viernes, 22 de mayo de 2009

Folleto Teosófico


Una Visión Invertida

Radha Burnier

Los principales problemas de la humanidad son los que parecen no tener solución, como las interminables guerras y conflictos, y las desigualdades artificiales que se encuentran en todas las sociedades, y que separan al esclavo y al amo, a los ricos y a los pobres, a los inteligentes y a los tontos. ¿Acaso no hay soluciones o es que se hace un mal planteamiento? El Bhagavadgita dice que el árbol de la vida tiene las raíces arriba y las ramas debajo, ¡aparentemente al revés! Dicen que el ojo físico produce una imagen invertida de los objetos con los que entra en contacto, pero la mente está preparada para girar la imagen. Tal vez el ojo mental también refleja al revés el objeto de su enfoque, pero no ha aprendido a rectificar su percepción y a sacar una conclusión lógica de sus conceptos incoherentes. Con la metáfora anterior, el Gitâ sugiere que todas las cosas vivas tienen que desear nutrirse en los planos superiores del Espíritu, pero la mayor parte de la humanidad intenta desespera-damente alimentarse con la “sabiduría mundana”. Esto significa mirar atrás, conside-rando la experiencia y las ideas anteriores, y repetir o modificar ligeramente lo viejo, creyendo haber encontrado una solución nueva y maravillosa, como pasó con el concepto imperialista y el comunista de un orden mundial, que no son más que un refrito de aquella idea antigua y rancia según la cual la violencia y la fuerza pueden salvar a la humanidad. También los ideólogos religiosos practican esa misma teoría, pero obviamente ninguno de ellos beneficia realmente a los demás; por otra parte, han sido los causantes de enormes desgracias. Si queremos considerar los proble-mas de manera diferente, tal vez deberíamos dejar de mirarnos como seres perte-necientes “a la tierra, terrenales”. ¿No fue San Pablo quien dijo (Epístola a los Ro-manos, 12:2) “No os adaptéis a este mundo; transformaos con la renovación de vuestra mente”? Como nuestra vida tiene su raíz en el reino del espíritu, que es una unidad armónica y creadora, es sólo cuando se aplica este principio a los asuntos mundanos que puede empezarse de nuevo y establecer un cielo en la tierra. Los intereses nacionales, el uso de la fuerza y la creación de imperios económicos y de riqueza personal, la educación que se les da a los jóvenes para que sobresalgan en su promoción individual, etc., son conceptos que conducen a la decadencia, porque forman parte de la sabiduría mundana; mientras que la comprensión total, la práctica y la enseñanza de la fraternidad universal es una manera de obtener el alimento espiritual y de rectificar nuestra visión invertida. PAZ