sábado, 19 de enero de 2013

ALGUNOS FUNDAMENTOS DE TEOSOFÍA





La Sociedad Teosófica en América

ALGUNOS FUNDAMENTOS DE TEOSOFÍA

Por Emily Sellon
1. La fuente y causa de toda manifestación del ser es una realidad absolutamente
desconocida e incognoscible, ultérrima, siempre presente, ilimitada y eterna,
que está más allá del ser y del no-ser.

2. El universo o mundo del ser es un reflejo de esta unidad intemporal que se
expresa de dos formas: como sujeto, conciencia incondicionada o espíritu, y
como objeto, sustancia-raíz o materia-energía. Estas son polaridades de una
misma realidad.

3. Como no dual y auto-existente, la conciencia y la materia coexisten
inseparablemente como el terreno de todo el condicionamiento del ser, y
constituyen “la causa del mundo”, la “forma única de existencia”, que por
todas partes exhibe esta polaridad fundamental.

4. La relación dinámica y polarizada entre el espíritu y la materia imparte al
universo su aspecto fundamental, su movimiento siempre presente, cuyo
presente carácter lleva al nacimiento del tiempo e inspira el orden rítmico o
periodicidad. Esto se manifiesta a través de la naturaleza como los procesos de
nacimiento y muerte en espacio-tiempo, los ciclos de crecimiento y deterioro. Es
el “gran aliento”, la vida-acción básicas del universo.

5. La constante interacción de la conciencia y la materia crean un universo
inteligente, lleno de propósito y vivo, porque la vida o la mente es la interacción
del espíritu y la materia. Espíritu, materia, y vida o mente constituyen la
trinidad universal que crea y penetra en los mundos. Cada partícula de materia
está imbuida con vida y mente, conciencia precipitada. Así, el universo es a la
misma vez inteligente e ininteligible, auto-ordenado y formativo, o creativo de
las formas externas de acuerdo con una racionalidad innata, conocida como
nous, mahat, la mente divina o universal. Esta es la doctrina del logos.

6. El despliegue natural de la Unidad en la pluralidad ocurre jerárquicamente, de
acuerdo con un principio armónico mediante el cual el uno se convierte en dos,
y luego en tres (mientras permanece siempre siendo Uno). La relación
intrínseca entre el tres y el uno crea un orden de desarrollo septenario,
siguiendo este principio de armonía: a, b, c, ab, ac, bc, abc. Tal desarrollo (por
medio del cual “el incognoscible Brahma exhibe aspectos de sí mismo”) imparte
a los mundos de las formas su orden racional, matemático y musical. Como es
arriba, es abajo.

7. La conciencia universal o espíritu, que es la esencia de toda vida, constituye el
punto de conciencia individual o último del ser en cada persona, nuestra
identidad fundamental con el Uno o el Todo –porque la conciencia es “un
singular cuyo plural se desconoce”.

8. La humanidad, siendo un microcosmos en el universo, contiene todos sus
elementos y principios. Para el ser individual o conciencia espiritual, la ley de la
periodicidad crea los “ciclos de necesidad” –el peregrinaje de cada ser a través
de los mundos de la forma según el proceso cíclico de involución y evolución.

9. Este proceso cíclico se logra por la fuerza, y de acuerdo con las leyes, de la
acción o del karma. Es un proceso autodeterminado y constituye la base de la
libertad dentro de un universo de orden inteligente.

10. El peregrinaje humano nos lleva desde la fuente en el Uno a través de nuestras
experiencias en los muchos –la multiplicidad de las vidas separadas o
momentos de existencia, y la condición única de cada ser individual –de regreso
a la unión con la Fuente Divina Una. Nuestra meta es entonces completar el
ciclo cósmico de manifestación en completa y consciente comprensión de
nuestro Ser, no ya polarizado entre espíritu y materia, yo y el otro, sino como
ambos, yo y todos, con la Fuente de Todo. Esta comprensión es lo que se llama
Iluminación.