miércoles, 16 de septiembre de 2015

Radhaji, de este mundo y de aquél


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LINDA OLIVEIRA
Presidente Nacional de la Sección Australiana y ex Vicepresidente de la Sociedad Teosófica

El 31 de octubre 2013, la Sociedad Teosófica perdió a su Presidente, quien había estado por más tiempo en el cargo. La Sra. Radha Burnier fue muchas cosas para mucha gente, y los diferentes tributos realizados durante la Convención Internacional 2013 dejó en claro el impacto que produjo en muchas vidas, en todo el mundo. Ella representaba una dedicación a la Sociedad, y a su trabajo, hasta el momento de su deceso, posiblemente sin igual.

Tuve el privilegio de estar directamente relacionada con Radhaji desde 1981, mientras vivía en los Estados Unidos. Mucho después, durante una visita a Adyar en 1998, generosamente me dio aproximadamente una hora de su tiempo para mostrarme una parte del predio. En ese momento, su profundo interés por la Sede Internacional y sus numerosos departamentos era muy evidente. Nuestros senderos se cruzaron algunas veces, con el trascurrir de los años, lo que culminó en una experiencia inolvidable, trabajar en relación directa con ella en Adyar, entre principios de 2009 y finales de 2011.

Indudablemente muchos miembros de la ST consideraban a la Sra. Burnier no sólo su Presidente, sino su líder espiritual. Podemos hablar de sus cualidades, así como también de las muchas actividades conectadas con el trabajo de la ST, con las que estaba relacionada, junto con los diversos honores que le brindaban. También podríamos hablar del aprecio que tenían por ella en elevados niveles de India, y los muchos individuos a los que silenciosamente ayudó. Sin embargo, estas cosas parecen ser casi superficiales en términos de su vida más profunda. No hay dudas que su personalidad era a veces difícil de comprender, ciertamente tuvo sus detractores con el pasar de los años. Aunque esperaba cierto estándar de sí misma, y de aquéllos con los que estaba en estrecho contacto, Radhaji, notablemente, podía también aceptar deficiencias evidentes en otros.

La Sra. Burnier tenía a su alrededor un aura perdurable de fuerza, profundo contento, y frecuentemente una atmósfera de innegable santidad. Uno no tenía que ser especialmente sensible para advertir esto y para sentirse afectado por ello. A veces se expresaba como una inmediata ola de benevolencia.

Radhaji mostraba reiteradamente en sus charlas y en sus escritos una relativamente rara fusión de corazón y mente. En muchas ocasiones, esto se reflejaba en un tipo superior de Sabiduría, que se expresaba de diferentes formas. Ella tenía una certeza profundamente segura sobre varios temas, incluyendo lo que implica llevar una vida teosófica. También mantuvo vivo el espíritu de una seria reflexión y de una búsqueda con mente abierta en la ST, manteniendo así un enfoque que es vital a fin de evitar que la Sociedad sea superficial, se limite, o, aún peor, se transforme en algún tipo de culto.

Sus intereses diversos en numerosas áreas de la vida se demostraron ampliamente en la antología de sus artículos “Desde la Atalaya”, publicado en 2009, como El Mundo a nuestro alrededor. Los artículos se dividen en varios temas. Algunos de ellos son: Teosofía y la ST; Teósofos notables y otras personalidades; la Escuela de la Sabiduría y Adyar; Fraternidad; Ética; Libertad; Amor; Religión, Ciencia y Tecnología; Madurez de la mente; Progreso; Civilización; y Mujeres. Tal vez el libro merezca ser más conocido, porque es un rico registro de veintisiete años de atentas observaciones sobre la vida, a través del análisis de una Presidente internacional de la ST que vio mucho del mundo.

La vida espiritual y el Sendero
La opinión de Radhaji sobre la vida espiritual, el Sendero, y temas relacionados, fueron presentados claramente en su pequeño volumen No hay otro Sendero a seguir. Sus opiniones naturalmente tuvieron un efecto en cómo ella vivía. Por ejemplo:

Trascender la vida mundana significa estar internamente libre de exigencias, estar contento con lo que viene sin pedir, ya sea alegría o pena. Pedir y estar satisfecho al obtener lo que se pide es el camino del mundo. No pedir nada, ya sea del karma, de Dios, de otras personas, y permanecer contento con lo que sea, es la señal de una naturaleza no mundana. (p.14)

En una ocasión, fue interesante observarla sentada durante un periodo bastante largo en un aeropuerto, estaba muy contenta observando atentamente a quienes estaban a su alrededor, incluyendo un niño pequeño. Ella hizo un comentario respecto al desinhibido juego y autoexpresión, que eran tan obvios debido a la ausencia de esos filtros sociales y esa autoconsciencia que son asumidos típicamente por niños más grandes y adultos. 

El contento sugiere simplicidad, un tipo único de elegancia. Muchos de nosotros complicamos indebidamente nuestras vidas de innumerables formas. Su conducta, su aspecto, su hogar, y su persona, eran simples, pero ciertamente no simplistas. Éstos respondían a lo que ella consideraba esencial. Tal vida, supuestamente, surgía de una mente poseída de una cualidad firme, no en el sentido de rigidez excesiva, sino de una mente poseída de un sentimiento por lo que realmente es importante en la vida.

Tal vez, fue en parte por su renuencia a enfocarse en lo personal, o a pedir cosas para ella, que ayudaron a marcar a Radhaji como poseedora de una naturaleza ausente de mundanalidad. Ciertamente, a veces, una notable cualidad “de otro mundo” parecía envolverla.

Con el transcurrir de los años, los retiros que ella condujo demostraron no sólo su habilidad para obtener inspiración de muchas fuentes, sino también sus únicas, propias y penetrantes percepciones de la Vida. En tales ocasiones, ella era un medio particularmente fuerte para aquellas influencias que no pertenecían a este mundo.

Una afirmación particularmente desafiante en No hay otro Sendero a seguir, dice:

La verdadera renunciación no es un acto único e increíble. Es la eliminación diaria de pensamientos, motivos y recuerdos que son del mundo, los pequeños deseos de disimular, los impulsos agresivos, los pequeños apegos, el recuerdo y rememoración del placer, etc.

Algunos se deleitarían con esta filosofía, otros se mantendrían al margen de ella. Radhaji simplemente la adoptó. No hablaba a menudo del pasado, y rara vez de pequeños apegos. Tal vez los apegos más perdurables que tenía, se relacionaban con cosas tales como el bienestar de la Sociedad Teosófica y las otras ocupaciones humanitarias con las que se involucraba, además de sus mascotas (tenía media docena cuando murió), y la Sede Internacional en Adyar.

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Nuestro desafío es llenar significativamente cierto vacío que se sintió muy intensamente durante algún tiempo después de su fallecimiento; por cierto, este proceso se está produciendo con nuevas energías que se hacen sentir en la estructura de la ST, junto con la elección de nuestro nuevo Presidente internacional, el Sr. Tim Boyd.

La vida de la Sra. Radha Burnier fue de meticulosa restricción, como pudimos ver en su entorno inmediato. Sin embargo, ella también parecía poseer una cualidad de plenitud espiritual y realización, que comparativamente pocos de nosotros somos capaces de disfrutar. Que tenga ella un muy merecido descanso. Finalmente, para citar una famosa frase de uno de Aquellos que están detrás de la formación de la Sociedad Teosófica, un espíritu apropiado hacia su vida de nuestra parte sería: “La ingratitud no es uno de nuestros vicios.”