domingo, 1 de septiembre de 2013

Desde la Atalaya


RADHA BURNIER

 Muchos senderos, una Verdad

   Ciertamente, la vida no es divisible, aunque actuemos como si lo fuera. Mientras decidamos que la vida está dividida y que todos podemos disponer por nosotros mismos dónde y cómo se divide, estaremos en conflicto entre nosotros. Por lo tanto, es importante para todos aprender más sobre la vida, hasta que su naturaleza real se aclare. Pero desafortunadamente cada ser humano se comporta como si hubiera una idea sobre la vida: cómo volvernos más importantes sin considerar su propósito.

   La vida es inmensamente rica y creativa. También es profunda, sutil, dinámica, y por lo tanto no es fácil aprender qué es, y cuánto está todo y todos intrínsecamente relacionados. La Verdad es la percepción de la vida, y es tan difícil obtener conocimiento de la verdad como de la vida. En cada etapa es probable que creamos que la vida es aquí y ahora como la conocemos. Esto se vuelve una expresión y un sendero de desilusión que se transforma en el modo de vida de cada persona. Por cierto, hasta que conozcamos la Verdad, que es la percepción de la vida como un todo, estamos destinados a la desilusión.

   El agua que fluye por cualquier grifo o fuente, si está en un recipiente, estanque, lago u océano, es sólo agua. Puede estar sucia o limpia, puede haber poca o mucha como en el océano, que no la veamos siempre sino sólo de vez en cuando. Cuando está en la nube o está por transformarse en lluvia, aún así es agua. No es tu pensamiento o el mío, sino una parte de todo el proceso que opera físicamente. Esto por supuesto no es demasiado difícil de comprender.

   La vida también existe en innumerables formas, en insectos o humanos, en devas o en Buddha, no importa cuál sea la forma. La vida no tiene divisiones pero parece dividida y divisible. En cualquier aspecto o tal vez en infinitos aspectos, impregna dimensiones que el ser humano común no conoce.

   La verdad también tiene aspectos infinitos y se encuentra en profundidades a las que nunca hemos entrado. De modo que podemos decir que es tonto afirmar “Conozco la verdad”. Como afirmaron personas iluminadas, quien sabe que no sabe es una persona sabia. ‘Verdad’ y ‘vida’ son palabras difíciles de usar en su verdadero sentido. Manifiestan lo que es intrínseco, nada más. Su deber, significado y bondad está más allá de toda medida, y el hombre no lo conoce porque no manifiesta lo que nosotros pensamos que la palabra significa. Toda la vida de algún modo señala en esa dirección, pero todavía está muy lejos del conocimiento y comprensión del hombre. Cuando los hombres usan la palabra ‘vida’ o ‘verdad’, sólo piensan que estas palabras tienen un significado que es conocido y conocible.

   Ser Buddha significa saber, y todo es conocible para un Buddha. Su mente es infalible porque se ha vuelto infinita. Todos los límites se rompen y su mente conoce lo ilimitado. Por cierto, la mente de Buddha es infinita. Este es un tema difícil de comprender y de ser consciente, pero todos conoceremos la vida o la verdad algún día. Hacia allí nos dirigimos.

   Quienes están más avanzados son conscientes de hacia dónde vamos y por lo tanto de la riqueza sin límites, de cuán profundas, sutiles y dinámicas son la vida y la verdad.



El arte de vivir

   Existen aspectos del verdadero arte, dignos de destacar, pero ignorados debido a nuestra mala interpretación de la palabra ‘arte’. Quienes son conscientes saben que todo arte nos hace percibir la armonía. Si la armonía no aparece de la creación de algo, no concuerda con el arte. El arte es lo que nos hace concientes de una proporción bella, una simetría perfecta (incluso de asimetría) de sonidos, colores y formas. Sin éstos, el arte no es evidente y por lo tanto el arte de vivir debe tener el Orden que proviene de la bella armonía de sonidos, colores y formas.

   Por lo tanto, parece que se logra un nivel más elevado de significado cuando algo es como una flor que crece a partir de una pequeña semilla y se transforma en una fuente de experiencia cada vez mayor. Como lo hacemos al observar una flor que aparece, “Ver el mundo en un grano de arena”, es una experiencia que es transformadora. Existen muchas expresiones similares en la literatura valiosa; por ejemplo, cuando Wordsworth escribió sobre “el esplendor en la hierba y la gloria en la flor”. Esto indica que la armonía es la naturaleza del universo.

   El descubrimiento de la armonía es el objetivo del yoga y de todas las grandes actividades; éstas también revelan algo, aunque sean fragmentos de esta verdad fundamental. Uno de los Mahatmas escribió: “Reconocemos sólo una Ley en el universo, la Ley de la Armonía, el equilibrio perfecto”. Esta es la existencia de la sattvaguna o cualidad más sutil, que implica el descubrimiento de lo que el yoga significa realmente.

   Paul Davies escribe en Superforce: “Existe una unidad en el universo y otra que va mucho más profundo que una mera expresión de uniformidad. Es una unidad que dice que sin todo no se puede tener nada”. Esta afirmación es sorprendente, brinda un destello de la Naturaleza que J. Krishnamurti también consideró. Él escribió: “La belleza no está en el museo, en la pintura, en las estatuas, o al escuchar un concierto; la belleza no está en un poema o en el bello cielo de un atardecer, o en la luz sobre el agua, o en el rostro de una persona bella, o en un edificio. Sólo existe la belleza cuando la mente y el corazón están completamente en armonía, y esa belleza no la percibe una mente superficial que está atrapada por el desorden del mundo”.

   Las obras de arte reales pueden trasmitir este principio interno en la Naturaleza en una pequeña medida. Los artistas verdaderos crean lo que ven, oyen, etc. pero pronto regresan al caos y se vuelven parte de la desarmonía del mundo. Su visión de armonía es fragmentaria, porque su material para expresarla es temporal. Incluso su técnica carece de la cualidad esencial de convertir la vida en la forma, y por lo tanto es defectuosa.

   Por lo tanto, el arte de vivir es armonía desplegándose en niveles más profundos de significado. Luz en el Sendero dice: “Antes que los ojos puedan ver, se debe lograr la armonía interior. Es el modo en que comprendemos. En una de las Cartas a las Escuelas, Krishnaji expresa: “Toda la existencia es relación. Sin ella, no puedes vivir”. Existe una verdadera relación sólo cuando hay armonía, porque cuando es perfecta, produce una atmósfera que es irreemplazable. Cuando no existe tal armonía, la relación se rompe, se dispersa, es imperfecta.

   Debemos examinar toda la cuestión de la vida, la relación entre la armonía y el logro en la vida, antes de acercarnos a su comprensión. Cuando miramos la cuestión sólo desde el punto de vista externo, realmente no comprendemos. Incluso un gran artista como Beethoven obtuvo la verdad sólo en algunas oportunidades.



La paz que sobrepasa el entendimiento

   Toda defensa y agresión, cualquier cosa en la que pensemos que sea ofensiva, engendra brutalidad, negligencia y otros problemas similares. La palabra ‘global’, desafortunadamente, ha cambiado su significado y se refiere a hechos superficiales relacionados al comercio, a la comunicación rápida, la imitación, etc. No se refiere a algo que está relacionado con lo que le sucede a toda la vida. De modo que la cultura global incluye moda, placer, explotación y cosas similares, pero no un sentimiento en el que todos comparten esa experiencia universal.

   Por supuesto que sabemos que no podemos tener paz cuando en la conciencia humana existe la inquietud de no saber dónde vamos, y básicamente un temor que puede terminar en nada. La avaricia puede existir para casi todo, para bienes materiales, satisfacción psicológica, superioridad moral o poder espiritual. Puede permanecer inadvertido e intacto, creciendo oculto detrás de falsa idea de que uno es puro y que no está sujeto a este tipo de dificultad.

   Las ideas de universalidad y responsabilidad universal también pueden permanecer superficiales en muchos casos. Si no existe un auto-examen, ni un deseo de descubrir qué es realmente auto-comprensivo y el significado profundo e íntegro de la Paz, el problema continuará bajo la superficie. La paz que sobrepasa el entendimiento tiene una profundidad inimaginable, pero es posible que seamos inconcientes de este hecho y por lo tanto que haya lucha y peleas con cualquier cosa que obstaculice nuestros deseos. La mayoría de las personas quiere extender su área de seguridad y por lo tanto perciben una sensación insegura. Esto es lo que está básicamente detrás de los sentimientos nacionalistas y otros, que parecen muy loables.

   El hombre moderno defiende no sólo su persona física y se apropia de un nombre sino que también trata de obtener lo máximo que puede para sí, lo que domina. Su inseguridad se extiende a su auto-identidad e incluso la identidad de su nación y de la gente a quien él piensa que pertenece. Ciertamente, el sentimiento de inseguridad es más intenso ahora y se ha extendido mucho más que antes porque su mundo mental ha crecido y puede incluir todo o algunas cosas con las que no está conectado.

   ¿Cómo puede haber paz en estas circunstancias, en un ambiente que cada ser humano puede crear pero del que es inconciente? La guerra y la violencia necesariamente van a aumentar en múltiples direcciones. El ser humano de la actualidad no puede saber quién tiene armas, y qué poder tiene la persona con la que se encuentra. ¡Cómo podemos saber exactamente cuán poderosos son los pueblos, la nación, la mentalidad de los otros!

   Cuanto más fuerte es el sentimiento de inseguridad, más agresiva y egoísta puede ser una persona internamente, aún cuando parezca pacífica externamente. Hablar de paz en algún lugar no indica necesariamente tener fe en ella. Obviamente, la idea de que la guerra esté ausente, o la disposición a cumplir con la necesidad de terminar los conflictos, realmente indica conformidad con el ideal de la paz. Es posible que la idea de que Satya Yuga o la era de la paz termine en el Kali Yuga. Por lo tanto, es importante para nosotros descubrir cómo podemos mantener la paz en tiempos que son difíciles, cuando los conflictos pueden aparecer en cualquier parte.

   En esta situación, podemos pensar en el Señor Gautama, el Buddha, cuando se encontró con el terrible criminal Angulimala en el bosque. El criminal pensó atacar a Buddha y estaba listo para hacerlo. El Buddha al parecer estaba consciente de esto pero no tenía miedo y estaba listo a tratar la situación. Estaba tan sereno y habló de modo tan natural con el criminal que éste cambió totalmente. Esto puede suceder con cualquier persona que actúa profundamente.

 Todo reino que se divide, corre a la ruina;

no hay ciudad o familia que pueda durar con luchas internas.

Mateo 12:25