miércoles, 29 de abril de 2015

Algunas ideas Teosóficas básicas


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Algunas ideas Teosoficas básicas.

i) Existe una Realidad Absoluta incognoscible, que es la raíz de toda conciencia y materia, la fuente común de todo en el Cosmos. Todo es igualmente sagrado. El mal es simplemente un estado de ignorancia con respecto a lo que es lo Verdadero, y no es algo intrínseco en nada en la naturaleza.

ii) La Divinidad en todo. Cualquiera sea el nombre con que alguien pueda denominar a la Deidad, ésta no es un ser separado sino que está presente en la esencia de toda existencia.

iii) Por lo tanto todo en el universo manifestado consta de materia de diversa sutilidad y de conciencia (o vida) en diversos grados de desenvolvimiento. Nada está muerto o es inerte desde un punto de vista esotérico.

iv) El Cosmos no es sólo lo que percibimos con nuestros sentidos físicos sino que existen dimensiones o realidades en planos de percepción que están más allá de ellos. Típicamente se describe al universo como constando de siete planos, y en todos ellos hay diversas formas de vida y conciencia.

v) El hombre es un microcosmos, es decir, contiene en sí todos los elementos que constituyen al Macrocosmos. El ser humano por lo tanto, tiene una naturaleza divina, una psicológica y una física. Los seres humanos son esencialmente parte de esa Divinidad, pero ésta está en un modo “latente” o “dormido” para la persona no “realizada”. Existen por lo tanto en él muchas capacidades latentes no reconocidas por la ciencia o la psicología occidental.

vi) El universo entero está en un proceso de evolución para expresar lo que está latente, tanto al nivel físico como intelectual y espiritual.

vii) Existe inteligencia y propósito detrás de esta evolución, puesto que el Universo en que vivimos tiene un Orden. En este proceso nada está regido por el azar ni por una caprichosa voluntad, sino por leyes inmutables, entre las cuales la de equilibrio o armonía (y por lo tanto, perfecta justicia) es fundamental. Estas leyes afectan los aspectos físico, moral y espiritual del ser humano. Por lo tanto, ninguna circunstancia es injusta o azarosa. El teósofo vive con aceptación interna ante todas las circunstancias de la vida y confianza en sus procesos.

viii) Siendo la verdadera naturaleza del hombre espiritual, divina, su verdadero ser está más allá del nacimiento y la muerte, de los conflictos y necesidades, y de las limitaciones de la vida física. Por esto el teósofo no ve en las actividades que desarrolla durante su estancia en “el mundo” un medio de complacer su naturaleza psicológica o física (si bien respeta estos aspectos de su ser), sino como un medio de desenvolver esa divinidad latente.

ix) Para esto, el alma debe pasar repetidas veces por la experiencia de la vida humana a través de diversas reencarnaciones por medio de las cuales va desenvolviendo gradualmente sus potencialidades latentes. Vida y muerte son distintas fases de la Existencia del alma humana. No hay por qué apegarse a lo que llamamos “vida” ni temerle a lo que denominamos “muerte”.

x) El estado divino del ser humano puede ser despertado, o realizado por medio de los propios esfuerzos de la persona y no de ninguna ‘gracia’ externa. No se necesitan terceros que medien en la relación entre lo Divino y nosotros, y si bien hay condiciones externas que pueden ayudar o dificultar, nadie puede hacer el trabajo por uno mismo. El ser humano debe tomar responsabilidad por su vida y no generar un estado de dependencia de autoridades, enseñanzas, instituciones o sucesos externos.

xi) Dado que todo deriva de una fuente común, guardamos una relación fraterna con todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, credo o posición social.

xii) La Unidad se expresa en medio de la diversidad. Cada persona en una manifestación particular y única, y debe respetarse su libertad de pensamiento y su propia búsqueda espiritual.

xiii) Ninguna enseñanza ni maestro en particular es el único camino hacia la verdad. Ningún grupo de personas es especial o “elegido”. Ninguna “técnica” es exclusiva en la promoción del despertar espiritual. Cada persona es distinta y encontrará ayuda para su desenvolvimiento en diversas enseñanzas, técnicas, etc.

ix) El egoísmo es la primera manifestación de la ignorancia espiritual y por lo tanto el desarrollo del altruismo va de la mano con el desarrollo espiritual.

domingo, 26 de abril de 2015

El Sendero Hacia la Perfección


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Geoffrey Hodson

INTRODUCCIÓN  (Libro).

EL HOMBRE, como hombre, es un fardo de debilidades, una concatenación de incapacidades. EL HOMBRE SUPERHUMANO, es una condensación de fortaleza y está por fuera de todas las limitaciones humanas. La diferencia entre esas dos clases de Seres es casi imposible de calcular por el hombre quien sea como sea, lleva en sí mismo el germen de la Superhumanidad. El cambio de hombre a Superhombre, si se quiere efectuar con rapidez normal, demanda el mayor esfuerzo posible. El hombre tiene el poder de hacer el cambio rápidamente, pero el completo buen éxito estará fuera de su alcance mientras ponga en su empeño apenas una mediana voluntad. Las alturas son tan colosales y los esfuerzos requeridos son tan formidables, que solamente será posible el buen éxito cuando se dedica todo el Ser sin reservas a la consecución de este Gran Propósito. El aspirante debe evocar todos los poderes del Alma y dirigirlos con la mayor sinceridad; y con toda su voluntad hacia ese sublime objetivo; pues únicamente así podrá el hombre alcanzar la superhumanidad.

 La insinceridad se cuenta entre los mayores obstáculos en el Sendero Oculto. La insinceridad corroe la integridad del Alma; destruye cualquier progreso nuevo tan rápidamente como se consigue, y ensucia la belleza del capullo que empieza a abrirse y cuyo corazón devora. La insinceridad pone fuertes barreras al paso de la razón pura cuando ésta intenta iluminar el cerebro. La falta de entusiasmo hace imposible el desarrollo oculto; pues solamente aplicando toda su Alma, toda parte de su naturaleza y toda su voluntad a su gran propósito, puede el aspirante escalar las alturas antes del tiempo normal. Los Superhombres existen. Ellos en un tiempo fueron hombres. Hace ya largas edades ellos despertaron y emprendieron la Búsqueda; sintieron bullir el fuego Monádico y reuniendo fuerzas gradualmente, emprendieron la subida de la empinada y estrecha Senda que sabían habría de conducirlos a su Objetivo. Soportando pacientemente fatigas, raramente cediendo y con creciente autodominio escalaron las alturas y lograron alcanzar la meta.
 
 La existencia y la victoria de los Superhombres son prueba segura para todo hombre de que existe una Meta y que esa Meta es alcanzable. Así pues, que nadie lo dude. Que no haya desconfianza, ni se ponga en tela de juicio lo relativo a este Supremo Propósito. El buen éxito está completamente asegurado para todos los que con constancia perseveren hasta el triunfo final. Hay una recompensa indeciblemente gloriosa para los que la alcanzan. Habiendo sobrepasado, ya toda posibilidad de sufrimiento, tienen capacidad de aliviar el sufrimiento humano. Habiendo pasado victoriosamente por toda lucha, pueden llevar la paz al corazón de todos los hombres. Estando ya iluminados son portaluces para la Humanidad, e instructores de todos los que quieran oír. Habiendo ganado la salvación eterna, salvan a la Humanidad; Guardianes de la Sagrada Luz de la Verdad, iluminan con la Verdad las mentes indagantes de los hombres. Sus corazones siempre abiertos a todas las alegrías y penas de los hombres, son el refugio de los corazones heridos y de los que viven atemorizados.

 No hay nada que venza a los que son ya vencedores. No hay nada qué atemorice a los que han conquistado todos los enemigos internos y externos a los que han superado todos los obstáculos y coronado todas las alturas. Ellos que han conocido lo peor, que han combatido y vencido los mayores peligros que puedan amenazar a la humanidad, que han derrotado todo cuanto asalta al Alma buscadora, serenos en el conocimiento de la omnipotencia en lo referente a sus vidas, son seguro escudo y auxilio infalible para todos los que buscan su ayuda. Haber obtenido esto es su gran recompensa. Alcanzar otro tanto es la recompensa cierta para todos aquellos que recorren victoriosamente el Camino de la Santidad, el Sendero hacia la Perfección. Ellos querrían decir a todos los que quisieran seguirlos hasta las alturas en donde ellos se encuentran: “¡Levantaos todos los que deseéis llegar. Elevad vuestras voces pidiendo luz, y entrad sin temor a la empinada cuesta!. ¡Es para vosotros. Ella os invita. Triunfar es vuestro destino!. Os esperan quienes os ayudarán.

 Vuestro Maestro está cerca de vosotros y os vigila. No miréis atrás sino adelante, y veréis Su rostro. Los Superhombres de la Tierra esperan a los hombres terrenos, listos a auxiliar a todo el que responda a su llamada y con sinceridad y de todo corazón se dedique íntegramente a la Búsqueda de luz, poder, y Verdad, aspirando ardientemente a llegar a ser un servidor y salvador del Mundo”. “¿Es la vida mundana todavía tan atractiva, que os ate al mundo?. ¿Es la luz terrestre tan bella, que os ciegue a la belleza del Cielo?. ¿Estáis tan apegados al mundo, que separaros de él os parezca todavía imposible?. Si así fuere, entonces no os ha llegado la hora todavía. Pero si todo falla a vuestro alrededor y la vida parece una mascarada tonta, y las ganancias mundanas el poder, una farsa, entonces ya llegó vuestra hora.

Levantaos y buscad solamente lo que es permanente y real, la vida espiritual con su corona de poder espiritual, y una serena felicidad que nada en la vida puede perturbar. “Tomad vuestra resolución, no con ligereza sino con profunda sinceridad. Pesad vosotros mismos las dos alternativas, y escoged entre la vida mundana con sus goces efímeros y ganancias temporales, y la vida espiritual con su perpetua bienaventuranza y paz. Escoged entre la impotencia para remediar vuestras propias necesidades y las ajenas, y la omnipotencia para conquistar el propio ser y guiar a otros a igual victoria, no debiera ser difícil. Haced esa decisión y venid a aumentar las filas de aquellos que hicieron esa selección hace ya largo tiempo, y que con constancia persistieron hasta el triunfo final sobre el propio yo, para sumergirse y unificarse con el YO de Todos”.

viernes, 24 de abril de 2015

La Naturaleza y nosotros.


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AVANTIKA MEHTA

 La Sa. Avantika Mehta es Presidenta de la Federación Gujarat, Sección India de la ST. Charla dada en la Convención internacional, Adyar, 2010.

    El propósito de nuestra vida es percibir la unidad en la diversidad incentivando el estudio comparativo de la religión, la filosofía y la ciencia, e investigando el yo y la naturaleza, el sendero menos frecuentado. La Naturaleza permanece siendo un gran misterio para la humanidad, entonces, observemos y comprendamos a la “Naturaleza”.

   Existe una afirmación muy significativa, atribuida a Platón que dice: “Dios geometriza” -una declaración de la Sabiduría Divina, que expresa que existe un Dios del Universo y que toda la Naturaleza es una creación suya según un plan.

   La Sabiduría Antigua, sin titubeos, declara que cada parte del diseño de la Naturaleza refleja el plan de una Mente Divina. “El Plan de Dios”, que es la evolución, no es mecánico. Lo que parece “una reunión fortuita de átomos” es causado por el Logos, y su cantidad y dirección al funcionar, están determinados por él en cada instante.

   Generalmente nos referimos a la Naturaleza como al mundo de cosas inanimadas. En el uso común de la palabra, al hablar de la Naturaleza, nos referimos al cielo, al mar, las selvas y los bosques, y decimos que anhelamos salir a la Naturaleza, queriendo decir con esto, lejos de las viviendas de las personas. A veces, con el término Naturaleza también queremos decir la vida subhumana de plantas y animales. Existe sin embargo un tercer uso de la palabra Naturaleza, cuando miramos las estrellas y los planetas, cuando vemos poderosas fuerzas cósmicas funcionando; también usamos la palabra Naturaleza para significar la totalidad del proceso evolutivo.

   ¿Qué es esta Naturaleza que está a nuestro alrededor, de la que somos parte y que a veces nos domina de tal modo que nos sentimos totalmente indefensos ante ella? ¿Cuál es el significado de la Naturaleza, cómo es que detrás de ella existe un Constructor trabajando? En la antigua India encontramos, de modo muy gráfico, las ideas del Uno que construye y destruye, y construye nuevamente. Este gran personaje se llama Prajâpati, el “Señor de las Criaturas”.

   Al principio, el universo era no-existente. Luego, el Señor Prajâpati deseó: “Pueda yo ser más de uno, que me pueda reproducir”. Se esforzó, practicó la austeridad. Luego creó todo, paso a paso. Todo este universo apareció sólo como una forma, particularmente agua; luego creó la espuma, la arcilla, el barro, el suelo salino y la arena, las piedras, las rocas, minerales, oro, plantas, y árboles.

   Habiendo creado los mundos, deseó: “Pueda yo crear esas criaturas que serán mías en estos mundos”. Y creó todo. Y las puso en su lugar. Por ser hombres, pensamos que lo recto y lo incorrecto sólo nos lo pueden enseñar los hombres que han tratado de vivir correctamente y que han sufrido al vivir erróneamente. Pero en la antigüedad, por ejemplo en Grecia, la Naturaleza misma era considerada la maestra de lo recto y de lo incorrecto.

   La visión Divina de la Naturaleza comienza de varios modos. Una forma es adorando la Naturaleza. Encontraremos que todos los hombres primitivos experimentan algo misterioso en la Naturaleza que debe ser adorado. El salvaje tiene una actitud de verdadera reverencia y es capaz de dejar de lado su personalidad y ver por un momento “como es” lo que está fuera de él. Considera la Naturaleza con admiración, porque la Naturaleza es ciertamente aterradora. Es una de las características de la civilización más elevada que cuanto más cultos son los hombres, más comienzan a sentir por medio de la intuición que la Naturaleza es instinto con un Poder Inmenso y una Sabiduría Imponente. Lo más elevado de la humanidad también adora a la Naturaleza. Aunque pueden tener dentro de la mente una comprensión científica clara de lo que es la Naturaleza, sin embargo cuando se requiere la parte más elevada de su naturaleza, entonces sienten que las rocas y las nubes toman otro significado, un significado que los impulsa a la admiración más grande.

   El poema de Tennyson, “El Panteísmo Superior”, habla bellamente de lo que siente quien vive plenamente. Con la adoración de la Naturaleza, el hombre comienza a transitar el primer paso del viaje hacia una Visión Divina.

   Sin embargo, existe otro modo de enfoque, y éste es por el estudio de la Naturaleza. Los diferentes departamentos de la ciencia, como trabajan hoy para descubrir conocimiento, están agregando un poco más de sabiduría hacia la comprensión del maravilloso proceso del universo. Ya sea éste biología, astronomía, física o química, los hombres llegarán a la visión de una Mente Divina funcionando.

   El tercer modo de visión sobre la Naturaleza es posible, amando la Naturaleza. Al adorar la Naturaleza existe, por así decirlo, una pequeña barrera entre el hombre, el adorador, y la Naturaleza objeto de adoración, pero cuando nos referimos al amor hacia la Naturaleza, entonces el hombre se deleita en una relación con el cielo, las nubes y los animales. Cada pequeña cosa en la Naturaleza habla de una fraternidad, de una ternura, la de un hermano más pequeño hacia el mayor. Wordsworth, el notable poeta inglés, dice en sus poemas que existe una veracidad intensa hacia la Naturaleza y una conexión del hombre con ella.

   Al dirigirnos a la Naturaleza y amar la Naturaleza, sentimos una total proximidad, como la de un niño hacia su madre, de un hermano hacia su hermana, de un amigo hacia otro. Llegamos a una nueva visión, la Visión Divina de la Naturaleza. Somos como olas en el océano mirando otras olas, pero ignorando al océano en nuestra percepción.

   Por lo tanto, sean como un árbol. El árbol da sombra incluso a quien corta sus ramas. No pide agua a nadie aunque se esté marchitando por falta de ella. La lluvia y la tormenta y los abrasadores rayos del sol lo hacen sufrir, y sin embargo continúa dando perfumadas y dulces flores, y frutos deliciosos. Pacientemente sirve a otros, siempre como un árbol. Nuestro reverenciado J. Krishnamurti nos dio la verdadera clave del dilema. Él dice: “Simplemente observa”. No necesitamos analizar, justificar, defender. Pero no podemos dar el paso más pequeño en el sendero hasta que hayamos aprendido a “observar”.

   Einstein hizo una vez la siguiente pregunta: ¿Tuvo Dios alguna opción cuando creó el universo? La ley de crecimiento, de desarrollo, de evolución, también es la ley de la belleza, proporción y armonía, y todas son partes de esa Ley Suprema de Amor. Por lo tanto debemos amar la Naturaleza.

   Luego viene la cuarta forma de enfocar la Visión Divina y es recreando la Naturaleza. Recrear la Naturaleza significa que cuando un hombre ha observado muchos atardeceres, amaneceres, etc., con una naturaleza artística profunda en él, se inspira con un amanecer o atardecer particular, y pinta un cuadro. Pinta, no ese aspecto de la Naturaleza que ve o vio, y que una cámara podría reproducir con gran precisión. Aunque hace una reproducción de un atardecer o amanecer que nunca es igual en la Naturaleza, sin embargo su creación es una pintura de ese Elemento permanente que no cambia.

   Ya sea que lleguemos por la adoración o el amor, por el estudio o la recreación, comenzaremos a descubrir ciertos grandes misterios en la Naturaleza. Y de éstos, uno que es fácil de descubrir es su tremendo poder, que a veces parece totalmente implacable, cuando permanecemos ante alguno de sus aspectos poderosos, digamos unas Cataratas, los Himalayas o una tormenta en el mar. Cuando todo parece poderoso, y ante lo cual el hombre ciertamente parece nada. Pero al pasar más allá de esa etapa, comenzaremos a sentirnos uno con ese poder. Las Cataratas, los Himalayas o una tormenta, nos dicen que dentro de nosotros existen el poder y la paz. La tormenta en el mar nos hablará del misterio de nuestras propias tormentas de amor y desdicha. La Naturaleza libera dentro de nosotros el sentido de poder. Por lo tanto en la Naturaleza no existen ni recompensas ni castigos. ¡Existen consecuencias! Podemos comprender que la Naturaleza no es buena ni mala, y la manifestación sigue sólo una ley inmutable e impersonal.

   Por medio del estudio y la observación comenzamos a sentir el ritmo de la vida. Este ritmo es obvio para nosotros que tenemos una comprensión de la Teosofía. Cómo viene la vida, cómo posee una forma y crece en ella, y luego cuando ha llegado al límite de su crecimiento, desaparece, y luego después de un intervalo, regresa nuevamente. La Naturaleza tiene una ley de ciclos, y en nosotros también hay ciclos, porque existe el ritmo en todas las cosas. Todos los seres y cosas tienen sus ciclos de nacimiento y muerte, porque el nacimiento y la muerte son las puertas de la vida. El ritmo no es mecánico, no es sólo un golpe del destino, sino la Danza de la Vida.

   La Naturaleza está viva, porque si miramos profundamente las nubes, los cerros, las olas y muchas otras cosas, no son sólo algo de materia. Son vida velada de manera indescriptible en la materia y por lo tanto necesitamos estudiar, comprender. Un individuo sentirá en todas partes en la Naturaleza la misteriosa cualidad de vida. La Naturaleza luego le revelará un poco de su significado y luego le mostrará algo de su propio poder oculto.

   Quien ama la Naturaleza puede ir a los bosques y campos, aunque entristezca por todo el sufrimiento que el hombre ha inflingido a los animales y por la fealdad con la que el hombre ha arruinado el rostro de la Naturaleza. Puede dar una bendición, con amor, cuidado y compasión hacia ella. Siempre, quien ha vivido con la Naturaleza está capacitado para liberar a sus semejantes. La Naturaleza viene entonces a nosotros como una madre, un hermano, una hermana o un amigo. Nos conduce a nuestro propio Amado, el ideal que uno ha puesto ante sí mismo.

   Es un misterio maravilloso que la vida nos hace conocer: toda la majestuosidad del mundo es nuestra y todas sus dichas están en algún lugar ocultas dentro de nosotros. La Naturaleza nos las ha dado a todos nosotros, y las encontraremos si buscamos la Visión Divina de la Naturaleza, con esa Visión Divina viene la unión con el Hombre, Dios y esa indescriptible verdad, que Todo regresa a Todo.

   La Vida dentro de todas las formas es Una vida y todas las acciones intencionadas producen las reacciones correspondientes. Sin relaciones -no importa cuánta riqueza, fama, poder, prestigio y aparente éxito, por los modelos y opiniones del mundo- la felicidad nos eludirá constantemente. Por lo tanto, debemos tener una relación correcta con el mundo porque, después de todo, somos un producto de un largo proceso evolutivo de la vida y somos responsables por el uso correcto de estos recursos que tenemos.

   No existen las malezas en la selva o en un bosque. Donde predominan el propósito y acción de la Naturaleza sin la interferencia del hombre, todo, incluso un simple átomo, tiene significado y finalidad. Nuestra respetada Radhaji dice que es hora de mirar el valor del bosque, de la maleza, de la tierra. Tal vez podamos experimentar que no existen los bosques, las malezas, sino que sólo son jardines secretos.

   En uno de los clásicos teosóficos, La Voz del Silencio, invalorable para los aspirantes del sendero espiritual, se dice que si ayudamos a la Naturaleza y trabajamos con ella, Ella nos considerará como una de sus criaturas y nos reverenciará. Un sentimiento de simpatía cordial hacia animales, plantas e incluso minerales y hacia los espíritus de la Naturaleza –devas- es igual de importante, si no más, para el progreso del hombre. El hombre que enfrenta la vida con un sentimiento cariñoso hacia todas las cosas vivas, no sólo verá y aprenderá más que otros, sino que transitará con más suavidad en el mar de la vida. Por lo tanto no estamos separados de la Naturaleza, sino que somos uno con ella.

jueves, 23 de abril de 2015

Fragmentos de la Sabiduría Antigua


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Sabiduría Antigua.

La manifestación espontánea del amor es el más notable de los atributos divinos, el amor que lo da todo, que nada pide.

El amor puro trae al universo a la existencia, el amor puro lo conserva, el amor puro lo impulsa hacia la perfección, hacia la felicidad.

Y toda vez que el hombre derrama amor sobre todos quienes lo necesitan, sin hacer diferencias, sin buscar recompensas, desde un puro goce espontáneo en su manifestación, el hombre desarrolla el aspecto de beatitud de la Deidad dentro de él, y prepara aquel cuerpo de belleza y alegría inefables en que el Pensador se elevará, liberándose de las limitaciones de la separatividad, para reconocerse como individualidad, y aún uno con todo lo que vive.

Esta es “la morada no construida con manos, la morada eterna en los cielos” sobre la que escribió San Pablo, el gran Iniciado Cristiano; y él elevaba la caridad, el amor puro por encima de toda otra virtud, porque solamente por medio de ella puede el hombre contribuir en la tierra a edificar esa gloriosa morada.

Por análoga razón la separatividad es llamada “la gran herejía” por los Budistas, mientras que “la unión” es el fin que se proponen los hindues.

La liberación es el escape de las limitaciones que nos mantienen separados, y el egoísmo es la raíz del mal, cuya destrucción es la extinción de todo sufrimiento.

domingo, 19 de abril de 2015

Apertura del Centro de Springbrook: sobre la Sabiduría



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RADHA BURNIER
Reimpreso de marzo 2014, Teosofía en Australia.


Hermanos y hermanas, estoy encantada de estar presente en esta auspiciosa ocasión en la que se inaugurará este Centro, para educación y comprensión espiritual. No podría haber un marco mejor para tal propósito.

Todo nuestro trabajo teosófico es educativo, educación hacia un estado de Sabiduría. “Teosofía”, por supuesto, es una palabra que representa la Sabiduría Eterna, la Sabiduría Divina. Aquí habrá una Escuela de Teosofía, lo que significa una escuela que nos ayudará a nosotros o a quienes vengan aquí a acercarse a la Sabiduría. En Adyar, existe la Escuela de la Sabiduría, pero una Escuela de Teosofía sólo puede ser una Escuela de Sabiduría. Y ¿dónde más puede uno tener la oportunidad de contemplar la Sabiduría que en un lugar que nos hace más conscientes de todo lo que pertenece a la Naturaleza?

Es la tragedia del ser humano vivir en un estado de no sólo aislamiento externo, sino de alienación interna de lo que es natural. Ser natural es difícil para la mente humana, que se ha educado en lo artificial. Se debe reeducar a sí misma en aquello para lo que está predestinada. Por lo tanto, la Sabiduría a veces se la ha descripto como la recuperación de la Naturaleza dentro de uno mismo. Recuperar nuestro estado natural del ser es Sabiduría y en ese estado no existe ninguna barrera entre la vida interna y la externa. La mente crea las barreras, y mientras existan esas barreras, creamos muchos tipos de problemas. Sin embargo, cuando esa barrera se rompe, hay una experiencia de totalidad, que puede ser una experiencia que todos tenemos de vez en cuando, en algún grado. Luego, hay una fuente diferente a partir de la cual la acción tiene lugar y las relaciones se logran.

Cuando hablamos sobre Fraternidad Universal, esto implica derribar la división entre esta vida que imaginamos como separada, y la consciencia o vida que está en todas partes, en la hierba, en los árboles, en los animales, en lo desconocido, en las formas invisibles de la vida que existe. En un lugar de belleza natural como este, existen muchas influencias invisibles y es por esto que lugares así tienen una atmósfera que no podemos encontrar donde se reúnen muchas personas y llenar su entorno inmediato con la ilusión de la separación. Entonces, el trabajo principal de los teósofos es hallar la Sabiduría, destruir estas barreras internas creadas por nuestro modo de pensar. No existe diferencia, estimo, entre alcanzar la Sabiduría y lograr la Fraternidad Universal.

Muy a menudo le damos un significado muy superficial a los Objetivos de la Sociedad, porque no examinamos cuidadosa y pacientemente todas las implicancias de tales Objetivos. A veces, se afirma que la Fraternidad Universal es un Objetivo que pertenece al pasado, que es obsoleto. Tienen que escuchar las noticias todos los días para saber que está lejos de ser obsoleto. Existen luchas por todas partes, una crueldad atroz, odio, falta de comprensión. Incluso desde un punto de vista superficial, es totalmente injustificable decir que la Fraternidad Universal ya no necesita ser reconocida y alcanzada. Desde un punto de vista más profundo hay un nivel de comprensión que está abierto a todos y que puede alterar completamente el estado de la existencia humana.

Pero si vamos a aprender esta universalidad Sagrada, entonces debemos mantener a nuestras mentes de modo libre. Esto es lo que significa ser un estudiante de la Sabiduría, no llegar a ninguna conclusión basándose en percepciones superficiales, sino ir más profundamente en el significado y naturaleza de todo lo que nos rodea.

Universalidad Sagrada

En un libro sobre Taoísmo, el autor usa la frase “Universalidad Sagrada”, porque cuando las divisiones dentro de la mente colapsan, incluso de forma temporal, o algo superficialmente, nos volvemos conscientes de la naturaleza Sagrada de todo lo que existe. Un nuevo sentido de armonía, de paz, entra en la consciencia. Estoy seguro que todos han experimentado esto en cierto grado. Comenzamos entonces a darnos cuenta que la vida es preciosa no sólo en ciertas formas particulares, los seres humanos en particular por quienes tenemos una preferencia, o formas de vida en particular que nuestros pobres ojos pueden apreciar sólo en un momento. La vida es valiosa en todas partes. Según la Teosofía, todo vive. Sólo un profundo sentido de reverencia por todo es un signo de Sabiduría.

La Sabiduría es por supuesto diferente al conocimiento, porque el conocimiento no le ayuda a nadie a comportarse de modo diferente, a relacionar de modo diferente. Sin embargo, la Sabiduría se expresa espontáneamente como conducta e influye en todo lo que hacemos, no sólo físicamente, sino en nuestras palabras, pensamientos etc.  Por lo tanto, nuestro trabajo y deber como teósofos es llegar a este estado de Sabiduría. Suena egoísta, pero no lo es, porque si la Sabiduría existe en una persona, se vuelve un benefactor de la humanidad, de todo aquello que contacta.

En su pequeño ensayo sobre Ocultismo Práctico, HPB expresa que es fácil ser un teósofo, pero es más difícil ser un ocultista práctico. Tal vez era fácil volverse un teósofo desde su punto de vista. Ciertamente es fácil volverse miembro de la Sociedad Teosófica, pero todo miembro sólo está comenzando y debe aprender a convertirse en un teósofo, es decir, volverse un estudiante de la Sabiduría, hollar el sendero de la Sabiduría, impregnarse con la Sabiduría y volverse un benefactor de la humanidad. Para hacer esto, tenemos que examinar pacientemente las verdades que pueden ser demasiado familiares para nosotros, de modo tal que no las consideremos para comprender todas sus implicancias.

¿Qué es la universalidad, ese estado en el que no hay preferencia dentro de la mente, ese estado sin prejuicios? Nuestras mentes están llenas de prejuicios. Incluso cuando no nos conocemos unos a otros, al mirarnos, surgen inmediatamente gustos y aversiones. Las enemistades pueden aparecer cuando nos conocemos, si nuestras opiniones discrepan, o si nuestros hábitos son diferentes. Sin embargo, en el estado de universalidad no puede haber tales prejuicios. En Las Cartas de los Mahatmas, se menciona que la humanidad ha permanecido igual durante milenios. Una de las razones que señalan es el prejuicio con la mente humana. Estamos tan dispuestos a formular opiniones sobre otros, clasificarlos, ponerlos en categorías de aprobados o no aprobados, y luego continuar basándonos en las opiniones que hemos formado. Pero si vamos a aprender esta Universalidad Sagrada, entonces tenemos que mantener nuestras mentes libres. Esto es lo que significa ser un estudiante de la Sabiduría, no llegar a conclusiones basadas en percepciones superficiales, sino a profundizar en el significado y naturaleza de todo lo que nos rodea.

¿Cuáles son las implicancias de estar en tal estado libre de prejuicios y abierto? ¿Puede uno sentirse solo si uno experimenta esta universalidad? Muchas personas sufren de soledad, tal vez todos nosotros en algún momento la experimentamos. No cuestionamos si el dolor se basa en alguna percepción errónea de nosotros mismos, inmediatamente la atribuimos a circunstancias externas. Decimos que la gente no es amistosa, que fulano de tal no me presta la suficiente atención, etc., pero el verdadero problema está dentro de nosotros. Si el corazón y la mente están abiertos, no puede haber soledad, porque somos uno todo lo que estamos.

Problemas

Prácticamente todos los problemas se pueden tratar, disipar, si vamos a las implicancias de los principios importantes de la Teosofía. No es importante si aprendemos los detalles o no. Indagar cuidadosamente en sus implicancias más profundas es lo importante.

¿La muerte nos separa realmente? Parece separar. En todas partes cuando hay separación, aparece el dolor nuevamente. Esta es una experiencia humana muy común. Pero, aunque tengamos una percepción muy limitada de la verdad de que sólo hay un todo, una existencia dentro de la cual puede haber muchos movimientos y formas, entonces, ¿cómo puede haber un sentido de separación, causado por la muerte del cuerpo o de alguna otra cosa? No podemos desaparecer en ningún lado, nadie puede hacerlo. Desaparece la forma, las cosas familiares puede que no existan más, pero todos están todavía allí como parte de la universalidad. Pero debido a que no meditamos sobre esto, la verdad que hay en esto no se vuelve parte de nuestra consciencia. Aunque hablamos sobre estas cosas y leemos libros de la vida después de la muerte del cuerpo físico, seguimos sufriendo del mismo modo. Luchamos y nos apenamos, pero ¿no debería nuestro estudio, en el sentido más amplio del término cambiar todas nuestras respuestas a las innumerables situaciones de la vida?

¿Por qué continuamos sintiendo miedo, si somos teósofos? Un teósofo no puede tener miedo. ¿Miedo a qué? Todos estos problemas, soledad, el dolor de la separación, miedo, ausencia de paz, todos estos son síntomas de falta de comprensión. De modo que educarnos a nosotros mismos en la Sabiduría es tal vez el trabajo más importante del teósofo, y esta educación no se detiene. Si decimos que somos teósofos o que queremos ser teósofos, significa que hemos comenzado a intentar llegar a esta Sabiduría. Si estamos interesados en esto, también podemos comunicar a otros la importancia de la Sabiduría en la vida, especialmente en un mundo donde la gente cree que puede hacer esfuerzos para producir la paz y solucionar los numerosos problemas de la vida sin cambiar nada en su propia conciencia.

Cambiar desde el interior: de falta de Sabiduría a Sabiduría

Es importante comunicar la necesidad para este cambio interior: de falta de Sabiduría a Sabiduría. Este otro tipo de Conocimiento, que es Sabiduría, puede de modo natural y fácilmente hacernos a todos amigos, darnos a todos una nueva percepción de la valiosa naturaleza de la vida, y hacer que todo lo que hagamos tenga un toque curativo. No podemos decirle a la gente qué es la Sabiduría, porque no hemos llegado a ese estado y las palabras no contienen a la Sabiduría. Las palabras sólo indican algo.

Por lo tanto no es nuestro deber decirle a la gente qué pensar, qué decir o qué hacer. Una de las características más atractivas de la Sociedad Teosófica es que deja a todos libres de descubrir por sí mismos, de inquirir, descubrir. Sólo indica ciertas cosas importantes, que pueden actuar como reglas generales. Por lo tanto, no nos corresponde a nosotros decirles a las personas qué deberían hacer o ser. Pero ciertamente podemos compartir con otros nuestra pasión por llegar a un logro diferente que resultará naturalmente como paz, y en soluciones a problemas que todos quieren.

Nuestras realidades actualmente son sombras de realidades. Le asignamos realidad a cosas que son completamente irreales, y este es el motivo por el que se dice que quien encuentre la Sabiduría debe aprender a conocer lo irreal. ¿Están nuestras percepciones de acuerdo con la verdad de las cosas? Cuando decimos que tal persona es de determinada manera, es sólo mi percepción del momento, sin embargo, creo que tal percepción es real y actúo según esa falsa realidad. En primer lugar, debemos darnos cuenta de la falsedad de las realidades falsas en las que vivimos. Luego, tal vez, podemos llegar a percibir la Verdad de las cosas; la Verdad es lo que todo es en sí mismo, no como lo vemos, sino lo que realmente es.

Como se mencionó al comienzo, la esencia de la Sabiduría es la percepción de la unidad de toda la existencia, de la naturaleza Sagrada de todas las formas de vida. Por lo tanto, todo nuestro trabajo debe hacerse en cooperación, en armonía. No podemos comenzar con tensiones y divisiones y hacer este viaje hacia la Sabiduría. En el comienzo nuestra cooperación se puede basar en una comprensión más vaga, pero luego esa vaguedad desaparecerá y seremos intensa y totalmente conscientes de nuestra relación con todo lo demás, como partes del todo. Entonces, no podemos sino asociar la Fraternidad Universal con la Sabiduría.

Por lo tanto, en este Centro, cuyo propósito es ser un centro educativo y de retiro espiritual, espero que muchas personas puedan desenvolver la naturaleza de la Sabiduría dentro de ellos; y esta educación, que no es sólo las conferencias y clases en este lugar, sino meramente estar con toda la bella vida circundante y asimilar algo de su armonía natural, será todo de ayuda para el mundo. Poca educación se obtiene por medio de palabras. Las palabras pueden ayudar, pero hay un proceso educativo que llega por percepciones meditativas, por el silencio, por el examen interior, lanzándose a las profundidades. Este es un lugar ideal para todo eso.

En los asuntos de nuestra existencia diaria en el entorno urbano, con la presión de actuar y de estar siempre haciendo algo, perdemos de vista lo esencial. Es bueno alejarse, para poder mirar a las cosas con una perspectiva diferente, con un estado de mente diferente, tal vez con compañía diferente. Por esto espero que este sea un Centro de florecimiento espiritual maravilloso, que fortalezca el trabajo de la Sociedad Teosófica, que no es nada más que crear un mundo más bello, produciendo una percepción de la vida en un nivel diferente.