo que deba ser dicho, o tal vez que nada necesita ser dicho. Pero, cualquiera sea el caso, debe ser reflexionado por todos los participantes. Ese, creo yo, debe ser el ideal. Cualquier tiempo dedicado a la tranquila reflexión merece la pena. Tenemos una expresión, “un cambio es tan agradable como un día festivo”: eso sin duda alguna se aplica a un cambio de enfoque. Y lo más relajante y rejuvenecedor del cambio de enfoque es el de la atención.

El Sendero de Ida, Pravrtti Marga, ha sido calificado (por Ananda Coomaraswamy) como el sendero de búsqueda y auto-afirmación. El Sendero de Retorno, Nivrtti Marga, es calificado como el que incrementa la auto-realización[3]. Esto es desde el punto de vista de los seres humanos; pero el cosmos in toto también se desenvuelve mediante una salida y un retorno en la forma de manifestación del universo y su eventual disolución, la involución del espíritu en la materia – lo que equivale a la creación de la materia – y la evolución, lo que en términos teosóficos es el futuro desenvolvimiento de los poderes latentes en la conciencia y, en etapas posteriores, el retorno al Uno.

En el comienzo, como HPB relata en La Doctrina Secreta, sólo La Oscuridad llenaba el Todo. Citando la adaptación de Coleridge del Himno a la Creación del Rig-Veda, ella escribió:

No existía algo, ni existía nada,

El resplandeciente cielo no existía;

Ni la inmensa bóveda celeste se extendía en lo alto.

¿Qué cubría todo? ¿Qué lo cobijaba? ¿Qué lo ocultaba?

¿Era el abismo insondable de las aguas?

No existía la muerte; pero nada había inmortal,

No existían límites entre el día y la noche

Solo el Uno respiraba inanimado y por Si,

Pues ningún otro que El jamás ha habido.

Reinaban las tinieblas, y todo el principio estaba velado.

En oscuridad profunda, un océano sin luz;

El germen hasta entonces oculto en la envoltura

Hace brotar una naturaleza del férvido calor[4].

 En esta breve sección del Himno a la Creación aparecen varias verdades metafísicas. Que HPB haya elegido este poema como la tónica de la Cosmogénesis es un testimonio de ella, y de sus maestros, para reconocer la importancia de este y otros textos similares en un tiempo en el que cualquier cosa que no fuera aceptada o por la ciencia materialista o por la Cristiandad dogmática era tratada con extrema sospecha ó incluso ridiculizada.

Es interesante destacar que en la última línea citada del poema, el mecanismo, la eficiente causa de la entrada repentina en la vida y su salida es el “férvido calor”. La palabra Sánscrita para calor es tap, de donde deriva tapas o austeridades, uno de los medios principales para lograr la unión descrita en los Yoga Sutras. El calor es el esfuerzo que ponemos en nuestras prácticas. Las prácticas espirituales generan calor en la forma de energía; y sin esta energía nada ocurre. Aún en el principio del tiempo y el espacio, hubo un férvido calor que produjo la germinación de la semilla durmiente en la oscuridad cósmica.

El Himno a la Creación también señala que más allá del Uno, que es el principio de Unidad, no ha habido nunca más que El, ni hay nada más ahora: “No ha habido nada más que Él desde que ha existido”.Visto desde un cierto punto de vista no hay nada más que el Uno sin segundo. A pesar de la existencia de Muchos, alrededor o dentro de ellos, siempre está el Uno. Esto sugiere que el principio de unidad no solo ha existido antes de los albores del tiempo, sino que existe en este momento también. La fuerte implicación, creo yo, es que podemos relacionarnos con este principio, o que ya estamos en constante relación con él pero ignoramos este hecho. Esa sería la posición de Ramana Maharshi, quien con frecuencia remarcaba que ya estamos auto-realizados, solo tenemos que deshacernos de la idea de que no lo estamos. Algunos que lo escucharon, u otros que lo han imitado diciendo lo mismo, parece que supusieron que para darse cuenta del estado de auto-realización o unión con el Uno, solo tenemos que reemplazar la idea de que no estamos realizados por otra idea: que estamos realizados. Naturalmente este no es el caso. La auto realización no es una cuestión de hipnosis, afirmaciones positivas o ilusiones. Debemos librarnos de las ideas que no son verdaderas, que no son sensatas, que son parciales (mediante el entendimiento del proceso del pensamiento) y por lo tanto no reemplazarlas con otras ideas. En los estados más avanzados del sendero, las ideas acerca de quienes somos y qué somos tienen poca utilidad. Las ideas son necesarias en las etapas en las cuales las identidades son construidas y también pueden ser de uso limitado en el desarrollo de nuestra fe sobre las verdades abstractas, antes de que las veamos por nosotros mismos; pero no en la etapa en la cual las ideas deben ser trascendidas y la Realidad percibida directamente.

La cosmología trata de entender el universo haciendo preguntas tales como: ¿Cómo y cuando comenzó el universo, de qué está hecho y cómo es?[5] La Doctrina Secreta de H.P.Blavatsky respondería estas preguntas diciendo que el universo se parece a un plano ilimitado (un principio sin límite, omnipresente, inmutable); no tuvo comienzo y no tendrá fin; y que comprende un proceso de movimiento eterno que consiste en un nacimiento y una muerte periódicas, de un flujo y reflujo, día y noche, yin y yang. Según H.P.B., la doctrina esotérica enseña que la esencia una, infinita y desconocida existe por toda la eternidad, y en una sucesión regular y armoniosa, es o pasiva o activa. En el comienzo del período activo, una expansión de esta esencia divina de dentro afuera sucede en obediencia de la ley eterna e inmutable, y el universo fenoménico o visible es su resultado final. Cuando la condición pasiva se reanuda, una contracción de la esencia divina tiene lugar, un retorno, y el trabajo previo de la creación es gradualmente y progresivamente deshecho. El universo visible se desintegra, su materia se dispersa; y la “oscuridad”, sola y solitaria, se cobija una vez mas en la faz del ‘abismo’[6].

¿Cómo ven otros el universo y dan respuestas a las preguntas básicas sobre cosmología?  En la tradición Musulmana-Judeo-Cristiana, el universo fue creado en un tiempo finito no hace mucho. Según el Libro del Génesis, esto sucedió alrededor del año 5000 A.C.[7] La mayoría de los filósofos griegos antiguos creían que la raza humana y el universo habían existido siempre y existirán por siempre. Luego en 1929, Edwin Hubble observó que, dondequiera que se mirara, las galaxias se alejaban de nosotros y por lo tanto el universo debía estar expandiéndose. El conjeturó que debió existir un tiempo en el que todos estos objetos debían estar juntos; de hecho, todo exactamente en el mismo lugar y al mismo tiempo. Ese momento es conocido como el Big Bang “cuando el universo era infinitesimalmente pequeño e infinitamente denso”.[8]

Aunque puede que generalmente sea asumido que el universo comenzó de esta manera, esta opinión no es indiscutible. Según el astrofísico Chandra Wickramasinghe:

Hay una muy pequeña evidencia concreta para demostrar que hace quince billones de años el universo comenzó con un Big Bang. Mas aún, existe un conjunto creciente de evidencias que sugiere que esta teoría es incorrecta. El universo puede actualmente estar en algún tipo de estado estabilizado.  [9]

La explicación del comienzo de la existencia del universo, como se plantea en La Doctrina Secreta, puede resolver este dilema con la idea de un ciclo de comienzos y finales interminables. Hay un estado estabilizado, pero el estado es un proceso eterno de manifestación y disolución. La teoría del Big Bang puede describir un evento, el cual no fue el principio del universo, sino el despertar del universo, un despertar que se producirá una y otra vez. Entender la vida como un proceso, de esta manera, nos permite decir que el mismo proceso que está teniendo lugar en el universo también se está llevando a cabo en el ser humano. Cada uno de nosotros ha emergido de un estado de Unidad. Luego nos vemos sumergidos en la realidad material, construyendo un fuerte sentido de identidad personal, y finalmente nos fusionamos con la realidad universal.

Esta ida y retorno fue expresada por Henri Bergson en Evolución Creativa donde escribió:

 Así como el más pequeño grano de polvo esta confinado a todo nuestro sistema solar el que esta haciendo arrastrado por aquel indivisible movimiento de descenso que es la materialidad por si misma, así también todos los seres organizados, desde el más humilde hasta el más elevado, desde el comienzo de la vida hasta el tiempo en el que ahora estamos...y esto no hace más que dar evidencia de una simple impulsión, el movimiento inverso de la materia, el que es indivisible.[10]

 El sendero de Ida es a veces descrito como el descenso del espíritu en la materia, que realmente es la creación de la realidad material. También puede ser pensado como el desplegamiento gradual de la Conciencia Pura. En la Conciencia Pura no hay movimiento, no hay modificaciones. Si sólo hubiera Pura Conciencia no podríamos estar aquí, ni existirían las condiciones necesarias para nuestra existencia. Todo lo que vemos, todo lo que somos (por lo menos en la superficie) es una serie de modificaciones en la conciencia. ¿Significa esto que la Conciencia Pura es irrelevante para nosotros, como seres humanos encarnados? ¿Significa esto que nuestro destino sólo puede ser alcanzado en las modificaciones de la conciencia o los movimientos del pensamiento? Por el contrario, hay mucha evidencia en las tradiciones espirituales que sugieren que el destino del ser humano, que el florecimiento del ser humano, es reflejar concientemente la naturaleza de la conciencia pura. El cerebro es como una esponja absorbiendo toda información alrededor nuestro. Probablemente no seamos concientes ni de una décima parte de lo que nuestro cerebro ha guardado y de lo que está grabando en este mismo momento. El cerebro es una manifestación del plano físico, un símbolo o un ícono, de la naturaleza de la conciencia. Mientras menos apegados estemos a nuestra personalidad, más concientes podemos estar de la naturaleza del Ser universal, que es infinito. Es entonces, probablemente, cuando nos damos cuenta de nuestro completo potencial como seres humanos. En un cierto punto en el cual podemos reflexionar sobre el Plan Divino, el cual es en realidad la manera en que las cosas son, la Salida y el Regreso, en ese momento surge dentro del ser humano una insatisfacción con el transitorio mundo de los sentidos. La manera en que este tema es introducido en el Yoga-vazsishtha es instructiva. Se nos dice que cuando Rama, gobernante de todos los reinos de la Tierra, tenía solo dieciséis años de edad, vairagya o el desapego llegó a él. El no trató de obtenerlo, sino que le llegó. Esto es lo que dice:

 …sobre Rama, a la temprana edad de dieciséis años, apareció Vairagya, agotamiento de las fuerzas externas principales del Deseo y repugnancia al apego de todas las cosas que perecen. Escuchó la llamada de lo Eterno de cuya presencia se había alejado[11].

 Desde que la reflexión surgió dentro de él, Rama cesó de tener placer en las cosas transitorias de la vida. Luego inquirió al Rishi Visvamitra una serie de preguntas acerca de su estado mental. Una de ellas parece concernir al problema del pensamiento:

 Esta Mente que nos hace tan esclavos y nos lanza incesantemente de un lugar a otro, sin descansar ni un solo momento en el corazón – No tengo el deseo de servir más a este tirano, y aún no sé como someter su fuerza gigantesca.

Sería más fácil beber el océano, más fácil arrancar todo el Monte Meru desde sus raíces, más fácil comer las llamas del fuego, que contener a la mente.[12]

Los Rishis Visvamitra y Vasishtha luego explicaron a Rama que hay relativamente pocas personas que cuestionan la vida tan profundamente, que “tratan de tomar en cuenta que es lo que ha sido antes y que es lo que vendrá después”[13]. Y le dijeron que estuviera contento con este estado de confusión, el estado de amargura-dulzura de la ausencia de deseo y del discernimiento: porque sin estos dos, viveka y vairagya, nunca podrá obtener…..la iluminación y el descanso”.

De esta y otras enseñanzas similares, ha surgido la idea de que viveka y vairagya, discriminación y ausencia de deseo, son dos de las primeras y principales condiciones o requisitos en el sendero de Liberación. Las otras dos son buena conducta y mumukshutva, que es el irresistible deseo por alcanzar la Liberación. Pero debe indicarse que la falta de deseo debe venir a nosotros de manera natural: no puede ser forzada o adquirida. Pero cuando surge, es entonces cuando el sendero de Retorno realmente comienza. La implicación de más adelante en la Yoga Vasishta, es que viveka y vairagya son las que calman a la mente y provocan el apaciguamiento del pensamiento. De nuevo, esto pasa naturalmente. La mente está en calma cuando no desea continuamente salir al mundo de los sentidos; la mente está en calma cuando no desea adquirir cosas transitorias. Entonces no necesita ser subyugada.

Los Rishis explicaron a Rama que hay dos clases de vayragya o ausencia de deseo, el limitado y el ilimitado. El vairagya limitado nace de una causa especial: un dolor que produce aversión a lo que ha sido la causa de dicho dolor. Pero el vairagya de Rama era de la clase ilimitada, no fue causado por ningún dolor específico tales como la pobreza o la enfermedad. Mas aún:

Nació de la visión interna que produce discernimiento entre lo transitorio y lo eterno, y con la que se comprende que lo transitorio, que tiene un final, no obstante lo prolongado que pueda ser, no puede ser separado de su partida y de su dolor.[14]

Rama comenzó a anhelar lo Infinito, la inmensidad, que es la fuente del ser. Y, como Buda, se dio cuenta que:

Funciones elevadas, lugares y poderes grandiosos, mundos gloriosos, vidas inalcanzables en el espacio y de larga duración, son todavía mucho mas pequeños que el Infinito y el Supremo en su nivel más bajo, mezquino, pobre, pequeño y más efímero; esa mera suma de lo finito con lo finito no resultará en lo Infinito; solo lo Interno es lo Interno y lo Infinito, siempre presente y siempre disponible si solo dirigiéramos nuestra mirada hacia Ello; lo Externo es siempre solo lo Externo…y solamente el Conocimiento de lo Interno y lo Infinito puede traer satisfacción.[15]

Puede ser interesante ver que la vida individual refleja en el microcosmos el ciclo de vida cósmica. Hay una separación de la unión con la madre, desde el estado de paz y totalidad, sentido (evidentemente) en el útero, seguido por el desarrollo de una fuerte identidad personal (en el individuo bien equilibrado). Finalmente, si todo va bien, el ser humano desarrolla por igual un fuerte sentido de la responsabilidad social, una habilidad para dar de sí mismo y de participar completamente en los varios aspectos de la vida, lo cual depende de la capacidad de interactuar con otros con espíritu de cooperación, diálogo y trabajo en equipo. [16]

El sendero de Retorno es chitta-vrttinirodha. En el sendero de Ida tomamos, acumulamos, afirmamos y construimos (una identidad). En el de Retorno damos, dejamos ir, nos despojamos, negamos y destruimos. El camino hacia arriba es el mismo que el camino hacia abajo, solo que es un proceso inverso. Esto se aplica al ser humano y al cosmos mismo. En el camino hacia abajo la actividad predomina: en el camino hacia arriba la reflexión es el tema predominante. ¿Cómo se refleja el cosmos sobre sí mismo? Tal vez mediante la conciencia y el desarrollo de su potencial total en el ser humano.



Referencias:

[1] Apte, Vasudeo Govind, The Concise Sanskrit-English Dictionary, Delhi: Motilal Banarsidass,

193312000, p. 214.

[2] Monier-Williams, M., A Sanskrit-English Dictionary, Delhi: Motilal Banarsidass, 189912002, p. 560.

[3] Wilber, Ken, The Atman Project: A Transpersonal View of Human Development, Wheaton,

Illinois: TPH, 1980, p. 3-4.

[4] Blavatsky, H.P., The Secret Doctrine: The Synthesis of Science, Religion and Philosophy, Vol. 1 -

Cosmogenesis, London: The Theosophical Publishing Company, 188811977, p. 26.

[5] Wickramasinghe, Chandra and Daisaku Ikeda, Space and Eterna1 Life, London and Chicago:

Joumeyman Press, 1998, p. 17.

[6] Blavatsky, op.cit., p. 3-4.

[7] Hawking, Stephen W., A Brief History of Time: From the Big Bang to Black Holes, London and

New York: Bantam Books, 1988.

[8] ibid.

[9] Wickramasinghe and Ikeda, op.cit., p. 17.

[10] Bergson, Creative Evolution, cited in Lovejoy, Arthur O., The Reason, the Understanding and

Time, Baltimore: The Johns Hopkins Press, 1961, p. 175.

[11] Bhagavan Das, Mystic Experiences: Tales of Yoga and Vedanta from the Yogavasishtha

(With notes by Dr Annie Besant), Varanasi: The Indian Bookshop, The Theosophical Society,

192711988, p. 1.

[12] ibid., p. 6.

[13] ibid., p. 17.

[14] ibid., p. 31-2.

[15] ibid.. p. 33.

[16] Wilber, Ken, The Atman Project: A Transpersonal View of Human Development, Wheaton,

Illinois: The Theosophical Publishing House, 1980, p. 100.