martes, 23 de febrero de 2016

EL CAMINO DEL DESAPEGO


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                                                                     Radha Burnier
Nos apegamos a las cosas que conocemos; sin embargo solo se puede adentrar el campo de lo desconocido cuando lo conocido deja de existir” Una de las más importantes enseñanzas budistas habla al respecto de la impermanencia. El libro “Luz en el Sendero” también hace referencia a la “senda verdadera”, que el ser humano puede trillar cuando deja atrás el apego. Esto significa desprenderse de cada pensamiento, sentimiento, preferencia hasta que la mente esté completamente libre. Nosotros nos apegamos a las cosas que conocemos; no obstante, solo se puede adentrar en el campo de lo desconocido cuando lo conocido deja de existir.

 Lo desconocido es, evidentemente, aquello sobre lo que no tenemos ninguna idea. Entonces, nos aferramos a algo o a alguien en la esperanza de que sean los substitutos para ello. Pueden ser miembros de la familia o amigos con los que tenemos una íntima relación. En cierta parte de nuestro cerebro, sabemos que es por eso por lo que continúa el luto por personas que ya no existen. Ese apego es una de las más serias enfermedades a afrontar por los seres humanos, y se pasan encarnaciones antes que el desapego sea tan siquiera considerado como una virtud.

Se cuenta que Krishnamurti estaba muy apegado a su hermano. La doctora Annie Besant era como una madre para él, mas también tenía un hermano más joven, que debía de auxiliarle en su obra. El hermano murió en California, cuando Krishnamurti ni siquiera estaba presente. Durante varias noches tuvo que luchar con el hecho y consigo mismo. Salió del luto como una persona nueva, pues entendió toda la cuestión del apego. El hecho de que Krishnamurti pareciera de no precisar de compañía era una de las características desconcertantes a su respecto. Esto le puede suceder a cualquiera de nosotros; sin embargo no queremos soltar los apegos. Los seres humanos creen que es difícil de aceptar la realidad de la impermanencia. Nada es permanente en este mundo. Cuando llegamos a esta conclusión – de que todo es perecedero -, preguntamos: ¿Habrá algún “yo” que trascienda esa regla?

Cambios constantes

Un rio comienza como un pequeño arroyo y se torna caudaloso. En verdad, el agua que se vio hace un minuto se fue lejos y nueva agua llegó. Así, el rio es siempre diferente; no hay nada a lo que podamos llamar “el rio”. Eso es algo a ser considerado. No es el mismo rio que pudimos ver ayer o anteayer; el agua fluyó hacia el océano. No obstante, aún es un rio, aunque el agua no sea la misma. Es casi una paradoja – un problema que la mente humana no consigue asimilar, porque es intangible. El famoso instructor budista Thitch Nhat Hanh dice que, como constantemente suceden cambios en todo, debemos intentar comprender, a través de la meditación, que el cambio es para bien.

Impermanencia no es miseria; no obstante, no nos gusta el afrontarla.
La vida está continuamente moviéndose, mas nos gustaría ver los cambios en algunas cosas, como por ejemplo, en los granos de mijo. Eso lleva algún tiempo, mas el tiempo es un tipo de ilusión que experimentamos.

El grano que es plantado crece y se torna mijo. Si no ocurriese el cambio, el grano no se tornaría planta y no tendría utilidad. El crecimiento torna posible la existencia del mijo, para que le disfrutemos, y para que el nuevo mijo crezca. Así precisamos aprender a aceptar el cambio constante, mas nuestra mente es de tal naturaleza que no consigue lidiar con ello. Ese es el comienzo del dolor.
Los niños permanecen felices incluso en circunstancias difíciles. Saltan, se distraen con cualquier cosa que haya en su entorno y continúan siendo felices. La cuestión de aceptar o no los cambios no se presentan en el caso de las criaturas, porque para ellas la vida es una diversión; cuando el juguete deja de ser interesante, simplemente lo abandonan para hacer otra cosa. Así, casi como un niño podemos abandonar algo divertido o bello. Mas no conseguimos hacerlo cuando la cosa permanece en la memoria; queremos experimentar lo mismo repetidamente, tal vez con algún pequeño cambio que nos agrade. Por tanto, el sentimiento del “yo” es creado por una actitud que rechaza el aceptar lo que no puede ser eterno.

Ninguno de nosotros es el tipo de individuo independiente que pensamos ser. Forma parte del ego el imaginarse un individuo fuerte (si es posible, más fuerte que cualquier otro). Mas si investigamos en profundidad, descubriremos que, cualquier otra persona, somos dependientes de muchas cosas diferentes para nuestra existencia, y que es engañoso el concepto de una entidad permanentemente independiente.

Es útil no tan solo pensar, sino meditar al respecto de esto. ¿No será de una corta duración este cuerpo, esta situación en la cual nos encontramos? Podemos vivir durante cien años, ¿mas qué son cien años en la historia? Nada. Así, las preguntas que tenemos que hacer son: ¿Qué es lo que vive realmente? ¿Qué es el sentimiento del ego que surge en nosotros? Debemos responder a esa pregunta por nosotros mismos. Ciertamente existen filosofías que afirman que existe un Atman (espíritu Universal) permanente, la raíz de todo lo que existe.

Aunque sea así, tenemos que entender al pequeño yo y las muchas cosas que experimentamos como ilusión.

miércoles, 17 de febrero de 2016

CORONEL OLCOTT, UN HOMBRE SUPERIOR




 Radha  Burnier
 
El Coronel Henry Steel Olcott fue indudablemente una persona que estaba muy por encima de la mayoría.  Tuvo gran éxito en muchos campos porque dondequiera que vivió y trabajó manifestó cualidades de corazón y mente que lo hicieron digno de ser llamado un ‘hombre superior’, un término que usó Confucio.

Cuando era joven  ganó fama al establecer una granja modelo para agricultura científica, y poco después una escuela piloto de agricultura donde se dio entrenamiento sistemático.  A los veintitrés años de edad, le fue ofrecido por el Gobierno de Grecia el cargo de Director de Agricultura Científica en Atenas, cargo que no aceptó.  Poco después le ofrecieron la Dirección de la Oficina de Agricultura en Washington, D.C., el cual también declinó.  Su notable éxito temprano se debió a su iniciativa, energía, y dedicación al bienestar de la humanidad.  Lo que hizo no fue por el deseo de descollar o hacer dinero; un espíritu puro de altruismo animó sus acciones.

 Annie Besant habría de escribir más tarde que la experiencia y cualidades que él adquirió en estas actividades civiles, lo prepararon para el trabajo que iba a hacer después, con el objeto de inspirar a numerosas personas a sostener el ideal de fraternidad universal sin distinción alguna de raza, religión, casta, etc., como también el trabajo de la Sociedad Teosófica.  Una y otra vez declinó prestigiosas y lucrativas ofertas con el objeto de hacer lo que era más digno desde un punto de vista más elevado.  No describiremos aquí en detalle el papel que jugó para erradicar la corrupción en el Ejercito de los Estados Unidos, o cómo ganó una reputación como periodista, primero como corresponsal agrario, y más tarde como periodista investigador, trabajando para prestigiosos periódicos como el New York Tribune, el New York Sun, y el New York Graphic.

Su vida fue un ejemplo de cómo la llamadas actividades mundanas, cuando están imbuidas de las rectas cualidades, pueden hacer a una persona elegible para conducir el mundo hacia un progreso moral y espiritual.  Él fue Presidente de la Sociedad Teosófica desde su fundación en 1875 hasta su muerte en 1907.  Pero no fue ningún funcionario nominal; fue un líder en el mejor sentido del término.  Ser la cabeza de una organización dedicada a la fraternidad y la paz mundial entre los pueblos de la tierra, requiere no sólo de capacidades ordinarias para los negocios, sino de una profunda comprensión, desde un punto de vista espiritual, de la psicología y de las necesidades humanas ― y él las tenía. 
 
Siendo  periodista, encontró a la señora H. P. Blavatsky en un lugar donde estaban ocurriendo importantes fenómenos espirituales; allí empezó a arder toda una faceta de su personalidad que lo llevó cerca de varios Mahatmas Orientales.  Blavatsky enseñó la Sabiduría Antigua en una forma necesaria para el mundo de esa época, particularmente para el mundo occidental.  Pero fue debido a Olcott y a su enorme poder de presentar y difundir la Enseñanza de Sabiduría, que incontables personas de todo el mundo fueron influidas, y aún están siendo influidas, en cambiar su modo de vivir. 

El Coronel Olcott supo cómo crear un sistema constitucional para la Sociedad Teosófica que era completamente adaptado para sus propósitos y carácter.  La Constitución concebida por él ha probado su valía y es testimonio de su previsión por un siglo y cuarto.  Combina todas las medidas necesarias para que los miembros individuales tengan libertad en la búsqueda de la verdad y en la aplicación de rectos principios en sus vidas, y, al mismo tiempo, para promover una actitud de cooperación, tolerancia mutua, y solidaridad para llevar a cabo el trabajo por el bienestar de todos los humanos como también por el de las criaturas a quienes los teósofos consideran generalmente como ‘hermanos menores’.  Muy raramente una organización enfatiza la necesidad de una relación entre gente altruista con propósitos comunes, en la cual hay a la vez libertad individual y un fuerte sentido de unidad.  Unidad sin conformidad ciega es una característica principal de la Sociedad Teosófica. 

El dinamismo de Olcott afectó profundamente la mente asiática cuando estuvo en peligro de hundirse en un estado de pasividad y conformidad bajo una autoridad forzosa que no toleraba un espíritu de investigación y examen.  Nueva energía fue infundida en el Budista, el Hinduista, el Mazdeísta, y otras personas con quienes él se ponía en contacto y a quienes se dirigía.  El argumento del Gobierno Británico de entonces de que los Fundadores de la Sociedad eran espías (particularmente la señora Blavatsky) fue una reacción al enorme éxito que ellos tenían, como un equipo, en agitar la conciencia dormida de gentes subyugadas. 

El Coronel Olcott fue un hombre de absoluta gran integridad y rectitud.  Esto le permitió encausar en nombre del Gobierno de los Estados Unidos, incluso a personas de importancia que estaban envueltas en prácticas corruptas en el suministro de materiales, etc., para el Ejército y la Armada de los Estados Unidos.  Su obra Hojas de un Viejo Diario  contiene un relato muy gracioso de la visita del Coronel a Jammu  a Kashmir, a donde había sido invitado por el mismo Maharajá.  Uno de los oficiales del Estado fue enviado a Lahore, que ahora está en Paquistán, con el objeto de escoltarlo.  

La costumbre del Maharajá era obsequiar dinero y costosos vestidos a sus visitantes, pero el Coronel rehusó desviarse de sus principios y dijo que no podía aceptar una sola rupia.  Largos argumentos y despacho de telegramas no facilitaron un acuerdo, hasta que se decidió que los regalos serían recibidos por Olcott sólo en su condición oficial de Presidente de la Sociedad Teosófica y que los recibía para ella.  El Coronel pone en claro en su Diario que, como Presidente de la Sociedad, estaba ‘listo a aceptar cualquier regalo, por grande que fuera, siempre que no implicara ningún daño para nadie’.  Después de acordar amigablemente este asunto, el Coronel disfrutó la espléndida hospitalidad del Maharajá, cabalgando sobre elefantes reales, alojado lujosamente, y atendido por un ejército de sirvientes.  Muchos otros incidentes menos divertidos acerca de la probidad estricta del Coronel pueden encontrarse en las narraciones históricas del progreso de la Sociedad, en las Hojas de un Viejo Diario.

Lo anterior no daría la impresión de una formidable personalidad.  Olcott fue una persona jovial, amable y amistosa con todo mundo.  C. W. Leadbeater y A. J. Cooper-Oakley en 1885 eran jóvenes trabajadores en la Oficina Central en Adyar.  A pesar de la pesada carga de trabajo que tenía Olcott, siempre encontraba tiempo para estos jóvenes, alentándolos y aconsejándolos en sus labores.  Olcott tenía su modo especial de colectar donaciones.  Después de la Convención Teosófica anual en Adyar, que era gratis para los delegados en esos días, él podía crear un divertidísimo entusiasmo por la forma en que llamaba a la gente para que donara lo que pudiera.  Después de que puso en marcha la Olcott Memorial School, hubo algunos muchachos que aprendieron lo bastante para convertirse a su turno en maestros, ¡y el Presidente de la S.T. algunas veces los entretenía flotando en el río Adyar con un cigarro en la boca y un periódico en sus manos!


Nosotros no podemos hacer nada mejor en ocasión del centenario de la partida de Olcott para los mundos superiores, que sacrificar propósitos y ambiciones personales y hacer de la fraternidad universal una realidad viviente, y también abrir el camino para que las genuinas enseñanzas espirituales arraiguen en los corazones de hombres y mujeres en todo lugar de la tierra.

viernes, 12 de febrero de 2016

CUALIDADES PARA NUESTRO TRABAJO



N. Sri Ram

   Cualquiera que trate de ayudar a la gente a obtener una comprensión más profunda y verdadera de las cosas, debe él mismo hasta cierto punto, estar por encima de las trivialidades de la vida ordinaria en la cual mucho de nosotros gastamos mucho de nuestro tiempo y energía. Esto no significa que no debamos tener en cuenta las pequeñas cosas de la vida. Incluso las pequeñas cosas pueden ser de gran importancia en la vida de una gran persona y las cosas de real importancia para nosotros pueden tornarse triviales si las tratamos como si no tuvieran trascendencia. Los valores de todas las cosas dependen, en última instancia, del espíritu con que se manifiestan.

   Una de las cualidades requeridas para un trabajador es cierta honestidad y seriedad de propósito que no le permitan desperdiciar su tiempo, su pensamiento, su interés en temas que no sean de importancia, o en formas que no le ayuden ni a él, ni a otros. Ser serio de propósito no significa, sin embargo, que debamos ser totalmente solemnes, y eliminar cualquier sentido del humor que podamos poseer. Podemos ser solemnes y aún así ver el lado humorístico de las cosas. Cuando uno ve las cosas en la perspectiva correcta, cualquier cosa que no encuadre en ellas se torna incongruente, y esta incongruencia o desproporción puede ser expuesta en un comentario humorístico. Tener sentido del humor es tener sentido de la proporción, de valores relativos y de la oportunidad. Se ha dicho que nadie puede ir muy lejos en el sendero espiritual sin tener sentido del humor. Lo que se requiere es el equilibrio que proviene de la capacidad de mantenerse desapegados, y que no desaparece fácilmente. A pesar de ser alegres, es necesario no perder nuestro profundo propósito y, este propósito es hacer todo lo que sea posible para ayudar a nuestros hermanos a redimirlos de una condición de ignorancia y de todas las ilusiones que causan infelicidad.

   No es posible, simplemente mediante el empleo de grandes recursos producir el milagro de cambiar todas las personas del mundo, de lo que son, a algo enteramente diferente. Si pagáramos una suma lo suficientemente grande de dinero podríamos atraer a muchos graduados que hayan hecho exámenes brillantes, pero no creo que el trabajo Teosófico podría progresar de esta forma. La calidad de la Sabiduría tiene que estar en el corazón del individuo antes que se la pueda comunicar a otros. La Teosofía no es una ciencia que se pueda estudiar como una guía de ferrocarriles y luego repartirla para beneficio de otros. La verdad tiene que venir a través de la propia experiencia o de la realización interna; uno debe como mínimo hablar desde la más sincera convicción interna. Es perfectamente legítimo citar a alguien y decir: “Aprendemos de tal o cual.” Pero para influir sobre otras personas tiene que existir el toque de un sentimiento de primera mano.

Si usted le da su propia respuesta a una gran verdad, tal respuesta es propia y de ninguna otra persona y, es por eso que aunque la verdad puede haber sido expresada por otras personas en diferentes formas, cuando hable de ella usted le dará a esa explicación algo de su propia cualidad, sus sentimientos, su corazón y emociones, las cuales tienen su propio valor. Uno tiene que tener fe en aquello de lo que habla: no fe ciega.  Si hay una creencia que es diferente a su propia experiencia, simplemente crea un conflicto interno; la creencia lo lleva hacia una dirección, mientras que la propia experiencia sobre las cosas y el contacto con otras personas lo han moldeado de forma diferente. Pero si un individuo tiene una percepción que no es producto de cualquier motivo de gratificación o temor, no es el producto de reacciones previas, entonces es independiente, y tenemos que denominarlo conocimiento a través de la fe o conocimiento intuitivo. Hay ciertas verdades que sólo se pueden conocer por medio de nuestro ser interno.

       Esté totalmente consciente de la verdadera imagen del Hombre:

El hombre es espíritu.
El hombre es vida.
El hombre es inmortal.
 Dios es la fuente de luz del hombre.
Y el hombre es la luz que vino de Dios.
No existe la fuente de la luz sin la luz,
Ni tampoco luz sin una fuente de luz.
 Así como la luz y su fuente de luz son una misma,
Así el hombre y Dios son uno.
 Dios es Espíritu; por lo tanto, el hombre es también espíritu.
Dios es Amor; por lo tanto, el hombre es también amor.
Dios es Sabiduría; por lo tanto, el hombre también es sabiduría.
El Espíritu no es material en naturaleza;
El Amor no es material en naturaleza;
La Sabiduría no es material en naturaleza;

 Por lo tanto, el hombre, que es espíritu, amor y sabiduría no está de ninguna forma relacionado con la materia.

                                                                                                                 
PENSAMIENTO
La multiplicidad de creencias religiosas sería una ventaja, no una ofensa a la religión, si las religiones fueran una hermandad en vez de un campo de batalla. Porque cada religión tiene alguna peculiaridad propia, algo que dar al mundo que las otras no pueden dar. Cada religión pronuncia una letra del Gran Nombre de Dios, el Uno sin segundo, y ese Nombre sólo será articulado cuando cada religión entone la letra que se le dio para expresar, en melodiosa armonía con el resto. Dios es tan grande, tan ilimitado, que ningún cerebro de hombre por más grande que sea, ninguna religión por más perfecta, puede expresar su infinita perfección. Necesita un universo en su totalidad para reflejarlo, más aún, incontables universos no pueden agotarlo.  (Annie Besant)

lunes, 8 de febrero de 2016

Los Yoga-sutra-s de Patañjali y las Nobles Verdades de Buda


 

RAVI RAVINDRA

 El Dr. Ravi Ravindra fue Profesor en la Universidad de Dalhousie en Canadá. Es autor de varios libros, incluyendo Yoga y las Enseñanzas de Krishna.

   El Buda fue un gran yogui con poderes sutiles, naturales (a menudo llamados erróneamente “supernaturales”); y Patañjali era un buddha, un ser despierto. Las enseñanzas que resultaron de sus percepciones tuvieron una enorme influencia en el mundo. ¿Existe un paralelo entre los Yoga-sutra-s (YS) de Patañjali y las reconocidas Cuatro Nobles Verdades de Buda? Ya que ambas se ocupan de hacer diagnósticos de la situación humana fundamental, y el modo de superar el sufrimiento y el cautiverio, sería llamativo que no tuvieran muchas cosas en común. Y si ciertamente descubrimos puntos de vista y metáforas diferentes, nuestra comprensión de ambos es posible que mejore. En el material que doy a continuación, mencionaré cada Noble Verdad acompañada de las enseñanzas relevantes de Patañjali en los Yoga-sutra-s. Cada Noble Verdad se menciona como se encuentra en el Samyutta Nikâya, V.421 ff., que constituye una parte del primer sermón dado por el Buda en Sarnath después de su iluminación.

 La Noble Verdad de Duhkha (Sufrimiento)

   El Buda dijo: “El nacimiento es aflicción, la edad es aflicción, la enfermedad es aflicción, la muerte es aflicción; el contacto con lo desagradable es aflicción, la separación de lo agradable es aflicción, es decir, los cinco componentes (khandha-s) de la individualidad son aflicción.” Los cinco componentes mencionados aquí son: forma (rupa), sensación (vedana), percepciones (sanna), disposición psíquica (samkhâra) y conciencia (vinnâna), y una combinación de estos componentes es lo que constituye una individualidad humana, la característica preeminente de la transitoriedad.

   La enseñanza del Buda comienza con el reconocimiento de duhkha (sufrimiento) como un hecho fundamental en la existencia humana. El significado original de la palabra duhkha se basa en el sonido que produce una rueda que gira sobre un eje que no está correctamente centrado. En los seres humanos duhkha transmite un sentido de sufrimiento que surge de la falta de una relación perfecta de nuestra comprensión con la realidad. Por lo tanto, no aceptar la verdad de nuestra transitoriedad y no vivir de acuerdo con ella como lo hacemos cuando deseamos continuar cualquier estado de existencia, o la existencia misma, inevitablemente conduce al sufrimiento, simplemente porque no está de acuerdo con la realidad.

   Una de las klesa-s (obstáculos) enumerados por Patañjali es abhinivesa y el YS, II.9 afirma:

 Abhinivesa es la tendencia automática hacia la continuidad, agobia incluso al sabio.[1]

   Aunque a veces abhinivesa se traduce como “deseo de vivir”, es más exacto “deseo de continuar”, o “deseo de mantener el status quo”. Abhinivesa es lo que técnicamente se llama “inercia” en física, como en la Primera Ley de Movimiento de Newton (también llamada la Ley de Inercia) según la cual un cuerpo continúa en un estado de reposo o de movimiento en una línea recta excepto que lo afecte una fuerza externa. Abhinivesa es un deseo de continuidad de cualquier estado y cualquier situación porque se conoce. Le tememos a lo desconocido y por lo tanto le tememos al cambio que puede conducir a lo desconocido. Por cierto, este temor es a interrumpir lo conocido, porque lo desconocido, si es verdaderamente desconocido, no puede producir miedo o placer.

   YS, II.15 dice que para una mente que discierne todo es sufrimiento debido al dolor que causa el cambio (parinâma), al sufrimiento producido por un condicionamiento profundamente arraigado (sanskâra) de la psique, y a la infelicidad generada por la oposición entre las fluctuaciones de la mente (vrtti) y el contorno de la realidad (guna-s).

 Para quien discierne, todo es aflicción, que resulta de la falta de relación entre lo que realmente es y lo que se piensa, y debido al sufrimiento inherente en el cambio, en el dolor y en condicionamientos pasados.

   Debido a las consecuencias de la fuerza de abhinivesa (ver II.9) - la klesa que nos produce el deseo de continuar en el estado que conocemos - sufrimos cuando existe una posibilidad de cambio. Pero el cambio es constante. El universo es dinámico, constantemente sujeto a la fuerza del tiempo: nos movemos de un lugar a otro, vemos el cambio de las estaciones y el movimiento de los planetas, envejecemos, morimos. Incluso aunque exista el placer, la impermanencia misma del placer conduce al sufrimiento. Hay casos de dolor y de consecuencias penosas de experiencias pasadas que están arraigadas en todas las klesas-s. Por lo tanto, para quien discierne, duhkha es una característica dominante de la vida.

 La Noble Verdad del surgimiento de Duhkha:

   “Esta es la noble verdad del surgimiento de la aflicción”, dijo el buda. “Surge del ansia (tanhâ) que conduce al renacimiento, que trae deleite y pasión, y busca placer ahora aquí y luego allí, el ansia de placer sensual, de una vida que continúa, de poder.” Este tanhâ, por supuesto, no es la causa fundamental o la única causa de duhkha, como lo sabemos de la serie conocida como “origen condicionado” (paticca-samuppâda). Aunque tanhâ es la causa inmediata discernible del sufrimiento, existe una serie de causas interdependientes que se originan en la ignorancia (avijjâ) como la causa fundamental. Según Patañjali, YS, klesa-s II.3-4, las causas del sufrimiento son cinco: desconocimiento de la Realidad (avidyâ), egoísmo o el sentido de un yo separado (asmitâ), apego al placer (râga), aversión al dolor (dvesha) y apego al status quo (abhinivesa). Y de estas cinco klesa-s, avidyâ (avijjâ en Pâli) es la fundamental porque todas las demás surgen de ella.

   Los sutra-s, YS, II.3-4 son:

 Las klesas-s son: Desconocimiento de la Realidad (avidyâ), sentido de un yo separado (asmitâ), atracción (râga), repulsión (dvesha), y apego al status quo (abhinivesa).

   y

 Avidyâ es la causa de todas las demás, ya estén dormidas, atenuadas, intermitentes o totalmente activas.

   Para el Buda, las causas del sufrimiento son muchas pero el énfasis aquí se da a tanhâ, deseo egoísta o simplemente egoísmo. Para Patañjali también hay varias fuentes de sufrimiento, pero más que tanhâ, enfatiza la falta de relación entre el modo en que realmente es, determinado por la interacción de las guna-s, las fuerzas y componentes de Prakrti, y lo que la mente piensa y espera, modelado por las vrtti-s. La brecha entre la realidad y el pensamiento conduce a la aflicción. En nuestra vida esta brecha se manifiesta más en nuestras expectativas de nosotros mismos y de otras personas y nuestra experiencia real.

   Para los filósofos existencialistas que asumen que la mente es el conocedor de la realidad, el reconocimiento del hecho de que la realidad no se corresponde con el pensamiento llevó a la conclusión de que el universo es absurdo. Esta suposición es negada fuertemente por toda la filosofía inda, y en cualquier caso por el Buda y por Patañjali para quienes la mente es sólo un instrumento de conocimiento. El verdadero conocedor está sobre la mente común, para Patañjali es Purusha, que conoce a través de la mente y no con la mente. Sólo Purusha puede conocer la realidad, y sólo cuando la mente está completamente libre de las vrtti-s puede actuar como un perfecto instrumento de conocimiento. Luego no tenemos expectativas sobre el mundo y sobre los demás, vemos y aceptamos la realidad como es.

 La Noble Verdad de la cesación de Duhkha:

   La Noble Verdad de la cesación (nirodha) de duhkha “es la cesación total de ese ansia (tanhâ), de modo que no quede pasión al abandonarla, al emanciparse de ella, al liberarse de ella, al no darle lugar”. Este estado de la erradicación total de tanhâ recomendado en la Tercera Noble Verdad equivale al Nirvâna (Nibbâna en Pâli) que es tanhâkshaya (extinción del ansia). Con respecto al contenido general de los escritos budistas, la mayoría de las descripciones de Nirvâna se dan con términos negativos, como la extinción del apego al placer (râga), apego al odio (dvesha en sánscrito o dosha en Pâli), y extinción de la ilusión (moha). Luego está el estado de lo Absoluto: nonato, no-desarrollado e incondicionado. Los Yoga-sutra-s I.2-4 definen todo el tema del yoga como la cesación (nirodha) de las fluctuaciones (vrtti) de la mente. Todas estas fluctuaciones surgen debido a las klesa-s a las que me referí anteriormente. Cuando el Vidente se libera de las klesa-s y de las vrtti-s, se establece en su naturaleza real, original, inmutable e incondicionada.

   Los sutra-s YS, I.1-4 son:

 Yoga es la inhibición de los movimientos (vrtti) de la mente (chitta).

 Entonces el Vidente se establece en su naturaleza esencial.

 De lo contrario el Vidente se identifica con los movimientos de la mente (vrtti-s).

   No necesitamos aquí dedicarnos a la noción de âtman en la teoría del Yoga, en contraposición con las enseñanzas de Buda del no-yo, porque el Vidente se dice que no es más que conciencia pura en sí misma (YS, II.20):

 El Vidente es sólo el poder de la conciencia pura. Aunque es puro, parece percibir por medio de la mente.

   Sin embargo es digno de mencionar que el Buda no niega la presencia del gran Yo como lo afirman los Upanishad-s en la Vedânta. Sin embargo este Yo, al igual que Nirvâna, no se puede describir y los Upanishad-s reiteradamente dicen neti, neti (esto no, esto no). Lo que Buda negó fue la permanencia o realidad del yo ego que constantemente está sujeto al cambio. Patañjali dice en YS, II.2 que

 Se practica yoga para cultivar samâdhi y para atenuar los obstáculos (klesa-s)

   Entre las klesa-s que se deben eliminar (vean YS, II.3) mencionadas anteriormente está asmitâ, el sentido de un yo separado, precisamente lo que el Buda mantenía en su doctrina de anâtmâ (no yo). Más aún, el estado de samâdhi se describe en los YS, III.3, como un estado de conciencia libre del yo.

 Samâdhi es el estado en el que el yo no está, cuando hay conciencia sólo de un objeto de meditación.

 La Noble Verdad del camino que conduce a la cesación de Duhkha:

   El Buda enseñó el Sendero del Medio (Majjhimâ Patipadâ) “que da visión y conocimiento, que conduce a la Calma Percepción, Iluminación, Nirvâna”. Este Sendero del Medio es generalmente conocido como el Noble Óctuple Sendero (Âriya Atthângika Mâgga) formado de los ocho componentes siguientes: 1. Recta comprensión (sammâ ditthi), 2. Recto Pensamiento (sammâ sankappa), 3. Recta palabra (sammâ vâcâ), 4. Recta acción (sammâ kammanta), 5. Recto modo de vida (sammâ âjiva), 6. Recto esfuerzo (sammâ vâyâma), 7. Recta atención (sammâ sati), 8. Recta concentración (sammâ samâdhi).

   Todos los Yoga-sutra-s están relacionados con la transformación de la conciencia que lleva a la libertad de todas las causas del sufrimiento. La práctica del Yoga está especialmente elaborado en YS, II.28-55; III.1-12. El sendero hacia la libertad esencial es una visión incesante de discernimiento (viveka) ayudado por el sendero del yoga de ocho partes (ashtânga). Las ocho partes son: 1. Yama-s: las leyes de la vida que consisten en no matar, no mentir, no robar, no desenfrenarse y no codiciar. 2. Niyama-s: las reglas de vida están compuestas por pureza, contento, auto-disciplina, estudio de sí mismo y entrega a la Energía Superior (Isvara). 3. Âsana: postura y actitudes externas e internas. 4. Prânâyâma: regulación de las energías vitales, incluyendo la respiración. 5. Pratyâhâra: control de los sentidos. 6. Dhârana: concentración de la mente. 7. Dhyâna: meditación. 8. Samâdhi: la mente silenciosa y contemplativa.

   Al estado más elevado de conciencia Patañjali lo llama Kaivalya. Este es por supuesto, tan difícil de describir o comprender como lo es Nirvâna. Pero los sutra-s siguientes indican cierto carácter análogo con unas pocas descripciones del Nirvâna.

 III.54

Este jñana nacido de viveka es liberador, completo, eterno, y libre de la secuencia del tiempo.

 IV.26

Luego, en lo profundo de viveka, chitta gravita hacia Kaivalya.


IV.29

Quien, debido al discernimiento perfecto, no codicia en absoluto ni las recompensas más elevadas, permanece en constante viveka, que se denomina dharmamegha (nube de dharma) samâdhi.


IV.30

A partir de eso sigue la libertad de la acción coloreada por las klesa-s.


IV.31

Luego, todas las capas e impurezas del conocimiento se eliminan totalmente. Debido a la vastedad de este jñâna, poco queda por conocer.

    Claramente, existen muchos paralelos muy interesantes y similares entre los Yoga Sutra-s y las Nobles Verdades del Buda, como podíamos esperar. Incluso las expresiones más grandes de la Verdad son, en el mejor de los casos, diferentes “incursiones repetidas en lo inexpresable”, citando la oportuna frase de T. S. Eliot. No cabe ninguna duda que Patañjali y Buda se habrían abrazado con profunda amistad, felicidad y aprecio.

  Nota

[1] La traducción de los sutra-s en los Yoga-sutra-s se toman de R. Ravindra, La Sabiduría de los Yoga Sutras de Patañjali: una nueva traducción y guía; Morning Light Press, Sandpoint, ID, USA, 2009.

 Agradecimiento

 La Dra. Chatsumarn Kabilsingh, Profesora en el Departamento de Filosofía en la Universidad de Thammasat, Bangkok, Tailandia, y yo comenzamos un debate sobre los Yoga-sutra-s y las Nobles Verdades del Buda en 1984. Pero habíamos avanzado mucho cuando ella renunció al mundo y se hizo monja budista con el nombre de Dhammananda Samaneri. Estoy agradecido de ese intercambio inicial.

  

miércoles, 3 de febrero de 2016

Desde la Atalaya


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RADHA BURNIER


La devoción como camino

   La devoción se ha considerado uno de los medios principales por medio del cual una persona puede tener una comprensión más grande y un acercamiento a niveles del ser más elevados. Pero en niveles más bajos encontramos una devoción que a menudo no tiene gran valor. La devoción puede ser muchas cosas diferentes, dependiendo de la inteligencia de una persona. Se dice que en el sendero, algunos sentimientos y pensamientos que son sumamente valorados, no son de gran utilidad si se los toma de modo separado. Por ejemplo, si toman la devoción, mucho depende de a qué somos devotos. Puede ser a algo de un orden inferior, en cuyo caso el valor de esa devoción se vuelve menor; no es que no tenga valor, porque tener devoción total hacia algo, incluso a lo que es malo, tiene algún valor. A veces esto se indica en la literatura.

   En una de las novelas de Dickens hay un personaje malo, que tiene un perro fiel. Él tiene cierto apego por el perro, pero lo agrede, y a veces lo trata de un modo que uno no espera que un hombre que ama a su mascota, actúe así. Pero es lo único que sabe amar, y entonces es valioso, mantiene la llama del amor viva dentro de él (aunque arda poco), lo que es muy importante. Entonces, cualquier tipo de devoción que una persona tenga por cualquier cosa, incluso por un dios hecho de piedra, tiene cierto valor. La Dra. Besant tenía dos sirvientes, que hacían muchas cosas por ella: no como ella quería, sino como ellos querían. Uno de ellos había sido un criminal, pero ella decía que había algo de bondad en él, y ella lo nutría. Mi hermano y yo solíamos tenerle miedo cuando éramos niños, porque él tenía un aspecto atemorizante. La Dra. Besant era muy buena con él, y probablemente durante esa encarnación, él mejoró porque aprendió a tener devoción por ella.

   No sabemos qué hace mejor a una persona, pero sí es cierto que la devoción produce un cambio en el carácter del individuo. Y por lo tanto no importa a qué aprende la persona a ser devota, en su etapa en la vida. Pero existen varias etapas. Y hay personas que sabemos que han desarrollado la espiritualidad por medio de la devoción, tal vez por devoción a un dios al que le atribuyen todo tipo de buenas cualidades. Pero cuando se da en alguien que es más desarrollado, la devoción tiene que incluir más cosas. La verdadera devoción religiosa, que siente la necesidad de ayudar a todas las cosas, elevadas o no, establece un cambio.

   En algunas de sus obras, el Dr. Taimni habla de un tipo de devoción muy elevada, devoción a una idea. Se recomienda ese tipo de devoción a personas que tienen una orientación espiritual. Cuando una persona tiene verdadera devoción, comienza a aprender que la vida de Dios está en todas partes, en todas las cosas, grandes o pequeñas. Sabemos que incluso las criaturas pequeñas que nos pueden parecer insignificantes, tienen un rol que cumplir en el proceso de la evolución. Podemos saber algo sobre el importante rol que desempeñan los insectos pequeños. Las hormigas, por ejemplo, aprenden a trabajar juntas, e incluso si aprendemos un poco de los detalles de su existencia, la hormiga es sorprendente. Uno se maravilla de cómo puede haber una criatura tan pequeña, que tiene un cerebro sumamente pequeño, y que tenga la inteligencia que tiene. O ¿le permite a la inteligencia universal, que opere por su intermedio y en compañía de otras hormigas como ella, hacer algo que es valioso desde un punto de vista más grande?
   Es muy iluminador e inspirador aprender, incluso gradualmente, sobre cómo funciona la evolución. Lo hace de muchas formas, no sólo de una, y siempre encuentra modos de desarrollar la inteligencia y las cualidades necesarias para la vida superior de varios seres. Nosotros que somos mentalmente muy desarrollados, desde cierto punto de vista, debemos aprender qué elementos conforman la devoción. La devoción no es solamente hacia un individuo en particular, es mucho más que eso. Si es dedicación a un ser superior, como a uno de los Mahatmas, entonces debe existir por el bien de todas las criaturas, porque los Mahatmas no se interesan por sólo una o dos personas. A veces parece que se interesan más por un individuo que por otro, porque quienes están altamente desarrollados tienen elecciones ante ellos. Se les dan oportunidades, y mucho depende de que ese individuo las aproveche o no. El Mahatma no dice “esta es la oportunidad”. La oportunidad puede llegar de modo velado. Puede ser en una forma que no es fácilmente reconocible.

   Si creemos en la literatura teosófica, sabemos de algunos individuos que han avanzado mucho, y luego se han detenido o incluso han retrocedido. Pero esto no le sucede a alguien que tiene devoción en un sentido real, porque tiene devoción no sólo a una persona que puede ser un maestro, sino a alguien que mostró que el camino es universal. No está limitado a ninguna persona en particular, ni siquiera un Mahatma. La devoción a una persona, es devoción a eso por lo que la persona trabaja, ese es el bien de todas las criaturas que creo todo Mahatma representa. Existe algo en todo individuo que puede llevarlo al sendero espiritual, y de nosotros depende ser conscientes de lo que esto es, no condenar a algunas personas porque vemos que no están haciendo lo que pensamos que deberían. Podemos ayudarles a adoptar un interés positivo, tal vez no en el nivel físico, sino en un nivel diferente.

   En una de las charlas dadas por la Dra. Besant, ella dijo que en nuestra meditación, podemos pensar en una persona que tuvo dificultades, y verter tanto como sea posible, el tipo de sentimiento que estimulará el mejor aspecto de su naturaleza para que éste surja. No es indispensable que el auxilio que brindamos sea en el nivel físico. La persona puede rechazar nuestro acercamiento a ella, pero nuestra actitud hacia esa persona puede ser de ayuda de todos modos. Por lo tanto, en el trasfondo de nuestra mente, está el bien total.
   Entonces, en la devoción a un individuo, no permanecemos limitados. El corazón se vuelve más grande. El corazón del Adepto es tan grande como la vida misma. Entonces, si la devoción limita a una persona y ella dice que es devota a esto o a aquello, y que todo lo demás es común, algo anda mal. Un buen maestro se interesa por el bien de todo, y quien es devoto a ese maestro también está interesado por el bien de todo. Los Adeptos tal vez no permiten el contacto con ellos a quienes no han avanzado tanto, porque todavía no tienen la capacidad de ampliar sus intereses y sentimientos.

   Todos nosotros podemos mirarnos a nosotros mismos. Podemos ser devotos de muchas formas, o sólo devotos a ciertos miembros de nuestra familia, y no a todos. Podemos ser devotos de un Maestro, o un guía, pero no de todo aquél que tiene el carácter de una persona santa. La tradición a menudo sugiere devoción sólo a una persona elegida. Esto puede ser bueno, pero sólo en cierta etapa. Más allá de esa etapa, que puede ser el comienzo de la vida teosófica, debe haber una devoción hacia el bien de la humanidad misma, incluyendo a todas las personas, los buenos y los malos, animales, aves, ciertamente, todo. Una actitud benevolente debe pasar a primera plana, una actitud que no cambia según el comportamiento de otros, sino que permanece siempre igual.

Una fraternidad que es diferente
   Hace más de un siglo, HPB escribió ciertas cosas que son valiosas para nosotros incluso en la actualidad. Una de ellas fue el interés sobre el impacto que la Teosofía podía tener, y que tendrá un día sobre las personas. Ella escribió lo siguiente:

El día que la Teosofía haya logrado su más sagrada e importante visión, en particular unirse firmemente en un cuerpo de amor fraternal, en un trabajo verdaderamente altruista, no un trabajo con motivos egoístas, sólo en ese día la Teosofía se elevará más que cualquier fraternidad nominal de hombres.

   La fraternidad de la que hablamos, y que la mayoría de nosotros practicamos, es sólo nominal, no profunda. No supera obstáculos y no es mejor que la fraternidad de la que se habla, pero que no se lleva a la práctica. Como dice HPB, tiene una misión, un trabajo que hacer, que es totalmente sagrado e importante. Debe unir a todas las personas que son tocadas por altos ideales hacia una fraternidad de todos los hombres y de todas las naciones, de modo que el mundo realmente se una de corazón.

   Es importante que la fraternidad no permanezca como una palabra que trasmita sólo lo que es superficial. Se debe sentir y practicar profundamente, tocando a todas las personas y a todas las criaturas.  No debe eliminar al pobre y al sucio, y a quienes se equivocan de diferentes modos. Considerar a todos como hermanos es una misión sagrada, muy sagrada e importante. El propósito por el que estamos trabajando no es meramente crear una pequeña amistad entre las diferentes personas de la tierra, sino un lazo real que sea altruista. Hasta que llegue ese día, la Teosofía sólo es nominal, pero cuando la fraternidad sea real, unirá no sólo a todos los seres humanos, sino a todas las naciones. Las naciones tendrán sus características particulares, pero se unirán sobre una base común de trabajo altruista y ausencia de motivos egoístas. Si vemos esto en su totalidad, vemos cuán lejos estamos de la fraternidad real.

   La Ciencia, la Religión y la Filosofía, de las que hablamos en el segundo Objetivo, se deben comprender en un nivel profundo. La Ciencia, por ejemplo, no es sólo un asunto de conocer y estudiar más sobre cómo funciona el universo. Es cuestión de comprender el significado del universo como un todo. No es un proceso cuyo significado y propósito nadie conoce, el científico real pregunta qué significa el universo mientras estudia científicamente quiénes somos.

   Cuál es el significado de nuestra vida es una cuestión que comienza a tocar la filosofía. La Religión también a su modo hace esta pregunta. ¿Existe un elemento de sacralidad que conecta todas las cosas que llegamos a conocer? ¿Son todas las partes de esa sustancia suprema una que es Brahman, una unidad que no es mecánica y que hace que todas las diferencias parezcan irreales? La Ciencia no es solamente conocimiento escolar o indicativo de la capacidad de inventar. Es lo que une en pensamiento al mundo: la gente, los árboles, la tierra, los peces y todo lo que conocemos. ¿Qué es esta inter-conectividad y cuál es la clave para lograrla? Es interesante en conexión con esto, aprender las leyes que se aplican a las cosas en la tierra y que también se aplican a lo distante, a lo que ocurre tanto en la tierra como en el universo.

   Esta inter-conexión puede ser lo importante de conocer. Todos nosotros que somos teósofos sabemos que la criatura más pequeña incluso es parte de un gran sistema, crece en consciencia, no sólo en cuerpo. Esta es una de las cosas que nos conectan a todo en la tierra y más allá. El Buddha dijo que la compasión se dirige a todas las criaturas, sintiendo el bien en ellos, que es un modo de sentir unidad. La gente que sepa esto encontrará un modo diferente de mirar las cosas, un plan diferente de existencia.
   La fraternidad se logra de muchos modos. El segundo Objetivo de nuestra Sociedad es una forma, que nosotros generalmente no pensamos, hacia la unidad de la vida. Es el significado de la vida, tal vez de la vida como una. Todos los objetivos de la Sociedad señalan hacia la misma verdad.