Radha Burnier
La historia de las
relaciones humanas muestra que en general las mujeres han sido tratadas como
seres inferiores que se deben subordinar a los hombres y a sus modos de
comportamiento. Por supuesto, hubo veces y áreas en las que la posición de
las mujeres no ha sido tan mala como se puede pensar. Pero frecuentemente,
no se les ha dado el rol adecuado en la sociedad humana. Se las ha tratado
casi como esclavas o como seres humanos inferiores, o como una posesión
personal que se debe mantener usualmente apartada de la gente. Esto
significa que la mitad de la humanidad es marginada. Se les impide usar el
poder de pensar y de desarrollar las cualidades que yacen ocultas en cada
ser humano.
Al considerar a las mujeres
desde un punto de vista humano y racional podemos concluir que se les debe
dar toda oportunidad de desarrollarse, al igual que los niños varones y los
hombres, y estimularlas a educir las cualidades buenas en ellas. El
desarrollo de las mujeres, cuando está retrasado por las circunstancias,
significa la reducción de la iniciativa humana y de la posibilidad de
elevarse a alturas mayores. Este hecho afecta a toda la humanidad, y la
actitud hacia las mujeres debe ser bien comprendida.
A menudo las mujeres son
tratadas como objetos de los que se obtiene entretenimiento, placer y todo
tipo de satisfacciones personales. Nuevamente repito que no me refiero al
tratamiento que reciben todas las mujeres. Por supuesto existen diferencias
en su trato. Pero el hombre moderno le brinda dicha sólo en pocos casos y un
gran porcentaje no lo hace. En la vida moderna existen muchas mujeres que
tienen la oportunidad de ser libres, y de hacer el mejor uso de sus vidas:
las acciones que educen el aspecto espiritual que, a su vez, puede influir
en todos los otros seres, en vez de educir los peores rasgos animales que
convierten a un ser humano, debido a su mente astuta, en algo peor que
cualquier animal. Puede ser cruel en toda oportunidad y volverse peor que
cualquier animal inocente que veamos.
Las mujeres naturalmente
tienen la maravillosa oportunidad de ayudar a los niños cuando son jóvenes y
receptivos, y brindar guía en su etapa temprana e incluso más tarde, al
crecer. Por lo tanto, podemos decir que el derecho de las mujeres a criar
niños y realizar las actividades del hogar desarrolla características
ocultas tales como producir orden y despertar un aprecio amoroso que supera
las dificultades, aspectos que no existen en otras personas. Pero además de
ese trabajo que requiere ser hecho en hogares individuales, las mujeres
pueden producir en la sociedad misma una cualidad de acción perceptiva. Una
bondad amorosa en las relaciones y una aspiración hacia cosas elevadas que
ella conoce instintivamente, se vuelven muy importantes en el desarrollo de
la sociedad. Las mujeres deberían por lo menos tener las mismas
oportunidades que los hombres a medida que maduran y envejecen.
Existen sociedades incluso
en el presente, en las que las niñas y las mujeres en general no se les da
la posibilidad de desarrollar la naturaleza espiritual superior que toda
persona necesita, para que la humanidad como un todo se eleve hacia su
destino esencial. Esto significa llevar a cabo su propósito en la vida.
Quienes creen en la reencarnación sabrán que casi nadie nace sólo en cuerpo
femenino o masculino, porque es por medio de encarnaciones en circunstancias
diferentes que las cualidades espirituales tienen la oportunidad de
perfeccionarse. De modo que la idea de que una mujer nacerá una y otra vez
en el mismo sexo, es falsa. Pero por supuesto, muchos en la actualidad no
aceptan la verdad de la reencarnación. Sin embargo, quienes sí la aceptan,
se deben dar cuenta que el nacimiento como mujer tiene su propio valor. Las
cualidades desarrolladas fácilmente en esa posición educen cierta parte del
ser humano; cuando tienen la oportunidad de encarnar como hombres o como
mujeres, se desarrolla un ser holístico. Éstas y muchas otras razones
demandan que se trate a las mujeres como seres humanos reales, no como
juguetes o cosas a ser usadas por los hombres. Si le dan una posición
adecuada en el hogar y en la sociedad, la mujer desarrollará muchas más
oportunidades de crecer en dignidad, conocimiento y carácter.
No piensen
que estamos hoy aquí para apoyar el Movimiento de Mujeres. No es un
Movimiento de Mujeres, es un movimiento humano. Los hombres y las mujeres no
pueden ser separados en dos mitades diferentes. Existe sólo una humanidad.