sábado, 9 de febrero de 2013

¿ES EL YO UNA ILUSION?



P. Krishna

Hemos visto hasta ahora que el conflicto y la violencia en la sociedad surgen del conflicto y la violencia dentro de nuestra consciencia. Y el conflicto y la violencia internos surgen del proceso del ego en nuestra consciencia. Así, la próxima interrogante que debemos explorar es ¿qué es este ego? ¿Efectivamente existe como una realidad en la Naturaleza, o es una ilusión en el sentido que es meramente una creación de nuestra propia imaginación? Esta es una pregunta importante, porque si existe en la Naturaleza, no podemos eliminarlo. Pero si está basado en suposiciones que no existen excepto en nuestra imaginación, entonces no tiene existencia en la Naturaleza, sino que tiene una existencia solamente en la imaginación, así como los cuentos de hadas son creados solamente por nuestra imaginación. Puede que estén en un libro, pero no son reales. Pero cuando se toman como reales, se vuelven una ilusión. Si el ego es algo que efectivamente existe en la Naturaleza, entonces podemos solamente aprender a manejarnos con él y con los problemas que crea. Pero lo que estamos explorando aquí es algo muy diferente. Estamos explorando si es posible  disolver el ego, comprendiendo el proceso  por el que se forma, de modo que no tenemos que  controlarlo. Así la libertad es algo totalmente diferente de controlar el ego, o de purificar el ego. La persona altamente sofisticada y educada expresa su ego de una manera refinada, de una forma más  sofisticada que la persona inculta. Pero internamente no hay mucha diferencia entre los dos individuos. Por otra parte hay una tremenda diferencia entre la persona que vive libre del ego y quien está atrapado en él.
                 ¿Es el ego una ilusión creada por nuestra propia mente? Primero que todo uno puede observar por uno mismo que no hay egos  por todas partes en la Naturaleza sino en la consciencia humana. Los animales pueden ser violentos en alguna medida, pero los animales no tienen un ego. No son intencional y deliberadamente violentos. Y el niño humano cuando nace es como un animal; no tiene ego, puesto que no tiene la capacidad de pensar e imaginar. Así, debemos examinar: cuándo entra en existencia el ego cuando crece el niño, y cómo aparece, porque todos hemos sido niños y hemos atravesado este proceso. Examinando esto, encontramos que después de unos pocos años el niño adquiere un lenguaje y la capacidad de pensar e imaginar. Estas capacidades en si mismas no son el ego. Nos llegan en el proceso de la evolución biológica, la cual es una parte del orden de la Naturaleza. Cuando unimos estas capacidades con el instinto de buscar placer y evitar el dolor, lo que también está en el animal, esto produce una fórmula para la formación del ego, porque en la consciencia humana no hay solamente dolor y placer físicos, sino también dolor y placer psicológicos.
                      Uno es capaz no solamente de recordar  objetivamente lo que sucedió, sino también de registrar en la memoria el placer y el dolor de la experiencia. Recordándolo uno desea repetición del placer en el futuro, o recordando un insulto, siente hostilidad hacia la persona involucrada. La memoria de un insulto puede crear una permanente enemistad. La memoria produce temor, porque uno teme que pueda  suceder nuevamente. Pero debemos haber notado que cuando tratamos mal a un perro, llega  meneando su cola al día siguiente. ¡Ha olvidado el mal tratamiento y no se sintió insultado! Pero nosotros tenemos la capacidad no solamente de recordar el suceso, sino también de fomentar este resentimiento dentro de nosotros. Esto es lo que trae temor y sospecha a nuestras relaciones. Los niños también son capaces de herirse, pero en unos pocos días han olvidado la herida y rápidamente se hacen amigos con la misma persona. Cuando nos hacemos mayores, se vuele crecientemente difícil hacer esto. Y este es el comienzo del proceso del ego dentro de nosotros.
                       Así, surge la pregunta si es posible no registrar nada psicológicamente; registrar solamente los hechos y no los insultos  y los halagos. Uno no se está oponiendo a toda la memoria porque la memoria  objetiva es necesaria y no crea ilusión o el ego. Pero la memoria psicológica interfiere con la calidad de las relaciones en el presente. Esto significa que usted puede haber peleado con su esposo o esposa hace diez años y puede objetivamente recordar que había peleado, pero si no está  llevando el residuo en términos de herida, no afecta sus relaciones hoy día. Es la memoria de la herida que constituye la memoria psicológica. Y esto es lo que crea una dificultad en la relación. A menudo observamos que tenemos amigos, muy buenos seres humanos, pero hay algo erróneo entre ellos, no pueden controlar vivir juntos en paz. No es que no quieran hacerlo, solo que no pueden.Así es como las relaciones se endurecen y se quiebran.
                  Esto es lo siguiente que tenemos que mirar en nuestra vida: ¿por qué registramos el halago y el insulto? Ellos no son realidades. Si alguien llega y me dice, ‘Oh, tu conferencia fue divina, fue maravillosa. Eres un gran hombre’, es una exageración, una mentira. ¿Por qué lo encuentro tan agradable, por qué lo registro? O llega y dice, ‘Eres un estúpido, un tonto, estás perdiendo tu tiempo, no entiendes nada’, y yo me siento insultado y guardo ese insulto en mi mente y siento animosidad hacia él.
                  Así, debemos preguntarnos por qué tenemos esta imagen, por qué buscamos esta reputación para nosotros? Encontraremos que llega del hecho que nos gusta que la comunidad piense mejor que lo que efectivamente somos. No queremos que la gente  nos conozca exactamente como somos. Pretendemos y nos gusta crear una imagen de un ser humano superior y les permitimos llevar esta imagen con ellos. Por supuesto que crea un conflicto, porque tenemos que estar constantemente viviendo de acuerdo a esta imagen y actuar diferentemente de lo que efectivamente somos. Pero no deseamos tolerar este conflicto a causa de las ventajas detener esta buena imagen en la sociedad, que significa que uno no es completamente honesto. Es deshonestidad porque estamos buscando provecho.Que en si mismo es parte del proceso del ego.
                   La siguiente pregunta es: ¿Es posible vivir sin una sola imagen, ser completamente honesto, ser uno mismo, sin considerar lo que la gente pueda pensar? Permita que su esposa o su amigo sepan exactamente como es usted, con todas sus debilidades y defectos y las así llamadas virtudes y perfecciones, y déjelos decidir si quieren permanecer con usted o no. Uno no querría pretender que esa persona siguiera amigable, pero porque las complicaciones que resulten de tal  pretensión se ven – cuánto baja la calidad de vida, creando el conflicto entre lo que soy y lo que quiero que otros piensen que soy. Esta imagen es solo algo imaginario, no una realidad, así está basada en la ilusión. El ego, y esta división, provienen de la imagen, no de la realidad. El ego surge de la manera en que la vida se aborda.
                  Es fácil ver que una morada no crea el ego en mí, pero yo creo el ego en relación a mi morada. Surge si me siento apegado a ella y se vuelve posesivo de ella. Y esto parece ser verdad acerca de todas las cosas. Todas las cosas pueden ser abordadas egoistemante o no-egoistamente. El ego no está en la actividad. Se halla en la manera de mirar esta actividad e incluyéndose uno mismo en ella. Debemos observar con qué motivo nos estamos relacionando o haciendo el trabajo. Un científico puede estar trabajando dieciséis horas al día en su laboratorio para aprender acerca del espacio, cómo brilla el sol y por qué el cielo es azul. Este es su interés, su pasión, y no hay ego. Pero al momento que comienza a sentir que debería ser el primero en descubrir, que debe ganar el Premio Nobel, la actividad se convierte en una actividad del ego. Entonces él no lo está haciendo por la alegría de aprender, sino por un resultado, una recompensa.
                          En un interesante diálogo, Arjuna pregunta al Señor Krishna en el Bhagavagita: ¿A qué se parece el hombre liberado? ¿Cómo duerme, cómo trabaja, cómo vive? Y Krishna dice, él vive y trabaja y duerme como el hombre común, pero no por las mismas razones.. Así, el proceso del ego no es un asunto de qué está haceindo o no, sino de cómo uno aborda el hacer o no-hacer.
                            Esto no es altamente filosófico y difícil de comprender. Enseñamos a los estudiantes en la escuela a jugar un juego por la alegría de jugar y  a sobresalir en el juego por amor a la excelencia y no dar demasiada importancia al resultado,  para quien gana y quien pierde. Si damos importancia al resultado, se convierte en una actividad egoista. Si no somos egoistas entonces no importa si perdemos. Hay la alegría de haber jugado y la alegría de felicitar a nuestros amigos de haber jugado mejor  y ganado el juego. No hay frustración. Este es el espíritu del deportista. Ahora, la vida es como un juego. Y si un juego puede jugarse no-egoistamente, por qué no puede la vida vivirse no-egoistamente? Por supuesto, puede ser pero hemos aceptado un tanto que no puede ser, y que la suposición puede ser una ilusión.
                          El ego nace de la ilusión de que el interés propio nos beneficiará. En efecto, el interés propio, que significa trabajar para recibir recompensas, tiene más poder, más dinero, o una mejor reputación,, más baja la calidad de vida. Todos queremos esto para ser felices, pero la felicidad es destruída por el enfoque egoista. Es una ilusión pensar que el interés propio está en nuestro propio interés! Estamos definiendo el beneficio demasiado estrechamente, demasiado faltos de inteligencia. No estamos separados de las otras personas, y lo que consideramos ser un beneficio realmente no es un beneficio.
                       Si vemos la verdad de esto y el peligro del proceso del ego, no a través de una explicación, o como una conclusión racional con la cual concordamos, entonces esta percepción del peligro actuará sobre la consciencia y eliminará el proceso del ego. Desear hacerlo no lo hará. Estar de acuerdo tampoco ayuda, porque el conocimiento e ideas no cambian la consciencia. Pero una profunda percepción de la verdad la cambia, y tenemos esta capacidad de percepción.
                       Consideremos la adicción al cigarro como un ejemplo. El ser humano, antes de fumar, no era adicto a el, que significa, mirar un cigarrillo no creaba un irresistible deseo en él de fumar. Pero cuando comienza a fumar y experimenta una sensación de placer y se registra, él desea repetir este placer, tener más y más de él, creando una química y un irresistible deseo de fumar cigarrillos. Algo cambia en su cerebro. ¿Puede este hábito romperse, o debe luchar constantemente para controlar el impulso, nunca librarse de +el nuevamente? He observado a mis amigos luchar con esto, y evitar todos los lugares donde la gente está fumando o donde se mantienen cigarros, por miedo a tentarse a fumar de nuevo. Pero, ocasionalmente, una persona siente una punzada de dolor en su pecho y comprende que el cigarro lo está matando. Cuando el peligro es así efectivamente percibido, el deseo desaparece! Algo cambia en su cerebro, rompiendo el circuito nervioso que estaba creando este deseo irresistible. Krishnamurti lo llamó una mutación en el cerebro. Si sucede esto, usted se libera; no tiene que  arreglárselas con este problema de nuevo. El ciclo habitual se rompe.


                                                      The Theosophist, Febrero de 2005.