miércoles, 8 de junio de 2016

Aventuras en la Teosofía


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GEORGE S. ARUNDALE

 Extractos de Aventuras en la Teosofía del Dr. George S. Arundale, Presidente de la Sociedad Teosófica de 1934 a 1945.

 Expandete por los Reinos de la Naturaleza

   Ningún miembro de la Sociedad Teosófica está listo para un estudio más profundo hasta que, y a menos que, tenga conocimiento teosófico de los Reinos de la Naturaleza. Él debe ampliar y llevar a cabo el primer Objetivo de la Sociedad Teosófica trayendo dentro de su comprensión una percepción de lo que es la fraternidad del reino mineral, vegetal, animal y humano. Debe saber algo definitivo sobre estos reinos, no meramente desde el punto de vista de la información real que se transmite en la literatura teosófica, sino también por su propia expansión de consciencia individual en el reino de referencia.

   Debemos ser capaces de sentarnos junto al mar o junto a una montaña, o cerca de rocas, piedras y tierra, y poder proyectar nuestro espíritu en ellos de modo que, poco a poco, después de muchas pruebas, esfuerzos y fracasos podamos entrar en el espíritu de la roca, del mar, de la tierra, de la montaña. De este modo, además de nuestro conocimiento teosófico (que es una introducción muy buena a esta expansión de consciencia) y llevándolo a cabo, unificamos nuestra consciencia por una serie de experimentos con el reino particular con el que estamos en ese momento.

 Contacta los Reyes de cada reino

   Deberíamos intentar expandir nuestra consciencia de modo que nos unamos con el espíritu de los reyes de cada reino. Por ejemplo, podemos entrar en el espíritu de las piedras preciosas del reino mineral, el rubí, el zafiro, el diamante, el ópalo, la esmeralda, cualquier piedra preciosa que nos atraiga especialmente. No hay nada más delicado, más expansivo, que sostener una piedra preciosa en la mano, particularmente si el hombre no ha alterado la piedra poniéndola en algún soporte absurdo. Si nosotros mismos podemos perdernos al sostener una piedra preciosa en la palma de la mano, podemos entrar en el espíritu de ese reinado porque estamos contactando al rey del reino.

   Es lo mismo con el reino vegetal. Tomemos nuestro árbol Banyano, que está más evolucionado que los otros banyanos. Esto es natural cuando pensamos en los grandes seres que se han reunido en esta atmósfera. Podemos entrar en el espíritu del reino vegetal por medio de ese árbol, como podemos hacerlo en el espíritu del reino mineral por medio de una piedra preciosa. La piedra, el árbol, son un Ábrete Sésamo para los reinos a los que pertenecen. Podemos hacer lo mismo con el reino animal.

 Ponte en afinidad con la Voz del Silencio

   Pero esto no es todo. No es suficiente para el estudiante durante sus primeros años en la Teosofía tener estas relaciones con los diferentes reinos de la Naturaleza, y menos aún con el reino humano. También debería ponerse en afinidad con la voz del Silencio. ¡Si pudiéramos relacionarnos con la voz del Silencio del crecimiento, como se puede oír en todas partes, aunque tal vez mejor en momentos particulares o de algún modo especial! Me preocupa, especialmente en India, donde todos han sido criados sin excepción con el sistema occidental de educación, o se han sometido a todo el sistema occidental en su carrera profesional, que haya muy pocos que realmente puedan corresponder con la naturaleza, que puedan comprender lo que es la naturaleza, y puedan oír la voz del Silencio del crecimiento.

   No sabemos mucho sobre la ciencia del Silencio, porque siempre estamos ocupados haciendo algo. Estamos ocupados todo el día corriendo de un lado a otro, yendo de un lugar a otro, leyendo esto o aquello, que no nos queda tiempo para ser. Sin embargo por mucho que podamos leer o saber con la mente, es poco comparado con ser, con la construcción de las Realidades de la Vida en el yo Eterno que nunca perdemos incluso cuando entramos en el mundo celestial. Cuando pasamos por el valle de la sombra de la muerte, el cuerpo físico se desintegra, y el etérico, el astral y el mental se disgregan antes o después. Incluso el cuerpo mental superior se puede descomponer y, si el estudiante teosófico ha penetrado durante su vida en las profundidades de la Teosofía y no se ha conformado meramente con superficialidades, vivirá en el mundo celestial más allá de las regiones superiores de la mente. La mente, las emociones y el cuerpo físico se habrán ido. Es el cuerpo Eterno el que debemos aprender a construir con la ayuda de la mente, las emociones y el cuerpo físico, pero sólo con su ayuda.

   A veces me pregunto cuántos miembros de la Sociedad Teosófica construyen sus propios vehículos eternos con la materia de lo Eterno. Podemos tener un miembro que sabe mucho de Teosofía, puede citar toda la literatura clásica, y sin embargo su crecimiento espiritual real puede ser comparativamente pequeño.