Tim Boyd
Uno de los conceptos centrales de la tradición de
la Sabiduría Eterna se refiere a la naturaleza multidimensional del universo y
de nosotros mismos como individuos – el hecho es que nosotros funcionamos en
muchos niveles simultáneamente. La extensión de la consciencia dentro de
nosotros y nuestros alrededores es ilimitada -todas las cosas desde los
aspectos aparentemente inconscientes de nuestro ser hasta la más elevada
consciencia divina están continuamente presentes en un momento dado y forman el
núcleo de nuestro ser. Cuando examinamos este concepto más profundamente nos
hacemos conscientes de que la dimensión más poderosa de nuestro ser es la parte
a la cual parecemos tener el menor acceso de momento a momento. El aspecto
superior de nuestra naturaleza es el más oculto. Hay términos y nombres que
usamos para describirlo – Yo Superior, el alma, la Chispa Divina, el Ego, la
individualidad, Atma.Buddhi-Manas. Algunas de las cualidades que parecen
manifestarse cuando este aspecto superior de nuestro ser tiene un mayor
predominio en nuestras vidas son la paz, amor, compasión y sabiduría.
El poeta
Lord Alfred Tennyson describe bellamente la cercanía y eterna presencia de este
yo superior de esta manera:
‘Háblale a Él, porque El escucha
Y Espíritu con Espíritu pueden encontrarse –
Él está más
próximo que tu respiración
Y más cerca
que tus manos y tus pies’.
Cuando el tiempo continúa, nos hacemos conscientes
de que esto no es algo que alguno ha creado como una ficción. Tenemos
vislumbres de él, nuestras propias experiencias de esta naturaleza más
profunda. Cuando esta consciencia se mueve más allá de ser un mero concepto
hasta el nivel de la experiencia actual, nos enfrentamos con un problema.
Mirando el mundo poblado por billones de personas como nosotros, en cada uno de
quienes habita esa misma Chispa Divina, encontramos que hay un abismo entre la
naturaleza superior y nuestra conducta normal. Nosotros vemos guerras, hambre,
desequilibrio económico, la totalidad de la gama de problemas centrados en el
yo, creados por los humanos. Al igual encontramos tales contradicciones en
nuestras vidas individuales.
Así, tenemos que preguntar si en realidad este
Superior es el núcleo y base de cada ser, y el que explica nuestro propio
comportamiento cuando interactuamos con otros y con el mundo que nos rodea. Es
una pregunta importante. Una de las
cosas que H.P.Blavatsky escribió dice para este punto: ‘En cualquier plano que
nuestra consciencia pueda estar actuando, tanto nosotros como las cosas que
pertenecen a ese plano son, por ahora, las únicas realidades’. Por ejemplo, un
pez en el agua está rodeado por las criaturas del mar, vive en un mundo acuoso,
y no comprende ni interactúa con las aves que vuelan en el aire o las personas
que caminan sobre la tierra.
Se ha dado el mismo ejemplo para nuestra
consciencia como individuos. Un ladrón, cuya consciencia y atención está
centrada en robar, puede mirar a un hombre santo y todo lo que puede ver es su
billetera o la bolsa en su hombro, y verla como una oportunidad de robar. Para
un mentiroso, el mundo es deshonesto. Para un santo, cada ser, ya sea una
persona santa, un criminal, un mendigo, un sacerdote o un empresario, cada ser
y cada cosa son sagradas, a causa del plano de consciencia sobre el que ella
funciona.
Un gran pensador griego, Sófocles, dijo algo en
una ocasión que habla del mismo concepto: ‘Para quien tiene miedo, todas las
cosas murmuran’; todas las cosas se mueven y todas las cosas son una fuente de
temor. Podemos imaginar una persona asustada caminando por una calle tarde en
la noche, cada sonido aparece en su mente como un aviso de un peligro
inminente. La emoción común del temor es compartida por todos. Esto es algo que
influencia la vida y el comportamiento de todos en algún punto. Para muchos, el
temor puede ser como una ‘sombra que nunca se aparta’.
Algunos dicen que hay sólo cuatro emociones –
tristeza, felicidad, ira y temor – y que todas las otras cosas son solo una
mezcla de estas básicas cuatro. El temor es una de las emociones centrales que
tienen una forma de surgir y aparecer en nuestra consciencia esas veces cuando
nos sentimos amenazados y en peligro. Dependiendo de la persona, la lista de
cosas que pueden causar tales temores, es larga. Hay algunas para quienes las
arañas causarían que salieran de la habitación chillando y llorando. Las
culebras, ratones, truenos, y así sucesivamente, son ejemplos comunes, pero
nosotros también tenemos la misma respuesta emocional a otras cosas. Muchos
tienen un enorme temor a pararse frente a otros y hablar acerca de lo que ellos
piensan o creen. El temor al rechazo por parte de otros es un poderoso temor.
Muchos otros temen a la muerte.
Nosotros sentimos estos temores en el momento
presente, aunque somos mentalmente capaces de proyectarlos al futuro, de modo
que las personas pueden estar en un estado de constante temor acerca de las
cosas que no han sucedido y nunca sucederán. A menudo sucumbimos a esta
condición. El problema es, como muchos estados emocionales, que no es algo
aislado de solamente un plano de nuestra consciencia. La emoción fuerte tiene
una cualidad penetrante que alcanza a nuestros cuerpos físicos y a nuestras
mentes también. Solo desde un punto de vista fisiológico, al momento en que
aparece el temor comienzan a suceder cosas dentro del cuerpo. El término que se
usa para la respuesta es ‘lucha o huida’. Nuestros cuerpos se preparan para una
u otra frente a una amenaza real o imaginaria. Con el surgimiento del temor, se
liberan las hormonas en el cuerpo; la gente comienza a sudar, sus corazones se
desbocan, se tensan los músculos, aumenta el azúcar en la sangre – todo en
preparación para la pelea o escape imaginario.
En nuestra literatura teosófica tenemos
descripciones clarividentes de las formas de pensamientos que se generan desde
una mente temerosa. Cuando se describen o representan, siempre predomina un
tono gris en estas formas de pensamiento. Los colores vívidos asociados con el
amor o alguna emoción decisiva, están ausentes. Los clarividentes también
describen el aura de la persona asustada como ‘endurecida’ con un tinte gris
impidiendo la entrada o salida de las energías superiores. El estado del ser
atemorizado tiene una tendencia natural a encerrarlo a uno en la experiencia
del aislamiento. El temor puede también contaminar a otros. Tiene una cualidad
contagiosa.
En Las
Cartas de los Mahatmas repetidamente encontramos advertencias o consejos
tales como ‘temor no’ o ‘nunca temor’. En las traducciones de las escrituras de
alrededor del mundo hay numerosos ejemplos donde esta misma palabra ‘temor’, se
usa para describir un orden superior del ser. No se usa para describir nuestra
reacción personal a las serpientes, etc., sino una dimensión completamente
superior de la comprensión. En la Biblia hay una declaración que requiere
pensar en ella: ‘El temor a Dios es el comienzo de la sabiduría’. Es una curiosa
declaración porque está hablando acerca de algo totalmente diferente que
nuestro normal sentimiento de temor que sentimos cuando estamos amenazados.
Similarmente, en uno de los capítulos del Bhagavadgita Arjuna pide a Krishna que
revele su forma universal. Hasta este punto, Arjuna había estado encontrando a
Krisna en el cuerpo físico como su auriga y consejero, pero en ese momento supo
que Krishna era no menos que la encarnación de lo Divino y le pidió ese favor
de que se le permitiera ver a Krishna en su verdadera forma. Krishna respondió
diciendo que ninguna otra persona había visto nunca esta forma, pero el karma
de Arjuna era tal que se le permitiría verlo. Lo que Arjuna vio causó que su
cabello se erizara. Primero vio el cuerpo de Krishna con bocas por todas
partes, y desde cada dirección todas las criaturas vivas desaparecían en su
boca siendo devoradas. Tenía ojos en todas direcciones y era tan brillante que
quemaba los universos. El efecto de esta visión en Arjuna fue tan profundo que
estaba lleno de ‘temor’. La visión fue demasiado que soportar para él, tanto
que solicitó a Krishna que regresara a su forma anterior porque la verdadera lo
abrumaba.
La palabra usada en el Bhagavadgita para describir el estado de reverente temor, de
admiración, de asombro sentido por Arjuna fue la palabra ‘temor’. Este tipo de
temor resulta de un reconocimiento que apunta a nuestra completa
insignificancia como individuos, que existimos dentro de algo tan grande y
omniabarcante. Es quizás algo tremendo contemplar que la realidad de nuestro propio
potencial presente es ilimitado. Este es un temor superior, no temor en el
sentido común y corriente, sino una cualidad que tiene grandes potenciales para
nuestra exploración.
Así ¿qué hacemos? Hay una expresión que dice que:
‘La enfermedad que está oculta no puede ser sanada’. Primeramente, darnos
cuenta de que hay una condición, es el comienzo de su sanación. El conocimiento
de este proceso y de cómo funciona en nosotros es un comienzo – su mención y
reconocimiento es un comienzo. Cuando un paciente va a un doctor, lo primero
que hace el último es examinar, diagnosticar, y mencionar la condición.
Entonces podría prescribir remedios, pero cualquier buen doctor también
aconsejaría cambios en la dieta del paciente. En otro nivel, podría sugerir
ejercicios y en otro nivel sugeriría que el paciente necesita leer algunas
cosas que elevarían sus pensamientos, u ocuparlo en orar o en meditar.
Un enfoque similar por estratos podría adoptarse
al tratar el temor, probablemente el mejor enfoque sería uno que se dirigiera a
la causa. Una de las maneras en que nuestra condición y nuestro estado normal
de la mente ha sido descrita es que funcionamos de entre ‘la herejía de la
separatividad’. Esto se refiere a la falsa idea de que en alguna forma estamos
separados, no sólo uno de otro, sino de la fuente Divina que habita en cada uno
y en cada cosa. ¿Qué es eso que dirige
el modo de pensar que parecemos seguir?
Durante la vida de HPB ella habló mucho acerca de la meditación, pero dijo poco
en términos de cómo meditar. En 1888,
tres años antes que muriera, ella dictó un ‘Diagrama de Meditación’ a uno de
sus estudiantes en Inglaterra. Es profundo y tiene amplia aplicación, pero
particularmente para la mente que se siente apartada y separada en estados de
temor.
Su foco está en la Unidad. De hecho, comienza
diciendo: ‘Conciba primero la UNIDAD por la expansión en el espacio y la
infinidad en el Tiempo’. Lo primero que ella aconseja es hacer el intento de
concebir la Unidad. Por supuesto, es imposible, la Unidad no puede ser un
concepto, no puede ser captado por la mente, pero ella nos insta a comenzar con
ese intento.
Luego, presenta formas muy específicas de dirigir
nuestra atención en la meditación. Nosotros primero deberíamos dirigir nuestra
atención hacia ciertas ‘Privaciones’, es decir, una ‘constante negativa a
pensar en la realidad de cinco cosas: (1) separaciones y encuentros – la clase
de cosas que suceden todo el tiempo, (2) la diferencia entre amigos y enemigos
– aquellos que son estimados y los que son rechazados; (3) posesiones, (4)
personalidad; y (5) sensaciones. Todas las cosas a las que prestamos nuestra
atención que tienden a aislarnos en el sentido que ‘estas son mías’, o ‘estas
son mis cualidades’, o ‘estas son las cosas que me hacen diferente y separado’.
Tenemos que despojarnos de la corriente mental que atribuye realidad a estas
cosas. Ella agrega que la culminación de esta vía de meditación sería la
realización de que ‘no tengo atributos’. No hay cualidades que dividan mi
consciencia; no hay identidades que me separen de los demás; ninguna de estas
cosas. Esta es la primera parte del proceso. Esta es la vía negativa, o el camino de la negación – neti neti en sánscrito.
Ella luego continúa con el otro lado de este
proceso, que ella describe como ‘Adquisiciones’. Hay un cierto estado de la
mente que vamos a ‘adquirir’, en este caso a través de la meditación sobre tres
elementos: (1) Una Presencia Eterna en la imaginación en todo el espacio y el
tiempo – un esfuerzo continuo de imaginarnos como universalmente presentes en
todo el espacio y tiempo – es una cosa muy difícil de hacer. Obviamente, todo
esfuerzo en esta dirección tiene el efecto de disminuir las limitaciones de la
personalidad. Ella dice que meditar de esta manera tiene el efecto de
desarrollar un estado fundamental de la consciencia que funciona aun cuando
estamos dormidos. Así, aun en sueños este estado de la mente permanece activo.
Ella agrega que el valor se convierte en la característica de la persona que
recorre este sendero, y así no se experimenta temor al enfrentar los variados
peligros y tribulaciones que llegan a nuestro camino en la vida. (2) La segunda
adquisición que ella enumera es in intento continuo en una actitud de la mente
hacia todas las cosas que no es ni amor, ni odio ni indiferencia – un estado de
ecuanimidad que considera que todo es igual. No hay división de mejor,
superior, esos que amamos o aquellos que rechazamos. (3) El tercer aspecto de
que ella habla, es la mente que considera todas las cosas que existen como
siendo una expresión de limitación solamente. HPB sugiere estos tres elementos
como curativos o medicina para las variadas enfermedades que aparecen de la
herejía de la separatividad entre la cual está el temor. Estas adquisiciones
culminan con el reconocimiento de que ‘yo soy todo el Espacio y el Tiempo’.
Estas son sugerencias. Aunque, para nuestros
presentes propósitos he apuntado a la emoción específica del temor, ellas se
aplican universalmente y merecen el intento de explorar más profundamente.