M. P. Singhal
El Sr. M. P.
Singhal es el Vice-Presidente internacional y ex Secretario General de la
Sección Inda de la Sociedad Teosófica. Charla dada en la Convención
internacional, Adyar, Diciembre 2011
La Sra. Radha Burnier,
Presidenta internacional, al pronunciar su discurso en la Convención de la
ST el 26 de diciembre de 1986, dijo: “No puedo resumir mejor el propósito de
la Sociedad, que usando las palabras ‘Regeneración Humana’, la revolución
interna que purifica la mente.”
Para terminar con el
sufrimiento, el Buddha sugirió el óctuple sendero de la rectitud. Pero mayor
que eso es el objetivo de la regeneración espiritual de la humanidad. N. Sri
Ram dijo: “Es de importancia fundamental, porque cuando esto acontece, todo
lo demás le sigue. Las fuerzas que aparecen en la regeneración producirán su
efecto en las condiciones externas. Producir un cambio externo solamente no
es suficiente. Es como enseñar buenos modales.”
Mientras Krishnamurti
estaba siendo iniciado, su maestro le dijo: “La Voluntad, la Sabiduría y el
Amor son los tres aspectos del Logos y por lo tanto elementos esenciales en
la auto-preparación para la regeneración.” Sin embargo la Voluntad, la
Sabiduría y el Amor son meras palabras y su esencia debe ser internalizada y
reflejada en nuestros pensamientos, palabras, actos y comportamiento. Para
aprehenderla tenemos que vivir estos aspectos en la vida diaria
diligentemente, con nuestra consciencia plena.
Todo trabajo, grande o
pequeño, necesita preparación. La Convención actual es tal vez el resultado
de una preparación larga y persistente. La misión de la NASA de hacer que un
hombre aterrizara en la luna en los años sesenta, fue llevada a cabo en
trece misiones Apolo realizadas durante esa década. Estos son ejemplos de
trabajos en la esfera física. La purificación de la mente pertenece a un
área más sutil y la preparación puede extenderse por varias vidas.
Al igual que un árbol, que
aunque lo corten puede crecer una y otra vez si
sus raíces no están dañadas y son fuertes, nuestra alma es la raíz
imperecedera de nuestra vida y puede regenerarse, vida tras vida. El
aspirante tiene la seguridad de la posibilidad de la regeneración por una
gran verdad: “Que el alma del hombre es inmortal y su futuro es el futuro de
algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.” Ahora el aspirante hace
de la regeneración su propósito definitivo en la vida y realiza acciones
deliberadas para lograr su meta.
Durante la sesión de
Preguntas y Respuestas en el Noveno Congreso Mundial de la Sociedad
Teosófica en Sydney, Australia, se nos dijo que la compasión es superior a
la sabiduría. Si hay que elegir entre la sabiduría y la compasión esta
última es la que se debe elegir, dijo el Ven. Prof. Rinpoche, un panelista,
porque si la compasión está presente la sabiduría le seguirá.
Asoka, el emperador
mauryano de India en 265-238 a.C., conquistó el país Kalinga (estado Orissa
del norte), pero los terribles sufrimientos que la guerra ocasionó a los
derrotados lo conmovieron tanto, que renunció a la conquista armada para
siempre. Por lo tanto el poder de la compasión lo transformó completamente.
Se puso en contacto con el budismo, lo adoptó, hizo los votos de predicar el
dharma (principio de la vida recta) y de servir a toda la humanidad
siguiendo una nueva política de “conquista por medio del Dharma”.
El primer paso en la
auto-preparación para la regeneración es practicar diligentemente el Yoga
Ashtânga de Patañjali: Yama, Niyana, Âsana-s, Prânâyâma, Pratyâhâra, Dhyâna,
Dhârana y Samâdhi. Entrena nuestros cuerpos físico, mental y emocional;
también purifica, disciplina, energiza y sensibiliza estos cuerpos. Uno
puede vivir desde el interior, que implica vivir en constante contacto con
nuestro Yo Superior, haciendo de cada vehículo un instrumento dispuesto y
eficiente de ese Yo Superior. Más aún, cada vehículo actúa solamente en
respuesta a los impulsos que vienen del interior y es positivo respecto a
los impulsos que proceden del exterior.
El segundo paso es la
auto-consciencia. El aspirante debería estar consciente del contenido de su
consciencia que puede tener temor, ansiedad, celos, deseos, ira, pereza,
avaricia, apegos, mala voluntad, dudas, sentimiento de culpa, rencor,
confusión y conflicto. Estar consciente de ellos es un paso esencial para
eliminarlos de la consciencia. Además necesitamos fortaleza, desapego,
fuerte poder de voluntad, y especialmente compasión. Necesitamos sustituir
con el opuesto lo que queremos depurar. Si queremos eliminar la pereza
tenemos que practicar una constante actividad. La pereza se debilitará y
será sustituida por la actividad. Para mejorar la auto-consciencia,
necesitamos practicar el silencio hasta que el hábito de enfocar
instantáneamente la atención se desarrolle.
Observemos el mundo natural
en su proceso de regeneración. En 1995 mi esposa y yo tomamos de Adyar
varias plantas de vincapervinca y las plantamos en macetas en Delhi. Nunca
les pusimos ningún tipo de fertilizante. Periódicamente las regamos y las
podamos cuando termina su floración. Se han regenerado año tras año en el
suelo original, estando al sol y al aire natural. Sólo cuidamos que las
raíces estén protegidas de las hormigas blancas y de otros organismos
dañinos.
Tomando este ejemplo de la
naturaleza, el cuerpo físico se puede considerar similar al suelo, y el alma
a la raíz de la vida; necesitamos mantener el cuerpo físico en buena salud,
libre de enfermedades, debidamente hidratado, y sentir el alma con su poder
de voluntad, amor y compasión. Este es el tercer paso en la regeneración.
El cuarto paso es adquirir
sabiduría. Esto es posible si vivimos de acuerdo a la Escala de oro,
practicando y perfeccionando cada paso de la misma diligente y
pacientemente. Los primeros cuatro pasos deben ser dominados e incorporados
en nuestra vida antes de continuar avanzando. El servicio generoso
enriquecerá y ampliará la sabiduría, el observar la naturaleza y la vida
inteligentemente ayudará. El quinto paso en la regeneración es desarrollar
la voluntad por medio de la serenidad, y practicar el no reaccionar.
Consideremos la mentalidad
de Gandhi y de la Madre Teresa. A su regreso a India procedente de Sudáfrica
en 1915, Gandhi viajó extensamente por tren para conocer las condiciones de
la gente y su dura pobreza. Viajó siempre en la clase más baja, la tercera.
En cierta ocasión un periodista le preguntó a Gandhi: “Señor, por qué viaja
usted en tercera, ciertamente usted no es tan pobre”. Gandhi le contestó que
era porque no había clase cuarta disponible para poder viajar en ella. En
otra ocasión cuando fue a Inglaterra a un Congreso con debates, y estando
vestido con lo mínimo, un periodista inglés le preguntó: “Señor, ¿cómo se
presentará usted ante su Majestad el Rey con esa ropa que se puso?” Y Gandhi
contestó: “Seguramente el Rey se pondrá una cantidad suficiente como para
compensarlo.” Ambas respuestas reflejan el factor dominante de la pobreza de
India en su mentalidad y un profundo interés para amoldarse y actuar en
consecuencia.
Una americana vino a India
a ver a la Madre Teresa y le pidió que la entrenara en su Âsrama. La Madre
Teresa dijo: “No tenemos nada que enseñarle. Debería regresar a su país y
comenzar a servir al primer hombre que encuentre en la calle.” Comience
ahora, donde usted está. Ella creía en la acción, sin demora alguna.
Para modificar la
mentalidad, necesitamos ejercitar la constante presión de la voluntad,
llenando continuamente la mente, el corazón y el alma con compasión. Pronto,
las cualidades de auto-determinación, auto-dependencia, paciencia,
tolerancia y resistencia se reflejarán en la actitud y en el comportamiento,
en una transformación de la personalidad.
El amor es el afecto que
comienza con la atracción hacia la verdad, la belleza y la bondad en las
personas o los objetos. Cuanto más aplicamos estas virtudes en nuestra vida
generosamente, más se fortalece el lazo de amor. Y su fuerza no tiene
límites. La compasión se puede desarrollar por empatía con las miserias
existentes en los hechos o las personas.
Por ejemplo, existe el relato de
la situación inhumana de los prisioneros de guerra americanos e ingleses que
fueron obligados a construir la línea del ferrocarril con un puente sobre el
Río Kwai en Tailandia durante la segunda guerra mundial; la historia de la
persecución de los judíos por parte de los alemanes; la del hundimiento del
Titanic en 1912; una visita a una residencia para enfermos terminales donde
personas generosas y dedicadas cuidan a los pacientes; éstos y otros casos
similares evocarán empatía. Gandhi solía iniciar un ayuno cuando se sentía
profundamente tocado por el sufrimiento humano. Un castigo auto-infligido le
ayudaba a identificarse con el sufrimiento de otros y lo purificaba
espiritualmente, evocando un profundo sentido de unidad de vida, y
transformándolo completamente.
El practicante, renovado de
este modo, evolucionará de lo personal a lo universal, de la ausencia de
interés a la compasión. A tales seres regenerados, la satisfacción aparecerá
como la mayor riqueza. Vivir en lo eterno traerá paz, conocer el Yo como lo
Uno dará fortaleza. Y como nos transformamos por el poder regenerador de la
compasión, realmente veremos lo que vemos, escucharemos lo que oímos,
sentiremos lo que sentimos, haciendo realidad el llamado que HPB le hizo a
los delegados reunidos en una Convención americana: “La Teosofía nos ordena
trabajar por la Humanidad”, el sello distintivo del hombre regenerado.