domingo, 9 de septiembre de 2012

Desde El Atalaya




Radha Burnier

Filosofía Teosófica
La ciencia es nuestro mayor aliado. Esto no se convierte en realidad, simplemente porque los pensamientos recientes  de unos pocos científicos parezcan estar en armonía con la filosofía oculta. La ciencia oculta trata con hechos, al igual que lo hace la ciencia común y corriente. No necesita ser corroborado por lo que la sociedad afirma en ese momento; vale por sí misma, al igual que cuando un pronunciamiento científico resulta ser erróneo, ya no es parte del conocimiento científico. Cierto número de científicos parece indicar la verdad de algo como la existencia de los registrosakásicos, pero la ciencia oculta no se convierte en modo alguno en aliada de la filosofía oculta a causa de esto. Más aún los científicos son incapaces de ver las consecuencias morales de lo que han descubierto. Hay otros aspectos que la ciencia difícilmente ha  tratado y que están en el corazón mismo de todo conocimiento espiritual. Los pensadores científicos modernos aceptan la realidad de campos de fuerza  invisibles, pero son totalmente inconscientes de la extensión de esas regiones invisibles.
         Sri Krishna en el Bhagavad gita dice que habiendo animando lo manifestado con un fragmento de Sí Mismo, El permanece sobre todo ello. Cuando se lo personifica así, no parece muy verdadero, pero puede ser más real de lo que comprendemos. No sólo puede haber una vasta región desconocida o incluso incognoscible, sino que, de acuerdo a la Sabiduría Antigua, todo lo manifestado e inmanifestado   en el total del cosmos, es una presencia dinámica viviente. No es materia en modo alguno,  todo palpita con vida, porque emana de un vasto océano de consciencia. La palabra ‘consciencia’ es difícil de describir. Incluye una profunda sabiduría y amor. Quienes pueden trascender las limitaciones del cerebro y de la mente, han percibido esa Presencia. La sienten como una Presencia amorosa; en realidad, una bendición extraordinaria llamada Ânanda. No se experimenta entonces  ninguna diferencia entre  la felicidad individual y la esencial. Ésta es un pequeño reflejo de la naturaleza misma del cosmos. De modo similar, nuestra experiencia de felicidad, aunque limitada, es una experiencia del amor que es la naturaleza del universo.
         A principios de este siglo, se pensó  que hay manifestaciones de vida que no tienen nada que ver con el proceso evolutivo. Por ejemplo, la compleja belleza del plumaje del pavo real, nada tiene que ver con supervivencia o con el proceso conectado con la supervivencia.  Toda la creatividad puesta en él no es necesaria para atraer a la hembra.  Similarmente, hay pájaros que cantan laboriosas canciones que no son necesarias para la supervivencia o para atraer a otros pájaros.  Raynor Johnson ha escrito al respecto en su libro The Imprisoned Splendour.
         El verdadero propósito de la existencia tiene poco que ver con el mundo material, aunque parezca tener que ver todo con él. Pensamos que la abeja cumple un propósito, porque poliniza las flores y produce un sentido de belleza o un fruto, pero esta utilidad tiene poco que ver con un propósito conectado con toda la extraordinaria existencia cósmica, manifestándose a sí misma también a niveles materiales. Quizás no intenta hacer nada. El pájaro puede que no esté tratando de producir un canto, sino que canta porque es un pájaro. Krishnaji quizás quería decir algo semejante cuando preguntó, ‘¿Cuál es el propósito de una puesta de sol?’, algo en lo que no puede infundirse un propósito, y tenemos que admitir que el propósito de la puesta de sol es, lo que es.
         La totalidad del cosmos puede que tenga un propósito. Una parte de del mismo nos hace seres humanos conscientes – esto es suficiente. Por lo tanto, puede que no sea inherente el propósito a todas las cosas donde está la vida, y no tiene nada que ver con el propósito que un ser humano tenga en mente. De manera que, podríamos decir que el verdadero propósito de todas las cosas es el núcleo más profundo de la vida misma,  aunque cuando no tenga nada que ver con la existencia material. Podemos comprenderlo  cuando nuestra propia mente se libera del sentido de yoidad que lo separa del resto de la existencia.
         Cuando la visión se aclara, se ve la Presencia en todas las cosas, el propósito supremo,  que es el mismo Dios. En la antigua filosofía Vedânta, una de las grandes frases es ‘Tú eres Aquello’ (tat tvam asi), y el discípulo debe seguir meditando sobre eso. Cuando pensamos que tenemos un propósito, sentimos que nuestra vida debe tener cierta cualidad. Esta es la clase de necedad que continúa en la mente. Pero si comprendemos la verdad básica de esta declaración, entonces no hay parte de la totalidad que no tenga la Presencia, y así todo cambia.
         En el Bhagavadgita, Sri Krishna, que representa al todo, dice que Él es esto y es aquello. Invoca a una entidad que alude a todas las especies, el elefante, el caballo, la vaca, etc. Esto no es para tomarlo literalmente, sino en el sentido de que la Presencia está en todas partes, en cada parte de la existencia. Si queremos, podemos decir que la Presencia está en la forma arquetípica. No hay nada que requiera de alguna razón para existir excepto ser parte de lo eterno, lo que es descrito como glorioso, bello y poderoso.
         Si solamente pudiéramos verla en todo aquello que nos rodea, la veríamos en nosotros mismos. Es la energía que mueve todas las cosas, lo que HPB llama Movimiento Absoluto. Eso es quizás lo que los antiguos hindúes creían cuando decían que todo es Brahman. Es nuestra percepción lo que la hace parecer diferente.  Si una madre tiene un bebé, ella está enamorada de él, no pregunta cuál es el propósito de ese bebé, o si la sustentará cuando envejezca. Su belleza es su propio propósito. De igual manera, podemos ver lo que los Mahatmas llamaron ‘el propósito latente en todas las existencias individuales’. En la medida en que la ciencia pueda vislumbrar algo de esto, se volverá una con la enseñanza religiosa entregada a la humanidad, que es la herencia de todos los seres humanos.